Capítulo 3 Está Sana

-Quítese la ropa, acuéstese en la cama y abra las piernas por favor- Le indicó la doctora.

Sobre las sábanas del consultorio, la bella mujer cerró los ojos con humillación, ella es hermosa incluso sin moverse, los labios rojos se apretaron ligeramente, sin embargo, parecía triste. Liv Jones una joven de 19 años acató las ordenes de la doctora, se desnudó rígidamente y tumbada sobre la camilla espero que le hicieran el examen.

Mientras estaba tumbada comenzó a recordar aquella tarde donde acepto la propuesta, después de salir de la universidad su hermano comenzó a empeorar de salud por lo que no le quedo de otra en realizar la llamada a John Abreu.

La luz del sol penetraba a través de la cortina, es tan brillante que no podía abrir los ojos, pero en su corazón estaba oscuro y comenzó a preguntarse ¿por qué acepto este trabajo que es tan despreciado por la sociedad, iba a dar su vientre en alquiler?

-Aquí, ponte la ropa- dijo la doctora frívolamente después que la examinara.

Liv de manera rápida se puso la ropa y dejo escapar un largo suspiro. La prueba por fin ha terminado, después de esto ella sería capaz de obtener la mitad del dinero. Tenía la cara blanca como porcelana y el cabello negro como en carbón, que este colgaba en su espalda, una camisa cubría sus hombros y su mirada tímida era de impotencia.

El hombre con traje la esperada en la puerta, al ver salir a la doctora le pregunta:

-Doctora Smith ¿Cuáles son los resultados?

-No sé preocupe señor Abreu, es virgen y no tiene ninguna enfermedad, es muy sana- La doctora fue muy directa al decirlo.

Mientras que Liv se sonrojo, no se atrevía a mirar al hombre que estaba frente a ella, solo sabía que era el representante del hombre que buscaba un vientre, Liv no conocía a ese hombre nunca lo había visto y no le importaba, ya que ofrecía medio millón de dólares por encontrar una madre subrogada, no había duda de que era una persona muy misteriosa.

-Señorita Jones, es hora de irnos- Después de unas palabras con la doctora, el señor Abreu llevó a Liv a una villa donde se encontraba una gran montaña.

-Señorita Jones, desde hoy para asegurar la pureza del niño, el jefe le ha ordenado que no salga de la villa, después del parto, se le dará el resto del dinero, no se preocupe el dinero será transferido a hoy mismo a la cuenta que envió.

Liv pudo respirar aliviada.

- ¿Puedo hacer llamadas?

-Claro- dijo de forma amable John Abreu- Liv no le restringimos su libertad, pero el jefe ha pagado mucho dinero sea responsable por favor.

-Claro- Apretando sus manos nerviosas.

-Hay ropa y todo lo que necesite, en el futuro vendré para tráele comida. Los tramites están hechos por el abogado, solo necesitamos su firma.

-¡Oh! Claro- Liv se quedó helada ya que no había vuelta atrás, pero por el bien de su hermana menor firmó.

Mientras firmaba sentía como su corazón latía deprisa, no sabía que iba ser de su futuro, estaba arruinando su vida, pero no tenía salida, su pequeña hermana estaba esperando la operación, y con lágrimas firmó y se lo entrego a John.

-Señor Abreu, ¿él va a venir esta noche?

-Sí, él vendrá. Liv me tengo que ir, este es el contrato, guárdalo bien- John se montó en el carro y salió de la villa.

Liv se quedó sola en la gran villa, espero nerviosa a que llegara la noche.

<<¿Qué clase de persona sería el jefe?>>

Subió al dormitorio, el diseño era simple pero pulcro, la decoración de azul oscuro la impacto, las sábanas de la cama eran blancas y limpias, lo que hacía que su corazón latiera más rápido, Liv pensó que esa persona tenía un trastorno con la limpieza. La combinación blanca de los muebles femeninos, como si la habitación estaba preparada para ella, una gran cama y una mesita de noche, pasó al armario donde estaba toda la ropa nueva, ella nunca había visto algo como eso, pero estaba segura de que era ropa de diseñador.

Ella solo quería terminar con el contrato y volver a la universidad para terminar con sus estudios, se duchó y se cambió de ropa por algo más ligero. A las diez de la noche, un Audi negro apareció en la villa. El corazón de Liv dio un salto nervioso.

<<¡Viene, el jefe viene!>>

Respiro nerviosamente, se paró frente la puerta principal, el sonido de los zapatos en el suelo de mármol sonaba cada vez más cerca hasta que se detuvo en la puerta, el corazón de Liv se quería salir por la garganta. De repente, la puerta se abrió y apareció una figuran alta con zapatos brillantes y finos, pantalones negros y rectos, la figura era esbelta, bien proporcionada, no tenía barriga, solo llevaba una máscara negra que se usaban en la fiesta de disfraces.

Estaba tan nerviosa que una ráfaga de vértigo le hizo casi perder el equilibrio. Los ojos agudos del hombre miraron el pequeño e inquieto rostro de la mujer y habló.

- ¿Te llamas Liv?.

Una voz baja, profunda, joven y muy bonita, con algo de sensualidad. Liv dio un paso atrás, dijo nerviosamente en voz baja.

-Sí.

Después levanto la cabeza, pero vio unos labios fruncidos, la impaciencia en los ojos del hombre y con un eje de sarcasmo.

-¿Sabes lo que debes hacer?

Liv percibió que era un hombre severo, por un momento se sintió asustada y bajo la cabeza, por lo que no dijo nada.

-¿Qué? ¿Eres tímida? - La mano de él fue directamente a la barbilla de ella y la acaricio suavemente.

-Levanta la cabeza.

Liv se vio obligada a levantar la cabeza y mirar a los ojos.

-Mmm, no tienes mal aspecto. ¿Te has duchado?.

-Si.

-Vamos arriba. - El corazón de Liv latía como un tambor, la voz del hombre sigue siendo baja.

-Si. - ella era obediente, sabía que tenía que ganar ese dinero.

-¿Tienes miedo?.

-....- Tenía miedo, pero tenía más miedo de decirlo.

El hombre se dio la vuelta de repente, los pies de Liv abandonaron el suelo y cayo en los brazos de él, el cálido y fuerte aroma del hombre la envolvió, su cara estaba tan rojo como una manzana.

-Señor... puedo caminar sola.

Pero él no dijo nada. La levanto y fueron directamente a la habitación.

-Liv desde hoy el contrato entra en vigor, ¿te arrepientes? Te daré unos minutos para que lo pienses.

- No me arrepiento- dijo tímidamente, pero con firmeza. Por el bien de su hermanita, por el bien de su familia, estaba dispuesta a entregarse.

La mirada gélida detrás de la máscara se suavizó, todavía la miraba en silencio.

-¿Estás segura de que sabes lo que sigue?

Liv se acostó en la cama, él se quitó el traje, lo coloco a un lado en el sofá, mientras ella observaba sus movimientos y comprendió que este hombre tenía un trastorno con la limpieza.

-Lo sé. - Tan firme e inflexible, todo valdría la pena si existía la opción de que su hermana pudiera mejorar y desgraciadamente esta era la única opción.

-Bien.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022