ÁNGEL
img img ÁNGEL img Capítulo 4 3
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Capítulo 29 Especial Navideño img
Capítulo 30 27. img
Capítulo 31 28. img
Capítulo 32 29. img
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Capítulo 34 31. img
Capítulo 35 32. img
Capítulo 36 33. img
Capítulo 37 34. img
Capítulo 38 35. img
Capítulo 39 Extra 2. San Valentín sangriento. img
Capítulo 40 36 img
Capítulo 41 37 img
Capítulo 42 38. img
Capítulo 43 39 img
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Capítulo 46 42. img
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Capítulo 4 3

Capítulo 3.

Fruto prohibido. Desenfreno y dura realidad.

Narrador omnisciente.

Solo unas cuantas horas fueron necesarias para que Dylan recuperara su temperatura, pero esta se incrementó con fiebre que le dio. Ares nunca se descuidó de ella con paños de agua fría la cuidaba era lo más tierno posible, pero aun así no podía evitar pensar que eso estaba mal.

Siempre estuvo solo y creyó que de este modo se quedaría, pero aparece esta chica y pone su mundo de cabeza con tan solo una mirada. No sabía que era o porque lo hacía, pero por minutos se quedaba viendo lo bella que era su mate.

No paso ni un día cuando Dylan ya se estaba mejorando estar cerca de su destinado hacía que su fuerza fuera mayor tanto para el cómo para ella. Estar juntos le hacía bien al igual que mal.

Ares al ver la mejor la chica se fue a la cocina a preparar comida para ella, ya que seguiría la recomendación del doctor. También que era inevitable no preocuparse por ello y suponer que no había comido nada en todo el día lo ponía rabioso con muchas ganas de matar, porque ella no se mantenía sola y su responsable no parecía cuidar bien de ella.

