Jimin y yo no habíamos hablado directamente desde ese día. Y en verdad lo agradecía, me sentía incómoda con él a mi lado. Y no era para menos, me había llamado poca cosa y aunque dio directamente en mi orgullo no se lo haría saber.
Él me ignoraba y yo a él, me mandaba un correo con todos mis deberes y así ninguno de los dos teníamos que dirigirnos la palabra. Era más cómodo, estaba pensado pedir un traslado a alguna otra planta, pero no podía, apenas había comenzado a trabajar.
¿Cómo pediría un traslado?
Por fin era sábado, en toda la semana había estado tensa y malhumorada, y no ayudaban mucho que Minerva y su grupo cotillearán a mis espaldas. Me había levantado tarde porque el día anterior había tenido mucho trabajo y me la había pasado corriendo de aquí para allá para evitar a jimin.
Me preparé un desayuno con fruta y cereales, un poco de jugo de naranja y una tortita de huevo. Después me vestí con un pantalón negro rasgado de las rodillas y una ombliguera negra, tenis blancos y un maquillaje no tan elaborado, me coloqué mi perfume y listo.
Llamé a Sun para quedar hoy, necesitaba hablar con ella urgentemente, aunque sé lo que me dirá, probablemente se burlara primero y después me dará uno de sus consejos
Quedamos en vernos en una cafetería cerca de su casa, Ella y Se-Hunt se habían peleado, así que ella también quería desestresarse.
Una vez llegué a la cafetería donde hacíamos quedado, pedí una mesa para dos y un capuchino en lo que esperaba.
El lugar era muy bonito y sofisticado sin mencionar que tenía una vista hermosa, era una de las razones por las que había pedido vernos ahí.
Después de unos cinco minutos que para mí fueron años llegó sun.
-Hola guapa, ¿cómo has estado? Aunque con la carita que traes no creo que muy bien cierto - sonrió socarronamente.
- ¿Tanto se nota? - pregunté incómodamente, viendo a las personas pasar por la calle. Todos en su mundo.
-Que, si se nota, amiga por dios, tienes ojeras y cuando llegue estabas en tu propio mundo. ¿Qué sucede?
-Ay Sun, solamente es el trabajo bueno, no el trabajo en sí, sino la persona para la que trabajo
-Que sucedió ya te quito la virginidad? - me miro subiendo y bajando sus cejas-
-Oye!! - cuando dijo eso no pude evitar pensar en lo sucedido con él en su despacho, de seguro mi rostro en estos momentos está rojo por la vergüenza- Cállate por... porque dices esas cosas.
-No inventes porque demonios estás sonroja -dijo con los ojos bien abiertos de par en par y una sonrisa en sus labios-
-Cállate no es cierto - llevé mis manos a mis mejillas para tratar de cubrirlas -
- A quien quieres engañar TN te conozco perfectamente, algo sucedió con él, no es cierto
-...
-Vamos... no me digas que tú y él -pregunto curiosa y nerviosa-
¡-Que!! No como se te ocurre.
-Entonces que sucedió, tendrás que decirme si no quieres que me siga armando historias lujuriosas en mi cabeza -dijo apuntando su cabeza y sonriendo maliciosamente-
-No es para tanto - le conté todo lo que había sucedido tanto en su oficina como las cosas que me había dicho y su efecto en mí - y ya... ¿Qué hago sunie?
- ¿Te enamoraste? - pregunto sorprendida- TN jimin no te conviene.
-¿No... como iba a saber yo que en algún momento me iba a parecer atractivo?
-TN por una razón sigues siendo virgen a tu edad y es que ciertamente cuando se te daba la oportunidad de hacerlo inmediatamente los rechazabas y no te importaba un carajo si fueran realmente atractivos. Por favor mantén tu cordura y no caigas por un tipo como él.
-No lo are, te estoy diciendo que para él soy un cero a la izquierda.
-susurre levemente-
- ¿por qué estás tan desanimada?
-No lo sé, supongo que haber escuchado a un chico tan guapo como lo es jimin decir que no soy lo suficiente, me hirió en mi orgullo - dije viéndola fijamente, ella estaba entre enojada y triste-
-A ver tn, estamos hablando de jimin no de cualquier otro chico. Él no es un hombre que valga la pena para ti. Y no quiero escuchar que vuelvas a decir que no eres suficiente. ¿Me escuchaste? Eres hermosa y si él no lo ve, que se vaya mucho a la chinita. Solo olvídalo tn. -dijo en un suspiro.
- ¿Y qué se supone que haga? ¿Seguir soportando a Minerva y sus amigas? ¿Soportar la horrible indiferencia de jimin?
- ¿Qué quieres hacer? ¿Vengarte? Yo te ayudo -aseguro sonriendo maquiavélicamente.
-¿Vengarme?
-De tu estúpido jefe, claro. Por haber herido tu orgullo -susurro
-Y cómo puedo vengarme -dije interesada, recargue mis manos en la mesa para verla fijamente.
-Enamóralo -decreto subiendo sus hombros, restándole importancia, como si lo que dijo no fuera nada.
-¿Enamorarlo? ¿En serio? - pregunté incrédula-
-Porque lo dices en ese tono.
-Sun te he dicho que para él soy un cero- dibuje con mi mano un enorme cero -¿cómo voy a enamorarlo?
-Haremos un plan y él caerá, después de todo sigue siendo hombre. -dijo segura
-No te estoy entendiendo nada Sun, pero lo dejaré en tus manos - suspiré, viéndola fijamente y tomando de mi capuchino.
-No te preocupes, yo me encargaré y quiero que hagas absolutamente todo lo que te dije -me señaló acusatoriamente- te conozco y cuando te avergüenzan evitas hacerte notar.
-Es mi naturaleza, no molestes.
-Bien, te mandaré la lista de lo que seas y ya haremos lo que ya hiciste conforme avancé el tiempo - dijo sonriendo, y jugando con sus dedos en el mes ocasionando un ruido - ya verás que caerá.
-Si tú lo dices.
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