Capítulo 2 Capitulo 1: Una conexión

El brillo dorado que ilumino la noche como un sol se perdió, dejando tan solo un débil resplandor proveniente del diminuto brote que sirvió como una hoguera.

Los humanos primitivos se encontraron cautivados al verlo, incluso olvidaron por un breve momento todo lo demás, pero solo fue por unos pocos segundos antes de que recobraran sus sentidos devolviendo su mirada hacia los guerreros heridos.

Las mujeres mas fuertes se encaminaron en su dirección llenas de ansiedad y preocupación, y con la ayuda de los menos heridos arrastraron a los moribundos hombres de nuevo hacia sus chozas.

Y mientras estos eran traídos de vuelta las demás mujeres que quedaron atrás, y con ayuda de los niños, ya habían comenzado a tender en el suelo varias pieles alrededor del brote con el fin de aprovechar su luz. Lo suyo fue claramente un procedimiento al cual ya estaban acostumbradas, solo que ahora la fuente de luz no fue una hoguera como las anteriores veces. Aun así se sintió natural por parte de ellos.

Tras terminar, y aprovechando el tiempo al máximo, comenzaron a triturar algunas hierbas en un pequeño cuenco de madera a base de golpes con un palo.

Tras ser traídos todos fueron puestos sobre las pieles. Momento después las mujeres se acercaron hacia ellos con miradas ansiosas y llenas de preocupación a fin de aplicarles aquella hierva que trituraron con anterioridad sobre sus heridas.

Su prioridad al hacerlo estuvo en atender a los mas heridos, los cuales varios tuvieron cortes tan profundo que fue impresionante saber que aun así se encontraban vivos, y que por ello habían sufrido una gran perdida de sangre, lo cual hizo que sus rostros se encontraron muy pálidos. Otros tuvieron incluso huesos rotos.

Pero aun así, y mientras eran tratados, ninguno gimió o mostro algún signo de dolor.

Soportaron todo con pura fuerza de voluntad, ya que frente a los demás no pudieron mostrarse débiles. Eran guerreros, de ellos dependía la supervivencia de todos, generaron confianza y seguridad, por lo que aun en las puertas de la muerte debieron mantenerse como tal.

Pero en contraparte de ellos hubieron quienes no aguantaban tal angustia.

Entre estos se encontraron algunas mujeres y niños que sollozaron con dolor mientras mantenían sus manos agarradas hacia aquellos guerreros que presumiblemente podría ser un hermano, su pareja o incluso un padre.

Nadie pudo objetar ante sus acciones, porque aun teniendo una cultura que los hacia reprimirse y mostrarse ser fuertes, eso no significo que restringieran a aquellos que desahogaban sus perdidas en lagrimas y llantos.

Pese a no desearlo, fue normal tener perdidas, ver morir a un guerrero frente a los ojos de sus familias puede ser duro. Pero era mejor de esta forma a tener que saber que fue devorado por una bestia. A fin de cuentas podrían hacer algo que en esas ocasiones no les seria posible, despedirse y darles un entierro.

El llanto de los desafortunados acompaño la fría noche en conjunto de sus voces en un dialecto aun muy primitivo e inentendible.

Se abrazaron entre ellos mientras se consolaban, a la vez que se mostraban reacios a dejar que sus seres queridos murieran mientras intentaban por todos los medios salvarlos.

Los desolados pidieron al resto con sus palabras lastimeras, rogaron, por un mayor esfuerzo con tal de salvar a sus seres queridos a punto de morir. Pero fue en vano, todos solo apartaron la mirada con dolor y resignación.

No hay nada que se pueda hacer.

Fueron las palabras en sus rostros igual de frustradas que las de ellos.

Todos lo lamentaron, no hubo nadie que no lo hiciera, pero nuevamente. No pudieron evitarlo, eran incapaces.

En ese momento varios niños, mientras mantenían lagrimas en sus ojos, alzaron su voz y apuntaron al pequeño brote. Atrayendo así la atención de todos hacia ellos.

Sus palabras seguían siendo inentendibles, pero mas o menos podrían ser interpretadas de la siguiente manera viendo las reacciones generales.

-¡Si nos salvo ahuyentando a esas bestias, puede que tambien pueda salvarlos!.

A sus palabras, el resto miro a los niños de forma lastimera mientras dudaban algo incrédulos con sus ojos. Lo que sucedió con esas bestias claramente fue impresionante y estaban felices como agradecidos por ello, pero pudo haber sido solo una casualidad, y esa planta, a pesar de su apariencia, no podría ser muy diferente a otras. Por tanto no pudo hacer eso que los niños decían.

Fue buscar algo en donde no había nada.

A si lo vieron el resto, pero no aquellos que estaban sufriendo la perdida de su familia.

Vieron tal cosa como una posibilidad, y aunque muy improbable, decidieron rogar en dirección del brote con una esperanza nacida en sus interiores por un milagro.

Sus voces suplicantes acompañadas de lagrimas hicieron eco, su actitud desesperada fue vista con ojos dolidos por los demás quienes negaban internamente, pero no se atrevieron a detenerlos.

En cambio trataron de consolarlos, pero sin resultado alguno.

Al final paso un minuto de esta manera, continuando todo igual. Los guerreros seguían muriendo desangrados mientras se escuchan llantos y suplicas que al final terminaron en nada. Inconscientes de la verdadera realidad.

[Las condiciones se han cumplido]

Una pequeña conciencia surgió en el brote, desorientada en su totalidad y atraída por voces que lo llamaban en su anhelante pedido.

Ya sea por instinto o por voluntad propia, el brote comenzó a aumentar su brillo mientras que internamente e inconsciente algo mas sucedía en el mismo.

[Haz respondido las plegarias. Se ha agotado las reservas de "Fe"]

Fue así como un milagro sucedió para estos primitivos humanos.

La luz proveniente del brote de oro fue creciendo cada vez mas, al punto que todos fueron engullidos en su interior, haciendo que una calidez nunca experimentada rodeara sus cuerpos y los llenara de energía.

Y pese a lo brillante que fue, cambiando la noche en día, solo duro un par de segundos y no provoco repulsión alguna en los ojos de nadie.

Había sucedió tan rápido que les fue difícil saber como reaccionar, por lo que aun se encontraban aturdidos, y solo al oír la voz de incredibilidad y ver como se comenzaron a levantar aquellos guerreros heridos de muerte, fue que todos recobraron sus sentidos.

Sus ojos, sumidos en confusión, no tardaron en volver del trance en el que se encontraban para luego ser inundados por una alegría totalmente genuina.

Sus voces se alzaron mientras corrían hacia sus seres queridos para abrazarlos y soltar lagrimas de felicidad al ver que habían sido salvados.

Solo cuando pudieron desahogarse lo suficiente fue que todos, y sin excepción, giraron en dirección al brote de oro para postrarse al mismo y adorarlo. Esto fue un acto nacido en sus interiores, el cual instintivamente sentían que era correcto hacer en este momento.

Y mientras estos humanos primitivos se regocijaban por el milagro y la adoración, mas haya de su mundo, en lo profundo del cosmos. Un mensaje viajo hasta llegar a una infinidad de mundos, en los cuales solo aquellos ojos con divinidad pudieron verlo.

[Ha nacido una nueva deidad]

            
            

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