~Nosotras nos encargaremos de que nada le falte~ hablo su lobo y él estuvo muy de acuerdo, aunque tenía que buscar la manera de que ella lo acepte sin que ella le tema por su naturaleza.

~~~

Dylan poco a poco fue abriendo los ojos bostezo con pereza y se restregó los ojos con las manos hechas puños y vuelve a estornudar. Por segunda vez no quería levantarse, ya que había tenido el mejor sueño de su vida porque si había soñado con el hombre más guapo y caliente de su vida.

Y solo quería volver a ese mundo donde él estaba. Quien iba a pensar que ese tipo estaba a una habitación de ella preparándole el desayuno.

Dylan al sentarse de forma correcta en la cama noto lo lujosa y grande que era frunció el ceño confundida no sabía cómo sería su nueva casa, pero, así como esta no lo era. Se levantó y sin ganas de detallar la habitación se aproximó a la primera puerta que encontró. Para su suerte era el baño entro en él y luego de hacer sus necesidades se vio en el espejo mientras se lavaba las mano.

Al ver su reflejo pego un brinco.

-¡Diablo! ¿Esa soy yo? - se preguntó a sí misma, ya que la persona que le devolvía la vista estaba con su cabello como escoba, baba regada aun lado de su boca la cara hinchada (seguro por dormir) era una suerte que no usara maquillaje, porque si lo hiciera hoy tendría unos manchas como los mapaches.

A como pudo se ha como el cabello y se lavó la cara ahora si parecía una persona y no una loca recién salida el manicomio. Pero eso ya no importaba, ya que un delicioso olor la había distraído incluso de su forma de vestir, porque solo llevaba una nacha camisa de hombre que no le cubría gran parte de las piernas solo hasta el trasero y una ligera inclinación y su trasero les diría "hola".

Su estómago rigió ante el olor de afuera así que como un robot totalmente programado abandono el baño y se encaminó hacia la otra puerta que daba hacia el vestíbulo de la habitación camino y dio con la cocina no veía nada no prestaba atención a nada solo vio la comida que había en una barra.

Casi babea ya que, aunque solo eran huevos con tostadas de pan tocino debido al hambre que tenía era lo más glorioso que había visto se sentó con toda la libertada del mundo y sin importarle que nada empezó a devorar lo que había en el plato con las manos.

~Mmm~ gimió ante lo bien que se sentía volver a comer.

Dylan estaba tan concentrada en comer que no se dio cuenta de la persona que la vio fascinado desde el umbral de la cocina. Ares no podía apartar la mirada de su compañera hace unos momentos había salido de la cocina, ya que había tenido que atender una llama y cuando regreso no espero ver a su compañera comiendo de una forma muy peculiar.

Tanto el cómo su lobo se sentía tranquilos con el olor de su mate en su habitación, pero de algo estaban seguros y que se les haría difícil a la hora de decirle la verdad y no querían ver una mala reacción en ella. Ares no sabía cómo actuar ante esta situación si había estado con mujeres, pero solo las usaba como distracción y para liberar el estrés, pero hoy era totalmente diferente.

No sabe por cuánto tiempo se quedó viendo a su compañera, pero al ver que estaba a punto de terminar se aclaró la garganta para llamar su atención. El cuerpo de Dylan se tensó ante el sonido que había escuchado a sus espaldas aun con la mano cerca de su boca se giró lentamente y antes sus ojos pareció el dios griego con el que soñó, pero este no era un sueño era jodidamente real tan real como que ella estaba viendo comer como una loca.

Dylan lo vio y él a ella la vista de Ares paso de ella a su mano y plato que estaban casi vacío. La vista de Dylan paso del guapo hombre había su mano y lo hizo por unas cuantas veces.

No sabía qué hacer.

~¿Dejo de comer? ~pensaba Dylan.

~¿O me lo trago primero?~

Y por supuesto que eligió la segunda opción al terminar de tragar el bocado no pudo evitar que sus mejías se tiñeran de rojo. Ares al ver la reacción de su compañera no pudo evitar reír levemente ella era adorable.

-¿Te ha gustado la comida? - rompió el silencio Ares.

Dylan casi, casi tuvo un orgasmo auditivo al escucharlo hablar, su voz, su jodida voz era y es tan sexi.

Ella asintió aún con la cabeza gacha.

~¿Qué te pasa jodida imbécil?~Se preguntaba a sí misma ~Actúas como una sumisa y cobarde. No es hora para parecer débil~ se reprendió a si mima y con todo la valentía del mundo levanto la mira para ver a su dios griego.

~¿Mi dios griego?~se preguntó ~ sin duda estar sin comer un día me ha hecho pensar incoherencia.~

-Me alegra mucho. Me llamo Ares Crawford. - se presentó y extendió la mano hacia ella.

Dylan vio su actitud así que se levantó y con la camisa que andaba se limpió la mano y tomo la de Ares. Al contacto ambas manos una corriente paso por ambas personas.

-Me llamo Dylan- dijo ella y trato de separar sus manos, pero Ares no se lo permitió y ella no puso mucha resistencia.

Se quedaron viendo por unos minutos que pasara ambos parecieron segundo. El primero en dar un paso a atrás fue Ares pues no quería incomodar y verla a ella con una camisa de las suyas lo ponía a mil.

