La Oraca y el sello del mundo.
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La Oraca y el sello del mundo.

Josyfer
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Capítulo 1 Sipnosis

Lo miro, y él me sostenía la mirada, lo veo remover su mano, pero un paso más, le vuelo las bolas. Ese hijo de puta bastardo. Potro ya era momento de llevarte, con quienes le has quitado la vida sin pensar que algún día pagarías. Cerdo podrido. Lo miro y le sonrió, él me devuelve esa misma sonrisa. No obstante, sin saber, que hoy es su último día de su podrida vida. No volverá a respirar después de hoy, claro que no lo podrá hacer.

_ ¡Señor, potro, ¿cómo le gustaría disfrutar la velada hoy, algo salvaje?, ¿Muy salvaje?!

_ ¡ja, ja, ja, Emilio sabe cuáles son las mujeres, que me gustan! Siempre me la envía bien informada. _

Claro, que tiene que saber, cuáles son tus gustos, es un cerdo igual que tú. Muchas chicas ni siquiera vuelven a ver a su familia, luego de pasar una noche con ustedes. A él le tocará seguidamente de ti. Así que no hay prisas. Pensé para mí misma

Yo le sonrió, como si no sé nada, solo se llama el señor potro. Pero no, ese es mi padrino. Un maldito traidor. Está involucrado en la masacre de mi familia. Y este hoy pagará por todo. Él no me reconoció, desde mi llegada, si me reconociera, me abría ya cabreado.

Solamente quiero descargar mi pistola en él, lo miro y su sonrisa desgarradora, y diabólica, me succionan la mente. Quiero contemplarlo muerto joder, no obstante tengo que hacer que muera una muerte horrible. ¿Qué tan horrible debería de ser con él? Sostengo el arma bajo la mesa. Apuntando a sus bolas. Ya me vale mierda, es momento de sentar con este tipo darle por lo que vine.

Disparó y dejo salir mi bala mágica, veo cómo él se espanta y aguarda su parte. Sonrió victoriosa, cuando observo la sangre correr por su pantalón. Sangre, el líquido que contemplo a menudo desde la masacre de mi familia. Él, un amigo íntimo y lo admiro en mí. En mi hermana, en mis guardaespaldas. No confió en nadie. Solo en mi Hermana Lia.

Observo como retuerce en el piso de dolor, ese dolor es tan diminuto como la humillación pública que sufrió madre. No creo que de verdad sufra dolor.

_ ¡Hija de puta, mierda! Me disparaste en las bolas?!

_ ¡Sí, y qué?!

_ ¡A la mierda, hija de la mierda! ¿Quién eres? ¿Quién te mando? ¿Sabes quién soy?

_ ¡Tú solamente eres una basura que no sirve ahora! ¿Dime cómo darás placer, si ya no te sirven las bolas?

Sonrió, como todo un demonio, ya me aburrí de él, quiero terminar de esto y ver a mi hermana, sentir su abrazo. Siento dolor. Han pasado tanto tiempo, pero el dolor nos se marcha.

Sus gritos atraen la atención de sus hombres, para eso ya estoy preparada. Intoxicación desde que tocan la puerta. Eso es mi debido regalo.

Batazr Belis, conocido como potro. Un árabe, ruso. Mi padrino, la persona que me enseñó a utilizar las palabras correcta. Cuando debería de vengarme de una persona. Sin embargo, nunca espere que la persona. Que me vengaría sería de él. Mi padrino. Y es momento de que pague ese cabrón.

_ ¡Batazr, alguien me dijo una vez! Que cuando llegara el momento de matar a mi enemigo debería mencionarle. «Lo lamento, no es mi culpa, tú solo elegiste estar en el lugar y la hora, el momento equivocado, y ofender a la persona equivocada.»

Termine de hablar, veo, como su cara de confusión, disimulando entender todo, pero el dolor le hace imposible ver con claridad. no puede ver, nada. Busca en su pensamiento quién soy. Y porque le expresé esas palabras. Piso, su pierna y observo como la sangre sale. Sonrió aún más al ver su cara con muecas de suplicación. Estoy consiguiendo lo que quiero. Pero yo quiero aún más. Quiero contemplar como grita y me suplica que no lo mate. Eso me excita más a matarlo lentamente.

_¡¿Cómo sabes, estas palabras?! Nada más se las mencioné a la hija, de marco. Como lo sabes tú... será ... Será que tú...

_ ¡Sí..., sí... sí... esa soy yo! Hola, padrino como estás. ¿Cómo has estado todos estos años?

_ ¡Pero, ustedes están muertas!

_ ¡Exacto, en este caso, mi fantasma te está pidiendo retribución, por tu pecado tío, O no mejor padrino!

_ ¡Tú, como sobreviviste, estabas muerta, yo misma vi tu cuerpo!

