Julián Montecinos contempló como desaparecía la figura del capitán de la policía. Lo había saludado y le explicó lo que debía y luego se fue bajo el calor luminoso. Era mediodía y el sol en esa época quema, caía como plomo sobre Maisan, secando todo lo que toca. Julián sintió un escalofrío que le recorrió el cuerpo, preguntándose si ese fiero calor lograría apaciguar el frío que lo invadía.
Enterarse de algunos aspectos de Gabriel lo aterra de cierta forma. El capitán Frank Müller de descendencia alemana, hombre alto con una estatura aproximada de un metro noventa, le había descrito el carácter de Gabriel, él más que nadie podía decir; como es y de que es capaz.
El desequilibrio que ha arrastrado desde que fue dado de baja de las fuerzas especiales, solo aumentó y dispuesto a todo.
Julián por un momento pensó en retirarse y dejar que Gabriel y la vida siguieran su curso, pero ahora se anteponía el sentimiento que había nacido en él por Catalina.
Su venganza la dejaría de lado, ahora tendrá que proteger a Catalina y librar una batalla que nunca imaginó.
Su reunión con Frank lo ayudó a cambiar algunos planes, preparar un cerco de protección alrededor del Resort.
Sin embargo, las tranquilizadoras palabras del policía no lograron disminuir el impacto que producía en él Catalina.
Se dirigió al auto y manejó con dirección a un lugar que le había indicado el capitán Frank.
Al llegar al lugar tocó el timbre y apareció un musculoso hombre, su piel muy dorada, vistiendo polera que dejaba ver su bíceps muy trabajado.
-Buenas tardes soy Julián Montecinos. Disculpe, el capitán Frank Müller está seguro que si alguien puede ayudarme es usted.
-Si lo dice él, entonces sí puedo, Martin Basalletti, usted dirá. -dijo abriendo la puerta e invitándolo a pasar, una vez adentro le ofreció tomar asiento.
-¿Conoce a Gabriel Lazcano? -inició la conversación Julián con aquella pregunta.
-Si, estuve con ese maniático en fuerzas especiales, no supe más de él desde que lo dieron de baja.
-¿Por qué lo dieron de baja?
-Entre militares, se guardan algunos secretos y el motivo del porque lo dieron de baja; era uno de esos secretos. Solo hubo algunos comentarios de pasillo en cuanto a eso. Se decía que al ser enviado en una misión su comportamiento fue cuestionable, asesinó sin motivo. El intento de violación hacia una compañera fue lo que hizo que lo echaran.
-Usted lo conoce mejor que yo y que cualquiera, necesito que me ayude a proteger a su ex esposa.
-¿Me está contratando?, mi servicio no es barato.
-Pagaré lo que pida, si Frank dice que usted es el indicado, no pongo en duda su capacidad.
-Yo elijo mi equipo, gente conocida y leal a mí, le informo que Gabriel tiene amigos de poder militar, que encantado le ayudarían para cubrirlo, su familia posee influencia en ese terreno.
-De acuerdo. Aquí tiene la foto de la mujer que debe proteger, ella no lo sabe.
-Debe hablar con ella, contarle todo lo que pasa, es la vida de ella que está en riesgo y es justo que lo sepa. Así nos facilita nuestro trabajo.
-Viajaré dentro de tres días, hablaré con ella. Por cierto, al lugar se llega solo en helicóptero o avioneta.
-No se preocupe, lo seguiremos dentro de tres días, tengo un buen piloto y tres hombres fuerte, este es nuestro trabajo, nos dedicamos a la protección de alguien en peligro o simplemente resguardar las espaldas de algún famoso.
-Entonces saldré de Maisan en helicóptero.
-Estaremos atento y lo seguiremos.
Ambos se pusieron de pie, caminaron hacia la puerta, Martin abrió y le extendió la mano como despedida a Julián.
-Cuando estemos en el lugar, hablamos de nuestros honorarios.
-Perfecto, nos vemos pronto.
