Al notar su rubor, no pude evitar sonrojarme y para evitar verla directamente, dirigí la vista hacia una pequeña estatua decorativa, que me había regalado mi madre por mi último cumpleaños, el cual estaba en una mesa situada cerca de la puerta, carraspeé un poco y antes de poder hablar, la chica intervino.
- Disculpa por llegar así de repente, no era ni es nuestra intención molestarte acá en tu casa y mucho menos asustarte – dijo con la misma voz dulce y amable.
No me había percatado que desde que entró, la extraña sensación había disminuido y conforme siguió hablando, desapareció por completo, volviendo a sentir mi cuerpo como antes.
– Mi nombre es Ariana – agrego ella sonriendo y extendiendo su mano. Parecía un método para que bajara la guardia, aunque estaba más calmado, igual estaba pendiente de cualquier sonido que pudiera ocurrir afuera.
La miré nuevamente, ya el rubor, tanto el de ella como el mío, habían desaparecido completamente, - y-yo me llamo Jake, aunque eso ya lo sabes – pude decir y extendí mi mano para estrechar de ella. Su piel era suave y delicada, aunque es lo que imaginé al verla, segundos después nos soltamos y la vista de ella comenzó a pasearse por la casa observando todo lo que había allí.
- Parece que vives bien aquí, bastante cómodo se ve, ¿vives solo no? – me preguntó mientras seguía observando.
- ¿Qué es lo que quieren conmigo? ¿Cómo es que conoces mi nombre y donde vivo? – le pregunté, no iba a perder tiempo en responder las preguntas de ella, quería saber que los había traído a mi casa y con qué intención.
- Bueno, por donde comienzo – respondió de forma pensativa - ¿Está casa era de tú padre no es así? – me pregunta.
- Si – respondí algo confundido al no saber a qué se debía su pregunta.
- Bien, te conocemos porque conocemos a tu padre – dijo tranquila – o bueno, mi padre conocía al tuyo.
- Pero eso no me dice cómo es que conoces mi nombre – le respondí algo intranquilo, ya que nada de lo que decía contestaba a la pregunta -. Mi padre murió hace algún tiempo y desde que tengo uso de razón nadie extraño lo visitaba.
- Mi padre conoció al tuyo cuando él trabajaba en la organización – comentó mientras caminaba hacia uno de los sillones de la casa donde se sentó con las piernas cruzadas –. Ven, siéntate que la historia es algo larga y es mejor estar cómodos.
Aunque dejar la puerta para sentarme a escuchar la historia no era la mejor de las opciones y ni siquiera había pasado por mi mente esa alternativa, también quería saber la historia, desde hace mucho se había dejado de interesar por la vida pasada de su padre y, de hecho, no había pensado en ello hasta minutos antes de que las tres personas aparecieran, pero ahora ella estaba ahí en la sala, con la promesa de contarme todo y dentro de ese todo debe estar inmersa la historia de mi padre.
Con algo de desconfianza, me aparté de la puerta para ir a sentarme a uno de los sillones, lo coloqué estratégicamente de modo que mi vista diera a la entrada, así, no me tomarían desprevenido si sus dos compañeros llegasen a entrar.
- Bien, ahora la historia – le dije luego de sentarme.
- Como te decía, tu padre, Marcus, trabajaba con el mío en la organización Dark Rainbow – comenzó a contar mirándome, mi cara cara entre incredulidad e impresión al escuchar ese nombre tan raro – mi padre, Oliver, junto con el tuyo eran los mejores de la organización, no había nadie mejor que ellos.
- Espera, primero que es esa organización, me dices que mi padre trabajaba allí, pero ¿de qué? - le pregunté interrumpiéndola.
- Cierto, casi se me olvida mencionarlo – dijo ella riendo un poco –. La organización es de guerreros que se encargan de luchar contra la tiranía de Lucas y sus seguidores, o al menos de eso se encarga ahora.
- !¿Guerreros?! ¿Es una broma acaso? – le pregunté –. Y suponiendo que estés diciendo la verdad, que hacia mi padre ahí, a él no le gustaba pelear, de hecho, nos mudamos acá porque era un lugar más tranquilo que donde vivíamos antes – le comenté.
La chica soltó un suspiro antes de comenzar a contar de nuevo -. Tu padre y el mío era la mejor pareja de guerreros que había, estuvieron a nada de derrotar a Lucas y darnos la victoria a nosotros, pero de un momento a otro, tu padre abandono la organización, mi padre, que siguió luchando a pesar de todo, murió en manos de ellos y la organización ha perdido prestigio, muchos se fueron al lado de Lucas por miedo a morir, solo quedamos pocos que le hacemos cara aún, pero a pesar de ello, no somos suficientes.
- Si todo eso es verdad ¿Por qué mi padre los abandonó? – le pregunté, mi cara era de completa incredulidad, no daba crédito a lo que ella decía, todo parecía una historia muy bien fundada para engatusar a cualquiera.
