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Cuando volvi a despertar, mi cuerpo se sentía adoloridos y mi cabeza un poco atontada. Me sentía fuera de mis cabales.
Esas tres cosas estaban sentadas alrededor de mi. No sabía a donde había ido el que faltaba. Intente preguntar qué a donde me llevaban pero en el momento que abrí la boca empecé a vomitar, tenia el estómago revuelto.
Me sentía como una porquería.
Después de un rato tirada en el suelo, con los ojos cerrados alguien me entró algo en la boca y me ordenó que lo maticara. Quería negarme pero dijeron que ayudaría para el mareo.
Según lo que los había escuchado decir, habíamos viajado al otro mundo. Y que fue pura suerte que lo que sea que nos estaba persiguiendo no lograra alcanzar la fisura que hicieron a tiempo. La verdad no entendía ni mierda lo que estaban diciendo. Mi cerebro se había convencido de que me habían drogado y así he pasado todo el tiempo que estuve tirada.
Estaba viajando entre la conciencia y la inconsciencia. Esa mierda que me habían metido en la boca sabía a tutifrutis. ¿A quién le gusta el tutifrutis?
Los seguí escuchando hablar hasta que un ruido ensordecedor apareció de la nada. Si, de la nada. Estaba mirando un lugar en el cielo morado, y de repente había una máquina tipo transforme levitando sobre mi cara.
-Se parece a megatrom.- me salió una risa bobalicona e intente alcanzar la nave. Aunque mi conciencia me dijera que eso era imposible.
Pero bueno, para alguien que se creía drogada era lo de menos.
Senti como levantaban mi cuerpo. Aunque ya estaba desatada, me dolía todo. Según el bombillo, como mi mente había bautizado a la cosa luminosa y que después me enteré que se llamaba Aykeira, un nombre muy extraño parecía japones, fue por haber pasado la fisura espacial. Y como mi cuerpo humano era muy frágil todavía no me había acostumbrado a los viajes espaciales. Casual.
Eso fue lo que pude entender entre todo su palabrería científica y lenguaje entresacado.
Quien me llevaba en los brazos nuevamente era Amanda. Desde que mi mente la visualizó como un gato, uno que camina en dos patas, mi temor fue disminuyendo. O de eso trataba de convencer a mi cerebro.
En fin, subimos en la nave y Amanda me llevó a una cabina que tenia una cama y me acostó ahí. Era un colchón sumamente blando, parecía una cama de agua de las que hay en los moteles.
Estaba evitando por todos los medios pensar en la gravedad del asunto, distrayendo mi mente con los objetos que estaban al alcance de mi vista. Cada cinco minutos uno de ellos venía a revisar que estuviera bien. Y cada vez que lo hacían fingía estar durmiendo.
Cuando ya no pude más, mi mente se dirigió a los lugares que quería evitar.
Quizás Dali me haya hecho una sorpresa por mi cumpleaños como siempre lo hacia desde que nos conocimos.
¿Cual sería su cara al no verme llegar?
De seguro se va a preocupar a muerte e irá con sus padres para que me localicen.
¿Ahora quién limpiará la tumba de mi madre?
Sin querer un gemido se escapó de entre mis labios. Había empezado a llorar de nuevo. Justo el día de mi cumpleaños me habían secuestrado unos seres que no eran humanos. Y la voz que había escuchado por primera vez en mi casa no dejaba de hablar. Creo que me estaba volviendo loca. Alce mis dos manos y las coloqué sobre mi rostro. No quería que me vieran llorar de nuevo pero no tenia como evitarlo. Estaba aterrada, no sabía para qué me querían o porque me secuestraron. Las lágrimas se iban deslizando por mi cara, me dolía llorar. Así que hubo un momento que no supe cuál era el verdadero motivo de mi llanto.
Ninguno de ellos vino a averiguar porque estaba llorando, lo cual agradecí mucho. Lo menos que quería ahora era verlos.
Después de lo que pensé era una eternidad, dejé de llorar. Sentía como si todo el líquido de mi cuerpo se dreno atraves de mis lágrimas, lo cual científicamente sería imposible. Limpie los rastro de lágrimas y mocos que tenia en la cara y cerre los ojos, dejando que mi mente descansara.
No pasó mucho tiempo antes de que cayera en los brazos de morfeo.
-¿Que haremos con ella?
-Lo único que ha hecho es llorar. ¿Por qué está llorando? Nosotros la salvamos. Acaso ¿nos tiene miedo?- Seil se para frente a Aykeira y lo mira expectante. No entendía porque esa humana se comportaba así, debería sentirse agradecida.
-¿Que más esperabas? - pregunta Amanda.- Que nos recibiera con una sonrisa y nos invitara a beber agua. Prácticamente la acabamos de secuestrar. Además es una humana, es claro que debe estar asustada.
-Aun así, ¿creen que de verdad es ella la elegida?- Keil para de comer y observa a Aykeira.
-Es ella, o sino la energía que tiene dentro de su cuerpo hace tiempo que la hubiera matado.
Aykeira responde restándole importancia al asunto. Ya no importaba si era o no era la elegida, ella tendría que convertirse en la salvadora. Aunque eso signifique sacrificar muchas cosas.
-Casi llegaremos al campamento. Cada uno de ustedes se turnearan para protegerla. No será fácil para ella ser aceptada como la salvadora y cuando los demás se enteren harán todo lo posible por matarla.
-Como digas. En cualquier caso, sino logran matarla en nuestra vigilancia es muy probable que ella misma termine con su propia vida.- Seil seguía con la idea de que esa chica no era la salvadora y que por más cosas que hiciera Aykeira para entrenarla moriría temprano.
