![[El Árbol] Concepto de una deidad](https://cos-spres.cdreader.com/site-375(new)/0/5645/coverbig.jpg?v=20220415024730)
Desde aquel incidente, y su respectivo milagro, la salida del sol y la aparición de las estrellas en la noche sucedió muchas veces , en este transcurso de tiempo los primitivos humanos continuaron su vida de forma normal.
Todos los días un diferente grupo de cuatro guerreros saldría temprano en dirección del bosque a fin de buscar comida, ya sea cazando bestias o recolectando frutos que sabían eran comestibles.
En otras ocasiones algunas mujeres tambien partirían en dichos grupos, ya que estas estaban mas versadas en las plantas que ellos. Además, necesitaban reponer sus suministros de hierbas y agua.
Pero la suerte no siempre estuvo de su lado, hubo veces en los que no lograron conseguir nada, obligándolos a consumir de sus reservas. Pero este no fue un verdadero problema, siempre se aseguraron de tener lo suficiente para soportar incluso varios días, además fueron reponiéndolos siempre que pudieron.
Lo preocupante en verdad fueron las bestias, quienes eran mas agresivas y fuertes a las que estaban acostumbrados. Esto llevo nuevamente a que varios resultaran heridos, pero gracias a su experiencia anterior con las grandes Aves, las heridas que recibieron fueron nada a comparación. Se habían vuelto mas experimentados en la lucha, por decirlo de alguna manera.
Pero si solo fuera eso no seria algo de lo cual sentirse asombrado, o interesado.
Desde aquella vez que fueron tragados por la luz del brote, un cambio ocurrió en sus cuerpos del cual no fueron totalmente consientes, volviéndolos mas fuertes y resistentes de lo que eran antes.
El cambio en si fue minúsculo, pero se fue haciendo mas evidente con el pasar de los días al ver que se volvieron mas capaces en sus caserías y en otras cosas. La razón detrás de esto fue algo que incluso ellos pudieron entender.
El Brote de Oro.
Todas las noches desde ese incidente los primitivos humanos se aseguraban de adorar al pequeño brote antes de dormir. La forma en que lo hacían fue muy simple y tosca, además sus palabras seguían siendo inentendibles por lo que era imposible saber que decían exactamente, pero eso no era lo importante.
Al adorar el brote ellos sintieron que estaban haciendo lo correcto, la sensación en si fue extraña pero placentera, como si todas sus preocupaciones no tenían sentido en esos momentos.
Entonces, cada vez que todos se dormían, el Brote de Oro aumentaría tanto su tamaño y luz de forma casi imperceptible al ojo común.
Los humanos primitivos tambien se levantarían siempre llenos de energía, para así empezar un nuevo día.
Y entre estos fenómenos hubo algo que paso un poco desapercibido por ellos, hasta que finalmente se dieron cuenta, y eso fue que no habían sido atacados por ninguna bestia en las noches cuando dormían.
Nuevamente relacionaron dicho suceso con el Brote, no se molestaron siquiera cuestionarlo y simplemente lo aceptaron como algo normal, lo cual aumento aun mas su adoración por el mismo.
Sus días siguieron sin cambios, repitieron siempre las mismas acciones y se preparaban para el siguiente.
Era como debía ser.
Pero los cambios se acercaban con el venir del invierno al mundo.
[¿Deseas gastar 1 punto de Civilización en mejorar la resistencia al frio de tu raza?]
[Se dedujo 1 punto. Restantes 11]
[¿Deseas gastar 1 punto de Civilización en mejorar la inteligencia de tu raza?]
[Se dedujo 1 punto. Restantes 10]
[¿Deseas gastar 1 punto de Civilizacion en mejorar la resistencia física de tus raza?
[Se dedujo 1 punto. Restantes 9]
Y junto a su llegada la joven deidad finalmente fue lo suficientemente madura como para tomar las riendas y el destino de su Civilizacion primitiva.
Durante todo este tiempo se había limitado tan solo a observarlos, aprendiendo de ellos en la medida que maduraba su comprensión hacia todo.
No tenia nombre, pero era consiente de si mismo.
Tampoco tuvo claro muchas otras cosas, pero una si era segura, como si viniera desde lo profundo de su ser. Alegando la razón de su existir.
Y fue guiar a estos primitivos seres, hacerlos prosperar. Así el tambien lograría alcanzar el objetivo principal que lo guiaba a hacerlo, crecer.
Su existencia estaba ligada a tales seres, fue misterioso, pero así fueron las cosas.
Sintió un profundo afecto hacia ellos, deseaba verlos bien. E impulsado por dichas emociones, y tras madurar lo suficiente, se encamino a cumplir con su razón de existir.
[Ventana de Civilizacion]
*Raza: Humanos primitivos
-Numero: 23
-Sin territorio
-Mejoras Adquiridas. Resistencia básica al frio, resistencia física de grado bajo +2, inteligencia de grado bajo +2.
-No se cumplen las condiciones
-No se cumplen las condiciones
Algo que solo pudo ser visto por el brote se mantuvo flotando dentro de su conciencia.
El mismo fue una ventana que dispuso de toda la información de su Civilizacion, pero no fue lo unico.
[Tienda del Caos Primario]
-Habilidades
-Mejoras
-No se cumplen las condiciones
-No se cumplen las condiciones
Tambien hubo otras ventanas a las que pudo acceder tan pronto su conciencia fue lo suficientemente madura. Y al hacerlo toda información sobre el uso, como sus beneficios le fue transmitido a través de mensajes muy concisos.
Desconocía el trasfondo de las mismas, pero no sintió que debió importarle, tan solo tenia que aprovecharlos.
Aun esta presente en su memoria aquellos mensajes que recibió la primera vez que accedió a tal lugar dentro de su conciencia.
[Pequeña deidad sin nombre ha cumplido con las condiciones apropiadas. Felicidades por acceder a la interfaz de su Civilizacion. Desde ahora podrá ingresar a la tienda provista por el Caos primario para gastar sus puntos de Civilizacion a fin de conseguir mejoras para su raza]
[Usted es una deidad, no lo olvide, para poder crecer debe guiar a su Civilizacion con tal de conseguir "Fe" de ellos a fin de nutrirse a si mismo y alcanzar nuevas etapas de "Existencia". Esta es toda la ayuda e información que el Caos primario le aportara. El resto debe ser descubierto por usted mismo o comprado en la tienda mediante el gasto de puntos]
[Una vez mas le felicitamos y esperamos verlo crecer]
Ambos, la primitiva raza humana en conjunto de la joven deidad, se habían conectado finalmente a un destino compartido.