Enséñame  el placer
img img Enséñame el placer img Capítulo 2 Episodio 2
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Capítulo 12 Episodio 12 img
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Capítulo 34 Final y Epílogo img
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Capítulo 2 Episodio 2

Narra Daniel.

Mientras la tocaba, no pude evitar preguntarme cómo diablos me había metido en esta situación. Por años he intentado detener estos sentimientos. He pasado por la culpa, la depresión, el odio hacia mí mismo y el disgusto para volver a un sentimiento del cual no podía deshacerme: la necesidad de hacerla mía. Sabía que está noche iría con sus compañeros a celebrar, estaba a punto de convertirse en una mujer, pero sabía que ella ya estaba lista para crecer, sus ojos me veían con todas las necesidades y deseos de una niña. Amelia era pura, algo inocente e intacta, todo dentro de mí quería poseerla, sin importar mí amistad de años con Fabián y mucho menos la diferencia de edad entre nosotros. Está noche dejaría a un lado toda mi moral, junto con la confianza de su padre, para bañarme en mis propios deseos más oscuros. Me había alejado de ella durante unos meses para tratar de olvidarme del deseo que sentía por ella, pero fue inútil, no lo pude lograr. Fue entonces que la seguí a su fiesta para cuidarla sin que ella se diera cuenta, pero lo que presencié fue su total ignorancia del peligro que tenía delante de ella. Ese bastardo casi estuvo a punto de violarla. Pero toda mí frustración la deposite en ese golpe.

Sin embargo, en este momento debía concentrarme en darle placer, la bese con más intensidad, luego la llevé cargada hasta mí habitación, la recosté sobre mí cama y me coloqué sobre ella. Estaba desesperado por quitarle ese maldito vestido y disfrutar de su cuerpo, la volví a besar, ella se removió y gimió de placer.

-Puedo decir por tus movimientos que estás desesperada por mí polla ¿Quieres que te ayude con el dolor que se está acumulando en tu dulce y estrecho coño?-le pregunté con lujuria. Mis palabras parecieron sorprenderla un poco, pero luego asintió-. Está bien, ahora déjame desvestirte -le dije deslizando su vestido lentamente, hasta quedar en ropa interior-.Eres jodidamente perfecta-susurre devorándola con la mirada, luego desabroche su brasiel, cuando lo hice ella se cubrió con sus manos algo apenada-.No te escondes, déjame disfrutar de tu cuerpo -mencioné, luego bese sus pezones uno a la vez, estos se pusieron duros, ella se estremecía del placer, mientras lo hacía coloqué mí mano debajo de sus bragas, para tocar su coño, al sentirme gimió aún más-. Estás tan jodidamente mojada, parece que tendré que limpiar este desastre que hiciste para quitar esta opresión que sientes-dije con deseo-. Tú quieres eso, ¿no es así? ¿Quieres que me ocupe de tu coño? -pregunte, ella cerró los ojos estaba completamente excitada- . Solo pídemelo, necesito oírte decirlo-le mencioné.

Ella dejó salir un suspiro de excitación.

-Te lo pido, limpia mí coño-respondió realmente excitada.

En ese momento, le quité las bragas, luego bajé hasta su coño virgen, abrí sus piernas y no pude evitar deleitarme con su coño rosado. Comencé a comerlo con desesperación, chupé su clítoris con fervor, su aroma y sus jugos eran totalmente exquisitos. Ella se estremecía de placer, luego ingrese la punta de lengua en la entrada de su coño, la embestía con ella, gemía cada vez más fuerte. Pero en ese momento me detuve. Al no sentirme me buscó con su mirada.

-Necesito que veas cómo me haces sentir-le dije poniéndome de pie, ella se inclinó levemente para verme, me quité toda la ropa mostrándole mí polla dura-. Mira como me haces sentir-. Debo de suponer que es la primera vez que miras una frente a ti ¿Cierto?-ella asintió con la cabeza, confirmado así mí sospecha que aún seguía siendo virgen-. ¿Te gustó como comí tu coño-le pregunté.

-Me encantó-contestó ella mordiendo levemente su labio inferior.

-Lo sé. Solo debes dejar que yo lo haga, los chicos tu edad no saben cómo complacer a una mujer, ¿ Entiendes Amelia, solo yo te puede tocar, ya que ese rico y estrecho coño virgen me pertenece a mí y solo a mí, te enseñaré cómo correrte con un hombre dentro de ti -le informe con deseo, ella asintió con la cabeza, luego me acerqué más-. Toca mí polla, siente como está -le dije, vi cuando trago en seco, se veía nerviosa, pero aún así se dejó llevar por la lujuria, sentí su mano suave en mí polla dura, eso me excitó aún más. Dejé que ella la tocará y explorará, pude ver curiosidad en sus ojos, era como una niña pequeña jugando con un nuevo juguete, ella no pudo evitar deslizar uno de sus dedos por la humedad de la punta de mí polla, luego se llevó ese mismo dedo hacía sus labios y lo chupó.

-Me gusta tu sabor. Es salado-dulce -comentó, sus palabras me encendieron a un más, eso provocó que la besara, recostándola de nuevo sobre la cama, abrió sus piernas para que me acomodará entre ellas, mientras lo hacía, tomé la punta de mí polla y la deslicé sobre sus labios vaginales, a modo de solo rozarlos, luego pasé mi polla sobre su clítoris, la agite varias veces sobre este para torturarla del placer.

