El hilo rojo
img img El hilo rojo img Capítulo 2 En la búsqueda.
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Capítulo 6 Papá. img
Capítulo 7 La fiesta. img
Capítulo 8 Fiesta parte 2. img
Capítulo 9 Las escorias como tú tiene un castigo. img
Capítulo 10 Anonimo img
Capítulo 11 Jack Colsón.... img
Capítulo 12 Visitando a mi suegro. Parte 1. img
Capítulo 13 Conociendo a mi suegro. 2 parte. img
Capítulo 14 Me enamore de Sael. img
Capítulo 15 El viaje en caballo img
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Capítulo 2 En la búsqueda.

Había pasado tres semanas de lo ocurridos, me fui de la casa de los Smith fue lo mejor que hice en mucho tiempo. Estaba en el cementerio despidiéndome de mi madre, mirando aquella foto que tanto nos gustaba, sin embargo; solo era eso una foto que estaba en una lápida de cemento.

-Me estoy quedando en nuestra pequeña casa, mamá - cambie las flores por unas nuevas, era la única que venía a visitar a mi madre y cambiarle la flores – Vine a despedirme, me iré por un tiempo aún no sé cuánto, pero regresare... ahora si te puedo decir, que no creo en cuentos de hada, solo son escritos para niños.

Termine de arreglar las flores mientras habla con ella, si tan solo me contestara sé que me diría que es verdad. Una vez lista tome las maletas que tenía lista para mi viaje; había encontrado las cartas de tío Milán y por qué no volvió a casa esos años. Durante estos años no deja de escribir. Lamentablemente mi tío era un soldado que cumplía misiones secretas, así que durante este tiempo decidí ir a quedarme con él. Necesitaba un respiro y poner en marcha mi primera jugada para comenzar a destruir por completo las personas que me hicieron daños, todo se arrepentirá de lo que me hicieron.

Una vez en el aeropuerto mire por el ventanal, no estaba huyendo; no señor, estos es solo un punto aparte para cada uno sobre todo para mí. Comencé a llamar para subirse en el avión, mi vuelo era a Estados Unidos; ahí es donde me estaba esperando mi tío Milán. Durante el vuelo pase durmiendo que no note que había llegado a mi destino; al bajar encontré un cartel que decía florecita Celeste.

Sonreí al ver a mi tío, tenía canas ya del cansancio; era un soldado retirado por lo que tenía una buena casa en un lugar tranquilo. Lo abracé al verlo, pero de repente sentí un mareo todo se volvió negro.

...

Tenía una hora despierta estaba en un hospital, con los nervios de punto y las lágrimas a flor de piel, aquella noche había dejado huellas creciendo en mí. ¿¡Porque me pasa esto a mí!? El doctor había venido hace media hora a felicitarme por tener dos semanas de embarazo. Mi tío me miro con decepcionado de mí. Lo vie en sus ojos; pero aún no decía nada y yo tampoco me atrevía a levanta la mirada de la sábana, una vez en llegamos a la casa me senté en la silla.

-¿¡Que paso!?¿¡Donde está el padre del niño!? – pregunto mientras me tomaba de las manos.

-Tío, lo siento...

Le conté todo desde la muerte de mi madre hasta lo que paso aquella noche y la traición de mi ex prometido. La rabia que sentía en su ser era poco para lo que yo sentí en aquel momento, humillada, sucia, me despreciaba a mí misma. Mire a mi tío que estaba lleno de impotencia, después de un momento se calmó tomando lugar nuevamente a mi lado.

-Todos ello la pagaran por lo que te hicieron, buscare al malnacido que te violo y yo mismo lo matare. – el odio estaba en sus palabras. -¿¡Que harás con él bebe ahora!? Puede abortarlo si quieres, Hija.

-No tengo el valor para matar a un ser vivo, menos unos que está creciendo en mi vientre, Tío, no puedo hacerlo. - negué decidida. –Lo tendré... no voy abortarlo no fue lo que me enseño mi madre, no sería mejor persona que el bastarde que me ultrajo... lo creare hacia sea sola.

-No está sola, hija, te ayudare con todo lo necesario.

Después de hablar un poco de lo que estudié, decidí irme a descansar un poco. Mire el color rosado pastel del techo pensando que el embarazo cambiario totalmente mis planes de volver a esa ciudad a vengarme de ellos. Lleve mis manos a mis barrigas, sonriendo por la pequeña vida que estaba creciendo en mi vientre; no me importaba quien sería el padre del niño o niña; por el momento me concentrare en hacer lo que vine hace en este lugar crear un legado lo suficiente grande para acabar con el grupo de Smith.

