Tierra De Leyendas - Por Caminos Oscuros
img img Tierra De Leyendas - Por Caminos Oscuros img Capítulo 4 WENCESLAO
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Capítulo 6 KYRA img
Capítulo 7 BAKARY img
Capítulo 8 ANA img
Capítulo 9 ARON img
Capítulo 10 THORME img
Capítulo 11 DANTE img
Capítulo 12 SOTO MORAS img
Capítulo 13 BAKARY img
Capítulo 14 BLAS img
Capítulo 15 WENCESLAO img
Capítulo 16 FAMIR img
Capítulo 17 KYRA img
Capítulo 18 ANDARIEL img
Capítulo 19 IMAEL img
Capítulo 20 DANTE img
Capítulo 21 ELDER img
Capítulo 22 HILARY img
Capítulo 23 YAREN img
Capítulo 24 DANTE img
Capítulo 25 KYRA img
Capítulo 26 GRINDAL img
Capítulo 27 EPILOGO img
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Capítulo 4 WENCESLAO

-¿Qué no hay nadie en esta puta sala que pueda hacer la voluntad de vuestro rey y que muestre resultados?-. Dijo Wenceslao furioso mientras daba un duro golpe a la mesa, golpe que retumbó en el lugar, rompiendo el silencio reinante. -¿Qué tan difícil puede ser capturar a esa chica? ¡Por Dios santo, si tan solo es una mujer!-. Nadie se atrevió a decir ni una sola palabra. Sabían lo irritable que era el rey, así que nadie dijo nada.

Wenceslao recorrió con la vista el lugar y cuando se encontró con la presencia de su capitán Otto dijo –Mandé una compañía completa, era una misión fácil y no traéis resultados. Al parecer estoy rodeado de imbéciles e incompetentes-.

El Capitán Otto Benavente se sintió herido en su orgullo militar y respondió –Mi señor, hicimos todo lo que vuestra majestad os pidió. Marchamos por aquel bosque hasta encontrar el santuario pero la chica no estaba allí, quizá las informaciones no eran verídicas y esa mujer nunca estuvo allí-.

-Por supuesto que las informaciones eran ciertas-. Replicó uno de los militares presentes, caldeando un poco más los ánimos. –Quizá la mujer fue preavisada de la presencia en el bosque de nuestras tropas y por eso huyó-.

Famir, que estaba al lado de su rey y que en todo ese tiempo no había abierto la boca, por fin habló cortando la discusión –Sea como sea, aquí lo que debe importar es que esa mujer está libre por ahí, en algún lado-.

Uno de los concejeros del rey, un hombre mayor, más mayor incluso que el mismo rey dijo con voz aguardentosa –Me pregunto mi rey si es buena idea de seguir con esta campaña tan costosa para dar con esa chica. Al fin y al cabo no somos los únicos que están tras ella-.

Wenceslao se interesó en las palabras de su concejero, le dijo –Explicadme vuestras palabras-.

-Hay otros que están tras la chica. Famir no me deja mentir-. El anciano miró a Famir.

La mano derecha de Wenceslao asintió sintiendo todas las miradas sobre él, pero la que más importaba, la de Wenceslao. –Es cierto mi rey. Tenemos informaciones que las guerrillas de los medio-elfos están tras la chica-. Wenceslao frunció el ceño –Pero eso no es todo, nuestros espías en el norte dicen que la puta de Rivadavia ha escogido de su ejército a un puñado de sus mejores hombres y los ha mandado al sur con la misión de encontrar a Kyra para llevarla sana y salva a Cadelia-.

-¿Qué interés podría tener Ana en esa chica?-. Preguntó otro de los concejeros militares.

Wenceslao con su habitual agriera respondió –Los intereses no importan. Si todo esto es cierto, es muy peligroso. Si la puta se tomó el trabajo de enviar a sus hombres al sur es porque de veras le interesa tener en su poder a la chica. No podemos permitir que la encuentre primero que nosotros, ni ella ni los medio-elfos, que tampoco entiendo el interés que puedan tener en esa mujer-.

-Deberíamos dejar que los medio-elfos la encuentren. Al fin y al cabo no entiendo porque importa tanto lo que pase con esa mujer, en este momento hay cosas más importantes por las que estar pendientes, como el avance de nuestros hombres al norte o lo que pasa del otro lado del mar tormentoso-. Dijo uno de los militares de más alto rango.

Wenceslao sabía que su capitán tenía razón. Nadie entendía el porqué de su interés en recuperar a Kyra. No sabían que era una orden directa de la señora de negro. Incluso el mismo rey no entendía muy bien el interés de la señora en la chica, si fuera decisión de él, hace tiempo se habría olvidado de esa mujer. Pero no, la señora de negro en cada encuentro le insistía en la necesidad de dar con Kyra de nuevo. Según ella <>. -¿Cómo se posicionan nuestros hombres en el norte?-. Preguntó el rey tratando de desviar un poco la conversación.

