-¿Esté es el chico? -preguntó Kenny caminando hacia el pelinegro-. Vaya, realmente me sorprendió cuando la profesora me dijo que había alguien como yo en el instituto -esbozo una sonrisa amable que fue correspondida por el contrario.
-Escuchar eso de alguien tan genial como usted es realmente importante para mí, siempre sentí que tal vez no podría lograr conocer al segundo mejor comandante del país por mi poca capacidad
-Pero es todo lo contrario, además no tienes poca capacidad, pudiste llevarle el ritmo a este joven, eso demuestra que eres más fuerte de lo que creen
-Muchas gracias -apretó sus puños de emoción ante las palabras del mayor.
Kenny sonrió y vio de reojo al rubio que permanecía serio ante ellos.
-Bien, pero no vine a motivar a solo uno, así que tan pronto como te reintegres a las clases podremos comenzar con tus entrenamientos junto a los demás estudiantes
El moreno asintió con emoción.
-Entonces dejemos descansar al joven Eisen -intercedió el director y vio hacia Bastián-. Joven Kent, le pediré que vaya a clases
Este solo resopló ante la petición y tomó sus cosas para finalmente salir de la enfermería siendo observado por Kairi y Kenny.
-Nosotros también debemos retirarnos -comunico la pelinegra siendo seguida por los tres hombres-. Director, prometo que no se arrepentirá de esta decisión
-Jamás me arrepentiré de escuchar sus ideas profesora, eso lo tengo muy claro -sonrió amable.
Suri le devolvió la sonrisa y vio a los otros dos hombres que la veían con orgullo, ahora sabía que tenía más apoyo para ayudar a sus alumnos que les eran negadas sus oportunidades de entrar en combate sólo por sus condiciones o enfermedades siendo estos mucho más fuertes que alguien normal.
Bastián esperaba a que los adultos se alejaran de la puerta, observaba con frialdad a Kenny, sentía su presencia como una amenaza, comprendía que Kairi no diría nada sobre la relación de amantes que mantenía con él, pero también sabía que Kenny no era de guardar las apariencias y que puede llegar a hablar de más.
Observó cómo se iban y decidió acercarse a la puerta, cuando estaba por tomar el picaporte de la puerta sintió unos brazos rodear su cintura.
-Sabía que te vería -ríe el hombre alado apretando más su abrazo.
-¡Suéltame! -gruñó con molestia liberándose de los brazos de Kenny.
Éste solo rió acercándose más a él.
-Descuida, ya se fueron, y tú amigo seguro está durmiendo después del golpe que le diste
El rubio lo veía con sequedad, buscaba la forma de librarse de él, veía como se acercaba y tuvo que retroceder pegándose a la puerta ocasionando un ruido leve que fue escuchado por el pelinegro que trataba de descansar.
-Vamos, no seas tímido bebé -sonríe ladino acercándose a sus labios rozándolos-. No tienes idea de cuanto te extrañe
Bastián lo empujó con coraje pero el otro no cedió sino que lo sujeto de la cintura para abrazarlo.
-Déjame maldito pajarraco -escupió con enojo tratando de no subir el tono de voz.
-Solo será un beso -susurro de nuevo cerca de sus labios-. O tal vez algo más
El rubio trato de separarse de nuevo pero los brazos de Kenny rodearon su cuello ejerciendo un poco de fuerza logrando besar al chico que se negaba a corresponder el beso.
Kenny lo tomó abrazó de la cintura tirando de él para llevarlo a una de las habitaciones de la enfermería haciéndolo entrar a la fuerza ignorando los esfuerzos de Bastián por liberarse del beso.
Pronto el mayor comenzó a quitarse la chaqueta que traía, extendía sus alas las cuales se erizaban y esponjaban como si de un pavo real se tratará, bajaba sus manos hacia las caderas del rubio para tratar de zafar sus pantalones.
Bastián empujó un poco más a Kenny ocasionando más ruido accidentalmente, sin embargo éste se negaba a acceder siendo invadido por la lujuria y la adrenalina del lugar, logró desabrochar la bragueta de sus pantalones y comenzó a desabotonar la camisa del menor para acariciar su abdomen.
