Adiel tocar el claxon del auto e ignoro su llamado, en realidad no entiendo que le pasa, se cree mi papá para estarme dando órdenes. Suspiro profundo y continuo tomada de la mano con Gonza. El muy idiota se cansó de tocar el claxon, pasa a toda velocidad dejando un viento potente delante de nosotros, una vez que todos se han quedado en sus casa me dirijo a la mía, voy caminando con lentitud cuando un auto se detiene a mi lado.
-¿Vas a subir ahora? Inquiere con el ceño fruncido
-Puedo caminar, no estoy invalida-le digo y continuo
El auto sigue rodando al tiempo que voy caminando, llevo la mirada clavada en el suelo pero puedo sentir la de Adiel caer sobre la parte izquierda de mi rostro, no quiero mirarlo porqué dentro de mi estómago se han desatado sin números de mariposa que aletean sin parar.
-Te doy un minuto para que subas-. Farfulle con seriedad-Es una orden.
Suelto una carcajada y me detengo.
-No es mi tío para darme ordenes-. Rezongó y continuó.
-Tienes razón, pero se te olvida que soy tu patrón y también tú profesor-. Añade con una media sonrisa-Quedan diez segundo-. Informa, al ver que no me detengo acelera un poco y cruza el auto delante de mí
-¿Esta loco? No se porqué se ha empeñado en joderme el existir-. Baja rápidamente del auto y llega hasta mi, tragó grueso al verlo venir, no se porqué ese hombre me deja gélida cada vez que lo tengo acercarse-Ahora ¿que pasa?
-Pasa que quieras o no te llevare a la cabaña-dice intentando tocarme
-No me toque-. Bramó al ver su mano pasar por mi costado-No se que es lo que quiere de mí, primero me moja a propósito porque sé que lo hizo intencionalmente, después pone su estúpida chamarra en mi espalda y ahora quiere llevarme a la fuerza en su auto.
-Soy un ciudadano que brinda ayuda a quien lo necesita.
-Pues no necesito su ayuda-. Gruño e intento zafarme, no obstante el me detiene-Suélteme. Bramo mirándole con enojo.
-¿Y si no quiero?-Susurra clavando sus azules ojos en los míos.
Suspiro al mismo tiempo que entrecierro los ojos, entiendo que este tipo no me dejará en paz hasta que suba a su puto auto.
Adiel me mira con determinada atención a quedado tan cerca de mi que su cercanía me ha puesto temblosa, siento mi corazón retumbar de una forma desenfrenada, quisiera entender que significa todo lo que me está pasando, el cálido aliento que suelta de su nariz cae sobre mi cuello, tragó grueso y me propongo a ingresar. La puerta se cierra tras de mí y segundos después ingresa por el otro lado, enciende el auto y lo pone en marcha.
-¿No cree que debería acelerar?, creo que una tortuga corre más rápido que su auto.
-¿Tu lo crees? Farfulle y sonríe.
Infló mis pulmones al verlo de medio lado, contempló su rostro perfecto mientras recuerdo ese beso.
-Deja de mirarme, voy a creer que te gusto. Verbaliza haciendo que mi rostro se encienda.
-Puede pensar lo que quiera Adiel...
-Para ti soy y seré, señor Adiel Mohamed o profesor Adiel. Expone y entrecierro los ojos.
-Como quiera señor Mohammed. Rezongo y cruzo mis brazos abrazando mi mochila, dirijo la mirada a las extensas praderas, que se encuentran llenas de pasto, un pasto verdoso al igual que mis ojos, suspiro una y otra vez sin entender ¿por qué? ¿Por que mi corazón se vuelve loco por el idiota de Adiel?
-Dime Kiara... Giro mi rostro para verlo. -¿Félix sabe que tienes novio?
Frunzo el ceño y le miró con enojo.
-¿Novio? ¿Cual novio?
Adiel me mira por un instante y sus ojos azulinos despierta todas las células de mi cuerpo.
-El chico del parque. Sonrio al mismo tiempo que ladeó la cabeza.
-¿Quien dijo que es mi novio?
-¿No lo es? Cuestiono volviendo a mírame.