-Un gusto veo que tenías hambre si gusta puedo pedir más comida.- le ofreció él.

-Una propuesta muy interesante y si otra fuera la situación aceptaría, pero da el caso que no sé dónde estoy- dijo ella y Ares asintió.

-Estas en unos de los mejores hoteles de Canadá- le dijo él y Dylan alzo una ceja al no comprender como llego aquí, pero recordó que se había perdido y la esperanza de que su padre es quien la había encontrado se desvanecieron. -cuando te desmayaste quise llevarte a un hospital- mentira -pero al no tener identificación supero que era mejor traerte a mi habitación así no habría malentendidos- concluyo él.

Dylan asintió ya que todas sus cosas habían quedado en la maleta grande una que seguro su padre tenía en esos momentos.

-Muchas gracias por ayudarme, pero tengo que irme y ¡¿Qué rayos tengo puesto?! - exclamo al ver la camisa que llevaba.

-No tenías nada que poner acepto mis camisas y a mi parecer te quedan mejor que a mí.- dijo el de manera provocativa haciendo que las mejías de Dylan se encendieran.

-Pervertido- le dijo ella desviando la mira.

Ella no se entendía estaba en casa de un extraño con su ropa (bueno solo con la camisa) y no tenía miedo se sentía a gusto como si su hogar siempre es eso. Una total locura.

-Debo irme.- dijo ella y Ares suspiro no sabía que hacer él no quería que ella se fuera la quería siempre con él. Pero muy a su pesar tenía que dejarla, pero no se iría de su vida.

Sabía que ella es humana y para conquistarla tenía que actuar como humano muy lento para su gusto, aunque prefería eso a que ella lo odiase.

-¿Dónde vives? - le dijo él ahogando un gruñido de su lobo que estaba en desacuerdo.

Dylan se quedó pensando y no, no sabía dónde vivía apenes había llegado y se perdió.

-No lo sé- susurro apenas audible y si el no fuera un hombre lobo no le habría escucha, pero si lo hizo.

-¿Qué? - pregunto ya que quería que ella dijera para que no sospechara que le había escuchado.

-Este je je- se rio nerviosa, porque ahora estaba más perdida que antes. -La verdad es que no lo sé- dijo al fin dándole una mira de niña inocente.

Ares la vio seriamente y se molestó, ya que ahora sabía que ella ni la dirección de su casa sabia. Y pensó que si él no la hubiera encontrado cualquier cosa le hubiese ocurrido o peor aún por la hipotermia a esta hora estaría muerta. Presionó sus puños son fuerzas y suspiro. Aunque saber eso le alegro ya eso significaba que ella tendría que quedar con él.

-¿Entonces cómo fue que llegaste a ese lugar?- le pregunto.

Ella lo vio por unos minutos y suspiro -Me perdí- dijo simple y él con la mirada le indicó que continuara -En realidad no se elegía un camino al azar al ver que no sabía dónde estaba y por qué las calles en este sitio son idénticas hasta que termine en ese parque- le trato de explicar sin dar muchos detalles de su vida y de cómo era la convivencia con su padre.

Ares la vio por un momento y dudo en querer ayudarla, ya que la quería que ella se quedara con él.

Pero sabía que ella lo detestaría o se iría por su cuenta si le negaba su ayuda.

~No lo hagas~ le dijo su lobo.

-¿No sabes nada de donde podrían estar? - le pregunto y rogaba que le dijera que no.

Dylan lo pensó por un momento hasta que recordó que en su maleta llevaba el nombre del instituto donde estudiaría. Así que le pregunto por ella y Ares le dijo que estaba en la habitación.

Ella rápidamente llega a ella y volvió a él le entro el papel donde estaba el nombre de ese lugar. Ares lo leyó y volvió la vista ella que le veía expectante no le hacía feliz volver con su padre y su novia, pero quería ver los álbumes de fotos que tenía de su madre antes de que Alison los quemara y ella se fuera a la correccional por asesinarla.

-Sé donde queda.- le dijo y a Dylan se le iluminó el rostro, pero en el fondo también se decepcionó, ya que si se iba ya no volvería a ver a este guapo hombre y aunque se veía mayor estaba como para comérselo. -Seguro que en tu registro de estudiante está la dirección de tu casa.- le dijo.

Dylan se alegró y sin pensarlo se lanzó a abrazarlo Ares se sorprendió por un momento, pero correspondió el abrazo y metió su cabeza en el cuello de Dylan. Un ronroneo salió de su pecho y Dylan le pareció extraño y a la vez tierno que un hombre hiciera ese sonido.

Al separarse Dylan lo observo más de cerca y si antes no estaba segura de que era guapo hoy sí. Su mandíbula cuadrada labios carnosos su barba está perfectamente cortada su cabello negro tan hermoso y de manera inconsciente llevo su mano tocándolo, pero lo que más le gusta eran sus ojos verdes, antiguamente tenía una seria obsesión con los chicos de ojos azules, pero este les gano la partida.

Ninguno de los dos era consciente de lo que hacían. Ares tiene fuertemente apretada la cintura de Dylan y ella se perdía entre la vista de Ares, pero de un momento a otro ella baja su vista a los labios de él. Ella siente una corriente que la guía a acercarse más a él.