Uno de los capitanes respondió –Cada vez estamos más cerca de la frontera con cadelia-. El capitán mostró en un mapa cuanto habían avanzado sus hombres y en donde actualmente se encontraban. –Tenemos tres divisiones, mi señor. Una aquí, otra aquí y la última aquí-. Dijo el hombre señalando tres puntos en el mapa.

Wenceslao miró los puntos que su capitán le mostraba y por primera vez en aquella reunión mostrando satisfacción dijo –Muy bien-.

-Pero hay algo, mi señor-.interrumpió el capitán. –El avance hasta estos puntos nos ha costado más de lo que esperábamos-. El hombre notando la fría mirada de su rey sobre él, prosiguió –El camino está plagado de guerrillas de medio-elfos, estos conocen muy bien el terreno y saben en donde atacar. En este avance perdimos muchos hombres y temo que perderemos más-.

Famir se adelantó a contestar antes que su rey –Daré la orden para mejorar la seguridad en esos caminos, no podemos permitir que ataquen las caravanas de nuestros suministros, si lo hacen estamos en problemas-.

Wenceslao asintió, dijo -¿Qué dicen nuestro espías en Cadelia?-.

-La puta está decidida a responder cualquier ataque-. Respondió la mano derecha del viejo rey.

Uno de los capitanes adelantándose expuso su idea –Hay algo interesante en el movimiento de tropas de la reina Ana. Ha concentrado el grueso del ejército en estas áreas-. Señaló en el mapa un área muy extensa, cerca de la frontera con Saravia y Britania.

-¿Con cuántos hombres cuenta?-. Preguntó el rey.

El capitán respondió –Calculamos que con veinte mil, mi señor-.

Otro de los capitanes presentes dijo -¿Tan solo veinte mil? Sabíamos por informes de inteligencia que el ejército de Cadelia llegaba a casi cincuenta mil hombres-.

-Es por eso que hablo que hay algo curioso en los movimientos de la reina-. Replicó el capitán. –Tres de sus más numerosas compañías han sido desplazadas hacia el oeste, hacia las fronteras con las tierras muertas. Estas compañías suman más de diez mil hombres, el resto está en la capital-.

Los presentes se miraron confusos. Que Ana movilizara tal cantidad de tropa hacia la frontera con una región desolada no tenía sentido, tan solo el rey Wenceslao y Famir entendían los movimientos de Ana. El rey habló de nuevo –Mantened a los hombres alertas y en su posición pero también que no les falte ni buen refugio ni comida y por supuesto que las putas estén disponibles. Pero que estén alertas porque pronto se dará la orden de atacar-. Después de una pausa el viejo rey preguntó a uno de sus capitanes, el responsable de la flota naval de guerra -¿Qué noticias tenemos de los negros del otro lado del mar?-.

El capitán, que era un hombre de apariencia mayor respondió –Nuestros espías no dicen mucho. Al parecer la construcción del muelle avanza, después de eso nada más. Lo único que vale la pena mencionar es que el joven rey negro ha marchado hacia el norte, se dice que se encamina hacia más allá de la cordillera sagrada, a ver a los Sangomas-.

-Debemos estar atentos-. Dijo el rey en tono severo –Los reyes negros de antaño iban a ver a los sangomas en épocas en donde se aproximaba la guerra. Estad atento señor capitán, que todos los barcos de mi flota estén alertas y los puertos seguros y que los espías sigan informando, no quiero perder ningún detalle de los pasos del joven rey negro-.

Los capitanes, incluyendo el capitán de la flota naval respondieron una aprobación al unísono y después de un momento salieron de la habitación, tan solo quedaron el rey, Famir y Wenceslao II.

El rey hizo un ademan y uno de los sirvientes le sirvió una copa de delicioso vino de las cosechas de Mutremar. El viejo degustó el vino, mientras tanto Famir y el primogénito yacían de pie expectantes a lo que le rey iba a decir. –vos capitán sois mi mano derecha-. Refiriéndose a Famir –Todo el peso de esta guerra que está por empezar cae sobre vuestros hombros. Bajo vuestro mando estará el basto ejército real de Moravia. Todos mis capitanes estarán bajo vuestra autoridad, así mismo por esa autoridad que os transmito, tenéis el poder de escoger bien nuestros capitanes para la guerra que se aproxima-.

Famir solo atino a asentir.

El viejo rey, después de pedir que su copa fuera llenada de nuevo con el exquisito vino le dijo a su hijo –Es hora que os metáis de lleno en los asuntos del reino. Miradme, ya soy un hombre viejo, mis mejores años ya pasaron. Es por eso que desde ahora estaréis al lado de Famir en el norte. Me sustituiréis y a la vista de todos nuestros hombres seréis su futuro rey y les daréis valor-.

