Capítulo 6 Es en ti la ilusión de cada día.

Capítulo VI

Si mis padres supieran que sostengo conversaciones de este tipo con Bruce me matarían, si llegara a pasar algo más tendría dos claras opciones, una es dejarlo o irme de casa, sin embargo me siento atrapada, sus palabras son como una lluvia de perlas derramadas en copas de oro de la cual quiero beber hasta saciarme. La vida nos rompe el corazón de diversas maneras, pero si por miedo no me ilusiono, ni sueño y mucho menos no amo, ¿qué clase de vida estaré viviendo? Tal vez Bruce no es el correcto, tal vez no es justo o no es el indicado para mis padres, pero eso es algo que yo misma quiero averiguar.

- ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez? –Bruce me saca de onda-

- ¡Vaya! Déjame analizar eso... pues no tengo nada en mente, acaso estás preguntándome ¿cuándo fue mi primera vez? –tenía que salir con eso-

- Por Dios cariño, me estás haciendo reír, no tienes idea, pero no, en realidad hacer ese tipo de preguntas no es de mi agrado.

- Me has hecho reír también, pero no tengo otra cosa en mente para esa pregunta.

- ¡Que mente más ocurrente! No estaba preguntando eso, pero ahora que lo has dicho, quiero saberlo.

- Aún no lo hago.

- ¿Nunca?

- No, soy Virgen.

- ¿Lo harías conmigo? –resoplo al leer eso-

- ¿Eso quieres?

- No, pero es algo que haremos evidentemente algún día.

¿Perdón? ¿Qué? Joder ¿Leí bien?

- No creo que eso suceda, de lo que estoy segura es que el día que decida hacerlo, será con alguien que me ame por completo.

- Desde luego quiero ser ese hombre.

- Si tú y yo logramos establecer una relación, ¿esperarías a que esté lista?

- No te preocupes por eso cariño, las cosas se dan en su momento y eso es algo que haremos de mutuo acuerdo.

- ¿Esperarías cinco años? –nadie en su sano juicio-

- Siete, si al final estás tú esperándome.

Mi voz interna.

Cuando cumplí veinte años, mi manera de pensar cambió mucho, tenía en mente un hombre ideal, pero luego entendí que esperarlo era como querer agarrar el aire con las manos, sin embargo mantuve tres requisitos irreemplazables, después del respeto y la honestidad, era importante para mí que fuese más alto que yo, así que cuando tú dijiste "1.60" yo pensé: esto es ridículo.

Nunca me había enamorado de alguien más bajo, cuando preguntaste si estaba dispuesta a salir contigo, apenas trataba de asimilarlo, pero, tú ves diferente y me encanta, me das un perfil diferente para visualizar y si aprendes a ver de esa manera, algo que en la superficie es tosco y ordinario se convierte en fino y extraordinario, es absolutamente hermoso.

La verdad no necesito verte para darme cuenta lo grandioso que eres y toda esa maravilla que llevas dentro, con eso me quedo.

Cabe mencionar que no sé si serás mío o si te tendré ahora o en momentos o quizás una eternidad, pero hoy, ahora, yo te quiero y me gustas y te ando encontrando en todos lados, yo te quiero ahora, en esta realidad, donde te tengo en mis sueños y en lapsos de tiempo que le he robado al cosmos. No me preocupa el futuro, he aprendido que lo que tiene que ser, será, pero eso no me impide confesarte que mi corazón lo tienes ahí, en tus manos. ¿Qué estás haciendo conmigo Bruce? Tantas cosas en tu contra y aquí estoy deseando continuar hasta el final y sé que por muy toscas que sean tus superficies, yo, querría cada una de ellas. Me miro al espejo y sé que hoy no es un buen día, me siento terrible, juego con mi cabello corto y todavía me arrepiento de haberlo cortado –estaba loca- extraño mi cabello largo.

- ¿Puedo hacerte una pregunta?

