Capítulo 8 Seventh:

Reino de Anskar

Palacio Real:

⎯Amarü⎯la joven volteó a verlo con rostro serio, habían llegado a las puertas del comedor, durante todo el camino, parecía que la morena era a quien le enseñaba hacia dónde ir, Amarü se mantuvo todo el tiempo delante de él, como si guiara al príncipe y no a la inversa, el silencio reinando en todo momento, junto a la soledad que bañaba los pasillos llenos de cuadros, reliquias y vistosos adornos carentes de real significado, darían un toque tétrico si no fuera por el dulce calor del sol que entraba a través de las ventanas, Amarü se había mantenido en una postura regia e inexpugnable, Nicholas entendía su ofensa, pero no su enfado, si bien ambos aceptaron el matrimonio, cada cual por intereses y motivos propios, los cuales el príncipe sabía a su parecer eran completamente egoístas, no lograba captar del todo el porqué la mujer de cabellos negros y piel morena había reaccionado así, y es que, ¡dios lo guarde y quite de su cabeza tales pensamientos!, pero después de abandonar la sala de descanso, a cada paso que dieron el aroma de Amarü aún le afectaba, era un matiz extraño y si no se equivoca de palabra lo definiría como afrodisiaco, uno que nunca había olido en su vida, sumándole también el temperamento de la joven, Nicholas sabía que no sería fácil, la mujer venía de un lugar donde un cuerpo femenino no representa una debilidad porque son capaces de doblegar a los más imponentes ejemplares masculinos, y eso le había quedado claro a golpes de palabras cuando la princesa lo había hecho aspirar aire como si el simple gesto resultara difícil ante su cercanía, sin embargo él era un Zlata, y se comportaría como tal⎯Las palabras dichas, espero que queden entre nosotros⎯Amarü giró todo el cuerpo en su dirección, los oscuros ojos tenían un tono brillante que no sabía si siempre estuvo ahí, no obstante la pregunta no pudo ser formulada porque la mujer solo le dio una sonrisa con sombras de ironía y entró al comedor dejándolo solo en los corredores, y preguntándose.

¿Quién era realmente la princesa Amarü?, dio un suspiro alejándose del lugar.

Y no hablaba de su corona, sino de la fuerza que escondía bajo el rostro de una mujer perteneciente a una monarquía, una que en solo horas le había hecho cuestionarse unas cuantas cosas.

......

⎯¿Te gusta montar?.

La voz llegó joven y rica a sus oídos, Hoccar incluso jura que por momentos creyó haberla imaginado, algo que terminó siendo completamente descartado una vez levantada la vista los orbes brillante y de un verde vivo le miraron atención, y genuina curiosidad, Hoccar frunció el ceño por largos segundos.

⎯¿Perdón?⎯inquirió perdido causando la risa del contrario, Brian parecía realmente divertido, antes de quedarse en silencio y caminar alrededor de Hoccar quien solo lo miraba con una ceja alzada, ¿por qué siquiera estaba hablándole ese chico?.

⎯¿Que si te gusta montar?⎯repitió moviéndose hasta quedar al lado derecho de este⎯Te vi desde allá mientras asicalabas a Storm⎯señaló a una fuente de piedra que daba paso a uno de los jardines, ésta de piedra y mármol, con figurillas algo extrañas por donde salía el agua⎯Y de eso hace quince minutos⎯Hoccar lo observó detenidamente antes de ladear el rostro y sonreír, no sabía qué pensar y ese chico con ojos de cervatillo asustado no ayudaba.

⎯¿Se ha pasado quince minutos mirándome?⎯el tono divertido evidente haciendo que las mejillas de Brian se colorearon solo un poco rojas y tartamudear alguna excusa para que el moreno no entendió.

⎯No fue así, solo tenía curiosidad, y me preguntaba cómo...⎯dijo quedando al aire aumentando la curiosidad de Hoccar, este totalmente divertido con todo, olvidándose por solo algunos segundos que con quien hablaba era el hijo de Bastián Zlata⎯Creo que mejor me voy.

⎯Claro⎯la evidente diversión bailando en su voz, incluso se despidió moviendo un poco la mano en alto, viendo a Brian practicamente correr⎯Que tenga bonito día, príncipe.

Hoccar sin disminuir su buen ánimo miró a Storm toda oscura y bella con una mota blanca en la frente y después volvio a divisar a lo lejos aún a Brian caminando como si el diablo le persiguiera, Hoccar estrechó los ojos y al final solo pudo soltar una risa baja.

Interesante, demasiado interesante.

.....

⎯Princesa Amarü⎯soltó Bastian solo un poco asombrado al ver a la princesa mirandola de arriba hacia abajo y viceversa, Amaü pese a cualquier incomodidad que le estaba surgiendo con fuerza movió ligeramente la cabeza en saludo y le regaló una sonrisa⎯Buenos días.

