Más Allá de la Luna "Eterno Secreto"
img img Más Allá de la Luna "Eterno Secreto" img Capítulo 5 Cap 5
5
Capítulo 10 Cap 10 img
Capítulo 11 Cap. 11 img
Capítulo 12 Cap 12 img
Capítulo 13 Capitulo 13 img
Capítulo 14 Cap 14 img
Capítulo 15 Cap 15 img
Capítulo 16 Cap 16 img
Capítulo 17 Cap 17 img
Capítulo 18 Cap 18 img
Capítulo 19 Cap 19 img
Capítulo 20 Cap 20 img
Capítulo 21 Cap 21 img
Capítulo 22 Cap 22 img
Capítulo 23 Cap 23 img
Capítulo 24 Cap 24 img
Capítulo 25 Cap 25 img
Capítulo 26 Cap 26 img
Capítulo 27 Cap 27 img
Capítulo 28 Cap 28 img
Capítulo 29 Cap 29 img
Capítulo 30 Cap 30 img
Capítulo 31 Cap 31 img
img
  /  1
img

Capítulo 5 Cap 5

Mientras tanto de vuelta al Reino Celestial las cosas no iban para nada bien, el Emperador Shangdi caminaba con rapidez y con ciertas molestias en su expresión, su larga capa real azul era levantada por la velocidad de su caminar, se encontraba por los adentros del gran palacio en Whangzhan.

Dos de sus guardias reales venían de otras con altos bastones de oro que incluso sobrepasaban sus alturas. De pronto se detuvo detrás de unas enormes puertas hechas de hierro y en ellas iba plasmado el "Sello Dorado"

Los guardias que custodiaban aquella puerta la abrieron dándole paso al Gran Emperador y haciendo una reverencia por su presencia. Shangdi pasó y la puerta se cerró detrás de él dejando a sus dos guardias reales detrás de la puerta.

Al entrar se detuvo en el centro de aquel impetuoso salón, aquel salón donde miles y miles de años atrás condenaron y sellaron la vida sus hermanas, justo al frente permanecían sentados cinco ancianos con capa blanca que cubrían sus peculiares rostros, ninguno se levantó para presentar sus respetos por tener el honor de la visita del Emperador celestial.

Shangdi los miraba con indignación a cada uno, aun así estos ancianos no temían lo peor, segundos después de una larga espera uno de los cinco se levantó y extendió lentamente sus brazos, luego hizo una pequeña reverencia. -En nombre de mis hermanos presentamos nuestros saludos.

Aquellos saludos le fueron una ofensa para Shangdi ya que no habían presentado sus respetos como eran debidos. -¿Desde cuándo se han convertido tan arrogantes y desafiantes? ¿Acaso ya no temen la razón de sus vagas existencias?

El que permanecía de píe procedió hablar. -Nuestra razón de existencia ya no está con nosotros Alteza, no sabemos a quién te podrías referir.

Shangdi dibujo media sonrisa. -Ya veo... parece que hay que... hacerles memoria ¿no?

Inmediatamente otro de los ancianos se levantó. -Mi señor, no queríamos ofenderlo de esta manera, es solo que somos lentos para procesar lo que diga su majestad, por favor en nombre de mis hermanos perdónenos. -los tres ancianos que todavía se encontraban sentados procedieron levantarse y a hacer una referencia, aquello le complació mucho a Shangdi pero aun así no olvidaba por el cual se había tomado las molestias de venir.

-¿A qué le debemos el honor a esta sorpresiva visita? -indago uno de los cinco.

Shangdi no contesto pero en cambio con su energía suprema la uso para levantar las capas de los cinco ancianos de manera brusca dejando sus caras expuestas pero aun así ninguno se inmuto, los cinco permanecieron inmóviles pero sin expresar miedo alguno, al contario sus facciones permanecían serenas y tranquilas como era la costumbre.

-Me sorprende que sus caras sigan expresando la misma miseria, me agrada ver que muchas cosas no han cambiado.

-Gracias por sus halagos mi señor. -contestó el que ha había tomado la palabra anteriormente.

Shangdi lo ignoro y empezó a caminar de un lado a otro mirando a su alrededor. -Parece que no todo puede permanecer igual... -paso por algunas pequeñas estatuas, aquellas mini estatuas se trataban de su padre y la madre de sus hermanas. Paso los dedos por la mesa que sostenía ambas estatuas llevándose también algo de polvo.