-¿Te gusta esto?-le pregunté, su respuesta fue un gemido, adoraba ver su cara de placer y los sonidos que hacía-.Déjame escuchar que te gusta lo que le estoy haciendo a tu pequeño coño-pronuncie muy excitado, su coño estaba sumamente jugoso, sentí como cuerpo se comenzaba a estremecerse solo con mí rocé, ella estaba a punto de correrse.

-Si-pronunció de repente con la voz entrecortada, sus manos estaban sosteniendo las sábanas con fuerzas, yo también estaba a punto de correrme sobre ella. Tomé mí polla con mí mano con más fuerza y la sacudí a un más rápido sobre su coño mojado, el cuerpo de Amelia se estremeció por completo, pude sentir su orgasmo salir de su cuerpo, eso me permitió jalar un poco más de mí polla para masturbarme y correrme sobre su vientre poco después mí semen la cubrió por completo, me sentía realmente feliz de haber logrado que ella disfrutara de un momento de placer, aunque fuera solamente con el roce de mí polla, todavía no podía hacerla mía completamente, antes de quitarle la virginidad debía hablar con ella, pero en estos momentos disfrutaría de su cuerpo de otra manera.

Nunca en mi vida me había atraído tanto una mujer como Amelia. Quiero ser el hombre que le muestre el mundo, quiero que se convierta en una mujer conmigo. Mis deseos sexuales son oscuros y debería sentirme culpable por el tiempo que la he deseado en secreto, pero no era así. Quiero ser yo quien le enseñé a ser una mujer ahora que era mayor de edad, anhelo ser a quien le pida polla, quiero que me ruegue que me corra dentro de ella y que me ruegue para darle placer.

En ese instante me acerqué a su boca.

-Quiero que me mires a los ojos cuando te diga esto-le dije para llamar su atención-.Eres lo más hermoso que he visto en mi vida. Soy el hombre más afortunado por poder tocarte. Tu cuerpo es perfecto, cada curva, cada centímetro, quiero consumirte por completo -le dije finalmente, ella sonrió como si yo fuera su persona favorita en el mundo y eso aumentaba mi ego-. Ahora déjame limpiarte-mencione, tomé de la mesa de noche un par de toallas húmedas, limpié el semen que cubría su coño. Mientras lo hacía pude observar su culito perfecto. Abrí sus piernas aún más, pensé que seguramente se sentiría un poco avergonzada con lo que estaba a punto de hacerle, pero sabía que le iba a gustar. Bajé de nuevo, hasta quedar frente a su coño-.Desliza tu coño hacía mí boca pequeña-le dije sin pudor alguno, ella no dudo en hacerle, confiaba en mí totalmente.

Pasé mis manos por sus muslos, comencé a chupar su hinchado clítoris que todavía estaba recuperándose del orgasmo anterior. Vi que pronto se humedeció, sus jugos eran cremosos y deliciosos, su coño virgen estaba derramando jugos que no podía dejar de lamer. Me daban muchas ganas de meter mis dedos solo para sentir lo apretada que estaba, pero ya había decidido que lo primero que iba a entrar en su apretada vagina virgen sería mí polla, deseaba romperle el himen. Pero en ese momento perdí el control con mis deseos y fantasías, comencé a devorarla con rapidez, pasé la nariz por su clítoris, ese tacto la estremeció aún más, me encantaba oir los pequeños jadeos que salían de su boca. Una vez que mí cara estaba cubierta por su aroma, dejé de jugar con su coño, agarré su pierna y la puse en mí hombro, mis manos fueron directamente hacía su trasero, abrí sus nalgas, luego empujé sus caderas hacia adelante, luego mí lengua encontró su dulce, perfecto e intacto ano. Lamí su culo con un propósito: quería que se corriera con mí lengua en su culo. Con mí mano toqué su clítoris mientras con mí lengua follaba su culito. Ella se movía más y más de la excitación.

-¡Si!-gritó cuando mí lengua golpeó de nuevo su culo. Seguí lamiendo hasta que obtuvo su orgasmo.

Su respiración era cortada, realmente estaba cansada de tantos orgasmos. Cuando se recuperó le pedí que me acompañara a la bañera, ella de inmediato se levantó y me acompaño. Cuando llegamos preparé el agua, cuando estaba lista nos introducimos en ella, me senté yo primero y luego ella, la abracé por la cintura, su cabeza descansaba en mí pecho, donde mí corazón latía con fuerza. Pasaron algunos minutos donde ninguno dijo nada. Unos minutos después, salimos del agua, le di una camiseta para que la usará de pijama, mientras yo solo me puse el boxer.

-Es hora, ya tendremos tiempo para seguir con más-le dije tranquilamente, no quería hacerla mía tan pronto.

Luego quité la sábana de la cama y la invité a recostarse, ella lo hizo sin protestar, era una mujer obediente. Luego ingresé y apagué la lámpara, todo quedó en la oscuridad, la tomé y la atraje hacia mí, luego ella colocó su cabeza en mí pecho dónde comenzó a relajarse y ha dormirse, claramente estaba cansada. Sonreí y me sentí feliz de haberle mostrado una parte del placer que le podía dar. Sin embargo, sabía que debía definir que tipo de relación tendríamos de ahora en adelante, pero en estos momentos dejé mis preocupaciones a un lado para disfrutar de su aroma y de su abrazo.

            
            

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