La luz de la mañana se colaba entre las gruesas cortinas que cubrían la gran ventana, despertando en el acto a April. Se movió dando un leve quejido. ''¿Qué hora será?'' pensó. Tomó su teléfono y lo encendió, no fue hasta ese momento que se dio cuenta de lo que pasaba ''¿Dónde estoy?'' resonó en su cabeza. Se levantó rápidamente y un fuerte dolor de cabeza le sacudió, devolviéndola a la realidad. Tentó su pierna buscando algún bolsillo en la ropa que traía, pasando su mano directamente a su piel, cayendo en cuenta de que estaba desnuda.
Miró hacia la cama y se percató de que había otra persona ''¿Quién es?'' se preguntó. Se vistió y salió rápidamente del cuarto de hotel dejando una pequeña nota y dinero sobre la mesa de noche.
Caminó directamente hasta su auto, un Porsche plateado, que tenía un enorme rayón en la puerta del conductor ''¿Qué diablos paso anoche?'' volvió a preguntarse. Entró, y luego recostó su cabeza en el volante, pequeños recuerdos volaron en su mente.
Anoche había salido a un bar después de la dura jornada de trabajo, estaba pasada de copas cuando se le acercó aquel hermoso Ingles o ¿Quizá era estadounidense? lo único que recordaba es que hablaba inglés. Su tez morena, cabello rubio y ojos verdes le habían seducido; un beso aquí, una caricia allá con aquella hermosura y acabaron en el hotel. Se compadeció de sí misma, había jurado ya no amanecer con extraños, pero... ¿Qué se podía hacer ahora? Además, había sido una noche increíble.
Ring, Ring, Ring...
El teléfono interrumpió sus pensamientos.
-Detective April West, ¿Qué desea? –respondió.
- ¿¡April se puede saber dónde estás!? –se escuchó una estridente voz que provenía del otro lado de la línea.
-Solo eres tú Mark, no me grites –respondió April somnolienta – creo que estoy en una especie de hotel lujoso en algún lugar de la ciudad –continuó.
- ¡Ven acá inmediatamente! Hay avances sobre el caso –dijo para luego cortar. ''Va a matarme cuando llegue'' pensó April. Encendió su auto y condujo directo a su agencia ''Hotel Para'' vio al salir del estacionamiento, al menos ya sabía dónde estaba, Mark no estaría tan enojado si le hacía creer que recuerda algo más que con el hombre que había amanecido, su muerte se pospondría un día más.
En el camino estaba pensando en que le iba le explicar a Mark para salvar su vida, trataba de recordar que había pasado; un bar, unas copas, unos cuantos jugueteos y por lo que vio un cuarto de hotel, no eran suficientes aquellos pequeños recuerdos.
Al hacerse notorias las instalaciones de su agencia se dio cuenta de que ya no tenía más tiempo para recordar.
-Nombre e identificación por favor –pidió el guardia de la entrada.
-April West agente especial de campo –dijo mostrando su identificación.
-Adelante –finalizó abriendo las puertas.
April condujo hasta el gran estacionamiento de las instalaciones dejando su auto en manos de valet parking de la empresa. Se dirigió de prisa hasta su oficina donde le esperaba su compañero Mark: un hombre alto, caucásico de ojos azules que había sido su compañero de profesión desde haber finalizado el entrenamiento de la academia.
- ¿Qué tal Marky? –saludó April, quizá si le saludaba con su apodo cariñoso no estaría tan enojado con ella por estar retrasada por una hora.
- Al fin te dignas a llegar –respondió – ¿Cuál fue esta vez? ¿Un alemán? –preguntó enojado.
- Creo de era Ingles –respondió April – ¿Cómo supiste?
- Traes las mismas ropas de ayer querida –respondió Mark señalándola.
- Bien Marky ¿Qué tenemos para hoy? – preguntó, en un acto desesperado por cambiar el tema.
- Hay un nuevo asesinato en un pequeño pueblo rural –informó –aquí tienes el expediente -dijo extendiéndole el folder con la información. Al leer el expediente la cara de April tomó un gesto lúgubre.
- ¿Esto es de verdad? –preguntó con voz temblorosa.
-Debemos ir a ver –respondió Mark –Pero primero debes ir a cambiarte y asearte, ve a casa; nos iremos dentro de cuatro horas.
-Nos vemos Marky –se despidió agitando las manos.
-No creas que te has salvado de la sanción –dijo Mark enojado.
-Eres mi compañero o mi padre –respondió April forzando una sonrisa.
Al llegar a su casa fue directamente hacia la ducha. El agua fría que recorría su cuerpo le calmaba la mente; malos recuerdos de aquellos días de su juventud volvían, recuerdos que quería olvidar. Salió rápidamente de la ducha, sentía una extraña mezcla de emociones, se sentía emocionada, asustada y al mismo tiempo le invadía una profunda tristeza ''Debo de estar volviéndome loca'' dijo riendo en voz alta. Caminó hasta su armario y buscó ropa limpia para ponerse, rebuscó por todo el armario por algo de ropa limpia, ¿Hace cuánto no lavaba la ropa? Se tuvo que conformar con las únicas piezas de ropa limpia que quedaba, una camiseta de seda blanca y un pantalón ajustado color azabache, se ató el cabello en un moño improvisado y tomó sus tacones blancos, completando el look con un poco de maquillaje y labial rojo; antes de salir se miró por última vez en el espejo, miró su peinado improvisado y se arrepintió, soltó su cabello, sus hermosos rizos albinos cayeron sobre su cuello, este peinado era mejor que el anterior, salió apresurada hacia la agencia nuevamente, al llegar subió disparada hacia la oficina.
-Llegas temprano West –dijo Mark con cara de sorpresa.
-Vine para que me invitaras a comer –respondió.
-Que astuta eres querida West, vamos al restaurante de la esquina -dijo saliendo.
Ambos fueron hacia el restaurante Dilan's; un restaurante de comida rápida que estaba situado unas calles de distancia de la agencia. April comió como si no hubiera mañana antes de partir hacia el pueblo. En el camino por miraba la ventana sin despegar la vista del horizonte, era un día soleado ni una sola nube se visualizaba en el panorama, ´´Debe de hacer mucho calor allá afuera'' pensó. Un amargo sabor llego a su boca, los recuerdos de aquella mañana donde se destruyó su familia. Cerró los ojos para deshacerse de aquella mala imagen.
- ¿Estas bien? -le preguntó Mark topando ligeramente su cabeza.
-No lo sé –respondió.
Después de unas horas de viaje al fin habían llegado a su destino, una sensación de nerviosismo le perseguía a cada paso que daba seguidos de escalofríos; al acercarse a la casa donde se encontraba la escena del crimen el tumulto de personas le ponía cada vez más nerviosa.
-Identificación –pidió el guardia frente a las cintas policiales.
-Detectives Mark Castiel y April West –dijo Mark mostrando su identificación.
April se encontraba en una especie de trance, sus pensamientos volaban de aquí allá, no pensaba en nada en específico, pero al mismo tiempo pensaba en todo - ¡April! –gritó Mark.
- ¿Sí? –preguntó.
-Tu identificación –repitió.
-Si, Agente April West –dijo. El guardia le dio entrada a la pequeña casa de madera vieja y zinc desgastado. A cada paso que daba el nerviosismo se intensificaba, llegando a tener nauseas. Allí estaba la pista que tanto había esperado, por fin podría dar un paso adelante en esta cueva sin salida en que se encontraba.