- La que quieras –respondo a Bruce-

- ¿Qué quieres que pase cuando nos veamos? –me hace sonreír-

- ¿Y por qué me preguntas eso?

- Quiero hacer tus sueños realidad –eso me gusta-

- ¡Vaya! La verdad no soy de planear algo específicamente, solo quiero que estés cómodo conmigo y podamos hablar con facilidad a como lo hacemos ahora, esperaría estar de la misma manera contigo.

- Siempre tan linda... a mí, me encantaría entrar en tu corazón y ver a través de tus ojos, quiero abrazarte y besarte.

- Creo que es tarde para eso, tú ya estás en mi corazón.

- ¡Es una bendición saberlo!

- ¿Me dejarás abrazarte?

- Por supuesto que sí y tú, ¿me dejarás besarte?

- Puedes, pero algo en esto me preocupa –y sino me gusta, si me da asco-

- ¿Qué te preocupa?

- En que quizás las cosas cambien cuando nos conozcamos, es decir, puede que no te guste o que no tengamos esa conexión que nos une de forma virtual.

- Eso no pasará, te lo aseguro, yo creo que si nosotros lo decidimos y así lo queremos, podemos hacer de este amor, una realidad y justamente eso haré.

Estoy en una montaña rusa de emociones, mis expectativas son altas –me detengo a pensar en ello- ¿qué pasaría si lo veo y no es lo que espero o viceversa? Creo que eso me llena de temor, no es su físico, es toda su vida, ¡rayos! Las injusticias han sido parte de su vivir, todo eso te cambia, quizás no pueda soportar el hombre que es ahora, menos tener una relación seria, ¿podré intentarlo? –me cuestiono- Las personas deberían amar sin tanto rollo, nada debe ser imposible, ni llegar en el momento equivocado o no ser suficiente para esa persona, solo amar sobre todas las cosas, clases sociales, pensamientos, religiones, política, pero no, el mundo está completamente jodido.

***

Me remuevo en la cama, no sé si estoy soñando, pero algo me dice que debo despertarme, veo la hora con mis ojos entrecerrados, apenas logro ver, el corazón late más fuerte al ver un mensaje de Bruce, -a estas horas- son las cinco de la mañana por Dios.

¨Buenos días mi hermosa princesa, imagino que a esta hora estarás durmiendo como un precioso ángel en su más dulce sueño. Te escribo para decirte que hoy no vendré a la radio, tengo que hacer unas diligencias fuera de la ciudad, espero regresar por la noche, aunque mañana y el viernes estaré en un curso por parte de Cruz Roja en la capital, así que me ausentaré. El sábado pondré en práctica lo aprendido, pero siempre mantendremos lo del domingo, estaré aquí a las cuatro pues tenemos una cita y ansío verte al fin, no olvides que te amo.

Ahhhh el domingo... me eriza la piel solo imaginarlo.

- ¿Estás ahí?

- Amor... ¿Cómo estás?

- Me asustaste –respondo-

- ¿Por qué?

- Me he despertado –aunque ahora estoy muy sonriente-

- Lo siento cariño, no quise despertarte, pero tenía que avisarte sobre mis planes.

- No importa, que tú me despiertes con un mensaje, es la forma más hermosa de abrir los ojos, ¿tú como estas?

- Me encantas... estoy bien, sabes ya quiero que sea domingo, haré todo lo posible por venirme por la mañana, sino de cualquier manera te prometo estar a la hora que acordamos.

- Tranquilo, no te des prisa, sino llegas a tiempo, puedo esperar, sino es el domingo, igual te veré...

- Gracias, pero yo tengo una cita ese día y vendré a tiempo.

- Que necio eres... y ¿a qué hora te vas?

- Perseverante señorita, a las siete voy a casa a desayunar y tomo el autobús a las ocho, espero regresarme hoy mismo.

- Sabes que he estado pensando en que al fin voy a verte y se me hace un nudo en el estómago –le confieso- creo que moriré.

