Capítulo 5 Un pequeño lunar negro

Ivanka se detuvo y vio asombrada las fotos en la pared. Mientras las miraba, sintió cómo todo su cuerpo se enfriaba, como si la sangre se le hubiera congelado en las venas.

En las imágenes se veía una mujer representada a veces con cabello corto, y otras con cabello largo; en algunas estaba llorando, en otras reía. Era hermosa y encantadora, con el rostro mostrando una variedad enorme de expresiones diferentes. Sintió un escalofrío que le recorrió la espalda. ¡La mujer de las fotos era ella misma! ¡En realidad era ella, no simplemente alguien que se le parecía!

No pudo evitar temblar de miedo, pensando en lo extraño que era todo.

"¿Hay algo más que quieras decir?", la voz de Liam sonó bastante furiosa detrás de ella.

"¿Cómo pudiste casarte con otro hombre?", preguntó.

Ivanka abrió la boca, pero no pudo encontrar las palabras adecuadas para explicarlo. No tenía idea de cómo debía responder esa pregunta; no había duda: la mujer de las fotos era ella. Sin embargo, había mantenido su cabello largo desde que era niña, nunca se había cambiado el peinado, excepto cuando estuvo en el hospital por el accidente. Ivanka encontró eso un poco extraño, porque en algunas fotos se veía a la mujer con el pelo teñido de otros colores; incluso se hizo una permanente.

"Bueno... esa no soy yo", trató de explicar. Era inútil, cualquier cosa que dijera era insuficiente teniendo esas fotos frente a ella para contradecirla. Parecía que cada foto le gritara: "¡Eres tú! ¡Realmente eres tú!".

Mientras Liam se acercaba más y más, ella siguió retrocediendo hasta que quedó apoyada contra la pared. Justo a su lado, había una foto de la mujer con el pelo largo, sin maquillaje. Su corazón brincó sobresaltado. ¡Incluso ella misma no podía negar que era su viva imagen!

Observándola directamente a los ojos, Liam dijo amenazante: "Tú eres mi mujer, nunca te confundiría con otra persona. Tienes un lunar en el lóbulo de la oreja izquierda".

Al escuchar esto, Ivanka se sorprendió y lo miró totalmente incrédula.

Ignorando por completo su asombro, él le apartó el cabello detrás de su oreja izquierda y sí, efectivamente allí estaba: un pequeño lunar negro.

El hombre continuó: "También tienes una marca de nacimiento roja, con forma de ciruela, en la parte de atrás de tu cintura". Luego le susurró al oído, riéndose: "Oh, y hay una cosa más. Hay una cicatriz pequeña en tu tobillo, te quemaste por accidente cuando eras niña. Por último, hay una muy leve cicatriz en la palma de tu mano".

Ella temblaba por completo en este punto, la confusión y el miedo se reflejaban en su rostro atónito mientras lo miraba. Él había resumido con extremo detalle todas las cicatrices que de verdad estaban en su cuerpo.

"Según tu reacción, supongo que tengo razón", la mirada de Liam se oscureció como si quisiera castigarla. Entonces dijo: "¿Cómo fuiste capaz de casarte con otro hombre?".

"Yo...", la chica no supo cómo defenderse. Bruce ya era bastante violento, pero incluso él palidecería en comparación con este hombre que era muchísimo más aterrador. Cuando estaba de buen humor podía parecer un caballero, pero cuando se molestaba era un demonio.

"¿Te fuiste sin siquiera decir una palabra y luego te casaste con otro hombre?", los ojos de Liam refulgían de ira.

"No, estás muy equivocado. Yo no soy...", intentó decir ella temblando.

Una sonrisa de suficiencia se dibujó en el rostro de Liam cuando se burló: "¿Equivocado? Te conozco desde hace nueve años. ¿Cómo es posible que esté equivocado?".

¿Nueve años?

¡Es imposible!

Al ver que Ivanka todavía no quería admitirlo, él insistió: "Parece que no quieres recordarlo, pero eso realmente no importa, yo haré que lo recuerdes". Se inclinó y le dio un beso profundo.

La besó de manera tan apasionada y durante tanto tiempo, que cuando terminó ella tuvo que respirar hondo porque fue como si le hubiera quitado todo el aire de sus pulmones. Mientras la veía recuperar el aliento, los ojos de Liam ardieron de lujuria.

Jadeando, Ivanka trató de explicar una vez más: "Esto es solo un gran malentendido, no soy tu esposa". Bajó la mirada, no se atrevía a observarlo a los ojos: "Nunca he amado a nadie más que a mi esposo, nunca posé para esas fotos. Solo me parezco mucho a ella, de verdad estás equivocado".

"¡Ivanka, cállate!", estalló Liam. "No estás dispuesta a admitirlo, ¿verdad? Entonces te obligaré a que lo hagas". Dicho esto, la empujó al piso con violencia.

Ella luchaba por escapar, le lanzó todo lo que estaba a su alcance gritando: "¡Escúchame! ¡No te atrevas a acercarte más! ¡Si no te detienes te demandaré!".

Liam, que era noble sin comparación, parecía en ese momento un demonio recién salido del infierno. Uno de los objetos arrojados por Ivanka lo golpeó en la frente y un hilo de sangre empezó a deslizarse, trazándole una línea roja en el rostro.

Como si no le hubiese dolido nada, siguió caminando hacia ella con los labios fruncidos en una mueca de ira: "Puedes intentarlo todo lo que quieras, pero eres tú quien iría primero a la cárcel por agresión".

La mujer quería levantarse y huir, pero él la agarró por la pierna como una bestia que inmoviliza a su presa. Suavemente le acarició la herida en el tobillo, burlándose: "Me encanta cómo cada vez te vuelves más atrevida".

"Por favor, déjame ir", la agarraba tan fuerte que estaba a punto de explotar en llanto. "Por favor, no hagas esto. Te lo suplico...".

"¿Suplicarme?", le agarró la barbilla con su mano poderosa y dijo con firmeza: "¡Suplicar no te va ayudar en nada! Como me dejaste, yo voy a...". La ira inyectó de sangre los ojos desorbitados de Liam mientras miraba fijamente a Ivanka: "No deberías haberme alterado de esta manera".