Reinando en el infierno
img img Reinando en el infierno img Capítulo 5 Fiscal Arroyo
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Capítulo 6 Noche cero. img
Capítulo 7 Otra chica img
Capítulo 8 El demonio me quiere conocer img
Capítulo 9 Identificación falsa img
Capítulo 10 Proposición img
Capítulo 11 Mi gloria o mi perdición img
Capítulo 12 La cena img
Capítulo 13 ¿Celos img
Capítulo 14 Él se llama Alex... img
Capítulo 15 Me fascinas img
Capítulo 16 Siempre consigo lo que quiero img
Capítulo 17 La limpieza img
Capítulo 18 Muñequita img
Capítulo 19 Él puede hacer cualquier cosa sin dejar rastro. img
Capítulo 20 El favor img
Capítulo 21 Atreverme a lo prohíbido img
Capítulo 22 Volveré a estudiar img
Capítulo 23 Quiero más, mucho más... img
Capítulo 24 Primer día img
Capítulo 25 No sé porqué soy tan bueno contigo img
Capítulo 26 Sin exclusividad img
Capítulo 27 Alejarme de él img
Capítulo 28 Soy el puto demonio img
Capítulo 29 Cita con el hermano, ¿son iguales img
Capítulo 30 No soy tuya img
Capítulo 31 Dame una oportunidad img
Capítulo 32 Enfócate en tus estudios img
Capítulo 33 Más mala que yo img
Capítulo 34 Un lobo en piel de oveja img
Capítulo 35 ¿Te estás enamorando de mí img
Capítulo 36 La mujer de mis pesadillas img
Capítulo 37 ¿Quién es el topo img
Capítulo 38 Eres tú img
Capítulo 39 Vengo del Infierno img
Capítulo 40 Un equipo infernal img
Capítulo 41 Dar ese paso... img
Capítulo 42 Oficialmente reinando el infierno img
Capítulo 43 Epílogo img
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Capítulo 5 Fiscal Arroyo

No llevaba mucho tiempo trabajando como detective en esta jefatura, pero el último caso de "Tráfico ilícito de estupefacientes" donde había logrado capturar a los narcotraficantes, me había dado una reputación mucho más grata. Por lo que cuando el jefe de mi jefatura llegó a mí con este caso, simplemente pensé que debía tomarlo.

-Fiscal Arroyo, espero que pueda desarrollar este caso de la misma forma que pudo con el anterior -me dijo cuando dejó el expediente sobre mi escritorio.

-¿De qué se trata? -pregunté abriendo la carpeta, la cual tenía muy pocas hojas, y eso significaba que teníamos mucho trabajo por delante.

-Un homicidio frustrado, supuestamente provocado por una chica de dieciocho años, de la que no se conoce la ubicación ya que desapareció inmediatamente luego del acto, su madre dice que está involucrada en drogas -dice, yo lo miro-. Lo sé, creo que es la única madre que acusa a su hija de una situación como esta -

-Hay de todos tipos -le digo, y yo definitivamente sé de eso.

Reviso con más calma el expediente, el caso viene de un barrio pobre de la ciudad, el sujeto está en coma por un golpe con un objeto contundente en la cabeza, la chica inculpada, de nombre Aria Carvallo no tiene ningún tipo de antecedente, por lo que sí estaba involucrada en drogas, lo escondía perfectamente bien. Por otro lado, David González, de nacionalidad dominicana pero que ha vivido desde los cuatro años en este país, múltiples cargos por drogas, riñas y robos con violencia.

El caso demanda bastante pero ahora es muy tarde para seguir trabajando, ya mañana a primera hora debo ir en compañía de la policía de investigaciones a ese barrio, porque sola no se puede ir. Cierro mi sesión en el computador, previendo que nadie pueda entrar a mi cuenta, y salgo del despacho sin antes despedirme de mis compañeros. El sótano de la jefatura donde estaba el estacionamiento siempre me pareció un lugar horrible, es porque odio los lugares cerrados, de hecho había pedido una oficina con la ventana más grande que pudieran darme, y es que los traumas de la infancia algunas veces nos persiguen toda la vida.

Cuando voy en mi auto, no puedo evitar pensar en este nuevo caso, es diferente a los demás, porque aunque contiene la denuncia por una posible traficante potencial, estamos frente a un homicidio frustrado ya que él está en coma pero si muere antes de un juicio, automáticamente se convierte en homicidio simple hasta no conocer todas las circunstancias. Hago una lista mental de todo lo que debo hacer mañana, pero claro está que tengo muy mala memoria para estas cosas así que llegando a mi departamento tendré que anotarlas todas.

1) Debo ir al domicilio de Aria.

2) Debo visitar el hospital para chequear el estado de la víctima.

No es mucho, pero a raíz de todo esto es de donde comienzan a formarse los casos.

Cuando llego a casa y me recuesto en el sofá dejo escapar un fuerte suspiro de alivio, porque no hay nada como estar en casa después de un día agotador, donde hasta el sillón más duro se convierte en el sillón más cómodo del mundo. Con mucho pesar me levanto en dirección a la cocina, ya que necesito mi dosis de café antes de dormir.

Si algunas personas no duermen por tomar café, yo necesito una taza bien cargada. Pongo pan a calentar y me preparo un huevo.

No sé qué hora es, pero mi celular comienza a sonar sin parar, lo cojo sin mirar quién es ya que aún tengo los ojos cerrados.

-¿Fiscal arroyo?, el hombre del caso ha muerto -dice la otra línea

-¿David González? -pregunto aun un poco aturdida

-Sí, ha muerto recién según llamaron del hospital -

- Muy bien, gracias, oficial Doll -digo mirando la pantalla de mi teléfono un poco más despierta para luego cortar. Son las cinco y cuarenta de la mañana, apenas he dormido 4 horas, nuevamente. Una vez que despierto no soy capaz de volver a dormir.

Cuando llego a la jefatura, el oficial Doll me entrega el informe que ha hecho al recibir la llamada del hospital, lo reviso y le asiento con la cabeza al ver que todo está bien. Me siento en mi escritorio a revisar el informe, la hora de muerte y si está en el servicio médico legal para poder ir a inspeccionar el cadáver, pero grande es mi asombro al ver que la muerte no se produjo por el golpe en la cabeza, sino que está escrito en letras negras.

"MUERTE POR UNA APARENTE ASFIXIA QUE DESENCADENA UN PARO RESPIRATORIO"

Al parecer, terminaron lo que habían empezado.

                         

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