PACTO; Vendida al demonio
img img PACTO; Vendida al demonio img Capítulo 7 DESEO.
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Capítulo 10 DIVERSIÓN. img
Capítulo 11 VAINILLA Y LIMÓN. img
Capítulo 12 SUEÑOS. img
Capítulo 13 FELIZ CUMPLEAÑOS. img
Capítulo 14 UN DIA A LA VEZ. img
Capítulo 15 TWINKIES. img
Capítulo 16 DUDAS. img
Capítulo 17 GIANNA. img
Capítulo 18 HERIDAS. img
Capítulo 19 PREGUNTAS. img
Capítulo 20 CENA. img
Capítulo 21 GABRIEL. img
Capítulo 22 SUEÑOS. img
Capítulo 23 ¿QUIEN ERES img
Capítulo 24 CONFIANZA. img
Capítulo 25 MIEL. img
Capítulo 26 RUMORES. img
Capítulo 27 BAILE. img
Capítulo 28 HISTORIAS. img
Capítulo 29 ERRORES. img
Capítulo 30 PROHIBIDO. img
Capítulo 31 ¿RUMORES img
Capítulo 32 ADVERTENCIA. img
Capítulo 33 EVITANDO. img
Capítulo 34 HOSPITAL. img
Capítulo 35 TRAMPA. img
Capítulo 36 COMPRAS. img
Capítulo 37 LECCIÓN. img
Capítulo 38 MIA. img
Capítulo 39 CONTROL. img
Capítulo 40 VICTORIA. img
Capítulo 41 SUFICIENTE. img
Capítulo 42 DOLOR. img
Capítulo 43 VOCES. img
Capítulo 44 IMPOSTOR. img
Capítulo 45 PEÓN. img
Capítulo 46 ESPEJOS. img
Capítulo 47 CITA. img
Capítulo 48 FELICIDAD. img
Capítulo 49 ALAS. img
Capítulo 50 DOLOR. img
Capítulo 51 SECRETOS. img
Capítulo 52 SECRETOS II img
Capítulo 53 AMANDA. img
Capítulo 54 CASTIGO. img
Capítulo 55 REGRESO. img
Capítulo 56 RESIGNACIÓN. img
Capítulo 57 ROTA. img
Capítulo 58 ENEMIGO. img
Capítulo 59 AMIGOS. img
Capítulo 60 PROBLEMAS. img
Capítulo 61 CONTROL. img
Capítulo 62 INGENUA. img
Capítulo 63 ¿QUIEN ERES img
Capítulo 64 HERMANAS. img
Capítulo 65 DESEOS. img
Capítulo 66 CONTROL. img
Capítulo 67 VISITA. img
Capítulo 68 MIEDO. img
Capítulo 69 DESESPERACIÓN. img
Capítulo 70 FRAGIL. img
Capítulo 71 DESTRUCCIÓN. img
Capítulo 72 DESEOS. img
Capítulo 73 CALIDO. img
Capítulo 74 CENA I. img
Capítulo 75 CENA II. img
Capítulo 76 DESPEDIDA. img
Capítulo 77 ATESSA. img
Capítulo 78 SECRETOS, AMOR Y DOLOR. img
Capítulo 79 MAR. img
Capítulo 80 CAMBIOS. img
Capítulo 81 NOVIO. img
Capítulo 82 PRINCIPIO DEL FIN. img
Capítulo 83 FRAGMENTOS. img
Capítulo 84 CONSUELO. img
Capítulo 85 PERDER. img
Capítulo 86 CORRECTO. img
Capítulo 87 TIEMPO. img
Capítulo 88 ESTAR. img
Capítulo 89 OLVIDAR. img
Capítulo 90 DECISIONES. img
Capítulo 91 DESTINO. img
Capítulo 92 CONTROL. img
Capítulo 93 BORRAR. img
Capítulo 94 NORMALIDAD. img
Capítulo 95 HOGAR. img
Capítulo 96 TRAMPA. img
Capítulo 97 SILFIDE. img
Capítulo 98 ARTE. img
Capítulo 99 DEJAVÚ. img
Capítulo 100 VACÍA. img
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Capítulo 7 DESEO.

Ada.

