Género Ranking
Instalar APP HOT
El Libro Negro: Cuando El Amor Se Convierte En Cero
img img El Libro Negro: Cuando El Amor Se Convierte En Cero img Capítulo 10
10 Capítulo
Capítulo 11 img
Capítulo 12 img
Capítulo 13 img
Capítulo 14 img
Capítulo 15 img
Capítulo 16 img
Capítulo 17 img
Capítulo 18 img
Capítulo 19 img
Capítulo 20 img
Capítulo 21 img
Capítulo 22 img
Capítulo 23 img
img
  /  1
img

Capítulo 10

-¿Es esto una broma? -Mi voz fue un susurro letal, cortando a través de la habitación.

Los amigos de Isabella dejaron de reír al instante. Sintiendo la violencia que irradiaba de mí, se escabulleron hacia la cocina como ratones asustados.

Isabella se acercó, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello. El hedor a alcohol caro y perfume dulce y empalagoso asaltó mis sentidos.

-No te enojes, amor -ronroneó, presionándose contra mí-. Te extrañé. Y esa mujer... Elara... es tan aburrida. Necesitaba que vinieras aquí, a donde realmente perteneces.

Me liberé de su abrazo con un movimiento brusco, casi empujándola.

-Me dijiste que había sicarios -dije, mi voz baja y peligrosa-. Me dijiste que mi esposa estaba amenazando tu vida.

-Era una metáfora, tonto -se rió, balanceándose ligeramente-. Su existencia me amenaza.

La miré con disgusto.

Puro y absoluto disgusto.

¿Cómo había sido tan ciego?

Había dejado a Elara en una carretera bajo la lluvia torrencial por esta mujer.

Había ignorado a mi esposa -la mujer que había mantenido mi casa y mi honor impecables durante tres años- por este fraude.

Me hundí en el sillón, sintiendo el peso del mundo aplastando mi pecho.

Isabella trató de sentarse en mi regazo, pasando sus dedos por mi pelo.

-Vamos, relájate. Olvídate de ella -arrulló-. Ahora somos solo tú y yo. Como siempre debió ser.

La empujé.

Me sentía sucio.

Contaminado.

Mi teléfono sonó de nuevo.

Era la línea fija de la mansión.

Giovanni.

Contesté, una esperanza desesperada estallando en mi pecho de que pudiera ser Elara, que hubiera regresado, que todo esto fuera solo una pesadilla.

-¿Jefe? -La voz de Giovanni temblaba.

-Habla.

-Señor... encontré algo en su escritorio. La Señora Elara... dejó algo para usted antes de irse para siempre.

-¿Qué es? -pregunté, mi corazón martilleando contra mis costillas.

-Papeles, Señor. Y un cuaderno negro. Y... Señor, hoy es su aniversario.

El teléfono casi se me resbaló de la mano.

El aniversario.

Tres años.

Miré a Isabella, que se estaba sirviendo más champán, completamente ajena a la devastación que se dirigía hacia mí.

-La Señora dijo que el regalo estaba en el escritorio -continuó Giovanni, su voz quebrándose-. Pero Señor... el cuaderno... lo abrí. Creo que necesita venir a casa. Ahora.

Había un terror en la voz de mi mayordomo que nunca había escuchado antes, ni siquiera cuando nuestra fachada fue tiroteada el año pasado.

Me puse de pie.

-Me voy -dije.

Isabella me miró, sorprendida.

-¿Qué? ¡Pero acabas de llegar!

-No vuelvas a llamarme a menos que realmente te estés muriendo, Isabella -gruñí-. E incluso entonces, piénsalo dos veces.

Salí del apartamento, dejando sus gritos indignados detrás de mí.

Conduje de regreso a la mansión, y todo el camino, una sola frase se repetía en mi mente al ritmo de los limpiaparabrisas.

¿Qué has hecho, Dante? ¿Qué has hecho?

Entré en mi estudio.

El escritorio estaba despejado, excepto por dos cosas.

Documentos legales con la firma de Elara Rossi, trazada con una elegancia dolorosa.

Y un pequeño cuaderno de cuero negro, desgastado por el uso.

Me senté.

Mis manos temblaban mientras alcanzaba el libro.

Lo abrí.

Y el infierno se desató.

Anterior
                         
Descargar libro

COPYRIGHT(©) 2022