-¡Maldición pájaro! ¡Ya suéltame!
-Vamos, se que tú también me extrañaste -canturreo besando su cuello con lujuria.
El rubio poco a poco comenzó a ceder ante las caricias del otro, pero su mente comenzó a jugar con él, puesto que veía al pelinegro, recordaba sus besos torpes y sus manos sobre su cuerpo, tomó de los hombros a Kenny empujándolo contra la pared para besarlo de forma dominante.
Kenny sonrió correspondiendo el beso del chico, pasó sus brazos por su cuello para apegarse más a él, la temperatura de la habitación comenzaba a subir y Bastián estaba olvidando algo de su trato con Kairi al aceptar ser su amante.
Pero en ese momento su mente se concentraba en aquella ilusión de Kairi, quería sentir de nuevo el calor que emanaba de su cuerpo, pero se sentía demasiado irreal, muy en el fondo sabía que a quien besaba era a Kenny y no al moreno, pero tampoco estaba dispuesto a detenerse en esos momentos.
De pronto la puerta fue abierta de golpe, Kenny por instinto abrió sus alas cubriendo a Bastián poniéndolo en la pared, el rubio se asomó por un pequeño espacio que daba las plumas y al ver quien había abierto la puerta abrió sus ojos de sorpresa poniendo su cuerpo totalmente tenso sin querer moverse de su escondite.
-Oh lo siento señor Kenny, creí escuchar algo raro y vine a asomarme por si había problemas -se excusó Kairi al ver la mirada gélida del chico alado-. De verdad lo siento -bajo su cabeza rascando su nuca en forma de reverencia por su imprudencia.
Vio otro par de zapatos y frunció el ceño al sentir que los había visto antes, negó al escuchar el suspiró del mayor levantando su mirada.
-Por favor la próxima vez toca las puertas, es de mala educación entrar sin permiso
-Lo sé, de nuevo disculpe por interrumpir, creí escuchar a alguien molesto, me retiro -salió de la habitación cerrando la puerta-. «estoy seguro que era un alumno» -se dijo en sus adentros regresando a la habitación continúa para tomar sus cosas.
Bastián soltó el aire al ver cómo el moreno salía de la habitación, se separó de Kenny dándole un empujón.
-¿¡Vez lo que provocas!? -preguntó irritado.
-Lo siento cariño, no pensé que tu amigo nos escucharía
-habló con su tono calmado componiéndose la ropa y tomando su chaqueta.
Bastián solo chasqueó la lengua con enojo.
-Él no es mi amigo
Fue lo único que dijo terminando de abrocharse la camisa y acomodar sus pantalones.
-Creí que si lo eran, nunca vi que trataras de ayudar a algún alumno de aquí
-Eso no es de tu incumbencia
Tomó sus cosas y salió de la habitación casi azotando la puerta, dio la vuelta y la tensión regresó a su cuerpo al toparse con Kairi, se sentía perdido queriendo desaparecer de ese lugar.
-¿Bastián? -observó la habitación de donde había salido y su mente comenzó a imaginar lo que pasaba-. Oh... Entiendo
Camino pasando por un lado del rubio sin decir nada, pero este sujeto su brazo obligándolo a voltear.
-¿Entiendes qué? -interrogó tratando de buscar alguna excusa para decirle al moreno.
-Sabía que los rumores eran cierto sobre tu amorío con Kenny, descuida, solo es cuestión de olvidar lo de nuestro acuerdo
-Es un malentendido, olvide el número de la habitación donde estabas y entre por accidente, no sabía que el comandante estaba aquí, así que pregunté por ti
Si, eso debió ser convincente, el otro se sintió apenado ante la confusión y sonrió nervioso.
-Lo siento, eso fue vergonzoso de mi parte
-Entonces para la próxima pregunta antes de sacar conclusiones apresuradas
-Esta bien, así lo haré -vuelve a sonreír.
-¿Qué haces aquí afuera? Se supone que debías descansar
-Quise salir antes y las encargadas de la enfermería me dijeron que si, ya estoy bien así que no hay problema
Bastián arqueó una ceja y después resopló.
