Bufo mientras muevo mi pierna frenéticamente. Leo por segunda vez las instrucciones de uso de la caja pequeña entre mis manos.
«Colocar el aparato de forma horizontal y que no tenga contacto con superficies húmedas.
Esperar 5 minutos por el resultado, no 10 minutos después o este desaparecerá.
Una rayita, negativo.
Dos rayitas, positivo»
Saco el objeto pequeño, bajo mis pantalones junto con la ropa interior y procedo hacer lo que tengo que hacer.
¡Dios, ayúdame!
Si estoy embarazada mi vida estará arruinada completamente y no quiero que eso pase ¡Ni siquiera estaba en mis planes verme en esta situación hasta dentro de muchos, muchos años! Pero heme aquí.
Vaya mierda.
Si esto resulta ser un famoso «susto» me encargaré que sea el primero y el último.
- Cher, ¿Estás segura que esta prueba es confiable? - susurro, una vez acabo con el procedimiento.
Estamos en el baño de chicas de la escuela y ya sabes, las paredes tienen oídos.
-Pues... - titubea- Mis opciones eran muy limitadas y recurrí a la vía más económica para nuestros bolsillos de estudiantes ¡Tú qué crees! - bufa - De cualquier modo, si no estás segura del resultado, podemos acudir a un hospital al momento de la salida de la escuela.
«Ojalá no sea necesario».
Doy vueltas en el pequeño cubículo como un león enjaulado, una vez que termino con el procedimiento. Juro que me dará un ataque de ansiedad, puedo verme a mí misma tirada en el suelo en posición fetal si esto resulta mal.
-Tengo tanto miedo justo ahora - admito.
- ¿Qué harás si es positivo? ¿Le dirás a Stephen? ¿A tus padres? Un embarazo no puede ocultarse por mucho tiempo.
-No lo sé.
Y es la verdad, no sé lo que haré si la prueba sale positiva y las sospechas que intenté ignorar los últimos días resultan ser ciertas.
-Debes mantenerte serena y positiva... Tan positiva como una prueba de embarazo.
Escucho su risa del otro lado.
-La situación no es la más adecuada para ese tipo de broma, Cherry - la regaño.
-Ok, lo lamento - carcajea- Sea cual sea el resultado, estaré aquí junto a ti para apoyarte: llorar si es necesario, maldecir a tu suerte y tu mala cabeza o respirar de alivio si es un simple susto - afirma con seguridad. Por debajo de la puerta asoma su dedo meñique. Sonrío y hago lo mismo, entrelazándolos.
Me siento en el suelo.
-Te quiero, siempre estaremos juntas pase lo que pase - exclamamos al unísono.
Evito mirar la prueba que aguarda por mí, y me concentro en las palabras de aliento de mi mejor amiga. Trago saliva pesadamente a medida que el nudo en mi estómago se aprieta cada vez más. El ambiente se siente tan tenso y lleno de espectativa que me asfixia.
-Melody, ya transcurrieron los 5 minutos- informa Cher, sacándome de mis pensamientos.
Me armo de valor e instintivamente cierro los párpados. La tomo entre mis dedos temblorosos. Tomo profundas respiraciones, dándome ánimos. «Vamos Melody, no seas cobarde, tú no eres así»
Mi mundo se detiene en una milésima de segundos cuando abro los párpados y leo el resultado. Me quedo inerte en mi sitio. Siento cómo mi pecho se oprime y los ojos se me cristalizan.
-Positivo - murmuro con la voz entrecortada.
- ¿Qué dijiste?
Me levanto y salgo del cubículo temblando con la prueba en mis manos. Cher de un salto hace lo mismo preocupada al verme. Supongo que mi cara no es la mejor en este preciso momento.
-Positivo -repito mirándola a los ojos - Estoy embarazada - coloco el objeto frente a ella.
Incrédula, arranca la prueba de mis manos, la analiza y luego a mí. Abre sus brazos y me arrojo a ellos llorando desconsoladamente. Esto no me puede pasar a mí y menos ahora.
-No sé qué voy a hacer - hipo.
-Ven a vivir conmigo - propone rápidamente - Yo te cuido, sabes que mi papá no dirá nada.
-Eso no es una solución, Cher - mascullo, limpiando mis lágrimas cuando me separo de su abrazo- No quiero involucrarte en esto, es mi problema y mi responsabilidad.