El dolor invadió mi cuerpo, su piel quemaba mi cuello y sentí como si mi cabeza estuviera a punto de explotar, en mi mente se proyectaba una horrible película y me di cuenta de que él también tenía esta habilidad, estaba mostrándome el pasado, su primer encuentro con mi madre.

Amanda estaba en una cama de hospital, una niña sin vida, sin aliento y más pálida que nunca, mi madre lloraba mientras acariciaba su mano y escuche un susurro repitiéndose en su boca incluyendo el nombre que acababa de escuchar en un idioma extraño.

Entonces apareció y mi madre se levanto frente a la gran figura masculina.

No podían verme, aunque mi reflejo estaba vivo en la ventana.

-Salvala... te daré lo que sea solo... por favor... te lo suplico.

Las rodillas de mi madre tocaron el suelo y el mismo hombre que me trajo aquí le acaricio la cabeza a Amanda para volverse a mi madre un minuto después.

-No hay nada que me interese sobre ti.- respondió con indiferencia.

-Mi alma... te la entregare a cambio de la suya, Paymon.

Había leído sobre esto alguna vez, ángeles, demonios, seres mitológicos, nunca creí en ellos, pero su nombre se quedo guardado en mis recuerdos.

Un demonio.

Paymon era el príncipe del infierno en los libros, pero su aparición no era nada parecida a lo que leí, tampoco su aspecto, no había nada mas que su nombre y un aura intimidante.

-¿Crees que tomare tu alma cuando ya ha sido usada? No puedes engañarme mujer.

-Entonces Pídeme lo que quieras, lo conseguiré.

Paymon señalo el vientre de mi madre mientras se sentaba en el pequeño sofá en el que me acurruque incontables veces.

-La quiero a ella.

-¿A qué te refieres?

-¿No lo sospechabas ya? Un pequeño bebé...

-Te la daré, no me importa si puedo salvarla a mi pequeña Amanda... ha sufrido tanto.

Algo en mi pecho se rompió, no pude respirar, mi madre estaba dispuesta a tirarme por Amanda, no me conocía, pero me sacrifico por mi hermana...

-Entonces... continuemos con el papeleo.- saco una especie de pluma de su bolsillo y la mano de mi madre, corto finamente su piel hasta que una gota de sangre cayo sobre la mano del Demonio quien también tenía una herida abierta en su piel.

Un pacto de sangre sello mi destino para siempre.

Él tenia razón, yo le pertenecía incluso antes de nacer, mi alma fue suya cuando mi cuerpo crecía.

"Un alma por otra"

En ese momento todo se distorsiono, Amanda volvió a respirar y yo me sumergí en la oscuridad, la verdad había sido revelada, la única razón de mi existencia fue la de un salvavidas, nadie nunca me había amado, no tenia ni una pizca de cariño en mis 18 años de vida y ahora tenia que vivir para siempre en la oscuridad.

***

Me levante del suelo alfombrado después de unos minutos.

¿Cómo es que mi vida había cambiado en tan poco tiempo? ¿Dónde había salido todo mal?

No pude parar de pensar, definitivamente el demonio de carne y hueso no me daría las respuestas que buscaba así que tenia que encontrar mi propio camino.

Me di un momento para examinar el lugar, era una especie de biblioteca adaptada para funcionar como estudio, tenia un escritorio de madera que a simple vista parecía nuevo, pero si lo mirabas con detenimiento te darías cuenta de que era una reliquia y es que en realidad todos los muebles aquí parecían de la época victoriana.

Mis dedos se deslizaron por el librero y note algunas copias interesantes, aquí estaba la divina comedia con un empastado que nunca había visto en mi vida, había un cuadro de Henry Holliday y el resto de los cuadros eran de Caravaggio, combinaban perfectamente con el ambiente siniestro ¿Cómo alguien podía estar tranquilo alrededor de tantas heridas y sangre?

Continue mi camino hasta que mis ojos se encontraron con una botella de cristal con un líquido marrón, necesitaba valor, para salir de esta habitación.

Corrí a él y lo bebí, me hizo toser antes de que pudiera darle otro trago.

Encontré el valor que necesitaba en una botella.

Salí de la habitación y caminé entre los pasillos, la oscuridad me aterraba, lo único que pude ver fueron luces de colores y una multitud de gente bailando en la lejanía, comencé a sentirme mal, quizá fue una mala idea beber tanto.