Es increíble como adoran a lo prohibido, hasta mencionar el nombre de esta Diosa estaba prohibido en este lugar pero he aquí, esta su estatua al lado de mi padre...

-Vine aquí para hablar con respecto a ciertos inconvenientes que han ocurrido en la tierra de los mortales. -se dirigió Shangdi a los cinco ancianos de pie, sacudió sus manos para quitar el polvo que se había quedado en sus dedos. -¿Quisiera empezar por saber porque de pronto los Xhiamixg se cruzan en el camino de los portadoras?

Espero una respuesta de ellos pero no obtuvo ninguna. -¿Ahora que no dirán nada? Qué curioso porque según mis informantes ellos juran que fueron enviados. Obviamente los Xhiamixg incluidos ya están destruidos asique no pueden dar sus testimonios asique vine para ver que pensaban ustedes.

Después de unos momentos el anciano mayor fue quien dirigió su palabra al Emperador. -Nosotros tampoco sabemos nada al respeto su Majestad, si no es por usted que viene y nos lo informa seguiríamos ciegos ante esta problemática.

Shangdi rio sarcástico. -¿Ustedes? Los encargados de dirigir a los Xhiamixg ¿y no saben nada al respecto?... ¿Entonces quién debe rendirme cuentas si no son ustedes? ¿Quién más en estos tres reinos poseen el control de tales creaciones?

Los cinco ancianos guardaron silencio.

-Dicen que un silencio dice más que mil palabras ¿Que dicen ustedes con el suyo?...

Al concluir, Shangdi dio media vuelta y salió del gran salón, los cinco ancianos se miraron mutuamente algo preocupados, sin embargo uno se dirigió al anciano mayor. -¿Crees que tenemos que preocuparnos?

-Supe que últimamente nos ha estado al tanto del proceso por el mismo. -dijo otro de los ancianos.

-Si no actuamos ahora puede que descubra muchas de nuestras obras y para entonces las usara en nuestra contra.

-No hay de qué preocuparse. -contesto el anciano mayor. -Si lo piensan mejor Shangdi solo es un niño asustado, delante de nosotros él no es más que solo un Dios que suplanto a su miserable padre. No tiene el poder de hacer nada, y ahora que tenemos la vida de la Portadora mayor en nuestras manos menos lo hará.

-Así como quitamos a su padre del trono no será tan difícil de deshacernos de él. -agrego otro y los demás rieron con él.

-Solo esperemos hermanos míos, veremos que al final la recompensa será nuestra...

<<>>

De vuelta al reino de los mortales, la noche ya había caído en su punto más frio, todos descansaban como muertos ya que habían tenido un día muy pesado, la Sinsaya se limitaba a solo sentarse en la orilla de la ventana y mirar asia el cielo estrellado, también echaba un vistazo cada cierto tiempo asia los chicos, así se percataba de que todos estuvieran bien

Su señora tomaba esta modalidad para relajarse aunque todo fuera por un instante, pero... Yo no lograba tener el mismo descanso que ella, algo me inquietaba y cada vez que miraba a los chicos me inquietaba a un más.

Recosté mi cabeza, cerré mis ojos y ahí estaba ella, la vi, "Ella" había vuelto, había despertado, había logrado levantarse dentro de las murallas de la inmersa oscuridad de un agujero sin final después de tantos años.

"Entonces ella ya estaba aquí"... -solté un suspiro agotador, aunque nadie lo acepta nosotras también solemos cansarnos, solemos llorar, solemos alegrarnos aunque no estemos proyectadas para demostrarlo y ese a asido el problema más grande de cualquier ser, como no ven emociones físicas en nosotros suponen que no las posemos y eso... Termina hiriéndonos.

-¿Estas bien?... -De repente escuche el susurro suave de un joven a mi lado, pude reconocer aquella voz asique abrí mis ojos para mirarlo, era el joven Xiao Ba quién se encontraba arrodillado a mi lado, era extraño, los humanos suelen hacer ese gesto cuando quieren comprender a alguien más, cuando ven un descontento o una emoción débil ellos suelen bajar su estatura para demostrar consuelo o... ¿Comprensión?

