La Oraca y el sello del mundo.
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Capítulo 4 Capitulo 3

Después del entierro de nuestra familia. Nina recibió un golpe más duro. Su novio, quien mismo, declaro haber disparado a las chicas. Pero, esas dos chicas, no eran nosotras. Cuando Nina estuvo frente a la pantalla, viendo esto. Ella se desplomó. Él la traiciono, así de grande. Lloro toda la noche. El tío Mu trajo unos requisitos, que teníamos que cumplir. En dos días, partiríamos a la milicia.

No era nada fácil, sin embargo, debemos cumplir, y volvernos fuertes, si es lo que queremos.

Aceptamos todo sin saber lo que nos esperan. La milicia, no era un lugar de juegos. Los trabajos eran duros. Y el entrenamiento era del más duro, y desenfrenado. El tío, Mu, le dijo varias a cosas, a Nina. Sobre tener que olvidar muchas cosas. Yo por mi parte había terminado con el chico dizque mi novio. Nuestra pérdida nos dejó devastada, pero teníamos que levantarnos y eso tenía que ser ya.

En la mañana siguiente, tomamos el vuelo, y nos llevaron la verdad muy lejos, y cuando llegamos, al desierto, eso nos asustó al principio. El teniente en jefe, nos trató bien desde nuestra llegada. Nos trató como jefa, y su superior. No quisimos el mérito porque aún no habíamos logrado nada para obtener el mérito. Mi hermana mayor fue la primera, en solicitar entrar en entrenamiento.

A la cinco, en la mañana, uno timbré nos sacó de nuestro sueño, algo que no tuve. Hace días, que no duermo como debido. Cada vez, que cierro los ojos, solo veo, las ametralladoras, y las balas volando, y mi familia siendo aniquilada.

Eso, de verdad, no me dejaba, dormir, mi hermana tiene la noche jugando con una pequeña navaja. Bueno, me pregunté si ella ya tenía un enemigo en mente. Nos vestimos con un uniforme, caqui, y polo del mismo. Bota militar, y nuestro primer entrenamiento, fue correr diez kilometro mucho si era, pero a nosotros no nos importó. Las demás se quejaban, no obstante mi hermana ya había partido, y tuve que acelerar, mis pasos, para estar a su tope. Cuando estuve, su lado, únicamente observé lágrimas en sus ojos. Eso me dolió, verla sufrir a mí me partía el corazón.

Sin embargo, que se podía hacer, solamente nos toca. Ser fuerte y hacer, el trabajo que nuestros padres, nos encargó. En los primeros cuatros kilómetros, no pude más, me pare, aunque contemplé que el equipo estaba muy lejos de nostras. Ir con ellos no era una mala idea. Sin embargo, Nina, seguía sin parar, me pregunté si no se sentía cansada.

El equipo me encontró esperando, y arranque junto a ellos. El chico que era capitán, me miro y me pregunto y mi compañera.

_ Ella, está en la ruta de los diez, kilometro.

Todos, me miraron, con asombro, muchos decían que estábamos presumiendo, pero ellos qué sabían.

_¿Ella, no ha parado, de correr, porque tú te quedaste en el camino?

_ ¡Debí, esperarlos, no!

Expresando eso, había mucha mirada en mí. Bueno, eso a mí no me importa. El capitán del equipo me dijo, que la ronda de mi hermana no cuenta. Algo que me gustaría decirle que no hiciera, sin embargo, estaba empeñado en que el es él, capitán. Uno que se busca una bronca muy temprano con mi hermana.

_ ¡Ella, debe respetar, las reglas, no importa si ella fue corredora antes, no obstante aquí hay reglas!

Solo lo miré, sin responder a su comentario, sabía lo que le esperaba, era mucho más mayor, que castigo que él quiere imponer a mi hermana. Nina es muy foros, eso así. Partimos todo, y cuando llegamos a la meta, Nina ya estaba en otros entrenamientos, Y cuando llegamos al punto ella acababa de bajar del, rasca muro. Y le llevaba ventajas, a todos, los que estaban en el entrenamiento.

Los demás, se pararon, y la miraron, otros, con asombro y mucho con odio, para ellos, ella estaba presumiendo, para nosotros teníamos una misión, y aquí nadie debía saber nuestra identidad.

Camine, y le di una palmada, por el hombro, ella se apoyó en la pared, el capitán se acercó y le dijo, justo lo que no debía decir.