-Entonces no pierdas más el tiempo y vámonos a clases, suficiente he perdido por esperarte
-De acuerdo, vámonos -animó el chico caminando al lado de su compañero.
El rubio camino a su lado viendo de reojo la puerta de la habitación donde estaba Kenny para evitar que ambos se vieran, sus nervios estaban a flor de piel y comenzó a caminar más rápido.
-Muévete cabello flameado, no pienso llegar tarde por tu culpa -exclamó fingiendo molestia.
-Ya voy, espérame por favor
Caminaron rápidamente al aula entrando casi al mismo tiempo que el profesor que impartiría la clase.
Kairi tomó asiento al lado del rubio viéndolo de reojo, su cabello parecía más desordenado de lo normal, sin contar la ropa desarreglada, no quería seguir indagando en el tema y tal vez encontrarse con algo que no le gustaría, además de que Bastián ya le había explicado lo que paso, pero ¿por qué no le había creído del todo? Bien lo dicen, ojo de loco nunca falla.
Sin embargo no se sentía con el derecho de reclamar algo, después de todo, no eran nada, solo era un trato por deseo carnal, aunque en el fondo le molestaba creer que el otro mintiera.
Soltó un suspiro silencioso y decidió prestar atención a la clase, suficiente tenía con haber perdido una por estar débil en la enfermería.
Bastián también lo veía de reojo, sabía que el pelinegro no se había tragado del todo la mentira, podía notarlo en su mirada, ahora sabía que debía ser cuidadoso con Kenny y tomar su distancia cuando éstos estuvieran cerca o todo se iría al carajo.
Negó internamente, nadie debía enterarse, menos ellos dos, aunque también prefería respetar el trato que tenía con Kairi, por eso debía cortar todo tipo de relación con el alado, no sin antes restregarle en la cara que lo había engañado como este lo había hecho también.
Esa sería su perfecta venganza por todo lo amargo que había pasado con Kenny.
Escucharon como la campana del final de la clase había sonado, no se habían dado cuenta que ambos estaban demasiado sumergidos en sus pensamientos que perdieron de nueva cuenta otra clase importante.
Kairi sentía el alma abandonar su cuerpo mientras veía la hoja en blanco de sus apuntes, ni siquiera había logrado anotar algo por pensar en el rubio, veía a los demás levantarse tomando sus cosas.
El rubio también se apresuró a tomar sus cosas para salir a comer, después podría arreglárselas para estudiar esa clase por su cuenta, vio de reojo al chico que se sentaba a su lado y golpeó su cabeza con un libro regresándolo a la realidad.
-Oye, si sigues ahí sentado la comida se terminará
-Cierto, disculpa, estaba distraído -admitió apenado tomando sus cosas-. Vámonos
Tomó del brazo al chico para jalarlo hacia el comedor sólo escuchando las quejas del rubio.
El trío de amigos aun veían anonados a ese pa, era como si ni siquiera hubieran tenido una pelea en la mañana.
P
-De todas las amistades que he visto, esta es la más rara -comentó Damián mientras se levantaba.
-Créeme, no eres el único que lo piensa -soltó un suspiro la peli-azul antes de seguir hablando-. Pero me alegra que los golpes no sobrepasarán a solo pequeños raspones
Vieron al par salir del aula y salieron detrás de ellos sin llegar a escuchar la platica ajena.
Sergio vio de reojo a la chica morena que se había lanzado a su espalda en la mañana, parecía que los recuerdos no regresarían, así que no sabía si acercarse a ella o simplemente olvidar el tema, después de todo solo había sido cosa de una noche.
Observó a Olivia acercarse a una de las mesas y se apresuró a caminar viendo a sus amigos.
-Aquí vamos de nuevo -murmuró Damián y Jimena solo vio irse al chico.
-¿Es la nueva?
El rubio solo asintió mientras tomaba una de las bandejas para recibir la comida.
