Capítulo 3 Protectores.

-Tengo hambre.- se queja Keil.

-Tienes que esperar a salir de la ciudad.- advierte Amanda.

-No queremos desastres tan rápido -argumenta Seil el hermano de Keil.

-Concéntrate en conducir.

Aykeira mira a Seil quien estaba conduciendo a una velocidad inhumana.

Luego vuelve su vista a los asientos de atrás donde estaban Amanda, Keil y la salvadora, Nila.

Habían venido a este mundo en búsqueda de la salvadora hace dieciocho años, pero solo hasta ahora la energía que había sentido quince años atrás había vuelto a aparecer.

La última vez esta se había difuminado en lo que pasa un segundo pero estaba vez duro tres semana.

Tuvieron bastante suerte de aún encontrarla con vida.

Aykeira soltó un suspiro y volvió sus ojos a la carretera.

Seria un viaje muy largo.

Creo que me han drogado y secuestrado. Era la explicación más factible a lo que había visto. No podía haber otra explicación.

Desperté dentro de un carro en movimiento con dos cosas al lado mío, ya no les podía llamar personas. Eran unos monstruos de los que salían en las películas de fantasía.

Eran cuatros. Uno de pelo azul claro iba conduciendo mientras que otra cosa que solo se veía como un resplandor de energía luminosa iba de copiloto.

A mí lado estaba el primer monstruo que había visto cuando desperté, parecía una leona ligada con pantera negra. En otras palabras, parecía un gato. Tenia una cicatriz traspasandole la cara y un parche. Estaba sentada a mi lado afilando lo que parecía ser un cuchillo.

Por otro lado había uno casi dormido arriba de mi, también tenia el cabellos azul, solo que más oscuro, no sabía decir que parecía exactamente pero estaba segura de que no era de este mundo.

Sabia que se dieron cuenta cuando desperté pero no dijeron nada. Y yo no sería la primera en hablar. Pero se que aún no había hecho un show porque mi cuerpo no se podía mover. O sino hace rato que estaría intentando tirarme por la ventana. Probablemente no, pero aunque sea le estaría diciendo del mal que se iban a morir.

-¿Cuando llegaremos?- Amanda pregunta dejando de limar su cuchillo.

-Aun no hemos salido de la ciudad. Y no podemos arriesgarnos a que se den cuenta de nuestra presencia.- responde Aykeira.

Amanda resopla. Al parecer estar encerrada por horas no le hacía bien.

-Comida.- Keil se despierta y mira a todos los lados.

-Por lo que veo tuviste un buen sueño.- habla Seil.

-Fuera mejor si la comida fuera real. ¡Oh, ya sé desperto la dormilona!- se gira hacia mí con una gran sonrisa llena de colmillos afilados.

Estoy segura de que si mi cuerpo no estuviera adormecido estaría temblando del miedo.

-¿Por que estas tan callada? ¿Es cierto que puedes ver a través de nuestros disfraces?

Los ojos de Keil eran azules, podrían pasar por ojos humanos si no le prestaba mucha atención. Pero como tenia su cara plantada frente a la mía pude ver como el iris de sus ojos iba cambiando a un azul más oscuro y varios puntitos amarillos daban vueltas dentro de ellos.

-Nila, te comieron la lengua los ratones.

-¿Como sabes mi nombre?

Pregunta estúpida porque si supieron donde encontrarme lo más seguro es que conocían toda mi información personal.

-¡Al fin volviste a hablar!- Keil aplaude y muestra otra sonrisa. Se suponía que era una sonrisa amigable, pero esos colmillos solo daban terror.

-Callate Keil, la vas a espantar.- Amanda empuja con su garra la cara de Keil sacándolo de mi campo de visión.

La miro con intensión de agradecerle pero, ella esquiva mi mirada soltado un leve gruñido.

