¿Te acuerdas de mi elefante azul?
img img ¿Te acuerdas de mi elefante azul? img Capítulo 5 Apuesta
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Capítulo 6 Christina img
Capítulo 7 Mi primer beso img
Capítulo 8 La historia de Nando img
Capítulo 9 Enfrentados img
Capítulo 10 Química img
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Capítulo 5 Apuesta

Al salir del trabajo voy directa a casa de Guille. Después de mi ritual habitual en su casa (o sea, recibir un masaje y luego irme a la ducha dejando todo regado a mi paso), me siento en una tumbona junto al balcón para tomar el aire, deleitándome, claro está, con una rica piña colada. Mientras le cuento los últimos acontecimientos a mi mejor amigo.

- Entonces, de descanso nada mi reina. Un día saldrás del trabajo hacia la tumba. Te lo digo yo, es que estás tan flaca - pongo los ojos en blanco - Pero eso no es importante ahora. Cuéntame de ese hombre. ¿Es guapo?

- Ufff Guille, ¿En serio es eso lo que te preocupa?

- Claro que sí bebé. El trabajo no se te hace tan duro si puedes refrescar la vista.

- Si es guapo, pero no es mi tipo.

- Pensaba que ibas a decir que no estabas interesada en él porque estás con Javier - achica los ojos - Pero ya veo que no me entero. En cuanto a lo de no ser tu tipo... aún no he conocido a uno que lo sea - me dice con ironía - Pero hablando en serio, ¿De veras que no sabes nada de él?

- Se llama Héctor Torres, conoció a Nando en prisión - Guille se sobresalta - Sí, es un exconvicto. Nando le dejó una constructora al morir, Grupo Torres. Nunca había escuchado de esa empresa ni de él.

- Me sorprendes gatita, no sabes aún nada de él cuando lo primero que haces siempre, antes de aceptar cualquier caso es conocer al detalle a tus posibles clientes.

- Tienes razón cariño, creo que me distraje demasiado al enterarme de todo lo ocurrido a Nando.

- Bah, empecemos por lo básico - se para de su butaca y busca su tablet - Bien, a ver, Héctor Torres.... Ajá. Joven promesa del mundo empresarial, estuvo preso durante 6 años, no se sabe bien el motivo, solo especulaciones de un... hay mi niña de un asesinato - Guille me mira con terror. Sigue leyendo - Luego de salir de la cárcel creó el Grupo Torres que el pasado 2017 pasó a ser socio de el Grupo Empresarial de Constructoras Olympo.

No puede ser, si el Grupo Torres fue construido y fundado por él entonces...

- ¡Guille, todo esto es por Olympo! Héctor Torres es el nuevo dueño de Olympo.

Estoy consternada. No había entendido aún la magnitud de este caso. Pero es bueno haberlo sabido pronto, así actuaré con mayor precisión.

Al día siguiente, estoy en la oficina. Llamo al señor Torres y le pido reunirnos para empezar a trabajar en el caso.

Llamo a Isabella por el teléfono de la oficina.

- Isa, necesario que vengas lo más pronto posible a mi oficina.

En menos de 5 minutos Isa había llegado.

- Bueno, tú dirás.

- Héctor Torres. Quiero saber todo de él. Desde que nació hasta su probable fecha de muerte. Remueve cielo y tierra si es necesario pero no dejes ni una piedra sin levantar. Que Jimmy te apoye.

- ¿Sabes que Jimmy es hacker verdad?¿Y que hackear está prohibido...?

- No me tomes el pelo que no soy tonta. Claro que lo sé pero lo necesito para ayer.

- Muy bien, haré lo que pueda...lo que sea necesario - rectifica ante mi mirada acusadora.

A las dos en punto me reuno con Héctor. Después de mucho hablar decidimos buscar al psicólogo para ver que información le podríamos sacar.

- Este tipo, Andrés Mora es un sinvergüenza. Falsifica datos e informes para inculpar a gente inocente y luego los familiares les pagan una fortuna. No creo que nos diga nada ni bajo amenaza. Lo mejor es engañarlo y meternos en su casa. Sé de buena fuente que gusta de damas de compañía.