_ ¡Haaaa, así que estuviste, en la revisión, ¿cierto padrino?! Ahora dime, porque crees que te dispare en las bolas.

_ ¡Eres una puta loca! ¿Por qué en las bolas?

_ ¡Sí, soy una puta loca, y esa puta loca, te hará pagar hoy por tu pecado! Por el pecado que no debiste cometer.

_ ¡Ayuda.! ¡Esa loca me matará!

_ ¡Haaa...no de esta manera no! Me estás haciendo enojar. Como tú, un hombre con la sangre, de miles de personas en tus manos, pretende grita por la muerte. Es en serio, cabrón, ahora lloras, como niñita. ¿Te aré una simple pregunta Recuerdas a Rosa?

_ ¡Rosa, es tu madre, no sabes cómo disfrute hacerla sufrir!

_ ¡Ohh, si así lo vi en el video! Observé como disfrutabas, quemándola, y follártela en público. Humillándola.¿Qué tal si inicio, con ese mismo ritual, para ti, de este modo tendrás más placer, no crees?.

Descargo una bala, más en su bola, donde sostiene con sus manos, ahora considero que quedo inválido con esa mano. Rosa Deltong. Mi madre. La mujer, más bondadosa y misericordiosa que pudo tener este mundo. Una mujer muy bella, muy hermosa. Todos los malditos mafiosos la querían. Querían poseerla. Mataron a mi abuelo, porque no quería darla en matrimonio con Batazr. Él quería a mi madre, pero desgraciadamente mi madre, solo amo un hombre, mi padre. Marco Deltong. Todo lo llamaban el Rey. Si por nada más tener algo que todo quieren. Digo en vez de una o dos. Ahora este está con nosotras. Un anillo, conocido la oraca, un sello, que está en mis manos, y el anillo, con mi hermana menor. Nunca caerá en la mano de ningún bandido maldito como Batazr.

_ ¡Tío, no padrino, ya que sabes quién soy y porque vine, es momento de terminar con esto, ¿no crees?!

_ ¡¿Qué vas a terminar?, ¿piensa, que si me matas, podrás salir por esta puerta? Ellos te matarán.

_ ¡Tu puta mierda, de vida, que más espero que una mierda como tú! Recuerda, no vuelvas a nacer como Batazr, elige una mejor vida, en tu siguiente vida. Si no es la última que te queda. Le recargo en una pierna. _ Lo veo gritar, le recargo la otra. Lo contemplo gritar. Me mira con odio. Le sonrió

_ ¡Eso es, mírame, quieres devorarme y también matarme, ¿Verdad?! Así mi madre te miro, cuando la violaste en público cerdo apestoso.

Y ahora podía contemplar, las lágrimas que me guardaba. Mi madre no debió morir de esta manera.

_ ¡Y por eso, hoy quiero tu puta vida, aun si mueres un millón de veces, no podrás pagar por la vida de ella!

_ ¡Sabes, que si muero, otros tomarán el control!

_ ¡Y eso, no me importa una mierda! Tú debes morir. Tienes un último deseo.

_ ¡Porque me repites, lo que le dije, a tu puta madre!

_ ¡Puta madre, ella nunca fue una puta! Si lo fuera, estaría contigo, no con mi padre.

Lo reventó con el balazo en el brazo. Me encargué de perforar, cada lugar de su cuerpo. Con una apreciada bala. Hoy traje dos cartuchos más. Y todo debían cargarse en el cerdo.

_ ¡Ya, que no tienes un último deseo, yo sí!

Giro la mi mirada y miré, al cardero que embutía el aceite, que puse a calentar. Si quemó mi madre con aceite caliente. Camine con la olla con aceite caliente. Me daba tanto placer ver como buscaba, como escapar. Pero su cuerpo no servía. Sus piernas no podían avanzar, aunque él lo quisiera. Contemplé como él estaba en apuro, quería correr, pero no había donde. Eso me agrado más. Porque mi madre quería ir, pero no la dejaron. La torturo, hasta que no podía más.

Tomo una cuchara de aceite y lo vierto sobre su pierna. Escucho como grita. Esos gritos son músicos para mis oídos.

Término vertiendo todo el aceite, y observo como su respirar, se acorta. Ya luce demasiado miserable y pues lárgate en paz, asegúrate de pedir Perdón cuando llegues a la puerta sea del infierno o del cielo. Dudo que pises la del cielo. pero cuando veas, el inframundo, dile, pagaste una parte, te toca solo la otra.

Manifestando eso lo dejo una bla en su frente. Como lo dejo con mama.

Término admirando como él yace en el piso, quemado y con una bala en el maldito cráneo. Mi misión veinte cuatro cumplidas. Salgo del lugar, prendo un cigarrillo, y camino de vuelta. En las calles, donde siempre me tienen que recoger, con mis escoltas. Condujimos lo largo de una hora, cuando llegue a mi guarida.

            
            

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