Mientras caminaba pude ver lo que ignore en mi camino aquí, había toda clase de hombres intimidantes, todos estaban exageradamente en forma y la mayoría de su piel estaba cubierta de tinta, me imagine cuernos y colas rojas saliendo de sus cuerpos, pero no había nada de eso, eran simples formas humanas, gente que comúnmente veía en la calle caminando, me concentre en salir de ahí pero no pude.

Me paralicé cuando lo vi.

El demonio que me había traído aquí.

La habitación estaba en una tenue luz roja, su cuerpo estaba recargado en un sofá de terciopelo mientras una mujer estaba de rodillas en su regazo con movimientos de atrás hacia delante, Paymon tenia un vaso con hielos y lo que supuse era alcohol que llevo a sus labios y justo después echo la cabeza hacia atrás de placer, con la mano libre empujaba la cabeza de la chica mas profundo y un sonido gutural salió del fondo de su garganta, tenia desabrochada la camisa y en sus brazos se pintaban líneas negras en donde se supone debían estar las venas.

Deje de respirar.

Era tan jodidamente excitante.

Un demonio estaba robándome el aliento.

Nuestros ojos se encontraron, brillaron y me sonrieron mi entrepierna chillo de dolor y supe que era hora de irme.

Corrí hasta el estudio en donde me dejo, y respire profundo una y otra vez.

"Debo parar con esto o terminare teniendo el síndrome de Estocolmo"

No pude terminar de recomponerme cuando escuche la puerta abrirse, me sobresalte y me aleje todo lo que pude.

Payman entro, pero parecía ebrio, ¿los demonios también pueden beber?

-Te dije que no intentaras huir.- hablo mientras se sentaba en el escritorio.

-No estaba huyendo.- mentí

-¿Entonces eres una linda Voyerista?

-No.

Echo la cabeza hacia adelante y lo vi reírse por primera vez, jamás había visto algo tan hermoso, algo se encendió en mi estómago, algo que intente apagar inmediatamente.

-Me deseas Ada.

-No, por supuesto que no.

-No puedes engañarme cariño, puedo oler el deseo en tu cuerpo, lo supe desde la primera vez que te imaginaste en ese piano.

"Lo sabía, él puede verlo todo"

Se levanto del escritorio y se acercó a mí con cuidado pasándose las manos por el cabello, no me moví ni un milímetro, su pecho rozo el mío y pude sentir como mis pezones lo recibían con alegría.

-Lo ves... es imposible que lo ocultes cuando tu cuerpo reacciona así...- su mano acuño mi pecho y tuve que cerrar los ojos para concentrarme.

Su nariz olfateo mi cuello, se acerco a mi sin tocarme, era una locura.

Con la mano libre me acerco a su cuerpo y sentí su erección, era enorme y quise arrodillarme ante él para liberarlo.

-Pídelo Ada... dime lo que quieres y te lo daré.

"Follame, duro aquí, ahora"

No pude pronunciar las palabras.

-No me toques.- se detuvo en seco y se alejó unos pasos riéndose de mí.

-Deberías agradecérmelo... nadie nunca va a querer tomarte a menos que sea yo.

-No te pertenezco.

-Lo haces... una jodida virgen que me pertenece.

"Una jodida virgen"

Las palabras se clavaron en mi pecho abriendo una herida que yo creía haber sanado, eso fue suficiente para hacerme volver a la realidad, mi mano se levantó en el aire e impacto su rostro.

Ardía.

Quemaba.

Dolía.

Su mano encerró la mía levantándolas encima de mi cabeza y pronto la otra se unió, mis brazos están sujetos por una sola mano suya, mientras que la otra levantaba mi camisón, sus dedos rozaban mi pierna y no pude evitar jadear.

-Suéltame.

-Ambos sabemos que eso no es lo que quieres.

-¿Vas a... tú vas a...- las palabras no salieron de mi boca y pude ver como fruncia el ceño, me soltó inmediatamente y se alejó dejando un vacío en mi pecho.

-¿Qué te hace pensar que quiero follarme a alguien tan insignificante como tú? No eres la gran cosa Ada.

La ira corría como la sangre por mi cuerpo.

"Maldito bastardo"

-Termino el juego cariño, vienes conmigo.

Lo seguí como un cachorro porque no podía pasar un minuto mas aquí, pero no podía estar mas equivocado.

Nada había acabado entre nosotros.

            
            

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