Al llegar la casa ya estaba escupiendo personas hasta por las ventanas. La música sonaba a todo volumen, había personas dentro y fuera. En el jardín y la entrada la gente bebía y reía. Incluso Lucas se había dado el lujo de colocar luces para simular a una verdadera fiesta. Típico de él.
-Es enorme -dijo Val mirando la casa cuando aparqué el auto a unos cuantos metros lejos para evitar que fuera golpeado en caso de peleas entre chicos ebrios.
-Es la casa de renta de sus padres -dije quitándome el cinturón y después mirándola.
-¿No es su casa? -preguntó mirándome.
-Algo así, sus padres la tienen para rentar, pero mientras no sea rentada Lucas puede hacer sus fiestas y reuniones aquí -sonreí y tomé su mano llevándola a mi boca.
-Ya veo -dijo sonriendo después mirándome-. ¿Estás listo? -alzó una de sus cejas.
-No, aún sigo esperando a que me digas que encienda el auto y que regrese al apartamento -me acerqué a besarla con mi mano en su mentón-. Aún puedes hacerlo -sonreí sobre su boca.
Soltó una pequeña risilla negando y se alejó.
-Vamos, no seas aguafiestas -me miró sonriendo y antes de que pudiese decir algo más bajó del auto.
Bufé dejándome caer en el respaldo de mi asiento. Suspiré y bajé del auto después acercándome a Valet. Me miró y se acercó a dejar un beso en mi mejilla mientras me tomaba de la mano entrelazando sus dedos con los míos.
-Verás que nos vamos a divertir -me dijo emocionada mientras comenzábamos a caminar hasta la acera de la casa.
Iba a ser una larga noche.
-¿Qué tan buena es esa tal bebida Perla Negra? -me preguntó Val después de unos minutos.
-Depende, ¿te refieres al sabor? -le dije pasando mi brazo por sus hombros.
-Sí, es que me dieron una -alzó el vaso rojo mostrándomelo-. Tienen en la barra de la cocina a un bartender sirviendo todo tipo de bebidas. Que buen servicio, eh.
-Es buena, pero seguro terminas acelerada. Tiene bebida energética -le quité el vaso y di un pequeño sorbo a este esperando a saborear la bebida. Asentí-. Lo tiene. No tomes mucho de esto o terminarás como un niño comiendo chocolate por la noche.
Me arrebató el vaso. Me miró sospechosa y después dio un sorbo. Al saborearlo me miró con los ojos muy abiertos.
-Es rica -dijo sonriendo volviendo a dar otro sorbo.
Sonreí rodeando los ojos y reí mientras negaba mirando de nuevo al frente. El lugar estaba infestado de gente. Había rostro que reconocía, había otros que no. Algunos eran de mi clase, algunos otros los identificaba de haberlos vistos por los pasillos.
Valet estaba completamente encantada, de vez en cuando se ponía a bailar y no podía dejar de mirarla sin dejar de sonreír. Cada una de sus facetas me dejaba encantado, entre más tiempo pasaba a su lado, más me encantaba admirarla. Siendo tan feliz y tan simplemente ella.
-¡Vaughan! -escuché por encima de la música y de la gente.
Giré mi rostro para ver donde provenía esa voz. Entre la gente venía Lucas con una bebida en la mano, al llegar hasta mí me abrazó dando dos palmadas en mi espalda en forma de saludo.
-Has venido, que sorprendente -dijo casi gritando para que lo escuchara por encima de la música.
-Sí bueno, digamos que casi me arrastran -rodee los ojos después sonriendo.
Sus ojos fueron de mí hacia Valet, que aún sostenía mi mano.
-¿Qué le has hecho? -dijo riendo mientras miraba a Valet, esta se encogió de hombros con una sonrisa victoriosa-. ¿Sabes cuanto le rogué por que viniera a una de mis fiestas?
-Te creo que si me dices que más de mil veces -dijo mi chica sonriendo después dando un sorbo a su bebida.
Lucas carcajeó. Evidentemente ya estaba algo tomado, pero seguía siendo el Lucas de siempre.
-Esta chica me agrada, en serio -me dio dos palmadas en el hombro-. Ni se te ocurra dejarla ir, hermano -dijo casi alto en mi hombro para que lo escuchara.
Sonreí, lo miré y asentí apretando los labios.
-Créeme que no lo haré -le dije y este volvió a reír.
-Iré a jugar beerpong en la parte trasera, están apostando una botella de tequila -dijo después gritando y alejándose de ahí.
Caminó por entre la gente al mismo tiempo que bailaba con cada persona que se le cruzaba. Sonreí negando después mirando a Valet quien me miraba mientras daba un sorbo al vaso en su bebida.
