Capítulo 8 Chismes

Los invitados que todavía se quedaban en la iglesia estaban esperando escuchar la respuesta de Bruce.

Después de mostrar una sonrisa fría, Bruce tomó el ramo de novia de las manos de Ivanka y se lo tiró. "Acepto", siseó él.

Desde ese día, la gente no paraba de chismorrear sobre Ivanka y su matrimonio. Aunque la joven era rica y tenía todo lo que podía desear, la gente insistía en que le hacía falta algo, algo que desearía todo corazón de una mujer: el amor de su marido.

Debido a esto, se convirtió en el hazmerreír entre las personas más ricas y populares. Algunos simpatizaban con ella, pero otros creían que merecía lo que recibía. Su vida se había convertido en un pozo infinito de perdición desde aquel día.

Ivanka se encontraba mirando por la ventana, una luna brillante adornaba el cielo. La luz de la luna iluminaba la habitación, incluidas las fotos de la joven sonriendo. Ya no le importaba el pasado ni quería pensar en él.

Contemplando la luna suspendida en el cielo, un escalofrío repentino recorrió su columna y casi al instante la desesperanza y la desesperación sumergieron su corazón.

La familia Xu la había abandonado y ya nadie la necesitaba.

Al pensar en ello, se puso de pie y caminó hacia la pared que estaba decorada con cuadros enmarcados.

Simultáneamente, Liam observaba la escena en el monitor de vigilancia. "¿Qué diablos está haciendo?", se preguntó él. De repente, le dio la sensación de que algo malo estaba a punto de suceder y rápidamente se enderezó y prestó atención.

Vio a Ivanka acercarse a una foto y quitarla de la pared, parecía totalmente perdida en sus pensamientos. Mientras Liam miraba lo que sucedía, su expresión se tornó sombría.

En la pantalla, podía ver a Ivanka levantar su mano y frotarla contra la pared, una y otra vez.

Al ver esto, un mal presentimiento cruzó la cabeza de Liam y, en cuestión de segundos, corrió a la habitación donde se encontraba la joven.

Dentro de la habitación, Ivanka seguía frotando su muñeca sobre el clavo afilado en el que había estado colgando la foto que había quitado. Estaba pálida y sus ojos estaban vidriosos, era como si no sintiera ningún dolor en absoluto. Unos segundos más tarde, el clavo cortó su muñeca y un chorro de sangre se vio caer. La pared, que originalmente era blanca, ahora se encontraba teñida de rojo por la sangre que brotaba sin parar.

La puerta había sido cerrada previamente por ella, para que nadie pudiera entrar sin importar cuánto lo intentaran. La mujer se desplomó en el suelo, la sangre seguía brotando de su arteria pero eso no parecía importarle. Súbitamente, se escuchó un fuerte golpe en la puerta, pero ella seguía sin reaccionar, solo se limitó a mirar por la ventana, su mirada estaba perdida, un momento después cerró los ojos con fuerza y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

"¡Ivanka, abre la puerta, ahora!", gritó Liam desde el otro lado de la puerta cerrada. Al no obtener respuesta, siguió golpeando la puerta, rogándole que la abriera, pero ella no se movió ni un centímetro.

El hombre se puso rojo de la rabia que tenía. '¿Cómo te atreves, Ivanka?', pensó para sus adentros. Ya lo había dejado nueve años antes sin despedirse y ahora lo iba a dejar para siempre, pero Liam no permitiría que eso sucediera. Incluso si quería suicidarse, tenía que pedirle permiso primero; después de todo, la vida de Ivanka se encontraba a su disposición y no estaba dispuesto a dejarla morir, por mucho que ella así lo quisiera.

"¡Abre la maldita puerta, Ivanka!", rugió Liam con fuerza. Tim, al ver la escena, decidió acercársele. "¡Abre la puerta por mí!", le ordenó Liam.

Tim asintió y dijo algo por el intercomunicador. En cuestión de segundos, un grupo de guardias se acercaron y procedieron a abrir la puerta de una patada.

En el momento en que se abrió la puerta, el olor a sangre se hizo presente. El corazón de Liam se rompía en pedazos mientras se apresuraba a entrar.

"¡Tim, enciende las luces!", gritó. Había algo en su voz que reflejaba el dolor que estaba sintiendo en su corazón.