-Parece que Sergio quiere conocerla o más bien, integrarla con nosotros antes de que Teiji la convierta en una versión de él
-Bueno, eso es algo que sólo le concierne a la chica, no a Sergio
-Ya lo conoces, esta haciendo una "obra de caridad" -hizo comillas con sus dedos mientras sujetaba la bandeja dirigiéndose a la mesa.
-O quiere hacer molestar a Teiji como siempre lo ha hecho
Damián alzó sus hombros caminando hacia una mesa.
-Con tal de que no se meta en problemas, por mi que haga lo que quiera
-Que gran amigo eres -hablo con sarcasmo sentándose a su lado.
-No es mi culpa, aunque trate de detenerlo en sus locuras no me hará caso
-Eso me recuerda a alguien
El otro solo la vio de mala manera comiendo a grandes mordidas.
Sergio se aproximó a la mesa ayudando a la castaña con su bandeja de comida.
-Creí que no comerías conmigo Olivia -comentó el azabache tomando asiento con la chica.
-No soy de prometer algo y no cumplirlo
-Me alegra escuchar eso
Ambos platicaban amenamente mientras a lo lejos el chico de lentes los veía con algo de enojo, comprendía que no podía obligar a la chica a estar todo el tiempo con él y su amiga.
Observaba como el azabache lo miraba con burla de vez en cuando, haciendo que su cólera aumentará, parecía que su rivalidad sería fuerte después de todo y él tampoco daría su brazo a torcer a partir de ese momento, no iba a permitir que Sergio siempre lo humillara en silencio como siempre lo hacía cuando quería hacer un amigo nuevo.
De pronto vio como una morena se acercaba a la mesa de ambos jóvenes, la podía reconocer en cualquier lugar, una sonrisa de lado se formó al ver cómo está se sentaba con ellos.
-Esto lo disfrutaré -murmuró viendo la escena.
-¿De qué hablas? -preguntó curiosa Tyna mirando hacia la misma dirección que su amigo.
El azabache veía con el ceño fruncido a la morena que los observaba con acusación.
-¿Se te ofrece algo? -preguntó amable Olivia observando a Marina.
-No, solo quería estar con el chico que le gusta olvidarse del nombre de los demás
-«Aquí vamos de nuevo» -resopló cansado rascando su nuca-. Lamento eso, estaba ebrio y no recuerdo nada de lo que paso
-Bien, mas te vale que te esfuerces porque anoche me hiciste una promesa
-¿Eh? ¿Se puede saber qué?
-Que me llevarías a una cita -sonríe mostrando sus blancos y perfectos dientes.
La castaña solo se quedaba callada viendo al azabache sudar frío, podía ver fácilmente que esa situación lo estaba incomodando y buscaba la forma de ayudarlo, pero todas sus opciones se basaban en mentiras, solo suspiró bajo y abrazo al chico de su brazo.
-Disculpa, pero creo que él estará ocupado, me mostrará el lugar y me ayudará con algunos temas de la profesora Suri
Marina la miraba con frialdad absoluta ocasionando que se encogiera en su lugar con tensión viendo a Sergio para que siguiera la mentira, este iba a intervenir para ayudar a la chica hasta que un ruido fuerte hizo que todos voltearan hacia la entrada del comedor.
Uno de los veladores entraba con una herida grande arrastrándose hacia la mesa de los profesores pidiendo ayuda balbuceando mientras se sujetaba la herida abierta.
Todos observaban atónitos al hombre mayor caer frente a la mesa donde comía Suri y Herman quienes se acercaron a él para auxiliarlo.
-¿¡Qué sucedió!? -interroga seria la mujer tratando de detener la hemorragia en lo que llegaba la ayuda, quitó sus manos enseguida al sentir como quemaba, la herida estaba cubierta de ácido.
-T-Traidores... a-alumnos... -susurró con dificultad.
Suri volvió a presionar la herida con la bufanda que traía en su cuello.
-¡Traigan ayuda! ¡Ya! -vio a los alumnos con la mirada cargada de seriedad-. ¡Nadie se moverá de aquí hasta que lo ordené!
Todos se miraban unos a otros sin comprender aún lo que pasaba, sabían que tendrían que ver cosas como esas pero no creían que lo harían tan pronto.