-¿Vamos a jugar? -me dijo con una sonrisa.
-Preciosa, no creí que te gusta hacerlo en un lugar lleno de gente -le miré con una ceja alzada.
Frunció el ceño y me dio un leve golpe en el hombro.
-No me refiero a esa clase de juego, tonto -me fulminó con la mirada-. Me refiero a beerpong, podemos ganarnos esa botella de tequila.
-O podemos simplemente comprar una -le dije tomándola del mentón inclinándome a dejar un beso en sus labios.
El sabor a Jäggermeister estaba en sus labios debido a la bebida, me hizo relamer mis labios.
-Así no es divertido, esta es gratis. Anda vamos -me tomó del brazo y me jaló llevándome por entre toda esa gente.
Chicas y chicos bailaban o conversaban entre sí. Cuando Val encontró la puerta hacia el patio, salimos encontrándonos con gente en la piscina, algunos en ropa, algunos en ropa interior. Había dos mesas del otro lado donde chicos jugaban beerpong, cuando divisé a Lucas pareció hacerlo Valet también, jalándome esta vez en dirección hacia la mesa donde él jugaba.
-Hey, ¿te convencieron de jugar? -dijo Lucas al verme.
-No -sonreí y Valet me fulminó con la mirada.
-Yo jugaré -dijo mirándome.
-Necesitas una pareja, bonita -dijo Lucas mirándola, pero esta siguió mirándome a mí.
La miré con una ceja alzada, esta entrecerró sus ojos mirándome casi retándome. Sonreí y negué. Estaba a punto de protestar cuando Lucas habló.
-Bueno, sé mi pareja, veamos que tanta suerte me traes -dijo y esta sonrió mirándolo.
-Excelente -dijo mi chica soltando mi mano y colocándose a la par de Lucas con la emoción explotando por todos sus poros-. Adoro este juego.
-¿Sabes jugar? -preguntó Lucas mirando a mi chica.
-Por supuesto, ¿quién no? -preguntó Val frunciendo el ceño.
Lucas la miró, me miró a mí y después sonrió.
-Esta chica es fantástica -rió y sonreí orgulloso mientras me cruzaba de brazos-. ¿Vas a tomar de los tragos?
-Claro, sino de qué sirve jugar -dijo casi obvio mientras daba un sorbo al vaso en su mano.
Se acercó a mí y me lo dio para que se lo cuidara. Sin decirme nada regresó a su posición entonces tomando la pequeña pelota que Lucas le daba. Aunque ella le había dejado en claro que sabía como jugar, le dio unas cuantas indicaciones con las que ella solamente asintió, pero sabía que siquiera le había puesto atención pues su mirada estaba concentrada en los vasos ya formados de los oponentes.
El juego empezó, del otro lado estaban otros chicos que no desconocía del todo. Iban en la misma universidad; graduados también, pero de otra carrera en la cual tenían algunas clases en común con nosotros. No sabía sus nombres, pero sabía que eran agradables.
-Hey, Decker -dijo uno del equipo contrario a Lucas llamándole por su apellido-. No creas que porque tu pareja de juego es una chica te vamos a dejar ganar. Lo siento, hermosa, pero no pensamos perder esa botella de tequila -se dirigieron a mi chica con aquello último.
Noté como Valet frunció el ceño. Los fulminó con la mirada casi matándolos con ella, si hubiese podido ya estuviesen tres metros bajo tierra. No intervine porque sabía que no lo necesitaba. Tan solo esperar unos segundos cuando...
-No lo sientas ahora, hazlo cuando termine el juego y el gato te haya comido la lengua -dijo mi chica y entonces el compañero del chico comenzó a carcajear.
Lucas lo hizo igual mirando a Val y después a mí.
-Mierda, Vaughan. Menuda chica tienes a tu lado -me dijo riendo.
Sonreí de lado mirando a mi chica quien aún miraba seria al chico quien se había quedado sin palabras por unos segundos, pero después sonrió tratando de ocultar la leve humillada que le había dado mi chica. Por ahora.
-Primero las damas -dijo el mismo chico sonriendo.
Valet se acomodó en el extremo estiró el brazo y después de concentrarse tiró la pequeña pelota en dirección al otro lado de la mesa. La pelotita no cayó dentro, pero si rebotó haciendo que por un momento los chicos contuvieran el aliento, después soltando un suspiro de alivio.
-Cerca -dijo el chico que parecía haber entrado en guerra con Valet-. Pero fallaste.
