Capítulo 6 La hormiguita perdida y el árbol guardián

La hormiguita perdida y el árbol guardián

Había una vez una hormiguita que quería salir a conocer las cosas del mundo. Sus padres le dijeron que ella era muy pequeña y que no tenía experiencia para caminar sola en un mundo de tantos conflictos, pero la hormiguita no obedeció a sus padres y se marchó.

Tanto sus padres como sus hermanas quedaron tristes, ya que la hormiguita era la más pequeña de todas. La hormiguita salió en las primeras horas de la mañana, comenzó a atravesar valles, rios, montañas y praderas. Después de tanto caminar sin valles sin encontrar nada de lo que había soñado dijo: Estoy cansada, hambrienta y con mucha sed y no sé por donde voy, estoy perdida. ¿Qué haré? Dijo. Al llegar la noche subió a un gigantesco y frondoso árbol, era el árbol guardián. La hormiguita se quedó dormida, a pesar del hambre que tenía.

Al asomarse los primeros rayos del sol, el árbol guardián, al despertar, sacudió sus ramas y notó que algo extraño había encima de él; y con voz estruendosa dijo: ¿Quién ha osado subir sobre mí? La hormiguita, llena de miedo y con voz temblorosa exclamó: -soy yo señor árbol guardián de las montañas, la hormiguita perdida. ¿Y qué buscas por estos lugares? ¿Y de dónde eres? Soy de la ciudad de las hormigas y he venido por estos lugares porque quería conocer el mundo, y a pesar de los consejos de mis padres no les hice caso y hoy estoy perdida, cansada, con hambre y sed, no sé que hacer buen árbol.

El legendario árbol le contestó, haz hecho muy mal hormiguita, baja de mi rama y vete a ese árbol, él está lleno de jugosas frutas, él te dejará tomar todas las que puedas comer.

La hormiguita se dirigió de inmediato al árbol y tomó cuantas frutas pudo, después de comer y quedar satisfecha volvió donde el árbol guardián y éste le dijo: vuelve a tu hogar, tus padres y tus hermanas deben estar muy preocupados al ver que no regresas. Estas montañas son muy peligros, hay muchos animales salvajes Y te pueden hacer daño y hasta pueden quitarte la vida.

La hormiguita perdida al oír esas palabras sintió miedo y le dijo al gigantesco árbol: no sé volver a mi casa, estoy perdida, bueno yo no me puedo mover de este lugar, soy el árbol guardián de estas montañas más viejo de todos. ¿Y cuántos años tiene usted? más de mil años y todavía estoy de pie.

Hormiguita, ven que te voy a ayudar para vuelvas a tu hogar, dijo el árbol ¿Y cómo, señor árbol?. A mis ramas vienen todas las aves de la montaña, desde, el colibrí hasta el ave más grande. Entonces la hormiguita perdida exclamó con mucha alegría iHurra, iVoy a volver a mi hogar! La hormiguita al ver tantas aves se impresionó, pero lo que más le llamó la atención fue el ruiseñor con su canto y su hermoso plumaje.

El árbol guardián llamó al ruiseñor y le dijo ruiseñor, sube a la hormiguita perdida a tu lomo, y como tú eres el único que sabes donde queda la ciudad de las hormigas, llévala con sus padres. El ruiseñor obedeció de inmediato la orden que le había dado el árbol guardián. La hormiguita subió al lomo del ruiseñor éste levantó el vuelo, cruzando valles, montañas y praderas. A pesar de todo, la hormiguita iba muy feliz había visto desde los aires la belleza de la naturaleza.

La hormiguita preguntó al ruiseñor ¿Por qué hay tantos árboles y los ríos y los arroyos son tan caudalosos? -Bueno, porque todavía la maldad de los hombres no ha llegado hasta aquí; y por eso todos vivimos muy felices en estas montañas. Antes de anochecer, el ruiseñor llegó a la ciudad de las hormigas y cuando sus padres, sus hermanos'y todos en la ciudad oyeron el canto del ruiseñor salieron a recibirlo porque sabían que él traía buenas noticias, iPapá, mamá! Soy yo, y todas contentas le dieron las gracias al ruiseñor por haberle traído sana y salva a su hormiguita perdida, entonces el ruiseñor dijo: las gracias serán dadas al árbol guardián, fue él quien me ordenó traerla a ustedes, y junto con el ruiseñor celebraron una fiesta, entonces, la hormiguita dijo a sus padres, jamás volveré a desobedecerles, y después de pasar la fiesta, el ruiseñor levantó nuevamente su vuelo, dirigiéndose a las montañas.