Neblina: Año Cero
img img Neblina: Año Cero img Capítulo 5 Mutaciones
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Capítulo 6 Regreso a Clases img
Capítulo 7 Flechados img
Capítulo 8 Intenciones Ocultas img
Capítulo 9 Floreciendo img
Capítulo 10 Un Momento de Reflexión img
Capítulo 11 Primera Cita img
Capítulo 12 La Vida Puede Ser Cruel y Hermosa img
Capítulo 13 Dudas img
Capítulo 14 Desaparecidos img
Capítulo 15 Fuga y Pistas img
Capítulo 16 El Peligro Asecha img
Capítulo 17 El Camino Al Infierno Está Plagado de Buenas Intenciones img
Capítulo 18 La Invitación img
Capítulo 19 Sospechas Confirmadas img
Capítulo 20 La Huida img
Capítulo 21 Una Fiesta de Locos img
Capítulo 22 Charla Interesante img
Capítulo 23 Una Noche Perfecta y Una Mañana Horrible img
Capítulo 24 Sin Hogar Para Volver img
Capítulo 25 Traslado Preventivo img
Capítulo 26 Futuro img
Capítulo 27 Luz y Sombras img
Capítulo 28 Vigilado img
Capítulo 29 Moviendo las Fichas img
Capítulo 30 Viaje en Carretera img
Capítulo 31 Abuso de Poder img
Capítulo 32 Viaje en Ascensor img
Capítulo 33 Distracción img
Capítulo 34 Sospechas img
Capítulo 35 Padre img
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Capítulo 5 Mutaciones

Las dos semanas pasaron volando, Gabriela y Luis se instalaron en su nuevo hogar bastante rápido. Unos días después de la mudanza Luis jugaba con John un videojuego en el cuarto de este, al principio se notaba lo manco que era Luis en ese juego, pero al poco tiempo John luchaba para no perder en cada ronda contra él. Mientras jugaban John le ofreció a Luis algo de comer, Ana había salido a enseñarle la ciudad a Gabriela y tardarían un rato más en regresar, Luis no puso ninguna queja y John bajó a la cocina a preparar un par de sándwiches.

Mientras John cortaba el pan se distrajo con algo y termino por cortarse el dedo, rápidamente abrió la llave del lavaplatos y puso su dedo bajo el chorro de agua para que la herida no se infectara, pero después de un momento la sangre dejó de salir y cuando miró su dedo se dio cuenta de que no tenía ni una sola cicatriz. John enmudeció ante esto ¿Cómo era posible? ¿A dónde había ido su herida? ¿Se había vuelto loco? No sabía la respuesta a esa última pregunta, pero sí sabía cómo averiguarlo, tomó un cuchillo y fue corriendo a su cuarto:

- ¡LUIS! – Llamó a su amigo quien seguía hipnotizado por el juego.

- ¿Qué pasa? – Preguntó una vez salió del trance.

- Mira esto – Le dijo mientras llevaba el cuchillo a su muñeca y ponía la hoja sobre su piel.

Al principio dudo si hacerlo o no, estaba asustado, si se equivocaba era posible que se desangrara y se metiera en un buen lío cuando su madre se enterase, pero quería estar seguro de que no estaba loco y que lo qué lo que sea que vio en la cocina fuera real. Antes de que Luis pudiera siquiera protestar, John se cortó la muñeca y algunas gotas de sangre cayeron al piso:

- ¡JOHN! – Gritó Luis con el corazón en la garganta.

Antes de que Luis pudiera preguntarle si se había vuelto loco, pasó algo que los dejo a los dos sin palabras. John tomó una toalla y se limpió la sangre, cuando su muñeca finalmente quedó limpia ambos pudieron ver que no había nada, ni una cicatriz, ni una marca, nada. Los dos no daban crédito a lo que sus ojos veían, John volvió a cortarse, esta vez con más fuerza y más profundo, pero después de limpiarse la sangre vio que no había nada. Luis se alejó y se sentó en la cama de John, mientras que el chico se sentó en la silla de su escritorio con el cuchillo aún ensangrentado. Tardaron un momento en recuperarse de aquella sorpresa, entonces Luis dijo:

- Acabas de cortarte la muñeca y no tienes ni un rasguño – Dijo sin aire.

- Lo sé – Respondió John sin aire también.

- ¿Cómo es posible? – Preguntó Luis como si John tuviera la respuesta.

- No lo sé – Le dijo el muchacho aún en estado de shock – Pero algo me dice que tiene que ver con esa nube.

- No puede ser coincidencia – Soltó Luis mientras recordaba lo que le había pasado a él – Yo también he sentido cosas.

- Por favor no me digas los detalles – Pidió con aire suplicante.