Ares sabía que estaba mal, pero no podía resistir la atracción que sentía por esa niña de ojos cafés le traía como perro faldero y eso que solo la había conocido hace dos días.

No supieron quién dio el primer paso, pero sus bocas se pegaron como una. Ella era inexperta si había beso antes, pero no a alguien como Ares y él se sentía en la gloria al probar los labios de ella.

Ya perdidos entre la pasión y el momento Dylan enrolla sus piernas en la cadera de Ares y gime al sentir su miembro tocar su centro Ares al ver que ella se aferra a él con sus piernas la toma de los muslos y sus manos viaja a su trasero presionándolo con fuerza no era grande, pero era perfecto en sus manos.

Él la llevo a su habitación tomándose con las paredes, pero no eran impedimento para que se besaran con mayor ferocidad sus bocas hacían competencia y sus lenguas jugaban.

Al llegar a la habitación en la que Dylan despertó Ares la empotra con la pared y con brusquedad le rompe la camisa que le impide ver sus pechos e de igual forma de romper el sostén dejando a la gloria sus pechos que eran pequeños, pero para le eran perfectos. Los contemplo por un momento en la mirada de ambos se veía el deseo y la lujuria que sus cuerpos desprendían.

Dylan de un movimiento rápido le quita la camisa a Ares y con sus manos toca su fuerte pecho arañándolo a su paso. Ares ante el toque de ella gruñe de deseo porque tanto el cómo su lobo quería participar en el acto con su compañera.

Así que sin ser consciente sus ojos cambian uno es verde y otro rojo signo de que su lobo estaba presente. Dylan ve esto, pero no le toma importancia, sino que más se excita.

No en el ajetreo ambos quedan desnudos él la contempla con adoración y ella lo veía como lo más asombroso del mundo, pero por el momento no les prestaron atención a las consecuencias algo a ninguno de los dos le importaba solo querían disfrutar de su deseo.

-No sabes lo que espere por probar tus jugos- le dijo Ares y debido a la excitación su voz se escuchó más grabe. -suplicarás por más cuando este dentro de ti y yo te complaceré- le dijo y ella más se mojaba antes sus sexis palabras.

-por favor- suplico ella, ya que sus palabras la pusieron más ansiosa.

-por favor ¿Qué? - le pregunto.

Dylan tenía la mirada perdida y casi se corre al sentir uno de los dedos de él en su interior. Ella se retorció de placer sus dedos eran grandes y se movían con precisión.

-Mira lo mojada que estas aceptaras también mi polla- le dijo él y Dylan bajo su vista para verle el miembro se sorprendió joder que si porque era grande gruesa y deliciosa. -No le tengas miedo que estamos destinados y entrara perfectamente en ti- ella confió en él.

Él lentamente entra en ella Dylan sabía que ella no era virgen, pero al momento de sentir la polla de Ares su respiración se detuvo, ya que al revelarse era la sensación más gloriosa que jamás había sentido la única vez que lo había ello fue un fiasco, pero ahora paria la gloria entera.

Ella se dio cuenta de que él estaba siendo cuidadoso, pero ella no quería eso así que no sabe cómo y con qué fuerza, pero la poción cambió ahora ella estaba sobre él coloco sus manos en el pecho de Ares y se dejó caer en su polla ambos gimieron alto ella al momento de hacerlo sintió un poco de dolor, pero fue reemplazado por el placer.

Ella nunca había cabalgado a nadie, pero fue su instinto que la levo a mover sus caderas de arriba abajo primero de manera lenta y luego rápido haciendo círculos.

Ares se sorprendió por lo que Dylan hizo y al verla como lo montaba su mira se oscureció, ya que si ella lo hizo es por qué no era virgen eso lo hizo enfurecer así que aumento sus embestidas.

-¡oh! ¡Si! ¡Más rápido! -pedía ella sin vergüenza alguna.

Él gruñe y sin ser consciente de sus actos metió su caza en el cuello de Dylan sus colmillos ya crecidos se clavaron el su cuello asiendo que tanto ella como él acabaron en un potente orgasmo que arrasó con ello.

Dylan se dejó caer en él agotada, pero satisfecha y Ares la abrazo contra él para darle calor en la fría noche. Aun clavado en ella se estaban dejando arrastrar por el sueño.

-Tengo diecisiete- le dijo Dylan en un susurro antes de caer en la inconsciencia.

Él la había escuchado perfectamente y la dura realidad le golpeo no se arrepentía de nada, pero no sabía si ella al despertar lo haría. Ella era un fruto prohibido que él felizmente comió en su desenfreno.

No sabía lo que el destino les tenía, pero él sin duda lucharía por ella, aunque en el mundo humano se opondría sus sentimientos en el de él no lo harían (algunos sí) pero tampoco se preocuparía por eso.

Así que con la mente más clara se dejó vencer por el sueño mañana tendría que ser sincero con ella y le explicaría muchas cosas, ya que hoy no se podrían separar por mucho tiempo la marca ya estaba ella y tanto el cómo ella moriría si se alejaban.

El destino puede ser engañoso, pero cuando dos personas están destinadas a estar juntas ni él lo puede impedir.

            
            

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