- Ya. ¿Y qué sugieres?¿Contratar a una estas mujeres para que lo entretenga mientras nos metemos en su casa? - digo irónica.

- No. Estoy sugiriendo que finjas ser una dama de compañía mientras yo me meto en su casa.

- ¿Qué?

No, no puedo creer que él haya dicho eso. Respiro, respiiiiro.

La ira me corre por dentro.

Plan 1: lo mando a un destino poco conocido, a la mierda, por ejemplo.

Plan 2: le cruzo la cara de un bofetón.

Plan 3: Le saco uñas y dientes con una pinza al rojo vivo.

Plan 4: intento calmarme.

Mejor el plan 4 o aplicaré los tres anteriores juntos.

Lo fulmino con la mirada.

- Sin embargo tu plan no está mal. Podemos pagar a alguien para que lo distraiga por un tiempo. Eso sí necesitaremos a alguien que apague las cámaras. Yo me puedo encargar de eso - dice intentando arreglar el error.

- No voy a meterme a casa de nadie. Eso es allanamiento de morada y se castiga con la cárcel. No voy a ir presa por seguir tu estúpido plan. Mañana voy a ir a la clínica donde trabaja, hablaré con él y lo resolveré a mi manera.

- Perfecto, pero luego no digas que no te lo advertí.

- Verás que lo resolveré todo mañana y cuando regrese me darás las gracias de rodillas - le digo altanera.

- ¿Tan segura estás? Bien entonces hagamos algo, una apuesta. Si consigues alguna información de ese tipo me arrodillaré y te daré las gracias, pero si no lo consigues admitirás que yo tenía razón y lo haremos como yo diga. ¿Trato?

Lo dudo un poco pero al ver su sonrisita irritante acepto el reto.

- Muy bien. Trato.

A la mañana siguiente conduzco a la clínica del doctor Mora.

- Buenos días. Soy la licenciada Paula Guzmán. Tengo cita con el doctor Mora.

- Sí. La está esperando. Adelante - me dice su asistente, una chica rubia con cara aburrida.

Toco a la puerta y entro a un salón grande con ventanas de cristal que dan una espectacular vista a la ciudad. Muebles de color blanco y crema completan el mobiliario.

- Licenciada Paula, un gusto conocerla. - me dice mientras extiende una mano para saludarme.

- El gusto es mío - le digo mientras estrecho su mano.

Su mirada me repasa el cuerpo y me siento incómoda. Menos mal que llevo pantalón.

Tomo asiento.

- Iré directa al grano. Estoy aquí para investigar la presunta incapacidad mental del fallecido Fernando Vidal.

- Oh, ya veo. Lastimosamente es cierto, yo mismo lo atendí. Aquí le puedo mostrar los informes médicos que demuestran lo que le digo. - me explica con una sonrisa en los labios.

- Informes escritos por usted.

- Así es.

- ¿Dónde se encuentran los informes de los demás médicos?

- Solo lo atendí yo. No juzgamos necesaria una segunda opinión.

- ¿Juzgamos? ¿Quiénes?

- Su familia y yo - responde con toda tranquilidad.

- ¿Sabe acaso que eso constituye una violación al procedimiento?

- La familia estuvo de acuerdo con mi diagnóstico. Él presentaba graves trastornos y deliraba con frecuencia.

- ¿Por qué será que no le creo?

- Eso es su problema licenciada.

- Le advierto que es mejor que colabore conmigo o tendrá que presentar cargos en un juicio.

Ante la palabra "juicio" su semblante cambió.

- Para ser tan bonita tiene muy mal carácter. Esto podemos arreglarlo entre los dos - sonríe lascivo - Que prefieres ¿Cheque o cama?

- ¿Cómo se atreve?

- Vamos, no seas tan arisca, puedo ser muy generoso.

- Y yo puedo ser su peor pesadilla - le advierto - Afrontará cargos por acoso sexual e intento de soborno - camino hacia la salida - Ya tendrá noticias de mí.

Me largo de la clínica y voy a mi oficina. Parece que perdí una apuesta.

                         

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