ÁNGEL
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Capítulo 2 capitulo

Capítulo 1.

Viaje, peleas y encuentro.

Una semana después.

Dylan.

Una semana pasa tan rápido y más si al final de estas tendrás que despedirte de tu vida para empezar una nueva. La desesperanza me embarga, no sé qué hacer no me quiero ir y dejar todo lo que me recuerda que ella fue real que lo que viví no fue solo un sueño y que cada detalle feliz siempre estará conmigo.

Esta semana no he ido al instituto ¿Por qué? Simple mi padre decidió que lo mejor sería preparar todo con anticipación y así no habría retrasos, creo que es el que está más interesado en abandonar la casa, la ciudad, el país y hasta en mismo continente.

Suspiro por no sé ¿quinta, sexta vez? Quien lleva la cuenta de eso. Mis ojos se llenan de lágrimas cada vez que recuerdo a mamá y que ya no poder estar en la casa que con tanto amor ella decoró, tampoco en el jardín que juntas cuidamos.

El tiempo pasó tan rápido y hoy partimos hacia Canadá con esa bruja de Alison, nada más de pesar en ella se me revuelve el estómago. Ags no la soporto y sé que busca a papá por interés bruja desgraciada a, pero yo te haré la vida imposible.

Pensé decidida y claro que lo haré, no sabe de lo que soy capaz de hacer con tal de salir con la mía.

Mis maletas estaban listas, el vuelo está programada y en dos horas salía. No había de que despedirme, siempre he sido solitaria y nunca tuve un amigo realmente talvez solo conocidos con los que alguna vez cruce palabras, pero que cuando más los necesite se olvidaron de que yo existía.

Pero eso ya no importa, jamás me importo, solamente me dolía irme del hogar donde crecí y donde los recuerdos de mi madre aún se mantienen vivos, pero eso, papá, no lo entendía más ahora que tiene nueva novia.

-Espero que ya estés lista- hablo mi padre con su atención en el celular -por qué en una hora saldremos hacia el aeropuerto- dejando y se fue sin mirarme.

No sabía qué hacer, estaba decidida a desgraciarle la vida a Alison, pero con la mía no tenía ni idea como iba a acabar.

¿Talvez sea monja? Y me convierto en la novicia rebelde.

¿O me convierta en estríper en las noches? Uff y capas que a papá le da un infarto.

¿O me fugue con el amor de mi vida para vivir felices para siempre? Por favor ni novio tengo.

Sin duda peor suerte no puedo tener.

Y justo a al pensar esto me voy de lleno contra la muerta, mi nariz la recibió con mucho gusto.

-Auch- exclame ante el dolor que se extiende hacia mi cabeza, y vuelvo a quejar bajo y reprimo las ganas de llorar para así encaminarme al auto de papá que me espera junto a su noviecita.

Una nueva vida comienza, pero la mía no tiene ningún rumbo y me siento perdida en mi propio mar.

Tiempo después.

Estaba en un lago viendo el hermoso atardecer cuando siento que alguien me empuja y caigo de lleno a este cuando tratado de nadar para tomar aire, recuerdo que lo sé hacer, así que entro en pánico y trate de salir con estúpida del agua. Seguro y me veo como una loba dando manotazos a diestra y siniestras.

Cuando siento que la vida se me va de las manos, unos brazos me sacas del agua y empiezo a toser como un gato en busca de sacar su bola de pelos o como el perro de mi vecino cuando se come una croqueta y le queda atorada.

-Lo siento- dijo una voz en mi oído, no podía reconocer al dueño, ya que escuchaba distorsionada y cuando trato de ver su rostro ¡pero valla! Tampoco lo veo por qué una mancha lo cubre, ¿estoy en un rehalí ti y no puedo saber quién concursa?

-Te perdonó si más das un beso- ¿dije yo eso? Diablos señorita, me desconozco.

-Todos los que tú quieras- respondió y se acercó lentamente hacia mí.

¡O dios mío la va a besar! ¿O me va a besar? No importa, pero que lo haga.

Está cerca muy cerca sus labios sé juntas ellas o yo cierra los ojos y...

-En Canadá ya estás inscrita en el colegio- me despertó mi padre.

Lo vi de mala manera estaba a punto de tener mi primer beso, aunque sea en sueño siempre cuenta y él me lo arruino y hoy no poder dormir para continuarlo. No le respondí nada ante lo dicho por qué estaba molesta.