⎯Buenos días, rey Bastian⎯miró alrededor viendo como la servidumbre se movía en silencio y la mesa estaba ocupada parcialemente por manuscritos y muchos pergaminos⎯¿Le molesta si lo acompaño?, aún no he desayunado⎯Bastian pestañeo varias veces y miró el reloj de la cocina viendo que definitivamente era algo tarde.

⎯Claro⎯sus labios se curvaron en una sonrisa, Amarü concluyó que de esa forma le resultaba solo un poco menos desagradable.

⎯Muchas gracias.

Amarü se paseó por el comedor sin reparar en absolutamente nada más que la silla en la que tomaría asiento, alejada del rey, pero no lo suficiente para que fuera tomado como ofensa o disgusto hacia el mismo, malditas reglas de etiqueta y todo lo que tenga que ver con ello, esperó pacientemente a que se le fueran puesto los manjares que podría comen, sin perderse ni un segundo como la mirada insistente de Bastian le taladraba la piel sin piedad.

⎯¿Mañana ocupada?⎯preguntó por mera cortesía, sin levantar la vista, tomando los cubiertos y comenzando a comer, el suspiró del hombre le hizo saber el cansancio que llevaba encima, aunque Amarü no podría importarle menos.

⎯Asuntos del reino, y militares, es más complicado de lo que pensé.

⎯Seguro lo resolverá, es un rey competente⎯y tiránico pero no lo dijo en voz alta y solo sonrió, eso Amarü se dijo a sí misma, tu inflale el ego, se bonita y educada⎯Confío en usted⎯el rostro de Bastian se denotaba sorpresa, una que desapareció así como vino siendo reemplazada por máscara tranquila y ojos apasibles, Amarú sintió nauseas estaba comiendo junto a un lobo, de eso estaba segura.

⎯Gracias, me causa regocijo saber eso⎯sonrió, Amarü le devolvió el gesto⎯No estaba seguro de esta alianza en un principio, pero me alegra que estés aquí⎯dijo seguido y la morena tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para poder tragar el pedazo de fruta que se había llevado a la boca.

⎯¿Perdón?⎯Bastian la miró devutativo.

⎯No pienses mal, no tengo nada en tu contra pero nunca hemos tenido las mejores relaciones, así en principio no asimile bien la idea de una alianza.

⎯Tengo entendido que usted la ofreció⎯Bastian parecía genuinamente sorprendido.

⎯¿Yo?, en lo absoluto princesa, su padre fue quien vino a mí, y expuso sus ideas⎯Amarü solo lo observó lo suficiente para captar el brillo en los ojos tormentas, iguales a los de Nicholas, pensó, sin embargo siempre esconden algo, como el cielo cuando es abrazado por las nubes oscuras en tiempo de lluvia, Amarü se limpió los labios con una servilleta antes de hablar.

⎯¿Entonces, por qué?⎯preguntó con curiosidad⎯¿Por qué aceptó esta alianza cuando ni siquiera fue su idea?⎯Bastian pareció pensarlo por varios segundos antes de darle una sonrisa y responder.

⎯Porque quiero ganar⎯dijo sencillamente⎯Y sobrevivir, de eso se trata la vida, entré en guerra con Farid por no querer atacar a tu pueblo, no puedo ganarle a esos bárbaros sin la ayuda de Aritz, hemos sido enemigos por más tiempo de lo que sería medianamente sano. Este es el paso a una nueva era, y que todos consigamos lo que queremos.

⎯¿Entonces es un deseo egoísta lo que le hizo aceptar?⎯Bastian se encogió de hombros y recostó al espaldar mirándola a los ojos, sus ojos vivaces pese a los años que ya se notaban en sus expresiones.

⎯Acaso, ¿no todos tenemos alguno, Princesa Amarü?.

⎯Claro, definitivamente todos lo somos.

Amarü vio como Bastian devolvía toda su atención hacia los papeles, su apetito solo abandonó cualquien lugar en su estómago y e=tomando la oportubidad solo se marchó de ahí.

-Oh, antes de que se me olvide, la reina Natalia ha querido darle una sorpresa, harán una puesta en escena sobre la cultura de Aritz, en honor a usted-Amarü lo miró sin mostrar emoción alguna, solo observándolo-Es en el salón de artes, pido a cualquier sirviente que la conduzca allí.

-Claro, rey Bastian.

-Solo Bastian, Amarü.

Y entonces lo supo, que sus instintos nunca se habían equivocado, Amarü se alejó de ahí como si la vida se le fuera en ello, estaba rodeada de serpientes, y sabía que al menos una no dudaría en atacar.

            
            

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