-Querida, estoy involucrada en este embrollo desde que fui a comprar tu prueba de embarazo - bufa- Pero yo quiero apoyarte ¡Demonios, eres mi hermana, Melody! No puedo dejarte sola y menos ahora que serás madre.
La sola idea me provoca nauseas.
Me giro apoyándome en el lavamanos. No quiero ser madre apenas tengo dieciséis: soy joven, tengo un futuro por delante y muchas metas que quiero cumplir cuando sea el momento idóneo. Un bebé arruinará todo y no puedo permitir eso.
Mi mente trabaja a mil por hora y de repente, un recuerdo llega a mi mente. Me causa escalofríos pero es lo único que llega a mi memoria:
Antes de llegar a este país tenía una amiga que también quedó embarazada pero ella no quería tenerlo, así que aborto en su casa. Ese acontecimiento me da un poquito de esperanza y miedo. Evoco su explicación del proceso tal y como ella me lo había explicado al día siguiente, paso a paso: Buscar un gancho y desarmarlo, meterlo casi por completo dentro de ti, das varias vueltas y luego jalas. Según me dijo, duele como el infierno pero es mejor que me duela unos segundos que tener a alguien creciendo dentro de ti por nueve meses y que no quieres tener.
Sacudo la cabeza.
No podría ejecutar esa acción por mi misma, es demasiado arriesgado. A menos que...
- ¿Qué estas pensando? - la voz de Cher se hace presente.
La miro a través del espejo, está frunciendo el ceño. Estoy segura que está sacando sus propias conclusiones o buscando alguna opción factible para todo este desastre.
- ¿Si te lo cuento me ayudarías?
Hace un mohín.
-Depende.
Sus ojos color azul oscuro me observan a la espera. Puedo vislumbra miedo en ellos.
-Voy a abortarlo- suelto de golpe.
- ¿Q-qué? - balbucea.
-No quiero un bebé - resuelvo -. Y sé que Stephen no estará muy contento con la noticia. Así que mejor aborto y él no se entera de nada ¡Y todo se solucionará!
- ¡Estás loca! ¡Completamente loca! - grita sorprendiéndome - Pensé que eras más inteligente pero ¿Abortar? Eso es bajo, incluso para ti - resopla- ¿Qué piensas? ¿Abortas y luego sigues con tu vida? No es tan sencillo ¡Por Dios Santo! Considera el posible riesgo que correrá tu vida si algo sale mal.
- ¡Tú no eres la que se jodió la vida! - chillo. No estoy dispuesta a escuchar sus reclamos; no está vez - Esta cosa no ha nacido y ya me está causando problemas, no quiero que nazca ¡No quiero! ¡Me rehuso! ¿Y sabes por qué adopto esta posición? Porque sé que estaré sola y a mi edad nadie quiere tener que la responsabilidad de un bebé. Además, ¿Qué le puedo ofrecer yo? Nada, Cher. Eso es lo que tendrá conmigo porque no sé si seré capaz de amarlo o siquiera de mirarlo y no sentir desprecio por haber interferido en mis planes.
Se queda en silencio unos minutos.
-Hay miles de mujeres que quisieran tener un bebé y no pueden - dice con voz ahogada. Sé que mis palabras no fueron las mejores y menos con el tono que usé, pero es así como lo siento y ni ella, ni nadie va hacerme cambiar de opinión. Suelta un suspiro y continúa -: Y tú, que tienes esa oportunidad, la vas a desperdiciar por ser egoísta y no darle algo tan importante que es vivir. No voy a obligarte a nada y como dije, te apoyo en todo pero nunca voy a estar de acuerdo con que quieras abortar. No me harás cómplice de eso si es lo que quieres hacer.
- ¿Y qué hago?- pregunto desesperada.
Ante mi interrogante, vuelve a quedarse en silencio. Sin embargo, la conozco lo suficiente para saber que está pensando a una velocidad impresionante para darme una respuesta adecuada.
Finalmente, me mira con incertidumbre y dice:
-Darlo en adopción cuando nazca.
Un escalofrío recorre mi espina dorsal. No lo diré en voz alta pero eso incluso suena más descorazonado que abortar, creo que no sería capaz de hacerlo, he visto esos programas de madres dando a sus hijos a otras personas cuando los dan a luz para no encariñarse más con ellos ¿Yo seré capaz de eso? Me siento en una encrucijada, no sé si seré tan mala y egoísta para hacer aquello. Pero si no lo hago me arrepentiré por el resto de mi vida.
