Capítulo 6 ODIO.

Pay.

Era preciosa.

La lluvia había dejado una fina capa de agua sobre su piel blanquecina, sus rizos castaños se pegaban a su rostro, sus labios rosados se ponían cada vez más pálidos a estas alturas cogería una neumonía, definitivamente no importaría la traería de vuelta a la vida si muriera, pero eso involucra mucho trabajo sin nada a cambio, sus ojos estaban cansados y alerta, esperando escapar en cualquier momento, sus manos sobre su regazo y podía ver fácilmente sus pechos a través de ese ridículo camisón viejo, algo se removió en mis pantalones y maldije internamente, si no la cubría ahora mismo terminaría follandomela aquí y eso seguramente sería físicamente difícil de soportar.

Era preciosa y olía delicioso, sí, pero también era una puta molestia, espere un siglo completo por este momento y no lo echaría a perder por un polvo.

Mi mano atravesó el coche hasta el asiento trasero en donde tenia la americana que me quite antes y la deje sobre sus piernas, sus ojos me miraron con odio, pero no hablo, sabía que lo que le dije en el bosque la había alterado, eso era justo lo que buscaba.

Conduje en silencio hasta el club y una vez que llegamos los humanos que trabajaban como valet se acercaron a mi rápidamente para estacionar mi auto, Ada también bajo y me siguió en silencio hasta el interior, las luces rojas parpadeaban y contrastaban con las moradas neón, la música martillaba mis oídos y la gente me abría el paso, no me moleste en verificar que Ada siguiera detrás de mí, no podría ir muy lejos aunque intentara huir, atravesamos la pista de baile y pronto llegamos a las habitaciones privadas, nadie que fuera humano podía venir aquí a menos que un demonio lo trajera como su cena, en cuanto la pequeña Ada atravesó la puerta de madera oí el rugido.

-¡Vaya, vaya! ¿Qué tenemos aquí? Un pequeño gatito asustado se ha perdido.

Me giré para ver de quien se trataba, me di cuenta de dos cosas, la primera era que este hijo de puta no podía estar mas equivocado, Ada no le temía, y la segunda era que sus pies seguían desnudos y sucios, tenía rasguños y la sangre seca se había quedado pegada a ellos, sus tobillos estaban rojos y no llevaba mi americana, así que todo lo que quería ocultar estaba ahí, brillando y seduciendo.

Probablemente era un demonio de clase baja o quizá solo un estúpido que vendió su alma por diversión, porque no noto mi presencia, observe como sus manos se levantaron para tocar a Ada y como ella lo empujo mientras trataba de zafarse de él.

-Vamos nena, no querrás verme molesto...- mi cuerpo comenzó a hervir, nadie nunca tocaría lo que es mío...

Ya me lo han arrebatado antes.

Tome su mano entre mis dedos y con un pequeño empuje estaban todos rotos, sus gritos invadieron el lugar y gruño toda clase de insultos en latín haciendo que un pequeño sequito de hombres mitad bestia salieran de una de las habitaciones.

-Así que un Berserker* ¿no?.- hable mientras sacaba un pañuelo de mi bolsillo para limpiarme las manos.

-¿Quién putas eres? ¡Voy a matarte!

Sonreí.

"Ojalá alguien pudiera matarme."

Al mismo tiempo lo mas cercano que tenia a un amigo se apareció en su vestimenta de motociclista.

-¿Qué pasa aqu... Paymon...

En cuanto mi nombre fue pronunciado las bestias se arrodillaron frente a mí y el bastardo frente a mi a pesar del dolor se arrastro hasta mis pies.

Me gire para encontrar a Ada arrinconada en una esquina con los ojos bien abiertos examinándolo todo, incline un poco la cabeza dándole a entender que me siguiera.

-Señor... p-perdone mi insolencia...

Continue mi camino sin prestarle atención hasta quedar junto a Daimon.

-Mátalo.- ordene y disfrute de su sufrimiento, mientras Ada tomaba mi brazo.

Ella al fin estaba asustada.

***

-Siéntate.

Saque el botiquín de primeros auxilios y lo deje sobre mi escritorio para buscar alcohol y algunas tiritas, Ada me veía y estaba seguro de que quería preguntar.

-No voy a responder tus preguntas, así que será mejor que cierres la boca.

-Lo sé, lo averiguare por mi misma si quiero saber.

Mi rodilla toco el suelo y coloque su pie herido sobre mi pierna para poder curarla, el alcohol contra su herida hizo que se removiera, pero no dijo nada.

-Si juegas con fuego te quemaras.

-No dejaras que las llamas me consuman.

-¿Ah si?

-Si, no dejaste que me lastimaran en ese callejón, no dejaste que ese... eso.- corrigió sus palabras.- me tocara, no dejaras que nadie que no seas tu me haga daño.

Era inteligente.

Pero eso también lo sabía, la había observado durante toda su vida.

Aun así, estaba comenzando a cansarme, Ada necesitaba saber que yo tenia el control, que no podía intentar leerme la mente y sobre todo que no podía intentar hablar conmigo a menos que yo se lo ordenara.

Mi mano tomo su cuello suavemente y no pude evitar sentir un incómodo hormigueo atravesando mis dedos, me concentré en mi objetivo que era asustarla y la acorralé hasta que su cuerpo choco en el viejo librero, sus pequeñas manos estaban alrededor de mi muñeca intentando soltarse de mi agarre.

-No sabes una mierda sobre mi Ada, podría matarte si lo quisiera y nadie te salvaría, tu madre te ha abandonado ¿querías saber por qué estabas metida en esto? ¿quieres saber quién soy? Bien... te lo mostrare.

Y lo hice, la deje ver sus palabras, le mostré lo que quería y cuando termine, su cuerpo se deslizo sin vida, había quedado vacía y las lágrimas corrían por su rostro me miro con odio sin decir nada.

Me gire sin mirarla más, necesitaba un trago.

-Si intentas huir, estarás muerta antes de cruzar la calle.

-Te odio.- su suave y dulce voz hizo que mi mandíbula se apretara, me fui de ahí antes de que pudiera decir nada más.

Cerré la puerta tras de mi y escuche su grito de dolor, me alimente de él y la euforia recorrió mis extremidades.

Al fin, lo que tanto había esperado, estaba justo del otro lado de la puerta.

Berserker*