Tan pronto como se encendieron las luces, la habitación se volvió tan brillante como un día de verano. Liam vio a Ivanka sentada en un rincón de la habitación con los ojos cerrados, estaba inconsciente y había un charco de sangre a su alrededor.

El corazón de Liam se hizo un nudo mientras se abalanzaba hacia adelante y la cargaba en sus brazos. "¡Un médico! ¡Alguien llame al Dr. Wu!", su fuerte voz sacudió toda la habitación. La chica estaba realmente débil, su cuerpo se sentía tan ligero como una pluma en los brazos de Liam. Ella estaba alucinando, se veía a sí misma caminando sobre un lecho de nieve fresca, sin dolor o herida alguna; sin embargo, parecía estar perdida y deambulando sin pensar. Estaba muy confundida y no sabía dónde estaba.

A lo lejos, escuchó un débil sonido de alguien llamándola y trató de escuchar con más atención.

"¡Despierta, Ivanka!", se escuchó. Aunque estaba segura de haber escuchado esa voz en alguna parte, no pudo distinguir quién era.

Mientras tanto, Liam se encontraba colocando a Ivanka en la cama. Las paredes eran blancas de nuevo y olían a desinfectante. El médico que cuidaba de la joven estaba hablando impaciente con alguien por teléfono.

Liam se sentó junto a la cama, mirando el rostro pálido de Ivanka con lágrimas en los ojos. La respiración de la chica era leve y sus labios comenzaban a ponerse pálidos. La sangre de la bolsa intravenosa fluía hacia su cuerpo a través del goteo y su muñeca estaba envuelta en gasa.

"¡Despierta, Ivanka!", dijo Liam, mirando su cuerpo inconsciente. Seguido de eso sintió una extraña sensación de dolor en su corazón. ¿Iba a separarse de ella de nuevo? Si la hubiera dejado ir, las cosas habrían ido mucho mejor, pero ahora ella se encontraba tan frágil como una fina capa de hielo y no podía soportar perderla otra vez.

"¿No quieres irte, Ivanka? ¡Abre tus ojos! Despierta... ¡Te dejaré ir! Si te despiertas, te dejaré ir, ¿de acuerdo?", murmuró, mientras acariciaba lentamente su rostro.

Sin embargo, los ojos de Ivanka estaban cerrados y parecía sin vida.

"Señor Xiao", dijo el doctor Wu mientras se acercaba. Parecía que estaba a punto de darle una terrible noticia.

"¿Qué pasa?", respondió rápidamente, sus ojos seguían fijados en Ivanka.

"El tipo de sangre de la señora Xiao es muy difícil de conseguir. He preguntado a varios hospitales y clínicas de toda la ciudad, pero ninguno tiene la necesitada", explicó el doctor Wu con un profundo suspiro.

"¡No me importa! Soluciona esto de alguna manera, sigue buscando. Encuentra a todas las personas que hayan donado previamente su tipo de sangre, llámalos y diles que recibirán cien mil dólares por cada 200 cc de sangre que donen. Tienes quince minutos para hacerlo", manifestó Liam, ya estaba descontrolado.

El doctor obedeció y continuó hablando con la gente por teléfono.

Quince minutos después, colgó el teléfono, se acercó a Liam y le informó: "Hay cinco personas que están dispuestas a donar sangre en el Hospital XH. Necesitamos llevar a la Sra. Xiao de inmediato para allá".

Él respondió: "¡Prepara el helicóptero!".

El Hospital XH se encontraba ubicado en la zona central de B City, casi a 1700 kilómetros de A City, pese a la lejanía, no había más opción que llegar lo más rápido posible.

Una hermosa cordillera rodeaba el Hospital XH. A toda prisa, el personal médico se preparó con una camilla y todo el equipo necesario para recibir a Ivanka.

El fuerte ruido de la hélice del helicóptero llegando hizo que todos los médicos y enfermeras cubrieran sus oídos, no obstante, parecían no preocuparse por el viento o el polvo, en ese momento su prioridad era Ivanka, la paciente.

Una vez que el helicóptero aterrizó, varios hombres con traje negro ayudaron a sacar la silla de ruedas en la que se encontraba la joven. Los médicos y enfermeras de inmediato pusieron sus ojos en el cuerpo pálido y en estado crítico de la paciente, que estaba cubierto con una manta. Al instante comprendieron que la situación era mucho peor de lo que habían anticipado.