Suri comenzaba a desesperar hasta que vio entrar a los encargados de la enfermería, ayudó a levantar al hombre a una camilla para llevarlo a una ala alejada y poder atender las heridas.
-¿Te dijo algo? -murmuró bajo Herman viendo como se llevaban al hombre.
-Mencionó traidores y alumnos
-¿Qué haremos con los alumnos?
La pelinegra dio la vuelta viendo a los estudiantes para caminar al medio del comedor.
-Escuchen -habló con voz firme-. Hasta no descubrir lo que paso, no saldrán de los dormitorios hasta mañana a la hora de clases -afirmó viendo a los presentes-. Serán escoltados a sus respectivos dormitorios y mañana será lo mismo, todo esto se repetirá hasta encontrar al responsable de esto -comenzó a escuchar el murmullo de descontento de los alumnos-. ¡Silencio! -se formó un nuevo silencio-. No se está culpando a nadie, se estarán tomando estas medidas por seguridad de ustedes -dirigió su mirada a los profesores-. Cada uno lleve a su grupo a sus respectivos edificios
Estos sólo asintieron formando los grupos correspondientes siendo llevados hasta los edificios de los dormitorios.
Suri llevó a los suyos dando las indicaciones respectivas para que pudieran defenderse por si algo llegaba a ocurrir, dejó hasta el último alumno para después ir a una parte alejada del instituto entrando a una habitación que era custodiada por otros dos veladores, se acercó a la camilla donde yacía el hombre vendado, estaba siendo monitoreado y unas enfermeras limpiaban constantemente la herida ya que de esta brotaba aún sangre con ácido.
Herman se acercó a ella para darle informe del estado del hombre.
-Fue atacado por un atributo de ácido, pero las heridas parecen hechas por unas garras
-Entonces pudieron ser dos los presuntos atacantes
-Es lo que sospechamos, aunque pudo haber otros más, necesitamos que despierte para tomar su declaración
-Bien, mientras tanto vigilaremos los dormitorios y está habitación, no quiero a nadie fuera y mucho menos cerca de este lugar
-Así será profesora
-Iré a vigilar a mi grupo, infórmenme el estado de este hombre a cada instante
Las enfermeras asintieron ante la petición de la mujer.
La pelinegra salió de la habitación para dirigirse al edificio de la clase siendo seguida por Herman.
-¿Hay posibilidades de que se hayan infiltrado?
-Son demasiadas las posibilidades
-¿Qué haremos entonces?
-Disminuir las posibilidades para llegar al fondo de esto, no acepto eso de alumnos traidores
-Quiero ayudarte
Suri asintió y continuó caminando hacia el pasillo de los dormitorios de la clase 101-A.
Kairi aún no procesaba lo que había visto, todo había pasado rápido para él, solo estaba hablando con el rubio cuando vio entrar a ese hombre y por supuesto que había escuchado lo que este había murmurado, su oído era demasiado fino en espacios abiertos y eso lo dejó anonado.
Se recuesta en la cama soltando un suspiro pesado viendo hacia el techo, escuchó el sonido de un golpeteo en el ventanal de su dormitorio haciendo que se pusiera en alerta, con sigilo se levantó asomándose por las delgadas cortinas logrando visualizar una melena rubia en el balcón del dormitorio.
Reconoció al dueño de esta y abrió el ventanal viendo curioso a Bastián quien entró como si nada a la habitación sentándose en la cama.
-Tardaste en abrir -habló serio viendo al moreno que se quedó de pie junto al ventanal.
-Tenia que revisar quien vino a mi habitación tan tarde y aún más cuando la profesora Suri dio la orden de no salir
El otro solo rodó los ojos observando a Kairi.
-Eres demasiado paranoico ¿Sabías?
-No soy paranoico, solo no quiero meterme en problemas -se acercó para sentarse al lado del rubio-. ¿A que viniste?
-No te vi cuando nos ordenaron regresar al edificio
-Fui a buscar a mis amigos para regresar juntos
El contrario chasqueó la lengua con fastidio.