-No seas pesimista. Recuerda que si ella muere, nosotros también lo haremos.- Habla Amanda quien hace rato estaba perdida en sus pensamientos.
-Olvidense de quien o qué va a morir. - Aykeira camina hasta los controles de la nave y quita el modo automático. Se coloca en el asiento del piloto y empieza a cambiar la dirección. Tendría que coger una ruta más larga. - Amanda, ve a vigilar que se encuentre bien.
Amanda suelta un leve gruñido y se levanta del asiento caminando con pasos pesados. Sabia que la pondrían como niñera de la humana.
-Mas vale que mi tiempo no se desperdicie.- se queja abriendo la puerta del cubículo donde antes había dejado a Nila.
La encontró acostada de lado. Debió costarle un montón girar su cuerpo. Todos dentro de la nave sabían que la humana se había pasado todo el tiempo llorando pero nadie quería ser voluntario para consolarla. No sabían como tratar con humanos.
Amanda soltó un suspiro y caminó hasta acercarse a donde Nila estaba descansando.
¿Como ese pequeño cuerpo tan desnutrido aún no había perecido bajo la energía tan inmensa que emanaba?
-Tengo hambre.
Nila se volteó justo en el momento en que Amanda se inclinaba a verla tomándola por sorpresa haciendo que esta diera tres pasos atrás.
Tenia los ojos rojos e hinchados y la nariz roja. Parecía un cachorro recién nacido. Muy feo.
-¿Que quieres comer?
-Hamburguesa.
-Aqui no tenemos eso.
-¿Entonces para que me preguntaste?
Amanda frunció el ceño. No tenia mucha paciencia y esta humana lograba sacarla de sus casillas con solo abrir la boca.
-Vamos al comedor. Quizás encontremos algo que puedas comer.
Sin esperar a que Nila responda, Amanda la carga en sus brazos al estilo princesa. Arruga la nariz y sale de la habitación.
-Despues de que comas te tienes que bañar. Apestas a vómitos.
Amanda deposita a Nila en una silla del comedor y trae varios platos; todos parecían los vómitos que Nila sacó de su estómago. Asqueroso.
-Aunque luzcan feos, son comestible.
Nila hace caso omiso de las palabras de Amanda y se queda observando los platos que estaban frente a ella. Al final eligió el que se veía más pasable y menos vomitivo.
Para su sorpresa era cierto lo que Amanda había dicho, a pesar de que se veían como vómito rancio el que probó tenia un sabor afrutado. Procedió a comer en silencio. Ya el dolor que antes sentía en su cuerpo estaba disminuyendo. Lo único que sentía adolorias eran las piernas.
Nada mal.
Seil y Keil estaban parados a los lados de las puertas que llevaba al comedor. Observaban cada gesto o moviendo que Nila hacia. Mientras Keil la miraba con una curiosidad muy marcada, el hermano de este solo mostraba una mueca de desprecio. No entendía como el futuro de su gente podía estar en las manos de esa criatura tan débil.
-Como sigan mirándola así, los mandaré a recoger mierda espacial.- Amanda mira a la dirección de los dos hermanos exhibiendo los colmillos, en una clara invitación a largarse.
-Pero si solo estamos mirando lo hermoso que está el comedor.- dice Keil con una sonrisa, caminado hasta donde las chicas estaban y parándose lejos de Amanda.
-Dile eso a quien te crea. Inútil.
-Desde que empezamos esta misión has estado insultándome y respondiendo con comentarios hirientes todo lo que digo. ¿Acaso te pican las pulgas, cachorra?- Keil se cruza de brazos retando a Amanda con la mirada. Sabia que estaba jugando con fuego pero era divertido hacer enojar a la felina.
-Vete a arrascar el culo anfibio.
Nila ignoró por completo el intercambio de palabras entre sus dos captores y se concentro en llenar su estómago. Además cada vez que estos hablaban soltaban gruñidos haciendo que el cuerpo de Nila se estremecieron. Sienta todo el cuerpo tenso.
-Ven y hazlo tú.
-Keil.
El susodicho se giró encontrando a Aykeira detrás de él. Bajo la mirada y musitó una disculpa antes de salir del comedor.
-Que conste que fue el que inició.- aclara Amanda, levantándose de la silla. Nila la mira con dudas. ¿debia levantarse también?
Amanda pasa al lado de Nila y está le agarra la orilla de la chaqueta que creía era de cuero.
-¿Puedes llevarme devuelta a la habitación?
Amanda se detiene y mira a Nila arqueando una ceja.
-Tengo que hablar contigo primero.
Miré al foco de luz y desvíe la mirada.
-¿Puede ser cuando me quite el olor a vómito de arriba?
-Esta bien, Amanda llévatela.
Espere tranquila hasta que senti como Amanda me elevaba en sus brazos. Nuevamente estilo princesa. Pase mis brazos por su cuello para no caerme.
Ya quería recuperar a movilidad de mis piernas.
Amanda me lleva nuevamente pero está vez se dirige a otra lado. Entramos en un pequeño cuarto que por lo que podía observar funcionaba como el baño.
Me dejó sobre una mesa. Y lleno la bañera. Luego salió y volvió entrar minutos después con un traje en sus manos.
-¿Te entrarás con la ropa o tengo que ayudarte a quitártela?
-Con ropa.
-Bien.
Me trasladó hasta dentro de la bañera y salió del baño.
-Cuando termines me llamas.- dice fuera del baño.
Ya cuando estaba sola en el baño, una presión se instaló en mi pecho. Sentia que nuevamente iba a llorar.