Capítulo 4 Cambio de planes, Nadia

Kadir, Turquía

La verdad es que el que Kiral me contactara no lo vi venir, y mucho menos el motivo de su visita...

Rusia, un país que me trae muchos recuerdos -y no todos de ellos agradables-, pero sin duda, uno de los más importantes y el que marcó un período de mi vida, es el de ella. Isabella Ivanova, la madre de kiral, perteneciente a una de las familias fundadoras de la bratva.

Mi entrada a rusia quedó prohibida tras su muerte. Maxim Ivanov dejó bastante claro lo que pasaría si yo o alguna persona perteneciente a la mafia turca se atrevía a pisar el territorio ruso. Esa es la razón por la que nunca pude acercarme a Kiral.

«Pero al parecer las cosas han cambiado».

Su visita, fue para informarme que los rusos accederían a reanudar los negocios con Turquía, siempre y cuando el dirigente de la organización fuese Kiral. No puedo negar que mi reacción a esa propuesta fue una risa bastante burlona, porque después de todo, el que Kiral sea mi hijo no quiere decir que lo conozca en absoluto y mucho menos confíe en él, aparte, el hecho de que Maxim haya accedido a dicho acuerdo en el cual no hay tanta demanda por su parte, digamos que es un gesto demasiado generoso, considerando el status de nuestra relación.

Por lo cual, le solicité a Kiral, que fuese Maxim quien se comunicara directamente conmigo. Resulta que no pasaron ni dos minutos cuando ya estaba recibiendo la llamada en mi teléfono desechable -«En serio debo aprender esos trucos»-.

La conversación fue bastante breve la verdad, de su parte solo recibí la frase "Kiral al mando y no es negociable" e inmediatamente colgó.

Esto nos llevó a mi hijo y a mí a un acuerdo. El dirigirá los negocios en Turquía, mientras que yo me iré a comercializar y expandir la nueva mercancía rusa a Sudamérica.

El cargamento ruso está supuesto a llegar hoy, lo que me trae a uno de los puertos de desembarque para revisar que todo esté en orden y no haya ninguna artimaña por parte de ese viejo ruso.

Mientras reviso uno de los informes de los cargamentos que van a llegar, noto a la llegada de un Mercedes GLC 2023 negro, del cual sale Kiral y se encamina a mi puesto sin gesto alguno.

-Oğlum -le saludo, a lo cual él solo responde con un asentimiento de cabeza. Al parecer a heredado el estilo de su abuelo, «no hablar ni una mierda» y siempre andar de traje y con gafas de sol oscuras.

Fuera de eso, el muy bendito es una replica exacta de Isabella... Cabello castaño, ojos marrones y oscuros, y una tez que parece de porcelana. Obviamente también tiene rasgos míos, esa barba definida, la musculatura y el porte alfa, es un rasgo típico de los hombres Demir.

-Ya que partiré a Brasil hoy -le digo -debes asistir a la reunión con Akihiro y los alemanes en Hokkaido. Estaba pautada para dentro de cuatro semanas, pero los alemanes no quisieron darle mas larga al asunto y cambiaron la fecha para el domingo, al parecer Akihiro no tiene los cojones suficientes para no dejarse coger de títere.

» Kanlı te estará enviando los informes de la mercancía que van a recibir, debes entregar parte de los lotes que lleguen hoy desde Rusia. También te estará enviando la ubicación donde será el encuentro -le informo a lo que de nuevo responde con un asentimiento de cabeza sin mirarme.

» Podrías por lo menos hacer el maldito esfuerzo de mirarme a la cara cuando te hablo -le reclamo furioso.

-No tengo razón para hacerlo -dice y sin más se da la vuelta para dirigirse al vehículo en el que vino y marcharse.

«Será cabrón»

-Kanlı -lo llamo mientras reviso algo en mi celular.

-Emir -responde colocándose al frente de mi.

-Necesito que uno de tus hombres se quede vigilando a Kiral. Todo este trato de buena fe por parte de los rusos me huele a muerto, así que quiero que lo vigilen de cerca y me digan si esto viene con segundas -le digo y me da un asentimiento - ya puedes irte.

