Me sorprendió tanto que casi me ahogaba, aún no me lo creía. ¿Realmente esto estaba sucediendo?. Acomodé algunas cosas en las maletas, limpié todo el apartamento y le dije a mamá que viniera a verme junto con mi padre. Frederick también estaba invitado, el llegaría antes para no causar un revuelo entre todos. Me levanté para peinarme y acomodar mi rostro, a veces solía maquillarme, me delineaba el ojo y me colocaba algo de polvo para verme mejor. Sonreí ante la imagen que tenía delante y salí corriendo para abrir la puerta.
Pensé que sería Frederick, pero no. Eran mis padres.
-¡Mamá! ¡Papá! Llegaron antes.
-Ha sido cosa de tu madre -rodó los ojos sonriente.
Los abrace a ambos y los invite a sentarse, tenía un nudo en la garganta, aún no sabía muy bien como dar dos noticias tan importantes de golpe. ¿Qué tal si se negaban?. Es decir, no podían negarse ¿O si?.
-¿Qué ibas a contarnos? -preguntó mamá viendo todo a su alrededor.
-Estamos esperando que llegue Frederick.
Asintió. Mire mis manos y tomé el móvil para enviarle un mensaje, el sonido de su teléfono sonó tan cerca, que supe que ya estaba aquí. Le abrí y lo abracé con fuerza.
-No te vayas a alterar -susurré apartándome con cuidado.
-Les he invitado aquí para decirles que he conseguido trabajo.
-¿Estás de broma? -hablo primero mi amigo-. Hubiera jurado que te tardarías más. ¿En qué vas a trabajar Hazel?.
-Hija, espero que no hayas escogido cualquier cosa.
-Realmente no -respondí dando una pausa-. Trabajaré con Masón West y me mudare a un apartamento que compró para mí -La cara de mamá cambio sorpresivamente, estaba sería, igual que mi padre, en cambio mi mejor amigo sonreía de oreja a oreja-. Es decir, el me dijo que yo podía pagar el apartamento con mi primer sueldo.
-¡Eso es una bomba! ¿Cómo hiciste para hablar con él? Masón es un bombón, su ropa es un pasada Hazel, dile que soy su fan.
-¿Dónde lo viste? -fue la primera vez que papá me veía en todo el rato, estaba recto y serio. Mi mamá aún no decía nada, solo veía sus manos, como si estuviera pensando en lo que acababa de decir.
-Nos vimos en un restaurante, fue casualidad. Yo... fue extraño, el me preguntó mi nombre y me dijo que era una molestia, luego le pregunté si sabía dónde podía conseguir empleo y me contrato. Claro, el me dijo que justo en su empresa estaban buscando a una secretaria y a una persona que maneje la parte de finanzas.
-Finanzas -repitió mamá-. El te dijo que necesitaba a alguien para finanzas.
-Si -murmuré.
-Hazel ¿No te mencionó nada? ¿No te dijo algo muy extraño?.
-No -puse una mueca-. Lo más extraño que oí salir de su boca, fue que sus vestidos estaban inspirados en una chica que fue su huracán. Así lo definió el, no me dio más detalles, pero sonaba importante.
-Me alegra que hayas encontrado trabajo hija, debes pasarme la dirección de tu nuevo apartamento. ¿Te irás hoy?. Podemos llevarte.
-No hace falta, pasarán a recogerme para enseñarme todo y darme ciertas instrucciones.
-Vale, hasta luego Frederick.
-Nos vemos Señores Brown -dijo él.
Solté el aire que estaba conteniendo cuando salieron de mi casa. No podía creer que todo haya salido de esta manera, mi madre actuó extraña. Pero no importaba, desde el año pasado hacía lo mismo. Le sonreí a Frederick y besó mi mejilla.
-No puedo creer el trabajo que te has cargado, es genial.
-Lo es, me emociona saber que estaré entre cosas que me gustan.
-¿Y como es el? ¿Tiene pinta de follar bien?.
-No lo sé -solté una carcajada-. Solo tiene pinta de ser un amargado.
-Deberías intentar salir con él.
-Ni de coña, somos de mundos muy diferentes.
Y dudo que el quiera salir con alguien como yo.
-¿Qué dices Hazel?, Si eres preciosa.
-Ya, pero no lo suficiente.
Debería decirle que me siento mal conmigo misma en ocasiones, debería decirle que su entusiasmo por mí, hace que me sienta bien. Pero no lo hago, solo me quedo callada intentando pensar en el giró que dará mi vida desde ahora. Me levanto para buscar mis cosas y le digo a Frederick que debe irse, el no pone trabas, así que todo se vuelve más sencillo. Cuando un hombre toca mi puerta, se de inmediato para que era. Le muestro las maletas y asiente. Sus ojos me recorren por completo, vuelve a mirarme de arriba abajo y sonrió con satisfacción, como si lo que había visto, fue de su gusto.
Decidí no prestarlo atención a eso y miré el nombre que estaba en su camisa. «Ryan Mackey». Sonaba como uno de esos jugadores de fútbol que tanto me gustaban. Me preguntó si le gustará el fútbol o al menos, si disfrutará de él.
-El Sr. West me ha pedido que la pasé a buscar y le indiqué todo el itinerario de mañana, por la noche tienen una fiesta. Usted asistirá como su acompañante.
-¿Yo? -abrí los ojos incrédula.
-Así es, esas fueron las órdenes.
-¿Usted es el chófer?.
Negó riendo -Soy el mejor amigo de Masón, he oído varias cosas sobre usted. Así que pasó de querer tomarse una foto a trabajar con él. Interesante ¿No?.
-Realmente, mentí. No quería la foto, pero si quería saludarle y entonces morí del miedo y acabé diciendo una pequeña mentira.
-Puedo asegurarle que su saludo no iba a molestarle en absoluto.
-Yo no estaría tan segura.
-Yo sí, créame.
-Le creeré -reí.
Miró a Ryan manejar y me acomodó mejor en el asiento trasero, el chico me cayó de maravilla, me contó algunas cosas sobre el estudio y lo mucho que le gusta diseñar ropa con su mejor amigo. El confesó que todo empezó como un tonto proyecto y acabo siendo algo mucho más grande de lo esperado.