***

Mire como estaba acostado en la silla, hay esta un hombre que creo un imperio a punta de sudor y sangre, era muy joven para estar sentado en el puesto de presidente, pero hay estaba con tan solo 25 años de edad; había derrotado a su padre en solo unos días de poner su imperio ahora esta postrado en un escritorio de mal humor por un mujer que ni conoce.

-Búscala por mar o tierra. - demando con ferocidad.

-¿¡Quién es esa mujer para que te pongas así!? – le pregunte nunca lo vi así por una mujer.

Hizo una mueca de asco a lo que salió corriendo al baño, al salir tiene cara descompuesta. Lleva dos semanas en este estado; el muy terco no quiere ir al doctor. Por qué solo es algo pasajero.

-Alguien que no tiene que ver contigo, solo encuentra y tráela ante mí – respondió con aburrimiento del tema.

-Con una condición que vayas al doctor. – lo mire con una advertencia en mis ojos, asintió con pesadez. – Te are una cita ahora mismo, antes que cambies de opinión.

Dos horas después estábamos en la oficina de una de las doctoras más destacadas de la ciudad, por desgracia; mi madre que me miraba con estrés. Llevaba tres semanas sin verla, como toda madre estaba resentida que su hijo no fuera avistarla, sino que trae a su jefe a su consultorio.

-Dime que esto es una broma. - mirando los exámenes que tenía en sus manos. – el chico no tiene nada, debe comer más y beber líquido para que no se deshidrate por los constante vómitos.

-¿¡Entonces porque eso síntomas!? –pregunto mi jefe confundido.

-No sé...- miro al techo, sonriendo por algo - imposible que sea eso.

-Usted dirá. – mire a mi jefe que se cruzó de pierna imponiendo su gran presencia, pareciendo un mafioso haciendo un trato.

-La única explicación que este sintiendo los síntomas de embarazo - respondió mi madre dejándonos sorprendidos. - cuando estaba embarazada de tu hermana, no sentía los síntomas, sino que tu padre pasaba durmiendo, vomitando, con los antojos desagradables, es la única explicación que tengo para tu estado de salud.

El silencio fue atroz mire a mi jefe esperando una respuesta que afirmara lo que estaba pasando, se levando de la silla sin decir ni una palabra; le di las gracias a mi madre prometiéndole que la visitaría el fin de semana. Alcance a mi jefe en la salida, caminaba tranquilamente con los manos en los bolsillos de su pantalón empresarial.

-¿¡Entonces!? – pregunte con curiosidad, esperando una repuesta.

-Encuentra a la chica lo antes posibles. - respondió con indiferencia.

***

El doctor de la familia me informo que yo no podía dejar hijos, pero ahora están estos síntomas, esa chica. En donde se habría metido, tengo que encontrarla explicarle todo lo que paso esa noche. Si no fuera llegas ese bastardo de Héctor la fuera matado, Dios aún tengo sus ojos en mi mente, el sabor de sus labios en los míos; el aroma que desprendía su piel, esa noche conocí lo que era hacer el amor con alguien. Aquella chiquilla había dejado su perfume impregnando en mi piel, su cabello oscuro estaba por la almohada, su piel lechosa desnuda ante mí.

Aquel cuerpo era un templo que nadie se había dignado a tocar hasta esa noche en la que el deseo de un hombre cedió a las peticiones de aquella hada que ocultaba su pasión. La noche fue mágica para mí, aunque me cueste aceptarlo sé que para ella no fue así, el no encontrarla en la habitación que fue testigo de nuestra pasión; que dejo la prueba en la sabana en una mancha de sangre. Me queda de experiencia no dejar mi casa al imbécil de Camilo.

-Tanto tiempo sin verlo, joven maestro – mire al doctor de la familia con amargura.

-¿¡Es verdad que no puedo dejar hijos!? – pregunte con intimidante. – ¿¡Es mentira!?

-Joven, el examen decía que usted no puedo tener hijo – la respuesta no me convencía.

Asentí, abandonando el consultorio me dirigí nuevamente al hospital donde se encontraba la madre de mi asistente personal, hice una cita privado en donde no se podía divulgar ni mi nombre.

-Dos veces al día, joven; es algo fuera de lo común... ¿¡En que puedo ayudarlo!? – preguntado mirando a los ojos.

-Tres años atrás tuve un accidente en donde se me diagnostico estéril, pero ahora con esta situación pongo en duda la profesionalidad de mi doctor. – la mire a los ojos. – quiero confirmar mis sospechas, ¿¡Que tengo que hacer!?

-Hagamos los respetivos exámenes. – respondió mirando mi historial médico.

-No quiero que nadie se entere de esto, ni su hijo, señora Gómez – enfatice las dos últimas palabras, me miro con atención.