-Me gusta hacerlos pensar que tienen la victoria en sus manos para después arrebatárselas, no te ilusiones -sonrió Val cruzándose de brazos.
Después siguió Lucas, quien también falló el tiro. Un abucheo se escuchó por parte de los chicos mientras Lucas alzaba sus manos en forma de disculpa.
-Ya estoy sintiendo el tequila en mi garganta -dijo vacilando uno de ellos.
Era su turno y ambos acertaron haciendo caer las pelotitas dentro de los vasos de Val y Lucas. Tuvieron que tomarse cada uno el trago que les correspondía mientras los otros chicos celebran vitoreando y chocando sus puños. Después de ese trago noté como Valet sonrió, dejó el vaso boca abajo sobre la mesa y entonces le arrebató la pelotita a Lucas. Se colocó en posición, entrecerró los ojos mirando hacia los vasos como si estuviese apuntando con precisión. Estiró el brazo y tiró la pelota haciéndola caer dentro de un vaso.
Al darse cuenta gritó de emoción se giró sobre Lucas y lo abrazo haciendo este lo mismo. Casi río, por aquello sobre todo cuando vi la reacción de los otros chicos que, aunque trataron de ocultar la estupefacción no pudieron.
-Solo ha sido un tiro de suerte -dijo uno de los chicos riendo bajo.
-Créeme, la suerte va a estar de su lado el resto del juego -le dije al chico mientras este me miraba.
-¡Les dije! -dijo Valet gritando cuando el último tiro cayo directo en el último vaso del lado contrario.
Los chicos miraron casi boca abierta a Val, mientras Lucas se reía a carcajadas casi en sus caras. Después del primer tiro Valet hizo una gran jugada hasta dejarlos sin un vaso. No era algo que me sorprendiera, desde el momento en que amenazó a los chicos supe que les daría una paliza, ella no hablaba solamente por hablar.
Se acercó a mí que me había mantenido a la par de la mesa mirando todo el juego hasta al final. Me abrazó emocionada y sonriendo.
-Gané, gané -dijo volviendo a arrebatarme el vaso que me había dado a cuidar al inicio del juego.
-Lo hiciste -sonreí viendo como esta sonreía orgullosa y daba unos cuantos sorbos al vaso rojo en su mano-. Ya se te está subiendo un poco, eh -la miré con una ceja alzada a lo que esta me miró frunciendo el ceño y después riendo.
-Debiste haber jugado tú conmigo -me fulminó con la mirada.
-No necesitaste de mí para ganar -me incliné y le robé un beso.
-Necesito ir por otra de estas -dijo pero antes de que pudiese darse la vuelta la tomé de la cintura deteniéndola.
-Pide otra cosa, mucha bebida energética te puede hacer mal -le dije acomodando uno de sus mechones detrás de su oreja.
-Sólo llevo una -arrugó la nariz y sonreí ante aquel gesto.
-Bien -dije y antes de que pudiese decir algo más me tomó del brazo jalándome.
-¡Quiero mi botella de tequila, Lucas! -gritó Valet a mi compañero después llevándonos a donde un bartender que se encontraba cerca de la entrada trasera de la casa, al igual que el de adentro preparaba bebidas-. Un Perla Negra, por favor -dijo al chico que preparaba.
La abracé por la cintura por unos segundos, aún sin soltar su mano y ella apoyó su cabeza en mi pecho. El alcohol comenzaba a hacerle efecto y con más rapidez por la bebida energética y los tragos que había tenido que tomar en el juego, los cuales sabía que estaban bastante cargados. Dejé un corto beso en su cabeza aún con mi mano entrelazada con la de ella. Esperamos a que el bartender terminara de preparar la bebida y en cuanto la tuvo lista, Valet la tomó agradeciéndole y después girándose hacia mí.
-¿Quieres? -dijo mirándome.
Negué sonriendo.
-No me apetece, aparte yo manejaré -le robé un beso después acomodando su cabello-. Toma tú.
-De acuerdo -dijo dando otro sorbo a la bebida después relamiendo sus labios.
Sonreí mirándola, le acaricié la mejilla con mi pulgar. Se veía tan preciosa. Estuve a punto de decírselo hasta que una voz nos interrumpió.
-Hey, linda -dijo la voz.
Tiene que ser una jodida broma.
De inmediato Valet giró su rostro dejando de mirarme, claro reconociendo aquella voz. Yo lo hice igual, girando mi rostro en la misma dirección que había hecho ella, dando con la persona que había hablado.
-¡Bastian! -dijo Valet casi emocionada.
Este imbécil no otra vez.
-No sabía que estarías aquí -dijo acercándose a nosotros mientras sonreía y en su mano sostenía un vaso rojo.
