Mientras esperaba en el pasillo, decidí observar todos los retratos que había y leer los nombres que tenía cada uno de ellos debajo, seguí observando y admirando cada uno de ellos, como estaban perfectamente conservados y dentro de un elegante marco dorado, no duraba más de cinco segundos con cada uno pero al ver uno en particular, mi asombro se hizo evidente, era un retrato de mi padre, muy bien dibujado, tanto así que parecía una foto, pero no era así, se podía notar fácilmente que estaba dibujado, pero era increíble y magnifico el nivel destalles milimétricos que había en el cuadro.
- Parece que conseguiste a tu padre – dijo uno voz detrás de mí, al voltear observe a Ariana, quien ya había salido de la habitación, ella ahora cargaba una blusa levemente escotada color negro, pantalones de jean algo ajustados y unos zapatos de tacón alto y su cabello suelto, el cual le llegaba a la altura de la cintura -. Y, ¿Qué opinas? – me pregunta ella.
- Te ves bien – contesté sonrojándome y volteo la mirada al cuadro nuevamente -. ¿Hace cuánto pintaron esto? – le pregunté para cambiar un poco el tema.
- Gracias – contestó de forma graciosa por mi reacción -. Y, si no estoy mal, está aquí desde hace más de 25 años, algunos de los otros tienen incluso más tiempo. Como veras, la organización es muy antigua – comenzó a explicarme mientras empezaba a bajar por la escaleras -, cuando se fundó, su misión era lograr que no hubiese guerras entre países, era una organización mediadora por así decirlo, también se encargaban de eliminar cualquier dictadura que se estableciera en algún país.
- ¿Y cómo podían lograr eso? – pregunté mientras caminaba atrás de ellas descendiendo por las escaleras.
- Bueno, antes existían más guerreros con poderes especiales que los que hay ahora, en ese tiempo, la organización infundía respeto al igual que temor, nadie se metía con nosotros y si querías salir de un gobierno malo o corrupto simplemente nos llamaban y hacíamos el resto – me explico -. Pero todo cambio desde hace cincuenta años para acá, algunos de los miembros que tenían más habilidades querían gobernar alguna región y como tenían el poder y las personas, sabían que lo conseguirían.
- ¿Y si lo consiguieron? –pregunté bastante intrigado.
- Cálmate, a eso voy – respondió ella, ya habíamos llegado al piso de abajo y como Alex no llegaba aún, nos sentamos a esperar en la elegante sala y así, seguir contando la historia -. La organización se dividió, entre los que solo buscaban el poder y los que simplemente estaban para ayudar y seguir cumpliendo con la misión que esta tenia, en ese tiempo, mi abuelo era el líder y uno de los más fuertes guerreros de Dark Rainbow, él, junto a otros miembros más le hicieron frente a ese grupo logrando así detenerlos y desterrándolos a una isla bastante lejos de toda civilización para que murieran allí.
- ¿Y cómo es que lograron escapar entonces? – le pregunté, era una historia que me causaba mucha curiosidad por el simple hecho de que mi padre debía formar parte de ella.
- No sabes tener paciencia verdad – dijo ella sonriendo divertida -. Es simple, no es que los de allá lograron salir, de hecho, murieron en esa isla, pero quedaron algunos que lograron ocultarse muy bien y jamás los encontraron.
- Y ahora esos que quedaron son los que están ahora queriendo matarlos a ustedes.
- Si y no – dijo -. Los que quedaron fueron consiguiendo seguidores para hacer su grupo más grande y poder plantarles cara a los de Dark Rainbow y es allí donde aparece Lucas dentro de la historia, él era hijo de uno de los que desterraron a esa isla.
- ¿Y no lo sabían dentro de la organización me imagino? – pregunté.
- No lo sé, tal vez si lo sabían, pero no pensaron que representaría alguna amenaza para ellos o para Dark Rainbow en un futuro – me explicó.
Cuando estaba a punto de proseguir, el sonido de la puerta interrumpió la charla, al volverse a ver, era Alex quien había llegado.
- ¿Por qué tardaste tanto? – le preguntó Ariana al verlo aparecer.
- Tuve algunos contratiempos – le contestó él levantándose la camisa, mostrando un gran corte en el abdomen y algunos más en los brazos.
- ¡Oh por Dios Alex! ¿Qué te paso? ¿estás bien? – le preguntó Isis completamente alarmada, quien en ese momento había bajado las escaleras.
- Sí, estoy bien, pero hay que irnos inmediatamente – contestó el hombre.
- ¿Te siguieron hasta aquí? – le preguntó Ariana preocupada tanto por su compañero como por el hecho de que podían llegar en cualquier momento.
- No estoy seguro, los que me atacaron no creo porque ahora mismo no están respirando, pero si había más y me vieron podrían estar viniendo hacia acá en este momento – nos dijo, aunque su porte fuera de un hombre rudo y fuerte, por su cara se notaba que estaba exhausto y adolorido.