-Nadie se enterará, joven B... si se hace ahora en dos días tendremos los resultados. Joven.

-Comencemos con esto.

***

Maldita sea, ¿¡Como una mujer puede desaparecía de un día para otro!? Pero como la encontrare solo tengo la imagen de una cámara y el comentario de los invitados de esa noche que no era para nada bueno, no dudaba de la palabra de mi jefe, pero algo está mal aquí. ¿¡Pero que!? Era una despedida de soltera entonces hay que buscar quien sería la futura novia; mejor dicho, el desdichado ex prometido.

Busque en las redes la futura boda en esta ciudad; la novia no se parecía en nada a la chica que tengo en la cámara. ¿¡Quién eres pequeña!? ¿¡Porque el jefe se obsesiono contigo!? Dejé de pensar cosas que no me incumbía de mi jefe y me puse a trabajar. Mire la lista de invitados solo eran pocas personas, pero había una persona que no estaba en la lista Héctor Marlon era un hombre de mayoría de edad, un asco de hombre tiene más de un antecedente encima, violación, muerte, atraco, secuestro, entre otras cosas. Aun no sé cómo él pudo entrar a la casa de mi jefe.

-Tráeme a Héctor Marlon, llévalo a la bodega – menciono atravesó de la línea de telefonía. – le haremos una pequeña interrogación... no, lo quiero antes de la media noche.

Cerré la línea telefónica para concéntrame en mi otro trabajo que era seguir con los informes de la empresa que tenía que ser revisado por el presidente a primera hora de la mañana siguiente. El reloj marcaba las 4 de la tarde, cuando el teléfono sonó nuevamente con un timbre especial; resople con intensidad. Otra vez, es que no se cansa de buscarlo.

-Buenas tarde, señorita Smith; el joven no se encuentra en este momento le gustaría dejarle un mensaje. -respondí con la mejor educación posible.

-Porque siento que me estas mintiendo, me gustaría hablar con él, soy su novia debería estar hablando con él y no con su perro faldero – muy educada... me respondió de mala gana.

-Lástima que no puedo comunicarle al joven, pero como él dijo no tengo nada que ver con esa mujer así que no me moleste. Se tendrá que conformar con su secretario personal – corte la llamada, mi tiempo es oro y perderla con perra como ella no es algo que me de dinero.

Bloque el número de la ZORRA, así como lo lee, lo es; después del pequeño accidente que sufrió el Jefe comenzó una relación con esa arpía de quinta. La cual lo engaño con muchos hombres. Me pregunto si uso condón, espero que sí.

-¿¡Haz encontrado algo!? – pregunto mi jefe desde la puerta de su oficina.

-No, pero tengo alguien que puede decir algo a cambia de dinero, Héctor Marlon, en este momento están buscándolo para llevarlo a una bodega fuera de la ciudad... tengo planeado hacerle un pequeño interrogatorio. – le comenté mientras le ponía los contratos de los proveedores de la línea de tela. – llamo su ex novia.

-No tienes que contestarle, esa mujer no es de mi agrado en estos momentos. - miro los papeles con una expresión vaga. - estaré presente en la pequeña interrogación de Héctor Marlon, ese sujeto estaba a unos cuantos pasos de entrar a la habitación.

-Sera a la media noche.

Me retire de la oficina, tengo que buscar un café bien cargado. Soy un adicto a la cafeína por desgracia, mi madre no sabe qué hacer con mi adición; peor si fuera droga, pero no es solo café, una mujer de aproximadamente de 35 años entraba por el living de la sala presidencial; una mueca salió de mis labios, llego la madre de la arpía de quinta; la señora Smith.

-Buena tarde, Señora Smith, Que la trae por nuestras oficinas - me forcé a sonreír, adiós mi café cargado.

-Se encuentra el joven...

-Señora Smith, el presidente se encuentra en una reunión importante en estos momentos, si gusta puede esperar. – hizo una mueca cuando la palabra esperar sonó en mis labios.

No le gusta que la hagan esperar, pero como todos tenemos una vida muy ocupada para los berrinches de la madre y de la hija ambas son una arpía de quinta. Sin decir nada se voltio y se marchó la muy importante; que se jode.

***

La bodega de las afuera era un lugar en donde nadie ni a mi peor enemigo se lo deseo, pero como este tema me está superando; situaciones drásticas; mediada drástica. Mi hombre había traído a Héctor Marlon, lo había amarrado a una silla sin ropa; era un hombre de aproximadamente 45 años nada agradable a mis ojos, esta es la clase de hombre que nos son merecedor de la vida.

-¿¡Como entraste a mi casa!? – fui al grano.

-Por la puerta. – respondió con una risita pendeja. – AHH – uno de mis hombres lo golpeo en la pierna con un bate de oro. – Fui invitado por una mujer.