El gesto de Famir se torció un poco, al parecer la idea de su rey no le gustaba demasiado. Si, era verdad que era el primero al mando y que el rey le daba mucho poder, pero de alguna manera ponía a su hijo al su lado para que lo vigilara. De una u otra manera el hijo del rey Wenceslao significaba un obstáculo. Afortunadamente ni el rey ni su hijo notaron la molestia de Famir.

De nuevo el rey se dirigió a Famir –No pienso abandonar la búsqueda de esa mujer así tan fácil, pero no quiero desperdiciar a mis hombres en esa tarea, así que sacad un adicto que diga que el rey pone un precio por la cabeza de esa chica. En esa región hay muchos bandidos y cazarrecompensas de baja monta. Poned una suma de dinero bastante considerable y encargaros que la noticia llegue a todos los rincones de los tres reinos. Ahora marchaos-. Terminó diciendo el rey a quien esas reuniones, como siempre, le resultaban bastante estresantes.

Famir y Wencesalo II se retiraron uno al lado del otro. La idea de estar juntos, a la cabeza de la guerra que se avecinaba, no era del agrado de ninguno de los dos. Famir consideraba a Wenceslao II como un hombre débil y sin carácter, un niño rico con una pose de valentía pero que realmente nunca la había demostrado. Por otro lado Wenceslao II opinaba que su padre, el rey, no debía confiar tanto en aquel aparecido, en su consideración él era quien debía estar, en solitario, como supremo jefe de los ejércitos de su padre. En fin, aquella rivalidad entre aquellos dos hombres terminaría en una tragedia inevitable.

♦♦♦♦♦

Por más que hubiera presenciado tal espectáculo, Wenceslao se maravillaba cada vez que el portal tridimensional se abría. Esta vez, como de costumbre, del otro lado del mismo estaba la señora de negro, tan hermosa y majestuosa como siempre.

-De nuevo mis hombres han fallado y han dejado escapar a la mujer-. Dijo Wenceslao.

Durante un breve momento Andariel guardó silencio. La señora no toleraba los fracasos y aquel no era el primero –Debeos seguir buscando-. Dijo en tono serio.

-No seremos los primeros en andar tras ella, he recibido noticias que los medio-elfos, negros e incluso Ana están detrás de esa mujer-.

-¿Ana, de verdad?-. Se interesó la señora.

-Si-. Respondió el rey –La puta quiere llevar a la mujer a Cadelia para allí protegerla-.

-Como sea, quizá si la encuentra primero y la lleva a Cadelia no sea tan malo-. Wenceslao hizo un gesto de incredulidad. –Ese pequeño país será borrado del mapa por vuestras tropas muy pronto-. Después de una pausa la señora habló de nuevo preguntando – ¿Habéis hecho lo que se os ordenó?-.

Wenceslao respondió –Sí, mi señora. Famir ha sido puesto al mando de mis ejércitos y al lado de él estará mi hijo primogénito-.

-Muy bien, eso está muy bien. Que vuestros hombres estén alertas, muy pronto mis tropas estarán listas para nuestro ataque conjunto-.

Wenceslao asintió. Desde hacía un tiempo el viejo rey tenía clavada una duda entre pecho y espalda y esta vez sí se atrevió a decirla. –Mi señora, He sido obediente a todos vuestros deseos y órdenes y lo seguiré haciendo hasta el final, pero me preguntaba de aquella recompensa de la que me hablasteis al principio. Miradme, soy un hombre mayor, cada día me siento más viejo. Usted me prometió juventud y vida eterna-.

Andariel por un momento se quedó en silencio. Ojeando un poco aquel libro que siempre llevaba consigo dijo –El poder de nuestro señor es ilimitado. El siempre cumple lo que promete, pero todo a su hora. Primero debemos allanar su camino para que cuando él regrese nos cumpla todas sus promesas. Debemos limpiar de la faz de la tierra a todo hombre, medio-elfo enano o negro que se atreva a enfrentársele. Todo aquel que ose enfrenarnos debe ser muerto, pero aquel que nos siga y siga el poder oscuro de mi señor será bien recompensado con vida eterna y riquezas más allá de toda imaginación. Perded cuidado mi rey. Cuando mi señor vuelva os recompensará sentándote a su lado-. En un hecho sin precedentes y haciendo alarde de su poder, la señora de negro sacó su mano a través del portal interdimencional y acarició los cabellos del viejo rey, que atónito e impresionado por aquella muestra de poder no tuvo más remedio que agachar la cabeza y terminar de convencerse del poder ilimitado de aquella hechicera y el señor al que servía.

            
            

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