El hecho de que Rusia durara tanto tiempo en silencio, para ahora hacer esta aparición es lógico que levante sospechas, y más aún, conociendo el tipo de ratas que son.

Aparte, el que Maxim decidiera utilizar a Kiral como pantalla, demuestra que no planea jugar limpio, por lo cual debo estar alerta, porque si el muy bastardo quiere venir a buscar guerra, yo estoy mas que listo para dársela.

Nadia

«Perfecto, todo está absolutamente perfecto»

Es la frase que sigue repitiendo mi cerebro para poder pensar en frío después de Kenia me informara sobre los nuevos planes de Akihiro, Kadir y los alemanes. Al parecer la reunión se adelantó y sucederá el mismo día de la apertura de la gira, es decir, en tres días.

Llevo 30 minutos parada en el balcón mirando a las personas que pasan. Todas ellas con un estilo de vida distinto, cada una con la esperanza de llegar a casa al final del día, muchas tienen quienes la reciban, otros infelices no tienen a nadie, todos ellos con vidas insignificantes eso está claro, pero ellos tienen algo en común, un objetivo que cumplir... y yo no soy la excepción, porque les juro por Hades, que mi objetivo es mucho más importante y trascendente que el de ellos.

Con ese pensamiento vuelvo a la habitación, donde está Kenia estresada y Kerem centrado en el computador.

-¿Qué haremos Nadia? -pregunta Kenia con los brazos cruzados -No podemos cancelar la inauguración -dice y tiene toda la razón en ese punto.

-Se preocupan demasiado, al final todos vamos a morir -dice Kerem tomando un sorbo de lo que sea que contenga la taza que tiene en mano, mientras Kenia lo fulmina con la mirada.

Sigo sin decir nada, mientras busco un atuendo diferente, para luego entrar a tomar un baño, dejando a los demás solos a la espera de mi respuesta.

-Si que nos alteró el plan el muy bastardo -digo mirando al espejo.

"Tal vez, porque si realmente lo piensas, con una buena estrategia, y los hombres con las armas necesarias, lo único que ha hecho esa rata, es adelantar su fecha de entierro".

-Mmm, ¿Enserió eso se te ocurrió a ti, o lo robaste de mi cabeza? - le pregunto con suspicacia a mi voz interior.

"Soy la mejor y lo sabes, sin mi eres una simple mortal más".

-Tampoco abuses -le digo amenazándola, mientras señalo a una de las esquinas del techo con el dedo.

Pero la verdad, es que ella tiene toda la razón. Si me pongo a trabajar ya, la muerte de esa rata llegará más pronto de lo que esperaba.

Así que entro a la tina y abro el grifo para que empiece a llenarse mientras tomo el teléfono para llamar a Alih, el líder de los Técnicos.

-Hanım -contesta en turco al otro lado de la línea.

-Necesito que vengas a Iwaki con tus hombres, todos ellos. Utilizarán el armamento rojo.

-¿Para cuando nos necesita? -pregunta.

-Para ayer - le cuelgo y envió la ubicación donde los esperaré.

Al salir, ya vestida, veo que Kenia y Kerem todavía se encuentran sentados allí.

-¿Y?, ¿Qué se supone que hacen aquí todavía? -les pregunto con el entrecejo fruncido.

-Pero si no nos has dicho lo que harás con el operativo -habla Kenia poniéndose de pie.

-Ah cierto, eso. Llamé a los Técnicos, llegarán en la madrugada más tardar.

-Pero Nadia, ¿Qué haremos con la inauguración? -pregunta Kenia, para nada convencida.

-Todo sigue igual -afirmo-. Kerem y los Técnicos irán a rodear el perímetro de seguridad que ellos tendrán alrededor del lugar y nos mantendrán avisadas de cualquier movimiento, y lo más importante, no dejarán salir a nadie de allí, ¿entendido? -pregunto mirando directamente a Kerem el cual asiente -de todos modos, lo hablaremos cuando lleguen los Técnicos, debemos tener todo listo para ya.

«Esa rata va a morir a como dé lugar y no hay alma en esta tierra que pueda evitarlo»

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-Hanım (señora).

-Oğlum (hijo mío).

-Emir (ordene).