Un bebé puede tener los pies pequeños pero cuando nace, estos son tan grandes que logran arruinar tus metas y sueños de una vez. No quiero sentirme tan culpable, así que dejo la idea de Cher en las propuestas para este enorme problema.
-Vale, lo voy a pensar - accedo.
Cher sonríe y me da un abrazo.
-Vamos a hacerte un ultrasonido, ¿sí?
- Aún tenemos clases.
- ¿Y? - la sonrisa aún permanece en su rostro - Esto es más importante... Al menos para mí lo es - agrega al ver mi semblante.
Asiento sin ninguna alternativa porque si me niego, no va a dejar de insistir.
Una hora después salimos del instituto, alegando que me siento enferma y Cher me llevará a casa. El camino no es tan largo como lo imaginé y demasiado pronto, estamos en las puertas de un hospital. Analizo la fachada con recelo, no me gusta estar aquí. Entramos, Cher habla con una mujer joven en recepción. Me quedo en segundo plano mientras ellas están en lo suyo.
Mi mirada se desliza a mi vientre plano ¿En serio hay alguien ahí?
Unos minutos después camina con júbilo hacia mí.
-Segundo piso, consultorio cuatro.
Ambas caminamos hacia el ascensor.
- ¿Qué hiciste?
No me culpen, es demasiado fácil para ser verdad y desgraciamente ninguna posee rasgos de mayor de edad.
-Le dije que era una súper emergencia ginecológica y que estabas, literalmente, muriendo - se encoge de hombros - Papá paga, no te preocupes por eso.
¿Ven a lo qué me refiero? Ella es de lo peor y lo mejor a la vez, es simplemente ella.
- ¿Y la identificación? Se supone que debemos venir con un adulto.
-Soy tu hermana mayor- ríe - No me lo agradezcas. Por fin la identificación falsa funciona para otra cosa que no sea acudir a discotecas y bares.
-Tu uniforme es lo que no ayuda.
-Lo sé, pero ya estamos aquí y es lo que importa. La vestimenta es lo de menos.
Cuando llegamos al lugar antes dicho, hablamos con otra secretaria, ésta pregunta nuestros nombres y al decírselos, nos informa que la doctora nos está esperando. Asentimos y nos encaminamos al consultorio.
Lo primero que percibo apenas entro es: los dibujitos de bebés pegados a las paredes, junto con retratos del aparato reproductor femeninos, ciclos menstruales y de embarazos.
Nos acercamos al escritorio, frente a él, hay unas sillas. Nos sentamos y la doctora deja de escribir en unos papeles, nos mira a través del puente de sus anteojos.
-Nombre, apellido y edad - ordena en tono profesional.
-Melody Clark, dieciséis años - respondo retorciendo los dedos en mi regazo.
Asiente, mira el computador frente a ella y comienza a teclear algunas cosas.
-Bien, Melody... Y amiga de Melody -dice, me mira y luego a Cher - ¿En qué puedo ayudarlas?
Carraspeo la garganta, después tomo una bocana de aire, me doy ánimos. «Vamos Melody».
-Huh, hoy me realicé una prueba de embarazo y dio positivo...
--¿Tu último período fue hace cuanto? - me interrumpe.
Abro los ojos como platos, sintiendo mis mejillas sonrojarse.
¡Diablos!
-No lo recuerdo.
Ella asiente de nuevo.
-Por lo general los síntomas de un embarazo son: las náuseas matutinas, mareos, cansancio, dolor en los senos, entre otros. Aunque no todos los cuerpos funcionan igual - explica, Cher toma mi mano dándole un leve apretón. Sabe que estoy asustada con todo esto. La doctora pregunta sin dejar de mirarme -: ¿Has tenido alguno de los anteriores?
-Solo las nauseas y mareos, han sido mínimos.
Me escucha atenta, cuando termino vuelve su vista al ordenador y teclea de nuevo.
-Vamos a hacerte un ultrasonido para confirmar o descartar cualquier anomalía - informa levantándose.
Cher y yo hacemos lo mismo. La doctora camina hacia una pequeña salita, entramos y rápidamente todos los aparatos captan mi atención.
-Ve al baño que está a tu izquierda, colócate la bata y regresa. Así podremos proceder -indica.
Lo hago, Cher se sienta en la silla que está al lado de la camilla, esta considerablemente callada, lo cual es poco usual en ella. Le sonrío con nervios y ella a mí.
Minutos después, salgo, la ansiedad puede conmigo.