-Debiste avisarme, estuve esperando a que regresaras idiota
Kairi rió bajo ante la molestia del otro.
-Lo siento, lo olvide con todo lo que paso
El contrario lo vio con molestia y golpeo sin tanta fuerza el hombro del moreno provocándole una risa.
Bastián veía sus expresiones con detalle, quería averiguar el porqué de que simplemente Kenny pasó a segundo plano cuando este lo sedujo, nunca había rechazado al hombre de las alas al momento de tener relaciones sexuales, ahora solo le había causado enojo cuando lo beso y casi lo obligó a estar con él.
Kairi observó la manera en que Bastián lo veía, detalló esos ojos azules que parecían tener destellos rojizos, trago grueso al dirigir su vista a sus labios gruesos, quería acercarse a ellos, su mente divagaba y se reprendía mentalmente por pensar eso, aun no entendía como con sólo llevar apenas un día de conocerlo se sentía así a su lado.
El contrario se acercó a su rostro rozando sus labios contra los del moreno arrebatándole un suspiro queriendo sellar el beso entreabriendo sus labios que fueron atrapados por Bastián sujetando la nuca del moreno con firmeza para profundizar el beso.
Kairi se abrazó a su cuello siguiendo el beso del rubio que parecía subir de tono cada segundo que pasaba, de nuevo su vista se nublaba ante la sensación que tenía ante el contacto del contrario sintiendo como el rubio se colocaba sobre su cuerpo queriendo zafar su camiseta, quería detenerlo, pero era como si hubieran puesto una droga en él que lo volvía sumiso ante ese rubio.
De pronto escucharon pasos, detuvieron el beso viendo hacia la puerta de la habitación con clara inquietud, Kairi sentía un revoltijo de emociones mezcladas, cubrió su rostro con sus manos como si quisiera callar un grito de miedo.
Bastián notó su miedo y lo abrazó más hacia él observando con seriedad la puerta viendo la sombra por debajo de esta hasta que por fin se alejo.
Ambos soltaron un largo suspiro de alivio, Kairi empujó un poco al rubio para alejarlo de él.
-¿Sucede algo? -cuestionó el rubio alzando una ceja.
-No, solo que estoy cayendo de sueño, creo que iré a dormir, mañana tendremos entrenamiento con Kenny
Bastián bufó mientras se levantaba de la cama.
-Bien, nos vemos mañana idiota
Kairi abrió de nuevo el ventanal dejando que saliera de la habitación mirando como brincaba al balcón cercano para entrar a la suya.
Sonrió y cerró de nuevo para volver a acostarse a la cama sosteniendo su pecho aun sintiendo que su corazón estaba acelerado por la emoción de hace unos minutos.
Su sonrisa se ensancho aún más recordando el abrazo de Bastián, sentía un calor abrigador en su interior, aunque su mente le pedía que no se hiciera ilusiones ante esa nueva sensación ya que sólo era una relación carnal y no debía involucrar sentimientos de cualquier tipo ante eso o le traería problemas.
Resopló con malestar dando vueltas en la cama abrazándose a si mismo, era imposible llegar a sentir algo tan de la nada por alguien que acababa de conocer, pero ahí estaba, debatiéndose mentalmente, no podía negar que Bastián le atraía de forma física, pero también le agradaba su forma de tratarlo, ya que no era como los demás alumnos se expresaban de él, era alguien de carácter fuerte, pero también era alguien que se preocupaba y mostró compañerismo cuando él lo necesitó.
Sonrió en sus adentros cerrando los ojos para descansar un poco, al menos podía ver algo bueno dentro de todo lo malo que comenzaba a brotar a sólo un día de su llegada al instituto, y lo cual también lo hacía cuestionarse sobre sí estaba listo para lo que se avecinaba, todo parecía llegar de inmediato para tardar en irse y eso comenzaba a asustarlo, sin embargo sabía que no era momento de dudar y que debía demostrar el porque había decidido inscribirse a ese lugar.