-¡¿Qué mujer!? – su ojo me mostraba el odio que sentía en ese momento.

-No sé quién es, solo iba para reclamar mi producto. – Respondió con una sonrisa asquerosa – ya sabes, una linda chica, con un cuerpo muy jugoso.

-¿¡Cómo se llama la chica de la habitación!? – lo mire con frialdad pura.

-No sé, solo sé que era la futura novia del que la vendió... en estos tratos no hay nombre son la regla compras y listo... pagas y disfruta del producto, pero me estafaron dijeron que era solo para mí era mentira. Alguien más la disfruto – miro a un punto fijo.

-Quiero toda la información de los vendedores y la chica que estuvieron en mi casa – mire a mi secretario. – si hay algo sucio en esto, házmelo saber de inmediato.

Salí de la bodega dejándole el resto a mi secretario sabe cómo trata a las personas con tanta gentileza. Se podía escuchar lo grito de Héctor desde mi auto, mire el cielo estaba llenos de estrellas, mi mente estaba en aquellos ojos celeste que me brindaba la paz de una noche aventurera.

***

(Tres años después. )

Estado esperando por este día desde hace mucho tiempo, forjé un imperio con que me dispuse a destruir a mis enemigos. Mire a mi tío que estaba preocupación, aun no acepta la idea de que salga en televisión.

Pero lo iba hacer por el momento, era lo único forma de que supiera que aún estoy viva y vengo dispuesta a todo, no solo por mí; sino por mis mellizas que ahora estaba creciendo. Me dirigí al que sería el lugar donde se haría la entrevista. Una vez dentro del estudio, me encontré con Sara la entrevistadora; la cual me sonrió en verme en su estudio, estrechamos las manos y nos dirigimos a su lugar de trabajo. Una vez al aire, que comience el juego.

-Buenas tarde, Nueva York. Tengo el gusto de presentarle a mi acompañante del día de hoy. – me dirigió una mirada. – Celeste Blaster, para mí es un gusto que me acompañes en mi programa.

-El gusto es mío, Sara; por invitarme a tu grandioso programa. – le sonreí a la cámara.

-Cuéntanos como fue este gran paso en tu vida de crear una empresa que nos brinda telas, diseño de moda, pasarela.

-Fue un gran paso para mí, gracia a que me gradué en una de las universidades de Francia, Paris en administración empresarial. Hoy estoy en con imperio que hasta ni yo me lo creo. – mire a mi cómplice de cámara.

-En tres años, ya eres una de las más grandiosas empresarias que ha revolucionado el mundo de los negocia en este ambiente de tela y moda. ¿¡Cuál es tu secreto!?

-Tener pasión por lo que estas desarrollando es algo que no lleva a lograr muchos existes en este mundo, pero mis secretos, es superarme cada día. Me gusta romper mis propios límites así sabré de que soy capaz de hacer.

-Sabes que en el mundo de los negocios te conoce como la Princesa de los negocios. Se dice que aún no ha llegado un oponente para ti.

-Como tú lo dijiste, aun no llega, pero si llegara me gustaría poder ver hasta dónde estamos dispuestos llegar por obtener resultado. Aún sigo esperando esa persona indicada para combatir contra mí.

-Bueno, háblanos de ti.

-Soy una persona que le pone pasión y amor a lo que haces, viví aquí con mi tío que lo adoro, mi madre murió cuando era chica, de mi padre solo sé que sigue vivo. Soy soltera, no tengo hijos aun, pero si en un futuro tuviera que sean mellizos.

***

Mire la televisión será posible, aunque no lo puedo creer. Llevo tres años buscando a esa chica y ahora aparece en la televisión con una maldita sonrisa encantadora, ¿¡Me está jodiendo, chica!? Estaba en la junta de inversionista con mi Jefe de cara de no tener gana de verle pendejadas con que sala los inversionistas, me acerque él mientras le entregaba las Tablet. En donde se mostraba a la chica que le quietaba el sueño durante estos tres años.

-Se cancela la junta. – mire como se levantaba de la silla para diríjase a su despacho. – Tres años, aparece como una de las empresarias más dedicadas a su trabajo, Princesa de los negocios. Interesantes, muy interésate.

-Su nombre es Celeste Blaster, se graduó de administradora en una de las costosa y reconocida de la ciudad. Tres años se fue a Estados Unidos; vive en compañía de su tío, ex soldado condecorado. Esta es la pequeña información que parece en la página de la compañía.

-Sería una grandiosa inversión en tela. – su voz sonaba pensativa.

-Me pondré en contacto con su secretaria en este momento... que tenga buena noche, Jefe.

-Consigue toda la información de la señorita Blaster.

            
            

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