Capítulo 5 5

Flashback

Mark Ross, que no había dormido en toda la noche, miró su aspecto demacrado en el espejo. No pudo evitar que lágrimas cayeran por su hermoso rostro, y luego ya no pudo contener el llanto amargo.

Cuando terminó de llorar, levantó la cabeza para secarse las lágrimas de la cara, abrió el cajón y sacó la pastilla que le había dado el médico ayer.

Ayer, las palabras del médico una vez más llegaron a sus oídos:

-Señor, su padre ya está en etapa terminal, le queda como un año y un par de meses

-¿Qué? - La mente de Mark se quedó en blanco después de escuchar las palabras del médico -¿Qué hacemos ahora?

Mark Ross no sabía cómo salió del hospital, pero su mente aún estaba en blanco. En blanco e impotente, todo estaba escrito en su rostro triste

Cuando volvió a casa. Mark no pudo evitar llorar mientras miraba las tenues luces amarillas de la calle que arrastraban sombras por el camino.

Mark Ross volvió en sí, tomó un vaso de agua, bebió las pastillas que le dio el médico y se acostó impotente en la cama.

Su padre estaba muriendo y con todo el dinero del mundo, no podía salvarlo.

Si no fuera por el negocio de la empresa, es posible que Mark no hubiera conocido la importancia del dinero en toda su vida. Ahora se sentía extremadamente deprimido y preocupado por su padre.

Una noche fue a relajarse y encontrar a su único amigo cercano en la ciudad.

Owen se reunió con él y preguntó:

-¿Qué pasa? Tu rostro estaba lleno de impotencia. Pensé que te importaría la unión de Ross con Hernnam, ¿verdad?

-No hables tanto, vayamos a beber.

-De acuerdo.- Después de decir eso, Owen vertió el vino en las dos copas sobre la mesa.

Música ligera sonaba en la habitación, y los dos comenzaron a beber y hablar. Estaban acostumbrados a este ambiente.

-¿Dime lo que sucedió?

-He estado muy molesto últimamente. Tal vez sea algo en el trabajo, pero no todo. No todo en la familia. De todos modos, molesto, como para relajarme, tengo muchas ganas de emborracharme hoy

-¡Bebe!, pero no te emborraches! Te sentirás mal por estar borracho.

Después de beber unas copas, salieron al exterior y Mark extendió una mano para llamar un taxi.

-¿Para qué llamar un taxi cuando podemos ir en uno de nuestros autos? -preguntó Owen, tenía la nariz enrojecida, y sin embargo, la noche apenas estaba empezando.

-¿Qué tiene de malo viajar en taxi? -inquirió Mark con sorna-. Somos ricos, pero en esta vida no todo se trata de dinero.

-Oye, ¿Estas bien? -Owen se acercó y puso una mano en su hombro.

-¡Estoy bien! -Mark se sacudió-. ¡Ahora vayamos a beber! A celebrar esta vida y lo corta que llega a ser.

La noche fue agitada y fueron a muchos bares. Mark no recordaba nada de aquella noche, excepto que había pagado una considerable cantidad de propinas en cada bar y en tarifas de servicios de taxi. Al día siguiente, Mark fue despertado por uno de los socios ejecutivos de la empresa.

-Mark, tu padre quiere hablar contigo.