_ ¡Señorita, eres una novata, aunque corriste, pero no lo hiciste en el salto de límite, con el equipo, así que eso no cuenta!

La cara, de mi hermana, cambio, radicalmente, lo miraba fijos, y eso sí, mi hermana tenía una mirada asesina en ese entonces.

_ ¡Nini, podrás correr, ya has entrenado mucho! _ le dije, para calmar su ira.

Ella no respondió, solo se sacudió el polvo y se alistó para correr.

_ ¡Oye, dices, que tengo que correr, capitán, y te quedas tomando sombra!

Quise, reírme, sabía que ella tenía que decir algo, ahora yo miraba al capitán, indeciso si en correr o no, pero eso si sabía, que Nina lo llevaría al tope. El tenía que ser bien resistente para mantenerse al ritmo de ella. Cuando estaba enojada antes, daba seis a siete vueltas a un Play. Y eso era siempre récord. Quise advertirle, sin embargo, el quería poner un castigo, algo que ahora pagara.

_ ¡Yo, te diré, cuando tienes que correr! _ Eso, enojo más ami hermana

_ ¡Me dijiste, que no cumplí con el primer, entrenamiento, contigo, pues ahora mismo yo estoy lista y lo quiero ahora!

Nina, sí que no hablaba, sin ser en serio, su mirada, dejo a mucho pasmado. Sus ojos estaban rojos, y el jefe pudo ver, que tenía que intervenir, y debía ser ya. El capitán debía correr ahora. Eso le pasa por presumido. En marco, el temporalizado, en su cuello, y Nina ya había arrancado, dejándolo atrás, vi como, aceleraba para poder alcanzarlo, algo que dudo mucho. Y espero que cuando ya no tenga gente cerca ella no lo mate.

Una lluvia, espantosa, exploto, algo que sé que mi hermana se enojaría y deba por adelantado su carrera, no había pasado minutos, de mi pensamiento. Ella había llegado y luego de unos minutos llego el capitán. Qué vergüenza no.

_ ¡Oye, no debiste ser tan duro con él!

_ ¡Él se lo busco! _ me respondió ella.

_ ¡De seguro, te odiará!_ dije entre risas, pues justo en ese momento el capitán en jefes nos llamó, que nuestro entrenamiento no había cesado. Bueno, algo si supe, no importa como nos pongan el entrenamiento, nosotros debíamos cumplir. Cada entrenamiento era un logro, con mérito y una puñalada más a un enemigo.

Bajo, la lluvia, nos mandaron, a saltar cubos, y así lo hicimos. Me caí unas cuantas veces, Nina me dio la mano y empezamos. En una adaptamos un ritmo juntas y saltamos los cubos. En el debido tiempo la lluvia paro y nosotras también. Ahora todos nos miraban. Desde nuestra entrada escuchamos los chismes, decían que era el castigo por dejar en ridículo al capitán de la carrera. A nosotras nos daba igual, pues así podíamos dejar todos los días, alguien en ridículo, para buscar un castigo.

_¡Recién llegan y miran, ya recibieron sus castigos, por sobrepasarse sus límites, con el capitán!

_ ¡Ellas, solo antes habían entrenado! Únicamente están presumiendo pronto todo eso acabará.

_ ¡Dejen, de hablar, de ellas, no sabemos, quieres son y además, no podemos darnos el gusto, vieron que ni siquiera se retractaron, cuando le pusieron el entrenamiento, así manténgase alejada de ellas! _ dijo un chico, y yo le veo mucha lógica lo que dijo.

En el baño de mujeres, nos esperaban, algo que nosotros nunca nos pasó en la mente. Una de las militadas, Huan Yi, nos bloqueó el paso, haciéndonos saber, que las nuevas se bañan de último, y el tiempo para estar en el baño es diez minutos.

_¡Las nuevas, tiene que cumplir con las etiquetas! Se bañan, después de que nosotras tomemos nuestros baños.

Nina, solo la miro, yo ni la mire, ni preste atención, pero en breve segundo, Nina ya le tenía una mano por el hombro, con su mirada, ella se apartó. Eso nada más me causo risas.

_ ¡Tu rudeza, dura muy poco, creí que sería más insistente y me bloquearías la entrada, solo eres una que habla! _ bueno yo ya me estaba cansando de sus bobadas.

            
            

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