Caminó al auto y lo puso en marcha. Se encuentra en un pueblo silencioso y encantador, a unos minutos de allí se ubica el Resort de su propiedad. Aquel pueblo está tan alejado de las grandes ciudades que casi nadie lo visita. Las personas son muy unidas y amables.
Pensó en la seguridad que lo rodea, ahora ella se tendrá que mover sin ninguna traba dentro de una amplia zona y bajo reglas razonable. Pero lo primero que tenía que hacer, es hablar con ella y explicar lo que sucede.
Por otro lado, en Etruria, no existe la menor seguridad para Catalina.
La convertirá en prisionera mientras se resuelve la crisis.
Aparcó el auto en un lugar seguro, allí conserva una pequeña casa que fue propiedad de su abuelo paterno, lugar para pasar un rato o una noche. En la parte trasera de la casa mantiene un espacio para aterrizar y dejar su helicóptero.
Voló hacia Etruria, su vuelo dura entre cuarenta y cuarenta y cinco minutos.
Al llegar al hotel aterrizó sobre este, bajó y mientras se dirige a la habitación, llamó a Roberto.
-Llama a Pedro y dale las siguientes indicaciones. Que ubique adónde se encuentra ahora Gabriel, que lo mantenga vigilado, que me de informes directos a mi desde hoy a través de llamadas. Que esté alerta, tratamos con una fuerza especial y con una mente desquiciada.
-Tú mandas, le llamaré enseguida, ¿Cuándo te vas al Resort?
-Dentro de tres días, tengo que hablar con Catalina y explicar lo que está pasando, espero que no se enoje por no hablar antes.
-Te preocupa que se enoje, amigo te has enamorado sin planearlo.
-Cuando esté resuelto este conflicto, me alejaré.
-A eso se le llama cobardía, uno debe pelear hasta el final, el alejamiento...no mata el sentimiento...sin embargo, la seguirás pensando.
-Cuando te necesite te hablo-dijo ignorando lo dicho por su amigo. Roberto se retiró de la habitación. Luego, Julián, se sentó en el sitial que queda junto al ventanal que une la habitación con el balcón.
Después de un momento se levantó, empujando hacia atrás el sitial, se acercó al ventanal, el calor en esa época la alivia con el aire acondicionado. Luchando con desesperación por mantener su furia sofocada, en estos momentos se hace imperativo tomar las decisiones correctas.
Se había mantenido demasiado calmado, dominando su miedo al enamoramiento con cautela. La rabia que sentía hacia todo lo que estaba sucediendo, tenía un efecto positivo al relajar las tensiones del cuerpo y adormecer el dolor espiritual que sufría al recordar un pasado imborrable.
Deseando que Catalina grite su frustración y temor, y que lo hiciera únicamente con él. Estaba acostumbrado a luchar, quizá demasiado para su propio bien.
-Buenas tardes Julián, habla Pedro -dijo luego de escuchar un "buenas tardes de parte de Julián.
-Alguna novedad-dijo sin disimular su ansiedad.
-Si, lo primero; Gabriel está de vuelta, tiene parentesco con el capitán de policía de la quinta comisaría; Tal vez es la razón de su protección de parte de los uniformados. Además, tiene amistad con un narcotraficante de nombre Federico, conocido como Fede. Por lo que he podido indagar, tiene una enorme deuda con Fede.
-Gracias por informar, quiero que me informes hasta el último detalle, sin importar lo insignificante que te parezca.
-De acuerdo. Ah, otra cosa, su primera esposa, se llamó Ángeles Espósito, muerta en un extraño accidente junto a su hija.
-Deja adivinar. Había un seguro por ellas-Aseguró mordiendo su rabia.
-Siii-Respondió con voz incrédula.
El ayudar a sobrevivir a alguien en peligro. Le ayuda a aliviar su culpa por un pasado que no puede reparar, y cuando esa ayuda llega demasiado tarde, ayuda a los que quedan atrás llorando la pérdida de su ser querido.