~Tranquila, Nila.~

El shock había pasado. Ya mi mente no podía tratar de fingir que todo estaba normal. Me estaba sintiendo encerrada, el sentimiento de no poder mover el cuerpo me estaba poniendo paranoica y ver a esas criaturas no ayudaba en nada. Mi labio inferior empezó a temblar, mi respiración se fue acelerando, estaba hiperventilendo. El aire no estaba entrando a mis pulmones. Tenia miedo.

Mis ojos se empezaron a cristalizar, en cualquier momento me pondría a llorar.

Dali...¿qué pensará Dali de mi desaparición?

Tenia que ir a limpiar la tumba de mi madre.

Mi madre...

Quería a mi mamá. Mis lágrimas se derramaron por mi rostro como un torrente. Los sollozos que pensé que contenía en mi interior salieron, rasgando mi garganta. Estaba llorando con todas mis fuerzas, pidiendo que me dejaran ir, que me soltaran. Gritando el nombre de mi amiga, de mi mamá.

Me quería ir de aquí.

Solo podía escuchar mis gritos y quejidos. Estaba consciente de que mi cara se veía roja, llena de mocos y lágrimas pero eso era lo que menos importaba.

-¡Dejenme ir!- segui pidiendo lo mismo hasta que senti un pinchazo en el hombro. Gire la cara y vi a Amanda sacando una jeringa. Me habían sedado. O eso quise pensar antes de caer en la inconciencia.

-¡Amanda!

-¿Que?

-No debiste hacer eso.- dijo Aykeira mirándola mal.

-¿Como no es en tu oído que está gritando?

-¡Callense! ¡Si choco esta maldita cosa será su culpa!- grita Seil.

Todos hicieron silencio. Amanda se cruzó de brazos y se recostó en el asiento mientras Keil limpiaba la cara de Nila.

-¿Como una persona puede sacar tanto líquido de su cuerpo?- susurra Keil terminando de limpiar el rostro de Nila.

-Al igual que tu pendejo.- sisea Amanda rodando los ojos.

-Pero las mías no son de ese color.

Keil no le da importancia al insulto de Amanda y continúa analizando las lágrimas y mocos que había quitado de la cara de Nila.

-Deja eso Keil. Mejor quítenle el amarre a Nila que ya llegaremos. - Aykeira saca un aparato raro que parecía un teléfono pero más avanzado y escribe algunas cosas. - Amanda tendrá que llevar a Nila.

-Siempre a mi. ¿Acaso no te sabes otro nombre?

-Quien la seda, la lleva.

Después de doblar en una curva, Seil detiene el carro en la orilla de la carretera, frente a una camino de tierra.

-Desen prisa. Esa cosa nos está rastreando.

Todos se bajaron del auto y empezaron a correr. Amanda llevaba a Nila cargada como si fuera un saco de cebollas. Aykeira iba en la delantera y Keil les cubría la espalda junto a su hermano Seil.

Duraron algunos treinta minutos corriendo antes de llegar al lugar.

Un prado se abría frente a ellos. La luz de la luna daba directamente sobre este haciendo parecer que estaban en un río verde plateado. Aykeira dibujo un círculo sobre el prado con varios símbolos desconocidos para la mente humana. Y luego Keil y Seil se pararon en el medio de este moviendo las manos en diferentes posiciones hasta quedar con las palmas juntas.

-¡Ya esta listo!- grito Seil.

Una fisura había empezado a aparecer sobre las cabezas de Seil y Keil. Cuando se hizo del tamaño que querían, Amanda no esperó más tiempo y saltó dentro de esta con Nila en sus brazos para más comodidad.

Seil y Keil hicieron unos últimos pasos para que la fisura se mantuviera estable y saltaron dentro de esta. Aykeira fue el último en entrar.

Cuando ya todos estaban adentro y la fisura había desaparecido. La cosa que había estaba rondando la casa de Nila apareció. Ofalteo el aire intentando encontrar el rastro de Nila pero todo estaba como si ella nunca hubiera pasado por ese lugar.

Un rugido estremecedor salió de la garganta de este haciendo que algunas criatura salieran corriendo y otras se ocultaran. Lo que estaba en el bosque con ellos era demasiado aterrador.

            
            

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