Abrazó a mi chica en forma de saludo siendo este correspondido por ella. Las ganas de tomarla y apartarla de él no me hicieron falta, pero lo contuve.
-Ni yo tampoco sabía que estarías aquí -dijo Valet riendo-. ¿Qué haces por acá?
-Recién graduado -dijo y Valet abrió la boca con sorpresa como si recién cayera en cuenta de algo.
-Oh vaya, ¡felicidades! No recordaba que estudiabas en la misma universidad que Nate -dijo Val tocándole el hombro mientras le sonreía-. Nate también se graduó.
Me miró y me tomó del brazo. Fue ahí cuando el imbécil ex vecino de mi chica me miró, sonrió y me dio dos palmadas en el hombro que casi aparto de golpe.
-Hey, felicidades -me dijo sonriendo, yo solamente asentí apenas sonriendo con la boca apretada-. ¿Desde hace mucho están aquí? -preguntó volviendo a mirar a Valet como si mi presencia no fuera importante ahí.
-No mucho, pero algo. Recién acabo de ganar una partida de beerpong -respondió Valet y después apuntó hacia la mesa donde había jugado minutos antes.
-¿Eres buena? -dijo Bastian mirando a mi chica con ambas de sus cejas alzadas.
-Ni te imaginas -dijo Valet riendo haciéndolo reír también.
-Bueno puedo darme una...
-Preciosa, ¿no quieres ir al auto para quitarte los tacones y ponerte los otros zapatos? -lo interrumpí abrazando a Valet por la cintura.
Esta me miró, pestañeó formulando mis palabras en su cabeza. Bajó la mirada a sus pies y después me miró entrecerrando los ojos.
-Es una buena idea -dijo sonriendo y sonreí igual aliviado de que no se diera cuenta de mi intento por terminar aquella conversación con aquel idiota.
Lo miré, este recorrió a Valet con la mirada de pies a cabeza y si no fuese porque ella se había adelantado en hablar, lo hubiese golpeado ahí mismo.
-Te veo por ahí, Bastian -dijo Val dedicándola una sonrisa mientras comenzábamos a alejarnos de ahí.
Justo cuando pensé que nos habíamos librado de él su voz volvió a detenernos y casi maldigo en voz alta esta vez.
-Por cierto, linda, he hablado con mi tío. Está en proceso de conseguirte la entrevista. Lamento no haberte hablado antes. Necesitaba asegurar primero el que pudiese conseguirla pero ya que estás aquí, te doy un breve adelanto -dijo al principio con una leve mueca como si estuviese apenado después esbozando una sonrisa mirando a mi chica en espera de alguna respuesta.
¿Entrevista? ¿Entrevista de qué? ¿De qué carajos hablaba este imbécil?
-¡La entrevista! -soltó Valet abriendo los ojos-. Lo había olvidado.
-Sí bueno, después de ese día no te di mucha más información -se encogió de hombros metiendo una de sus manos en el bolsillo de su pantalón.
¿Qué día? ¿Valet se había visto con Bastian y no me lo había dicho?
-Decidí no hacerme ilusiones igual -le dijo Valet encogiéndose de hombros-. Preferí esperar a tu llamada.
-Un día de estos te llamaré, quizá podamos reunirnos en algún lugar para que te lleve a la entrevista -le sonrió y vi como Valet lo hizo igual mientras asentía.
¿De qué mierda estaban hablando?
-Claro, estaré al pendiente. Hasta pronto, Bastian -dijo mi chica y no dudé en comenzar a caminar aún tomando su mano sin esperar a alguna respuesta de Bastian.
Entramos a la casa, después pasando por entre toda la gente atravesando la gran sala. Cruzamos el recibidor hasta salir por la puerta principal que nos llevó a el frente de la casa, personas tomando y fumando se encontraban ahí, conversando o riendo. Algunas personas besándose, otras jugando a juegos absurdos en los que al final de la noche dos de los jugadores terminaban en un cuarto probablemente follando.
Caminamos por la acera, aún sin decir absolutamente nada. Cuando caminamos unos cuantos pasos más lejos donde había dejado el auto, giré a mirar a Valet quien al parecer no tenía idea de lo que estaba por decirle.
-¿De qué estaban hablando? -pregunté mirándola a los ojos-. ¿A qué se refiere con eso de entrevista?
Me miró por unos segundos casi sin entender.
-¿Con Bastian? -preguntó y cuando asentí se encogió de hombros-. Me ha ofrecido una oportunidad de trabajo, me dijo que su tío trabaja en el New York Times y podría conseguirme una entrevista.