~Rayos~ me paso la mano por el rostro estresada, no sabía cuentas, hora duraría el viaje y no quería pregunta, sé que el sueño ya se me espanto y hoy quiero llorar ¿Por qué me pasa esto a mí?

~~~

¡O vello Canadá! ¿Por qué estabas tan lejos? Ya no siento mi trasero, si antes lo tenía como tabla hoy quedo impreso como una.

Yo amo el frío, pero en este lugar es una maldita congeladora ¡Por dios! Tiemblo ya que mi abrigo no me brinda el calor que necesitó y la delgada camisa tampoco ayuda.

Veo a Alison bajar con enorme abrigo y papá con uno igual, pero en las manos de Alison hay otro fruncí el ceño al verla caminar hacia mí.

-Toma, hace mucho frío y eso que traes puesto será mejor que lo botes a la basura- por un momento pensé en aceptarlo, el que traía era uno de los que mi madre me había regalado y decir que es mejor que lo vote es el colmo.

Alce mi barbilla orgullosa y me prepare para responder esta zorra, no sabe de qué soy capaz.

-Quizás el frío te ayude a ti a que te resistan las neuronas que te quedan para que te hagan entender que no necesito nada de una zorra como tú- le dije y ella se le cristalizaron los ojos por un momento no entendí y solo fue hasta que un tirón en mi brazo me puso alerta, pero al ver a mi padre todo estaba claro ¡esa! Lo hizo a propósito.

-¡¿Por qué no puedes ser amable con Alison? ¡Ella quiere ser una amiga para ti y tú te portas como una niña caprichosa y maleducada, ¿así es como te educo tu madre? - pregunto y cada vez que hablaba el agarre en mi brazo aumentaba hasta el punto de provocarme dolor -¿Cuándo fue que cambiaste tanto? Si es porque tu madre ya no está, entonces tienes que aprender a superarlo, ¡ella ya no regresara! ¡Por qué está muerta! Entiéndelo- y esa fue la gota que derramo el vaso.

Me solté de su agarre con brusquedad, mis ojos se pusieron llorosos, era increíble como él ya había superado, creo que la esperanza de que él aún recordara a mi madre estaban ahí, pero hoy me ha quedado claro que no hay nada que se pueda hacer él ya hizo su vida.

Unas lágrimas cayeron, pero me las quité con rapidez, odio verme débil ante los demás. Papá me veía con el ceño fruncido y un signo claro de molestia, el brazo donde me tenía sujeta me dolía, apreté mis puños y me trague las sartas de palabras que le quería decir, no caería tan bajo de pelear en un aeropuerto ms y Alison escucha todo lo que le diga.

-Entiendo padre si no tienes más decir es hora de irnos- le dije y desvié mi mirada por más lágrimas amenazaban con salir.

Ser indiferente ahora es mi pan de cada día, así que no será difícil ser en este nuevo. Papá dijo que afuera estaría la persona que nos llevaría a nuestra nueva casa, pero creo que solo se refería a él y a Alison porque no dejaba de verla al decirlo.

Con la mirada gacha empecé a caminar siguiéndolos, no sabía que el aeropuerto fuera tan grande, pero no le tome importancia y seguí cuándo levante la vista me di cuenta de que ellos no estaban y que yo estaba perdida, ¡o genial!

Ya me perdí, ¿ahora que hago? Seguro papá, me buscará si es que se dio cuenta de que me perdí. Así que me sentaré a esperar,

Una hora después.

El frío era cada vez peor y nada más veía pasar a las personas con grandes y gruesos abrigos mientras yo me estaba congelando, no sé cuánto tiempo podre durar así, pero sé que no será mucho.

Al decidir esperar a papá pensé que no pasara tanto para que él apareciera preocupado. Pero me equivoqué ya una hora y no llego mi decepción, es aún mayor, creo que papá al enterrar a mamá también enterró a su hija.

Sin poder contenerme mis ojos derramaron lágrimas, consideré perder solo a mi madre, pero creo que también perdí a mi padre y a mí misma. Moriré de frío, ese es seguro, no traje el celular, se quedó en la casa de mi madre, un error muy grande de mi parte, pero ya no importa.

Mis manos estaban congeladas y el frío más fuerte trataba de darme calor frotándolas, pero imposible mis dedos comenzaban a congelarse.

Cuando de repente una sensación cálida me rodea levanto la vista y una mujer mayor está al frente con una sonrisa y ella me está poniendo un grueso abrigo.

-Toma cariño, el frío no es amigo de nadie- me dijo y estuve a punto de negarme, pero ella vio mis intenciones -sé que lo necesitas, no seas orgullosa y acéptalo- no pude negarme, ya que era verdad y el calor, aunque poco me reconfortaba.

-Gracias- le dije, ella agachó la cabeza y se despidió de mí. Para más una extraña se preocupó y no mi propio padre que vueltas da la vida.