Suspiro profundo y suelto el aire.
-Eso no le importa. Finalizo al momento que llegamos a casa, acto seguido intento abrir la puerta, sin embargo esta se no se abre. -¿Podría quitarle la chapa? Inquiero regresándole a ver.
Adiel suelta una carcajada y afirma su cabeza en el volante, sigue riendo sin saber ¿por qué?
-¿Dije algo gracioso? Afirma moviendo la cabeza, su rostro está totalmente rojo por el gran chiste que le causó lo que dije.
-Los autos no tienen chapa. Informa carraspeando la garganta.
En serio reía por lo que dije, muevo la cabeza al mismo tiempo que pongo los ojos en blanco, me parece estúpido que eso le haya hecho gracia.
-Como se llame, necesito que abra la puerta profesor Adiel.
Le veo suspira y llevar la mano izquierda en mi dirección, recuesto mi cuerpo en la venta y tragó grueso al instante que su rostro queda delante del mío, nos miramos fijamente mientras mi corazón se vuelve loco, acto seguido se escucha un pequeño sonido y la puerta se abre, al estar recostada en ella caigo del auto, pero un fuerte agarrón evita de mi cuerpo se estrelle contra el pedrero lastre.
Adiel vuelve a reír y me suelto de su agarre, me levanto de inmediato y sacudo mi mano, agarró la mochila y le fulminó con la mirada.
-Vamos dos a cuatro, Cupidita. Acota mientras ríe.
Cierro la puerta mientras maldigo su nombre, Ariel Mohammed me pagarás lo que me haz hecho.
-Idiota. Grito al patear al puerta, luego caminó a la habitación y me lanzó en ella.
Mi corazón sigue palpitando al recordar a mi profesor Adiel, llevo la manos al rostro y maldigo en mis adentros por pensarlo.
-Kiara??
Me levanto a toda prisa y salgo de la habitación, no se en que momento me quede dormida.
-¿Dormías princesa?
-Si.
-¿Ya comiste? Niego y camino hasta la cocina.
-No, me quedé dormida tío, ahora mismo lo hago.
-No dejes de alimentarte. Refuta y se acomoda en la mesa. Seguido tocan la puerta y se dirige abrir.
-¿Quien es tío? Cuestiono desde la cocina.
-Es Diego. Informa al cerrar la puerta, Sonrío y arregló mi cabello y me preparo para recibirlo, luego aparece ese hombre que antes despertaba sentimientos profundo en mi pecho, recuerdo que su sola presencia me volvía a loca, no sabia de que manera centrarme o sonreír, no obstante hoy, su presencia me es indiferente.
-¿Que tal, Kiarita? Verbaliza y le saludo alzando la mano, luego carraspea su garganta y mira a mi tío. -¿Podemos hablar? Inquiere al pasar su sombrero de una mano a otra.
-Claro, salgamos. Pronuncio el tío agarrando su sombrero.
Se marcharon y me senté en el comedor, una vez que almorcé agarre un cuaderno y me puse a estudiar para el siguiente examen.
Minutos después el tío ingresa y vuelve a irse.
-Estaré en la hacienda, nos vemos en la noche princesa, estudia. Aconseja y se va.
Por la noche cuando regresó el tío se veía molesto, sacó una silla y se sentó al comedor.
-Kiara, necesito que te siente y me digas la verdad.
Trague grueso y camine hasta la mesa, me senté delante de él y tembleque con su mirada.
-¿Que verdad?
-Tienes novio???
-¿Quien dijo eso?
-Es o no verdad?
-Claro que no, nunca lo he tenido. Confieso tratando d es que mi tío me crea.
-Entonces porqué sales del colegio tomada de la mano con un jovencito y los domingos te vez en el parque.
-Gonza es mi amigo, solo eso. Replico con mis ojos lagrimosos.
Maldigo al idiota de Adiel, tiene que haber sido el, nadie más, es un metiche y calumniador, lo odio, lo odio...
-Tienes que creerme.
-Esta bien princesa, te creo, pero no llores.
Me abraza y sollozó, nunca pensé que tener amigos me traería problemas.