Demostraría que él era capaz de lograr cosas que la sociedad cree imposible para alguien de su condición y aún más sabiendo que no se encontraba sólo y que habían personas que lo apoyaban en sus decisiones y formas de pensar, ahora más que nunca no desistiría de sus metas y las lograría sin dudar un segundo.
Con esos claros pensamientos terminó durmiéndose esperando que el día siguiente fuera totalmente diferente al anterior y que no estuviera lleno de sorpresas como lo ha estado en ese momento.
En otro punto se encontraba el chico de las grandes alas frente a un hombre de grandes ojeras y sonrisa tétrica, sus miradas eran como espadas que querían atravesarse a sí mismos, los dos hombres y una chica que los acompañaba esperaban el momento en que esos dos decidieran atacarse.
-Mi querido amigo, el cuervo negro en persona -rió con cinismo aquel sujeto causando molestia en Kenny-. No creí que decidieras venir pocos días después de nuestra reunión
-Debía saber el porqué de atacar a ese hombre que no tenía nada que ver con el plan que ya teníamos -aclaró con una voz seria
-Oh eso, bueno, solo era una pequeña advertencia al instituto
Kenny gruñó con claro enojo queriendo acercarse a atacar a aquel sujeto que terminaba con su paciencia en poco tiempo.
-¡Por culpa de tu impertinencia el plan que teníamos en un principio se fue a la basura!
-En eso te equivocas, ahora el instituto sabrá que esta vulnerable ante traidores y no quitaran el ojo de sus alumnos, lo cual sería una gran oportunidad para nosotros, entraremos cómo si nada mientras ellos le echan la culpa a esos niños -rió de nuevo de forma desquiciada.
-¿Planeas hacer pagar a los alumnos por ti? Vaya que estas retorcido
-Y no me arrepiento, pero ahora -se acerca hacia Kenny dando vueltas a su alrededor-. Necesito lo que te pedí
-Te lo daré con la condición que te pedí
-Sabes como es esto, tú me das lo que yo te necesito y yo te daré lo que necesitas
-Bien
De su chamarra saco una gran carpeta poniéndola en sus manos, el individuo no dudo un segundo en abrirla examinando el contenido de este leyendo cada uno de los nombres que habían en esas páginas.
-¿Son todos?
-Si, cada nombre y poder de los estudiantes están en esas hoja, incluyendo lo que podría ser sus debilidades
-Me parece perfecto, con esto completaremos las fases de nuestro siguiente plan
-Ya te di lo que querías, ahora necesito saber todo acerca de tu plan, quiero saber quienes estarán involucrados para prepararme
-De acuerdo -con la misma sonrisa chasqueo sus dedos.
Dos jóvenes aparecieron frente a Kenny provocando que todo su ser se tensara en ese momento reconociendo la ropa que ambos traían.
-¿Ustedes?... ¿Con él?
-Es verdad, ustedes ya se conocen -ríe con clara burla buscando un par de hojas de la carpeta-. ¿Acaso creías que el asunto de los alumnos traidores era una mentira? -muestra las hojas-. Desde ahora ellos dos serán tus ojos y oídos dentro del lugar
Kenny chasqueo la lengua viendo al par de estudiantes.
-¿Y se supone que ellos harán todo el trabajo? Si es así tu plan se irá por la borda
-¿Eso crees? -una sonrisa nueva se formó en su rostro y continuó leyendo aquellas hojas hasta que encontró nombres y datos que le parecían interesantes-. Bien... veo que todo está demasiado fácil para nosotros -vio al otro par de hombres detrás de él y señaló a uno de ellos-. ¿Eres bueno actuando?
-La pregunta ofende -contestó con una sonrisa ladina.
-Perfecto, serás el nuevo villano que querrá redimirse
Ambos rieron con sorna mientras que el rubio los veía con frialdad, quería lanzarse sobre ellos, se arrepentía de haber pedido reunirse, pero ya no había vuelta atrás en ese momento y debía seguir adelante.
-Si es todo, me iré
-Espera cuervo -hablo el hombre-. Más que esta información, necesito saber más de ellos -mostró las hojas con las fotografías.
Kenny sintió una corriente de aire sobre sus alas sintiendo que cada una de sus plumas se erizaba.