- Fue por ti que nos abandonó – me respondió –. Tu padre siguió viniendo luego de tu nacimiento, pero dos años después simplemente se fue, y no lo culpo y tampoco a ti, si yo fuera él y tuviera un hijo pequeño también lo hubiera hecho, lastimosamente mi padre no pensaba lo mismo, prefirió morir a retirarse – dijo agachando la cabeza.
- Bueno lo...lo lamento mucho – le contesté a la chica, ya que si lo que decía era verdad, en parte era mi culpa.
Aunque sonaba muy inventado, estaba comenzando a aceptar el hecho de que mi padre tal vez si trabajaba en esa organización porque, por lo poco que me acuerdo, ya que tendría apenas dos años y también lo que mi madre me dijo cuando mi padre murió, que él se iba semanas a viajes de trabajo y siempre volvía algo distinto; además de ello, con algunos golpes y cicatrices.
Ella levanto la vista y sonrío, no era una sonrisa alegre como la primera con la que llegó, era una más triste, que hacía notar que aún le causaba pesar que su padre no estuviera con ella, una sonrisa que también transmitía que no tenía que disculparme por nada.
- Y a todo esto – dije intentando cambiar a otro tema -. ¿Para qué me buscas a mí? – le pregunté de forma curiosa.
- A lo que iba perdón – dijo limpiándose una pequeña lagrima que le había rodado por su mejilla al contar lo que había sucedido –. Al tú ser hijo de Marcus, tienes sangre de guerrero así que vine para reclutarte a la organización y que nos ayudes.
Al escucharla, mi cara paso de curiosidad a incredulidad, yo un guerrero, ni por la más mínima neurona de mi cerebro se me había cruzado tal idea, ni pelear sabía muy bien y ahora ella quiere que me convierta en guerrero para luchar contra alguien que mato al padre de ella.
- Espera, ahí creo que me estas confundiendo, yo ni se pelear, como voy a convertirme en guerrero – le dije de forma incrédula.
- ¡Así es! - exclamo ella -. Tú tienes sangre de guerrero en las venas, lo sé por el color de tus ojos y puedo asegurar que serás mejor que muchos, desde hace tiempo no se ve a alguien con unos ojos como los tuyos – dijo intentando no mostrar muchas emociones, aunque pude notar que había un toque de emoción en su voz y expresiones.
Me quedé pensando por unos segundos mientras veía a la chica, en sus pupilas, las cuales eran negras también, aunque no tanto como las mías, se veía un brillo y de repente comenzó a pasar por mi mente diferentes escenas en lugares que nunca había visto en la vida.
Primero, una ciudad que parecía haber sido devastada por una especie de guerra, luego aparecieron otras más, un campo de tierra, con personas peleando con diferentes armas y por lo que pude darme cuenta, algunos hasta lanzaban rayos, llamas y agua con sus manos, parecía como estar viendo una película de ciencia ficción o algo parecido.
Luego apareció otra escena, en esta estaban como en una reunión, pero no eran exactamente una reunión de una empresa para decidir cómo hacer para dar publicidad a una marca si no, que había hombres y mujeres con armas en su espalda o frente a ellos en la mesa, era como si se estuvieran preparándose para la guerra y en esa misma escena, antes de desvanecerse, vi la silueta inconfundible de mi padre.
Estaba completamente asombrado mirando ahora otra vez los ojos de la chica, quien no se había movido, no sabía cuánto había durado viendo todas esas escenas pasar por mis ojos, podrían haber sido solo segundos como también algunos minutos, no comprendía muy bien todo eso que había pasado.
- Esos eran... - comencé a decir.
- Recuerdos de mi padre – completo ella asintiendo -. Antes de morir, una de las personas que trabajan para la organización, que tiene el poder de extraer recuerdos de las personas, lo hizo con mi padre y años después, cuando cumplí dieciocho, los traspasaron a mí, pero no solo eso, los pasan de generación en generación así que, son todos los recuerdos de mi generación los que viste – me comentó.
Ya estaba convencido de que definitivamente no era una broma de mal gusto ni que se inventó toda esa historia, aunque podía haberlo hecho, esas escenas muy difícilmente las pudo haber inventado.
- ¿Ahora si me crees? – me preguntó, otra vez con vos dulce y amable.
- Bueno con todo eso es difícil no creer – dije aun perplejo ante lo ocurrido hace unos instantes.
- ¿Ahora si mis acompañantes pueden pasar? – me preguntó sonriendo.
Su pregunta me saco de onda, estaba todavía analizando lo que acababa de ver, simplemente asentí y me levanté para ir a la puerta, aún me daba algo de miedo el dejar pasar a dos extraños a la casa y más cuando uno me doblaba en físico, pero ya no había vuelta atrás, al llegar les abrí para dejarlos pasar.