- ¡No esa clase de cosas! – Le gritó con la cara roja, pero John no sabía si era por la vergüenza o por la rabia – Habló de cosas como estas.

Levantó el brazo derecho y de pronto este comenzó a cambiar, su piel se volvió de un marrón muy oscuro, casi negro, comenzó crecerle pelo en su brazo y a los pocos segundos este quedó envuelto en una gruesa capa de pelo, su mano creció hasta volverse de un tamaño casi inhumano y de ella salieron unas garras negras bastante largas, gruesas y afiladas, Luis hizo algunas muecas y John se quedó en silencio contemplando aquél brazo que parecía de una criatura que definitivamente no era humana:

- Empecé a notarlo mientras hacíamos las maletas, si me concentro lo suficiente puedo hacerlo cambiar hasta volverlo en... esto – Explicó mientras señalaba su brazo derecho.

- ¿Te duele cuando lo haces? – Preguntó John aún en shock.

- No, pero se siente raro cuando lo hago – John no entendió a lo que se refería – Siento como si de pronto mil gusanos estuvieran caminando sobre mi brazo, y también siento un hormigueo mientras mi mano cambia – Le explicó mientras esperaba que John saltara de su asiento.

- ¿Gabriela lo sabe? – Preguntó John.

- Aún no se lo digo.

- Ya veo.

No pudieron seguir hablando, la puerta de la casa se abrió y escucharon como sus madre entraban a la casa. John y Luis se miraron y pensaron qué hacer en ese momento ¿Les decían? ¿Lo ocultaban? Al final bajaron a recibir a sus madres, después de que Luis regresara su brazo a la normalidad, cuando llegaron a la planta baja saludaron a Ana y Gabriela quienes les devolvieron el saludo y se dieron cuenta al instante que algo pasaba. Los muchachos se dieron una rápida mirada y finalmente hablaron:

- Hay algo que debemos mostrarles – Dijo John con seriedad.

Se llevó el cuchillo a la muñeca y frente a sus madres se cortó, Ana casi se cae de espaldas al piso, pero luego vio como John se limpiaba la sangre y ante la mirada de su madre no había nada, ni una cicatriz o alguna herida en su muñeca, luego Luis transformó su brazo frente a las dos mujeres, las cuales presenciaron como el brazo del muchacho se volvía el de una bestia. Después de eso los dos se sentaron en la mesa y les contaron el cómo habían descubierto los cambios en sus cuerpos, tras un rato pensando Gabriela dio una respuesta:

- En unos días empieza la investigación con el equipo reclutado por el Dr. Gein – Explicó Gabriela con la atención de su hijo y el de su amiga – Si les parece bien, me gustaría comentarles a los demás médicos para ver si ellos tienen alguna idea de qué pasa – Los tres asintieron y John le entregó el cuchillo ensangrentado a Gabriela, tal vez le sirviese tener una muestra de sangre para analizar – Ana, tal vez John tenga que ir al centro para hacerle unas pruebas – Ana asintió, estaba asustada, pero quería tener respuestas y aceptaría hacer cualquier cosa que pueda ayudar a su hijo.

- ¿Cuándo empieza la investigación? – Preguntó John.

- En tres días – Contestó Luis – Una vez haya suficiente médicos reunidos.

- Ya veo – Dijo Ana mientras el miedo la invadía.

*****

Tal como dijo Gabriela, John tuvo que asistir al centro de investigación para realizarle unos análisis, Luis también fue por lo mismo, hablaron con varios doctores y les explicaron lo qué pasaba, el brazo de Luis, la "curación milagrosa" de John, el cómo habían descubiertos los cambios, no se guardaron nada. Un médico le sacó una muestra de sangre a Luis para analizarla, la sangre de John ya había sido analizada el día anterior, pero esperarían los resultados para compararlos en otro momento. Mientras esperaban los chicos se dieron un paseo por el lugar, parecía tener todas las herramientas que se podían conseguir en el campo de la medicina, microscopios electrónicos, tomógrafos de última generación, máquinas de análisis de sangre nuevas, entra muchas más cosas que los dejaron con la boca abierta. Finalmente llegaron a una puerta que usaba cerradura electrónica, en el medio de la puerta había un letrero en donde se leía << Solo Personal Autorizado >> y en la parte de arriba había una placa que decía <>. Los muchachos se miraron confundidos y preguntándose que había detrás de aquella puerta, pero Gabriela finalmente los alcanzó y comenzó a reñirles:

- ¿Qué hay en ese lugar? – Preguntó John señalando la puerta una vez dejaron de regañarlos.

- No lo sé – Admitió Gabriela – Soy nivel 5, se necesita tener como mínimo nivel 8 para entrar ahí.