- Bien, Isis trae algo para que se cambie y también unas vendas – le ordena a la rubia, quien no pensó dos veces para subir nuevamente por lo que le habían pedido -. Jake, ayúdalo a ir hasta el sillón.
Asentí y con algo de dificultad, ya que Alex era más grande y pesado que yo, lo conduje hasta donde Ariana me indicó dejándolo con el mayor cuidado posible.
Ella había llegado en ese momento con una botella de alcohol y gasas y, más atrás apareció Isis con la ropa y unas vendas. Sin esperar más, comenzaron ambas a limpiar su herida lo mejor y más rápido posible que podían, sabían que el tiempo era limitado ahora y no podían perder ni un segundo.
Luego de vendarlo y que él se colocara la ropa, los cuatro salimos de la sala en dirección a unas escaleras que se dirigían al sótano, bajamos lo más deprisa posible hasta encontrarnos frente a una puerta, la misma era parecida a la puerta de enfrente, tanto así que, si hubiese ido con los ojos cerrados y los abriera allí, juraría que estábamos frente a la puerta principal.
Antes de abrir, escuchamos como una gran explosión ocurría en la parte de arriba, habían entrado, eso era seguro así que, sin perder más tiempo, Ariana abrió la puerta haciendo que todos lograran pasar a través de ella.
Me pareció escuchar, al pasar por un lado de ella que decía - espero les gusté el regalito –, pero seguí corriendo por el pasillo, atrás de Isis y Alex quien iban adelante, al volver la vista noto que la pelirroja venía detrás con una sonrisa en los labios, algo había dejado preparado para los intrusos que le alegraba poder usarlo.
Los cuatro continuamos corriendo por ese largo pasillo hasta toparnos con otra puerta, nos sentamos a recuperar el aliento y evaluar el estado de la herida de Alex, para suerte de todos, no fue un corte muy profundo que le impidiera caminar, pero si lo suficiente como para morir desangrado si no se le daban los cuidados necesarios.
- ¿Todos están bien? – nos preguntó Ariana.
- Exhaustos, pero bien – respondió Isis, Alex y yo nos limitamos a alzar el pulgar, él tal vez por la herida no quería decir nada y yo porque estaba recuperando el aliento.
- Bien, ahora ya saben, cuando salgamos por esa puerta actúen natural, como si nada hubiese sucedido – dijo Ariana quien ya se había adelantado para introducir nuevamente un código en un panel que estaba al lado de la puerta para poder abrirla, antes de hacerlo nos dirigió una mirada a los tres y abrió lentamente.
Al salir, volteé a ver de dónde estábamos saliendo, era la entrada de una tienda ropa, seguíamos claramente en la misma ciudad, pero lo que no sabía era en que parte exactamente ni que tan lejos estábamos del edificio donde habíamos llegado en primer lugar.
Era bastante impresionante y confuso a la vez, como funcionaban esos túneles, sin esperar mucho, comenzamos a caminar calle abajo, uno detrás del otro, de vez en cuando volteábamos para cerciorarnos si no nos estaban siguiendo, vigilábamos todas las esquinas cada que íbamos a cruzar, lograba percibir la incertidumbre y el temor de que fuéramos encontrados en ese lugar, era un espacio abierto con muchas personas, no era muy difícil perderse entre la multitud pero eso hacía que las posibilidades de que nos siguieran creciera aún más.
De repente, una camioneta estilo van color blanco, no cerró el paso, inmediatamente pensé que nos habían encontrado, tanto escapar, tanto correr para ser encontrados allí, comencé a imaginar la clase de tortura que nos podrían hacer o si simplemente nos matarían y dejarían en cualquier sitio tirados, no volvería a ver a mi madre ni a mis amigos otra vez, ni siquiera pude despedirme como se debe de ninguno de ellos, si al menos hubiera dejado una carta explicándole la situación o lo que sucedió, aunque no era muy seguro que lo creerían, si a mí me costó creer a la primera, ellos menos lo entenderían.
- Vaya, sí que han tenido problemas – dijo un chico al abrir la puerta de la Van, el chico tenía aproximadamente la misma estatura que yo, su cabello era blanco con algunos reflejos grises, vestía con una chaqueta gris lisa y una franela blanca debajo, un pantalón camuflado y unas botas negras. Me pareció extraño que el desconocido no tuviera los ojos negros sino más bien, como color ámbar.
- Se habían tardado – dijo entonces Ariana, quien en su cara se veía un cierto grado de tranquilidad y también cansancio.
- Es que ustedes no la ponen muy fácil que digamos para encontrarlos – respondió el chico para luego bajarse de la camioneta -. Tú debes ser Jake – dijo entonces al mirarme -, espero que con todo esto que haya pasado no te hayas arrepentido de venir.
- Porque no mejor se suben a la camioneta y luego hablan, Charles – dijo Ariana quien estaba ayudando a Alex, junto con Isis, a montarlo en la camioneta.
En menos de un minuto, ya todos nos encontrábamos dentro de la Van y en marcha, conduciendo entre el tráfico para perder de vista a cualquier posible perseguidor que nos estuviera acechando.