-Estamos en contacto.
-Otra cosa, este hombre vivía al borde de la locura al parecer, provocando todo tipo de problema desde niño, si se sigue escarbando. De seguro puede haber más sorpresa.
-Con eso basta, mantenlo vigilado, me interesa más su presente y salvar a su ex esposa de ese monstruo.
A Julián no le convenía que saliera la muerte de su hermana a manos de Gabriel. Prefería mantenerlo en secreto.
-Como digas.
Al colgar la llamada, se sentó en el sitial, dejó caer su cabeza entre sus manos, pasándose las yemas por la frente y masajeando las sienes.
Todavía tenía que retocar sus planes, hacer llamadas. Como el ganar tiempo era fundamental, se arrepentía el tiempo que perdió cuando estaba indeciso si viajar a Etruria para comprobar por sí mismo que aquel hombre casado ahora con Catalina, fue el mismo canalla que tuvo que ver con la muerte de su hermana. No solo el tiempo es fundamental, también lo es la prudencia. Ahora solo le quedaba esperar. Dentro de tres días estaría en el Resort entre las montañas.
Caminó al escritorio de dónde sacó el informe con la fotografía de Catalina, la cual quedó grabada en su memoria para siempre.
Saliendo al balcón, inquieto contempló desde allí hacia la calle. Nada se movía, excepto los insectos. Las criaturas de sangre caliente estaban ocultas esperando que bajara la temperatura, para volcarse a las calles en busca de diversión.
Se volvió adentro, el aire acondicionado le alivia la temperatura en ese momento, la que fue registrada en 35 grados Celsius. Se quitó su camisa verde musgo, la dejó caer sobre la cama, caminó al baño, abrió la ducha y comenzó a desnudarse.
Su habitación es en suite, con una sala donde tiene un escritorio para manejar desde allí sus negocios cuando se encuentra de paso en Etruria.
Recordó a su hermana, a su amigo y a su padre. Irritado apartó de su mente ese recuerdo. Pertenecía al pasado y las consecuencias eran inmutables. No servía de nada quejarse. Tenía que preocuparse por los problemas del presente, no del ayer.
Vino a su memoria que debía hacer tres llamadas, una a Sebastián, otra a Bastián y la otra a Valentina; su gran y mejor amiga.
Valentina es como la voz de su conciencia, le dice sin tapujos cuando está a punto de meter la pata. Lo rescata de sus días grises y cuando está a centímetros de darse por vencido.
Salió de la ducha, saboreo el zumo que le habían subido.
Realizó las llamadas.
Tres horas después llamó por cuarta vez y por puro placer a su mejor amiga. La temperatura exterior comenzaba a estabilizarse. Consultó su reloj, en pocas horas el sol se pondría.
-¿Por qué estoy tan inquieto? -su voz repercutió en la sala mientras estaba sentado detrás del escritorio. Le pareció sentir en el eco su propia soledad, la que estaba siendo desplazada, poco a poco por Catalina.
A cada paso su inquietud se convertía en impaciencia. Ansiaba que pasaran los días para por fin viajar al encuentro con ella, el solo verla intacta y con vida, sería suficiente y satisfactorio para él, habría cumplido con una parte. El ver a Gabriel tras las rejas, sería su gran triunfo, y ese sería el día de su coronación y reconciliación con parte de su pasado.
Había llegado en busca de venganza, luego pasó a prestar ayuda. Sin embargo, Catalina despertó partes dormidas de su alma, provocando una fiera posesión que retaba al mundo a herirla. Quizá hace un año atrás hubiera catalogado esa emoción como simpatía exagerada. Hoy se había convertido como esencia de el mismo, tan real como la tragedia que se cernía sobre la vida de la mujer. Esos sentimientos constituían una complicación inesperada que debía resolver. Lo dejaría para otro momento. Ahora tenía que concentrarse en Gabriel y lograr hacer que pague por todos sus crímenes y salvar a Catalina de sus garras.