- ¿Por qué? Saldrá bien ya verás, además me entusiasma pensar en que haremos todo lo dicho.

- Eso suena muy prometedor, ¿Qué quieres hacer Bruce?

- Ese día voy a besarte...

- ¿Tan seguro estas? –sonrío-

- ¿Qué tal si me aparto?

- Sé que me ayudarás.

- Dime ¿Cómo?

- Correspondiendo

- Por supuesto que lo haré, no lo dudes mi pequeño encanto, yo también ansío verte.

- Perfecto, entonces te veo el domingo mi cielo.

- ¿Te vas?

Mierda, anteriormente Bruce me habló que lo llamaron de la Fuerza Naval para trabajar, pero estaba en duda si aceptar o no, necesito saber qué pasó con eso, no puedo esperar a verlo, es más, aún no se si voy a poder verlo, tiene que ser hoy.

- Solo espero al director y me voy.

- Tengo una pregunta, ¿decidiste lo de la NAVI?

- La verdad no, aún tengo hasta el lunes para decidirme, ¿Por qué cariño?

- Me preocupa, cuando me lo contaste, estaba triste, con todo lo que hablamos imaginé una escena terrible y de igual manera en eso tu y yo no tendríamos futuro.

- No digas eso, por supuesto que podemos tener una relación, es más, sería mejor para ambos.

- ¿Cómo? ¡Sino voy a verte! –enfatizo-

- Si me voy, no será para siempre, recuerda que es una buena oportunidad para ofrecerte algo mejor.

¡Como si el dinero me importa! Soy autosuficiente, aquí lo que me preocupa es su bienestar.

- Te quiero a ti y es lo único que me importa, tienes que creerme.

- Gracias amor por ser tan linda, ahora debo irme, recuerda, estamos pendientes con nuestra cita. Regresaré pronto para ti, bendiciones cariño.

- Cuídate, llamaré para saber que estés bien.

- Te Amo.

¡Bendito Dios! No sabré de él hasta el domingo, ¿Cómo rayos le digo que no podré verlo? Mierdas ¿Qué haré? Él espera verme y yo lo estoy engañando, pero solo pensar que voy a verlo el estómago me estruje, sería maravilloso, pero no creo poder hacerlo.

***

Camino por la avenida central, el clima es perfecto, las gotas de lluvia dejan de caer, en mi bolsa ando los chocolates que tengo para Bruce, irónicamente los puse dentro deseando verlo, paso por la radio y le escribo con la esperanza que pueda leerme. Horas más tarde decido ir por un café, me conecto y entran mensajes de él. Diablos, estaba ahí y no pude verlo, una sonrisa me invade el rostro, no puede ser posible, cuando decido que es hora de regresar a casa, lo hago caminando hasta llegar al parque central y tomar un taxi de regreso, estoy a unos pasos de la radio y veo a un par de hombres afuera, entre más cerca estoy, mi corazón se detiene por segundos, oh por Dios, es él, estoy a punto de explotar, quiero retroceder y volver al coffee shop, es tarde, no tengo excusas, es Bruce, es mi pequeño, el que me hace suspirar a cada segundo, el que me está volviendo un poco loca cada día, por todos los cielos, estoy en frente de él, lleva una camisa de vestir color rosa manga larga dobladas hasta el ante brazo, lleva jeans, veo su rostro, él dirige su mirada hacia abajo, sigo caminando mientras mi corazón quiere gritar que estoy aquí –mierda- seguramente eso pasará cuando lo vea–me reclamo- Llego a casa y me tumbo en la cama y no hago otra cosa más que pensar en Bruce. ¡Mierda, mierda, mierda! ¡La vida hoy me sonríe, los cielos me bendicen, lo he visto, al fin, lo desee tanto que por fin pasó! No paro de sonreír como boba. Siento que voy a caer desde muy alto, por un momento lo pienso y creo que me he metido demasiado en esto y ahora no puedo salir, no quiero salir, algo de Bruce me tiene atrapada completamente.

                         

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