Capítulo 4 CAPITULO 4

- ¡Por fin llamas Erick! ¿Dónde diablos estás?

- Pensé que no debía decirle a nadie donde me oculto

- Bueno, pero a mi puedes reportarme todo, soy tu... mejor amiga ¿recuerdas?

- Estoy en Zurich llegué hace dos días, creo... que me quedaré aquí por un tiempo aunque...

- ¿Aunque?

- Nada... me quedaré aquí, tú dime ¿Qué ha pasado con la investigación? ¿Ya descubriste quien fue el mal nacido que me metió en todo esto?

- No, Erick todo está muy mal, tu padre no te va a apoyar de hecho está al margen de todo esto, tu madre le suplicó que te ayudara pero él está...

- Avergonzado... supongo para un abogado tener un hijo al que acusan de ladrón no debe ser fácil no esperaba menos de él

- En cuanto a la investigación... pues... tienen pruebas, documentos firmados por ti

- ¿Pero cómo? Si todo lo que yo firmaba venia de tus manos Mariana, se supone que tú supervisabas todo –Dijo con tono de voz alto-

- ¡Oye no me culpes, ok! Sí, yo supervisaba casi todo, pero le firmaste documentos a Martín que yo no supervisé

- -Quedé helado- ¿Martín?

- Así es... tú amigo de la infancia es uno de los implicados y está detenido y si coopera lo dejaran libre con una fianza en espera de juicio

- Pero... ¡Eso no puede ser Mariana! –Grité y dos personas que estaban cerca voltearon a verme y bajé la voz de inmediato- Martín no pudo hacerme esto ¿Cómo?

- Bueno... envidia, celos tu siempre fuiste privilegiado con todo Erick, él siempre estuvo bajo tu sombra y creo que lo resintió, mira yo estoy al mando del concesionario y estoy ayudando a tus padres con esta situación, sé que debo ayudarte pero dame un poco de tiempo

- ¿Tiempo? ¿En serio?, mi vida es la que se está cayendo a pedazos, mi credibilidad, mi reputación está por el piso y tú me pides ¿Tiempo?

- No puedo hacer más nada por ahora Erick, la empresa cayó un hoyo, los empleados están angustiados algunos ya han renunciado para no verse involucrados en este problema y alegan que no tienen tu dinero para pagar un buen abogado si los investigan y temen ser un especie de chivo expiatorio y los que se han quedado lo hacen solo por necesidad pero están aterrados por las consecuencias o esperando a que les salga otra oportunidad de empleo

- No entiendo por qué esto me está pasando a mí, me volví arrogante y orgulloso pero... no soy un delincuente y esta traición de Martin... no la merezco yo siempre lo apoyé, lo ayudé a salir adelante, sigo sin poder creerlo

- Pues asimílalo porque es la realidad, debo dejarte

- Te llamaré cuando pueda...

Colgué el auricular, ¿Cómo puedo asimilar todo lo que estoy pasando? Y ahora esto ¿Martín? Al que siempre vi como un hermano, estuve con él en sus momentos más difíciles me ha traicionado de la peor manera, si no puedo confiar en él, -me giro y veo de nuevo el teléfono, niego con la cabeza- no puedo confiar en nadie, tendré que irme de Suiza

Flashback.-

Recordé cuando salí de Buenos Aires, tuve mucha suerte, había comprado dos pasajes para distintos lugares y cuando uno de los aviones estaba a punto de cerrar sus puertas aproveché un descuido de las azafatas y me salí del avión.

Cuando esperaba el embarqué del otro avión pude observar que llegaba la policía al aeropuerto y aparecía mi nombre en la aerolínea donde había comprado el pasaje para ir a Panamá, para los policías me había escapado, tomé el vuelo a Bélgica y de allí tome el tren hasta Zurich, pero creo que es hora de moverme...

Fin del Flashback.-

Hace nueve meses que estoy en una pequeña de ciudad de Austria llamada Villach, es bastante lejana y tranquila, antes de salir de Suiza tuve que cambiar mi aspecto por completo, pinté el rubio de mi cabello a un negro ébano, me dejé crecer la barba que también tuve que teñir de negro y comprar lentes de contactos azules ya que mis ojos son de color marrón claro adicionalmente tuve que comer mucha comida chatarra para alterar mi fisionomía, deje mi figura atlética y ahora tengo el físico de un hombre promedio ni muy delgado, ni muy gordo y mis músculos y chocolaticos han desaparecido.

Obviamente tuve que pagar para falsificar documentos cambié mi nombre de Erick Fancini a Evan Miller y para no llamar la atención me hospedo en un hostal sencillo sin lujos a esos de los que estoy acostumbrado después de unos meses logré conseguir trabajo como taxista, cosa que debo agradecerle a mi vecino y nuevo amigo Charles y aquí estoy sobreviviendo al caos en lo que se me ha convertido mi vida...

No volví a llamar a Mariana, he visto por las noticias en el televisor de la habitación de Charles que la policía solicitó la ayuda del FBI y la Interpol para mi captura, ya que el dinero que consiguieron en los autos deportivos que se encontraban en mi empresa provenían de un cartel mexicano, ahora no solo me acusaban de lavado de dinero sino de colaborar con un cartel de drogas mexicano.

¡Es una pesadilla de la que no he podido despertar!