-¿Qué quieres saber? Todo está ahí
-Nha, está información no es suficiente, solo dice que son jóvenes que han sido rechazados por el cariotipo 46, por lo tanto necesito saber más que eso para ganarme su confianza y simpatizar con supuestos jóvenes que son como yo
-¿Qué? ¿Cómo tú? -veía confundido al par hasta que entendió a lo que se refería-. Vas a hacerte pasar por alguien con Androginia...
-Exactamente, así tendré puntos a mi favor y será más fácil manipularlos a mi antojo, sobre todo a los jóvenes que tienen registro de haber sufrido abuso, así que necesito saber cada detalle de ellos o yo tendré que ir personalmente para conocerlos
Kenny se sentía entre la espada y la pared, no quería seguir en ese lugar escuchando las ideas insensatas de esos sujetos, quería volar lejos de ahí, apretaba sus manos de coraje e impotencia por no poder hacer nada más sin involucrar al instituto.
-De acuerdo, la información la tendrás en unos días, ahora debo irme o comenzarán a sospechar por mi ausencia -extendió sus alas para poder comenzar a volar-. Yo los llamaré para darles lo que pidieron
Ambos asintieron y Kenny emprendió el vuelo a una dirección alejada de ellos, escuchó como su celular sonaba y decidió detenerse en un tejado para poder contestar la llamada.
-Kenny ¿Dónde estás?
-Herman, acabo de salir a una misión corta, ya me dirijo hacia el instituto para hablar con ustedes
-De acuerdo, tenemos que discutir algunas cosas
El rubio solo bufó mientras volvía a volar hacia el instituto.
-Nos vemos en unos minutos entonces -sin más colgó apretando ligeramente el celular-. Sin importar que, detendré a esos sujetos yo solo -habló en un murmullo decidido-. Solo una sola oportunidad... Y esto terminará antes de haber empezado
Ahora los momentos de tensión se hacían más grandes y podría jurar que podía cortarse con un cuchillo con suma facilidad, pero no era momento de siquiera dudar, su misión era detener a esa banda de Villanos que sólo buscaba imponer sus ideas de formas inhumanas
Se detuvo sobre el tejado del instituto para poder entrar sin ser visto por los veladores para así dirigirse a la sala de profesores para explicarles su forma de entrenamiento sin mencionar su doble misión, si debía destruir un mal, debía hacerlo por su cuenta para no arrastrar a nadie con él, esas eran las órdenes y debía seguirlas para no pagar consecuencias de más.
Caminaba a paso tranquilo mostrando una cara indiferente para poder entrar a la sala de profesores viendo a varios reunidos en la mesa, buscó con la mirada a Suri pero esta no mostraba señas de su presencia a esa reunión.
-Nuestro nuevo profesor ya se encuentra con nosotros, podemos dar inicio a esta junta -habló el director dirigiéndose a los presentes.
-Falta la profesora Suri -mencionó el rubio viendo hacia la puerta ya que sabía que la pelinegra no se perdía ninguna de esas reuniones.
-Ella tuvo que quedarse en el edificio de los dormitorios para cuidar de los alumnos -fue lo que contestó uno de los profesores.
-¿La dejaron sola? -interrogó alarmado el hombre.
-No, los veladores están con ella y llamamos a varios guardias que se comprometieron a mantener esto bajo discreción hasta que lo resolvamos
Kenny suspiró aliviado mientras tomaba asiento en aquella mesa.
-Bien, ¿Qué debemos hacer?
El director observaba con una mirada afilada a todos ahí mientras explicaba la posible solución a esa difícil situación y a la posible guerra que se avecinaba.
Algo estaban seguros en esa sala, esa batalla no sería corta ni fácil, y también comprendían que no sólo ellos saldrían afectados ante esto, también se llevarían entre ellos a los alumnos.
Solo había dos salidas: ganar o perder, no había más y la rendición no estaba de por medio y ninguno lo aceptaría, el honor era primero y el anhelado deseo de la libertad les daba más motivos a pelear por eso, una libertad a poder expresarse y que nadie se sintiera superior a otro.