-¿No deberías estar durmiendo? -le respondí con el mismo tino con que me hablo.

-Por alguna razón no puedo conciliar el sueño. -se levantó y se sentó en el otro extremo de la ventana, la misma donde yo estaba sentada, nuestras rodillas quedaron muy cerca una del otro; raramente el joven Xiao Ba se acercaba así a mí, no lo entendía pero cuando ambos nos cruzábamos podía sentir como sus latidos humanos aumentaban y su presión sanguínea se elevaba asiendo que sus mejillas se sonrojaran, leía su mente y era un desastre de pensamientos, eso en parte me frustraba. ¿Cómo un humano podía pensar tantas cosas al mismo tiempo? De cierta forma lograba confundirme.

Pero esta ocasión era diferente, sus latidos seguían iguales y su presión seguía regular, me tranquilizaba saberlo debido a que para un humanos estos cambios internos eran muy peligrosos, asique me relaje y seguí mirando asia fuera.

-¿Es verdad que ustedes no sienten?... -interrumpió el silencio que por un segundo habíamos creado, lo mire y él ya tenía sus ojos proyectados en mí, por alguna razón sentí una emoción bastante peculiar, una emoción que no suelo percibir en nadie más pero esta noche después de muchos años después logre volver a sentir, y gracias al joven sentado en la misma ventana que yo.

-¿Crees realmente eso?

Xiao Ba aparto la vista de mí y la dirigió afuera, no miró al cielo, tampoco la dirigió a algo en específico, solo vago con ella. -No puedo afirmarlo, y es que me parece algo irreal que tú no puedas sentir.

-¿Puedo saber porque?

-Porque todos tenemos un momento donde nuestro corazón tiene el deseo de expresarse, ya sea que este triste o feliz, enamorado o decepcionado, a veces hasta el mismo sistema general nos hacen sentir lo más bajo, me imagino que hasta las Deidades sienten todo esto.

Volvió a mirar a la Sinsaya. -Por eso no me es posible creer que alguien tan perfecto no pueda... -ambos se miraron a los ojos pero el ya no pudo continuar, y como reacción esquivo su mirada asia otro lado.

La Sinsaya miro a través de él y sus latidos no eran fuertes pero su mente sí. -Tus latidos siguen normales pero... ¿porque tu cabeza?...

Ambos intercambiaron miradas, parecía un momento especial sobre todo para Xiao Ba, solo en este momento Xiao Ba dejo todos sus pensamientos claros, realmente no sabía lo que estaba haciendo y la Sinsaya seguía sin entender, hasta que justo en este momento la Sinsaya recordó...

Recordó lo que le había causado bastante inquietud durante toda la noche, pero justo cuando ella iba a decir unas cuantas palabras fueron cortadas por el choque de otros labios, por el roce tan frágil de otro ser frente a ella, aquel choque fue tan sigiloso pero al mismo tiempo tan atrevido.

La Sinsaya se quedó inmóvil pero sus ojos bien abiertos no ocultaban la sorpresa que aquel acto le tomo, Xiao Ba no se sintió rechazado aunque aquella mujer no movía los suaves músculos de sus labios, abrió sus labios sin separase de ella y solo vio vacío en aquellos fríos ojos, miro solo a una mujer, a una mujer muy enterrada en su corazón, aquel beso lo había transportado a un mundo donde podía estar cerca de aquella mujer tan deseada en su corazón.

Para todos esto es caer demasiado bajo, ¿para mí?... para esto es lo más cerca que puedo estar de ella, ¿Porque me siento tan miserable?... Porque esto es otra mentira más a la que me estoy aferrando tan fuerte...

Seguí avanzando en el beso pero ella seguía sin detenerme, era como si ella supiera que yo quería esto, que lo deseaba, que lo añoraba... aun así me dolía, si, esto lo quería pero a la vez me dolía...

Siguió hasta que me separe lentamente, de alguna razón volví a mi realidad, abrí los ojos y allí estaba ella, la imagen que había dibujado de "esa mujer" se había borrado por completo.

Creí que me daría alguna bófeta o se levantaría para retirarse por lo molesta y la verdad no descartaba la última, yo también estaría molesto por tal acción.

Pero no fue así... ella solo dijo...

-¿Estas bien?

<>

            
            

COPYRIGHT(©) 2022