Regresaron a la sala en donde los esperaba Ana, solo para volver a reñirle a John por haberse ido sin decir nada. Finalmente los resultados estuvieron listos y el hombre que iba a explicar los hallazgos era el Dr. Malcolm Gein en persona, vestía una bata blanca de laboratorio, usaba gafas y tenía ojos color avellana, era un hombre canoso pero imponente. En las pantallas que había sobre sus cabezas aparecieron las imágenes de las muestras de sangre de los dos muchachos, analizadas a nivel microscópico, mostrando las células de la sangre de ambos:

- Como podrán ver – Empezó el doctor Gein con un tono serio e impasible – Estas son las muestras de la sangre de sus hijos – La imagen mostraba los glóbulos rojos de ambos jóvenes y en la parte de arriba se leía el nombre de ambos, identificando así las muestras – En el caso del joven John se puede notar que su cuerpo posee capacidades regenerativas sumamente avanzadas – Explicó mientras la imagen era alterada y mostraba como una aguja perforaba uno de los glóbulos rojos de John y lo hacía explotar, solo para después volver a formarse de manera casi inmediata.

- Eso es regeneración celular – Dijo Gabriela impresionada por la demostración.

- Correcto – Confirmó el doctor Gein – Y eso no es todo, también hemos podido notar que su cuerpo posee una capacidad de auto preservación nunca antes vista – La imagen volvió a cambiar y ahora se mostraba una jeringuilla que soltaba una extraña sustancia verde en la sangre de John, casi inmediatamente aparecieron un montón de glóbulos blancos que se encargaron de rodear a aquella sustancia y cuando se retiraron ya no había nada – Esa sustancia que le inyectamos a la sangre del joven John era una combinación entre cianuro y otras toxinas, su cuerpo es capaz de absorberlas hasta hacerlas desaparecer.

- ¿Está diciendo que el veneno no puede hacerme nada? – Preguntó el muchacho sorprendido.

- No solo el veneno, ninguna clase de toxina te puede matar, así como ninguna clase de medicina o sedante surtirá efecto en ti – Explicó el doctor dejando a todos en la sala con la boca abierta.

- En otras palabras: ¿Soy inmortal? – Preguntó John.

- Físicamente hablando, si, eres físicamente inmortal – John quería dar un salto por la sorpresa, pero logró controlarse, apenas – En cuanto al joven Luis, su caso es un poco más complejo, si bien también posee una capacidad regenerativa avanzada, esta no actúa con la misma rapidez con la que actúa la del joven John – La imagen de la muestra de Luis cambio y al igual que en la de John uno de sus glóbulos rojos explotó, solo para volver a formarse a partir de sus restos, pero no con la misma velocidad – Esto, si bien significa que no puede sanar a la misma velocidad que el joven John, tampoco deja de ser impresionante. Sin embargo, también hace que sea más susceptible a los venenos y las toxinas – La imagen de nuevo cambio para mostrar cómo se inyectaba en la muestra la misma toxina que se había inyectado en la muestra de John, los glóbulos blancos se arremolinaron casi de inmediato alrededor de la toxina, pero esta vez tardaron más en apartarse, cuando por fin lo hicieron el doctor continuo – Su cuerpo tarda más en absorber las toxinas, pero esto no es del todo malo, ya que el cuerpo del joven Luis está asimilando las toxinas, esto quiere decir que si bien tarda más en curarse de los venenos no se debe a una inferioridad en su regeneración, se debe a que su cuerpo absorbe las toxinas y crea una inmunidad natural a estos venenos, haciendo imposible que la misma toxina funcione dos veces en él.

- ¿Esto representa algún riesgo para la salud de nuestros hijos? – Preguntó Ana con clara preocupación, el doctor Gein rodó los ojos hacía la izquierda.

- Todo lo contrario señora – Respondió el doctor Gein – Esto representa que la esperanza de vida de sus hijos aumenta de forma impresionante – Todos en la sala voltearon a ver al doctor Gein sorprendidos – Si bien es cierto que a ninguno de los dos les puede afectar el veneno a cualquier clase de toxina, también es cierto que sus cuerpos no duraran para siempre, vivirán más tiempo sí, pero tarde o temprano sus cuerpos fallaran y morirán como cualquier humano, en pocas palabras: no enfermaran, no pueden ser envenenados y es casi imposible matarlos, pero con el tiempo sus cuerpos envejecerán como el de cualquier humano – Todos en la sala enmudecieron – En cuanto a los cambios en el cuerpo del joven Luis, aun no tenemos una explicación o causa para este, necesitaremos hacerle más pruebas para determinar qué pasa con su mano.

Esa explicación era directa y clara: Es casi imposible que Luis o John mueran asesinados, envenenados o por alguna enfermedad, pero eventualmente sus cuerpos fallarían y ellos morirían. Le agradecieron al doctor Gein por la explicación y los cuatro se fueron a casa, al llegar se desearon buenas noches y se fueron a sus casas a dormir.