No podía estar más tiempo esperando a que papá se acordara un su hija, así que hice los más estúpidos que podría hacer un extraviado comenzar a caminar.

No sabía la dirección de la casa o donde quedaba, pero no perdía nada con perderme más a la única persona que le importaba, ya no está así que da igual si me pierdo en este país.

Por lo menos me perderé con estilo. Al salir del aeropuerto mi situación no mejora, la nieve caía y hacía más frío a pesar de que tenía un abrigo más apropiado, aún sentía el frío como si no tuviera nada, mi nariz más roja que la del Rodolfo lo comprobaba.

Seguí caminando entre las calles sin saber a dónde demonios me dirigía cuándo encontraba dos direcciones diferentes y no sabía cuál elegir lo hacía a la vieja escuela, la que nunca te falla.

De tin Marín de do pingue este camino elegiré.

Y así izquierda, luego derecha me fui alejando cada vez más al ver por dónde estaba, al parecer era una especie de parque con muchos árboles y un pequeño cuerpo de agua en medio que hoy

estaba

congelado, los árboles llenos de nieve se ven hermosos, un hermoso contraste me quedé maravillada así que me fui a sentar para apreciar el paisaje.

Una sonrisa aparecía en mis labios, mamá siempre quiso ver algo, de esta manera siempre planeamos unas vacaciones, pero con todo lo que paso no se pudieron cumplir. No sé cuánto tiempo, pase en esta posición, pero una sombra entre los árboles llamo mi atención.

Con mi pequeña maleta en mano y mi curiosidad latente me encaminé para ver qué era eso. Es que yo no tenía sentido común, pero no me importaba cuanto tengo curiosidad y no la alimento seguro moriré.

El parque prácticamente estaba desierto, pero no importaba al irme acercando la sombra, se presentó como hombre seguro de unos 30 años de edad, musculoso o eso me dice su ancha espalda que solo la cubre una camiseta, sus brazos se ven fuertes. Inconscientemente, me mordí el labio superior al imaginarme tocándolos el cabello negro, se veía sedoso y tuve que reprimir la sensación de acercarme y preguntarle que champú usa sus nalgas eran grandes y redondas chale que envidia cuando yo no tengo nada sus piernas, aunque no se las veía sabía que estaban bien buenas o más que eso.

Estaba tan inmersa viendo su retaguardia, pero un sonido me despertó asustada, vi para todos lados, pero no vi nada, el sonido volvió y me di cuenta de que mi estómago rugió como bestia, si tenía mucha hambre.

Al mi estómago hacer ruido, el hombre giro su cabeza a mi dirección, era imposible que me escucha porque estábamos una distancia considerable, me oculte detrás del árbol esperando que no me viera y supiera que lo estaba espiando o contemplando su cuerpo.

Al regresar mi vista al mismo lugar, él ya no estaba vi para todo lados y no lo encontró decepcionada por no ver a ese enorme trasero, regresé mis pasos con la cabeza gacha, pero al querer dar un paso más un pecho enorme y duro me detuvo eso en vez pecho parecía una pared de concreto.

Me quedé como estúpida, unos segundos fue levantando la cabeza poco a poco. Y ¡Oh dios! Si el sí retaguardia era linda, su cara también. Una mandíbula cuadrada, cejas pobladas, labios carnosos con un toque rojo en ellos, con su hermoso cabello negro, pero lo más llamativo y no su trasero son, sus ojos no son azules, tampoco verdes, son de grises como una tarde en que la lluvia está a punto de caer.

Sus ojos me tenían hechizada, no podía dejar de verlos, son tan lindos, reprimí un suspiro, pero verlo me hizo olvidarme de todo hasta de mi nombre.

-Es de mala educación espiar a las personas- hablo.

Y ¡diablos! Casi, casi tengo un orgasmo es inconfundiblemente ronca, me estremeció completamente.

-Eh b-bu-eno- solté una risita nerviosa y me puse a jugar con mis manos, aunque no podida apartarla mirada de la suya, por un momento creí ver un destello rojo en sus ojos, pero lo descarté. Una ráfaga de viento paso por nuestro lado y mi cuerpo tembló por el frío. ¡Diablos! Hasta el frío se me había olvidado por estar acosando aún extraño a, pero valió la pena.

El hombre frente a mí me vio preocupado al ver mi reacción con una mano, me toco la frente, su tacto fue tan cálido y reconfortante que tuve la intención de cerrar los ojos y acurrucarme más en él.

No sé en qué momento mis piernas me fallaron y casi caigo de no ser por el guapo delante, mi hubiera probado el duro suelo, pero me atrapo.

-Estás ardiendo- hablo, pero no le entendía nada, el cansancio se apoderaba de mi ser.

-Descansa pequeña mía, yo te cuidaré- es lo u último que escuche y la inconsciencia me envolvió.

            
            

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