-Recuéstate y abre las piernas - pide amable- Como no sabemos cuánto tienes exactamente, aunque intuyo que no es mucho, es muy pronto para irnos por lo externo, o sea el vientre, así que lo haremos vía vaginal - explica con un aparato largo y no tan grueso en manos, le coloca un preservativo y vierte gel en él - Respira hondo y relájate. No duele tanto.
Asiento, cerrando los párpados fuertemente. Tomo la mano de Cher: está fría. Lo introduce y mueve el aparato varias veces con cuidado.
Espero que solo sea una falsa alarma y que mañana pueda reírme de esto. También reprocharle a Cher por traerme aquí a meterme algo en la vagina porque sí.
La doctora continúa con su trabajo en silencio durante unos minutos que se me hacen eternos. Cuando fijo la vista en la pantalla, percibo que sus ojos se iluminan como quien encuentra algo después de mucha concentración.
- ¡Felicidades, Melody! - «ay, no» - Serás mamá de un hermoso bebito - exclama, sonriente.
- Es imposible - murmuro en shock, me incorporo un poco para ver mejor la pantalla. Solo hay manchas.
Entrecierro los ojos, hay una que parece titilar.
- Ah, no... Es muy posible, jovencita ¿Ves esa mancha que titila? - asiento- Ese es tu bebé - enfatiza - Tienes 6 semanas, con exactitud. El feto está en perfectas condiciones, ¿Quieres una foto? - pregunta amable, yo solo la miro sin decir nada. Si esta mujer supiera que me acaba de dar la peor noticia que se le puede dar a una adolescente.
-Sí, la queremos, por favor - se precipita Cher por primera vez desde que llegamos.
La doctora saca el aparato de mi cuerpo y luego nos pasa unas pequeñas fotos, que son puras manchitas. Se la arrebato a Cher de las manos, la miro con tristeza, suelto un sollozo y me cubro la boca con una mano mientras las lágrimas salen de mis ojos.
-Les daré un momento a solas - dice confundida, gira su cuerpo y se va de la pequeña sala.
Abrazo a Cher con fuerza. Lloro, lloro como una verdadera Magdalena. Esto no me puede pasar a mí, yo no quiero ser mamá.
-Tranquila, tranquila cariño. Vas a estar bien - consuela al tiempo que acaricia mi espalda de arriba abajo - Estoy contigo, recuérdalo.
-Nada está bien, todo se ha jodido, Cher ¡Todo! - me quejo entre hipidos.
-No estás sola, yo estaré contigo -se separa de mí - En las buenas y en las malas. Sobre todo si eso implica a un bebé. Incluso tendrás a Noah, que nos olvidamos por completo de su existencia - ríe.
- ¡No le digas así! - grito molesta - Esto no es un bebé, es un problema, ¿Entiendes eso? Hace unos minutos confirmé su existencia y siento que lo odio con toda mi alma.
Su gesto se endurece.
Sé que mis palabras no le agradan pero que me importa. Yo soy la que está embarazada, no ella. Yo soy la que se jodió la vida, no ella.
-Quiero creer que solo estas en shock y no piensas racionalmente como para decir aquello -entrecierra los ojos - Esto es real y está pasando, aquí y ahora. Bájate de tu burbuja rosa porque, cariño, entérate ¡Serás madre! Y ahora alguien depende de ti, es tu misma sangre; ya no solo se trata de ti.
La ignoro. Odio cuando me dice la verdad aunque no me guste.
Respiro un par de veces, guardo las fotos en mi bolsillo trasero y salimos de la pequeña sala. La doctora al vernos, se incorpora en su silla. Me receta varios fármacos para el embarazo, los miro con una mueca. No pienso tomarlos.
Al salir, Cher me acompaña a casa, de nada vale que regrese a la escuela gracias a nuestra pequeña mentira. Cuando estamos en la puerta principal me abraza y susurra con afecto.
-Oye, sé positiva y velo de esta forma: un bebé es una bendición. Además son muy lindos, excepto cuando nacen.
-No podré darle nada, Cher - repito.
- Amor - resuelve- Eso es todo lo que él necesitará a partir de ahora. Eres su madre y sabrás proporcionárselo - se separa de mí, sonríe de forma melancólica - No le niegues el derecho de vivir.
-Lo pensaré - espeto encogiéndome de hombros.
-Tú sabrás qué es lo mejor - empieza a caminar para irse. Se detiene cuando esta a mitad de camino y luego grita -: ¡Eres fuerte, podrás con esto!
Y sin más se va corriendo.