-Si cállate, ya comprendí no es la primera vez que hago esto...
Quiero golpearla, es una mal educada, realmente hay días donde ya me quiero rendir, tirar la toalla y decir ya no más humillaciones por estos estirado, pero recuerdo que no llego ni a ser clase media, así que deo trabajar y esforzarme por este trabajo que me costó tanto conseguir.
Lo mismo les informo a los demás ingenieros.
Termino cansada sin almorzar, pero lista para ingresar con el pase de auspiciador al concierto y encontrar a Edu.
Miro el reloj y llegaré justo cuando termine de tocar, después podré buscarlo en los camerinos o donde quiera que se encuentre.
Mi teléfono comienza a vibrar en el taxi y veo el nombre de Mario, con esta es su treceava llamada en lo que va del día. Pero no me puedo distraer, yo necesito encontrar a Edu.
Miro el reloj y son las diez de la noche, la banda The Dark Silver se presentará en pocas unos minutos.
¿The Dark Silver?
¿Por qué ese nombre? - me pregunto.
Reviso los documentos que tengo pendiente para mañana y veo algo de mi curso de inglés, así como voy no creo aprobarlo y mi padre me asesinara. Intento quitar todo los pensamientos negativos de mi cabeza y concentrarme en que le diré a Edu para que acepte.
Bajo de Taxi frente a la Plaza mayor y veo a un montón de chicos, la banda de Edu ya ha terminado de tocar, ya está anunciando a la siguiente banda. Me acerco al de seguridad y le muestro mi pase gratis y entrada libre a ver a los artistas.
-Señor una consulta -él de seguridad mira hacia abajo - la última banda, ¿Dónde se encuentra?
-Estan en los camerinos, sótano 2, sector A - dice amablemente, de inmediato busco los carteles de indicaciones.
Estoy caminando en dirección al Sótano dos, con zapatillas y mi mochila a un costado, la gente me ve pasar, mientras yo escucho como los artistas se saludas y se dan ánimos entre ellos para que subas al escenario a dar lo mejor de sí.
Llego al Sector A y en la muerta negra veo un cartel blanco de dice The Dark Silver.
Al principio tocó la puerta con delicadeza y paciencia espero a que me abran la puerta pero nadie lo hace.
Varios muchachos me miran, veo rostro conocidos del mundo del arte. Espero cinco minutos y nadie me abre.
Tocó con más fuerza y tampoco.
Una chica con auriculares abre la puerta y me sonríe.
-Debes de ingresar de esta manera, cuando tocas piensa que eres una seguidora.
Le agradezco su ayuda en información, cuándo abren la puerta veo a Edu sin polo y todo sudado.
Nuestras miradas se encuentran y él sonríe y yo estoy muerta del miedo, mi cabeza vuelve blanca y quiero decirle algo, hablar pero no puedo.
-Ella es Emilia Vladi, la chica que casi me deja sin desfile en Milán - dice mirándome molesto.
Sus amigos me miran y uno de ellos mira fijamente mis zapatillas.
-Tienes un buen estilo...
Cuando está por acercarse, Edu toma mi mano y me saca a rastrear de la habitación.
-¿Qué haces aquí?
-Tu tío, empresa, dinero, tu papá... - suelto palabras que no tienen relación entre sí .
-¿Qué? - me pregunta con una sonrísa burlona - Creo que te deje sin aliento.
-Edu cambiate, es algo delicado.
Su rostro se cambia por uno más serio, aprieta la mandíbula y de inmediato deduce que es algo malo.
-Claro boxeadora, te haré caso para que no me lastimes.
Pongo los ojos en blanco y me cruzo de brazos, esperando afuera de la habitación que él me vuelva a abrir.
Al cabo de unos minutos veo salir a todo los miembros de su banda y noto que él nos sale. Los chicos me miran extraño pero me dicen algo.
Quizá está ocupado, sigo esperando, quizá unos minutos más y cuando ya me comienzo a poner impaciente. Decido ingresar a la habitación donde se encuentra él.
No hay nadie.
Maldito seas Edu Costa -grito interiormente con todas mis fuerzas.
-Te has escapado, eres un hombre sin palabra, ni principios completamente diferente a tu padre quién si es un hombre de palabra - voy diciendo mientras lo busco por debajo de la mesa, detrás de los estantes.
Ingreso al baño para buscarlo y lo veo. Esta sentado encima de la tapa del baño, con la cabeza hacia abajo.
Esta con sangre en su nariz.
-¿Edu? -pregunto con preocupación.
-Eres demasiado impaciente.
-¿Estas bien? -le pregunto e voz baja. Me acerco a él para tomar su hombro.
-Ya está por salir, solo que aún me siento mareado -dice mirándome a los ojos.
Me da algo de pena verlo agotado. Me pongo de cuchillas delante suyo y me agarró de sus rodillas como si tuviéramos toda la confianza del mundo.
-¿Cuánto llevas sin dormir? -es lo primero que pregunto.
Él me mira sorprendido y veo algo extraño en su mirada, quiero hablar pero el tose.
-Dos días aproximadamente.
Cuando escucho los días que lleva sin dormir, de solo pensarlo mis instintos de alarma hacen eco en todo mi
-¿Has comido algo?
Niega con la cabeza como niño pequeño, me quedo en silencio mirándolo. Busco en mi mochila mi pan con pollo que siempre compro a una señora.
Se lo entrego como si de una ofrenda de paz se tratará y el me mira muy avergonzado