¿New York Times? ¿Su tío trabajando ahí?
-Nunca me dijiste nada de eso -le dije sintiéndome algo mal de que en ningún momento hubiese comentado aquel tema conmigo.
-No quería hacerme ilusiones, prefería esperar a que la entrevista se confirmara para poder conversarlo contigo.
-¿Lo viste?
-¿A qué te refieres? -preguntó confundida después de dar un sorbo a la bebida.
-A él. El imbécil de tu exvecino -dije y en automático frunció el ceño.
-Oye, no lo llames así. Él no ha hecho nada malo, Nate...
-No lo trago.
-Tú no tragas a muchas personas, Nate. Eso no es sorpresa.
-Tengo razones para no hacerlo con él.
-Claro, ¿como cuáles? -se cruzó de brazos mirándome con ambas cejas alzadas.
-Te coqueteó frente a mí sabiendo que estábamos juntos. Literalmente te comió con la mirada, Valet, ¿acaso no lo notas? -fruncí el ceño esta vez cruzándome yo de brazos.
-No me coqueteó ahora, sólo conversamos, Nathaniel -dijo entrecerrando los ojos.
-Quizá no ahora pero sí la vez que fuimos por tus cosas al edificio -espeté de inmediato volviendo a recordar aquel momento.
No lo tragaba. Había sido tan descarado para coquetearle a Valet frente a mí sabiendo que tenía algo conmigo, ¿cómo se suponía que me iba a agradar después de eso? Cualquier otro chico le hubiese golpeado en ese momento. Yo me abstuve por Valet, sólo por ella.
-¿Lo viste? -volví a preguntarle mirándola a los ojos.
Esta me sostuvo la mirada.
-Lo vi cuando fui por las últimas cosas al apartamento -no desvió la mirada de mis ojos-. Me ayudó con unas cajas y después de eso me habló de la oportunidad del trabajo.
Reí casi amargamente mirando hacia otro lado. Apreté los labios y negué después casi chasqueando la lengua.
-¿Qué tan cercanos deben de ser para que solo por ser su vecina quiera conseguirte una entrevista para trabajo? -la miré con una sonrisa la cual realmente no quería permanecer en mi boca.
-¿Disculpa? -dijo frunciendo el ceño y mirándome casi ofendida-. ¿Qué estás tratando de decir, Nathaniel?
-Una vez me dijiste que apenas y se había mudado al edificio cuando a los pocos días te fuiste a mi apartamento por el accidente. No llevan tanta relación como para que de la nada quiera ofrecerte un trabajo, ¿no crees? -pregunté mirándola mientras ladeaba mi cabeza, di un paso hacia ella-. Por eso te pregunto, ¿qué tan cercanos deben de ser para que solo por ser su vecina quiera conseguirte una entrevista para trabajo?
Me mantuvo la mirada. Aún con el ceño ligeramente fruncido. Después de unos segundos dio un paso hacia atrás, dio un sorbo a la bebida y después la tiró al suelo con brusquedad. Me miró y rió sin ganas, pero noté el enojo en sus ojos y facciones.
-Eres un idiota -soltó después dándose la vuelta volviendo por donde habíamos venido.
Mierda.
-Val -dije caminando a zancadas hasta alcanzar su brazo y detenerla.
-Suéltame -dijo sacudiendo el brazo con brusquedad hasta que la soltara-. Eres un egoísta, ¿qué acaso no puedo tener una maldita entrevista de trabajo? Tú trabajas.
-No estoy diciendo que no puedas trabajar, Valet, no pongas palabras falsas en mi boca. Por supuesto que puedes trabajar, nunca he dicho lo contrario y aunque lo hubiese dicho no soy quien para decirte si puedes o no, es tu vida -dije volviendo a tomarla del brazo haciendo que me mirara-. Pero no confío en él, apenas y han hablado y te está ofreciendo una entrevista de trabajo en el New York Times. Vamos, Valet, eres más inteligente que eso -dije mirándola a los ojos.
Me sostuvo la mirada por unos segundos, noté como apretaba los labios y después miraba hacia otro lado.
-No siempre las personas necesitan algo a cambio para ser amables -soltó volviendo a mirarme y zafándose de mi agarre-. Y no trates de disfrazar tus palabras, Nathaniel. Sé exactamente a lo que te referías cuando preguntaste sobre nuestra cercanía.
Se dio la vuelta y caminó de nuevo hacia la casa, donde la música y la gente seguía sumergida en el espíritu de la fiesta. Quería largarme de ahí, quería tomar a Valet y largarme de ahí. Sabía que el ir a esa fiesta no iba a ser una buena idea, ahora sabía por qué.