*****

- Ayu... da – La voz del chico sonaba más débil que antes, sus labios estaban completamente teñidos de rojo.

La fría sala solo estaba iluminada por unas luces de tenues y sobre el chico había una lámpara quirúrgica sobre su estómago abierto. Sobre la mesa había un montón de instrumentos quirúrgicos manchados con sangre y pedazos de carne por todo el cuerpo de estos, pero esto no era lo único sobre las bandejas, en algunas también había varios órganos dentro de ellas, una tenía un riñón, otra tenía el hígado, otra el estómago y en otra había una pierna izquierda. El muchacho tenía el abdomen abierto y su pulso era muy débil, pero de pronto se aceleró cuando vio entrar al hombre que había ordenado aquella espantosa tortura:

- Interesante – Dijo el hombre con un tono frío, comparable al de un muerto – Sigue con vida después de perder varios órganos y un miembro, todo con una hemorragia relativamente leve.

- Por... favor – Suplicó el chico – Dijeron... que solo... me harían algunas... pruebas – Su tono era de confusión y desesperanza, tosió y escupió varias gotas de sangre que mancharon aún más sus labios – ¿Por qué... me hacen esto?

- Porque estas son las pruebas – Dijo el hombre como si todo fuese obvio, su tono seguía siendo frío – Necesitábamos saber cuáles eran los límites de esta regeneración celular, ahora gracias a ti sabemos que, aunque tu cuerpo puede regenerar el tejido de una zona dañada, no puede regenerar órganos o miembros perdidos – Explicó con una excitación y emoción inquietantes.

- Se... lo ruego – Dijo el chico con debilidad, el monitor marcaba que su ritmo cardíaco disminuía aún más – Déjeme ir – Una lagrima cayó de su ojo, estaba completamente desesperado.

El hombre tomo un mazo de demolición y golpeo la cabeza del muchacho desde atrás, levantó el arma otra vez y volvió a golpear, y otra, y otra, y otra vez, no se detuvo hasta que el monitor cardíaco marcó el deceso del muchacho. El hombre estaba manchado de sangre de pies a cabeza, pero no estaba alterado más allá de su respiración fatigada:

- Entonces – Dijo para sí mismo – No pueden regenerar órganos, ni extremidades perdidas, y la manera más efectiva de matarlos es destruyendo el cerebro – Estaba anotando todo lo que había descubierto sobre el muchacho, pero se vio interrumpido cuando alguien entró a la ensangrentada sala.

Era una doctora joven de unos 34 años con piel color chocolate, traía una carpeta bajo el brazo y tenía una mirada serena e impasible, el doctor cerró la cortina y se cambió la bata antes de que la doctora lo viera, se limpió la sangre de la cara y salió a verla:

- Doctor Gein tengo los resultados del análisis genético qué me pidió – Le dijo sin pelos en la lengua. El doctor tomó la carpeta y empezó a examinar detalladamente el contenido.

- Tal como pensaba – Dijo después de un momento – Todos aquellos entre 12 y 18 años que estuvieron expuestos a ese fenómeno sufrieron mutaciones extremas directamente en su ADN.

- ¿Por qué solo afectó a los adolescentes? – Preguntó la doctora.

- Es evidente – Respondió el doctor – La adolescencia es una etapa en la que el cuerpo y la mente cambian, el cuerpo crece y se estira, las hormonas se disparan, el cerebro empieza a madurar, entre más factores que culminan a los 18 años, la edad adulta – La doctora miraba de manera impasible al doctor – Es una etapa de cambios, estas mutaciones se dieron a nivel genético y el que se hayan dado en la pubertad hizo que el cuerpo las tolerara como un cambio más de esta etapa.

- Y el coma fue la forma en la que el cuerpo se adaptó a ellos – Concluyó la doctora.

- Así es – Asintió el doctor Gein – No esperaba menos de Laura Badilisha Geestelik, la mejor doctora de África.

- Es un honor viniendo de usted – Dijo la doctora sin cambiar su mirada seria en ningún momento – Ahora si me disculpa, debo irme, mi esposa me espera en el hotel.

La doctora Laura se fue de la habitación y dejó al doctor Gein solo con el cadáver del joven. Sin inmutarse o preocuparse por las consecuencias llamó al "Equipo de Limpieza" y les ordenó deshacerse del cuerpo de la manera que prefirieran, pero dejó claro que no podían quedar pruebas que vincularan el cuerpo con el proyecto. El equipo hizo exactamente eso y el cadáver fue depositado en un callejón al norte de la ciudad, en un vecindario de mala muerte.

                         

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