Capítulo 7 Secuestro

"¿Secuestrada?". Dejando escapar una risita, Bruce dijo: "Ivanka, eres muy buena mintiendo. Entonces, ¿cuáles son las exigencias de los secuestradores? ¿Cuánto dinero piden? No importa cuánto sea, diles que pagaré el doble si te matan. Y diles también que me recuerden enterrar tu cuerpo cuando terminen". Sin darle oportunidad de decir nada más, Bruce terminó la llamada.

Las lágrimas se derramaron por el rostro de Ivanka apenas terminó la conversación. Mientras miraba la fría noche afuera, se sentía tan sofocada que podía morir en ese mismo instante. Después de todo, ¡Bruce de verdad quería que muriera! ¡Realmente estaba tratando de matarla!

Su corazón se hundió en la desesperación y comenzó a perder fuerza en sus rodillas, nunca había estado tan desamparada como ahora. Era un juguete que nadie quería, abandonado en el olvido.

Después de un rato en silencio, marcó otro número y contestaron la llamada casi de inmediato.

"Hola, ¿quién es?", preguntó una mujer al otro lado, con la voz muy nasal como si hubiese estado llorando.

Su corazón se detuvo un instante, dijo temblando: "¡Mamá, soy yo!".

Después de un momento de silencio, los gritos retumbaron en su oído: "¡Ivanka! ¿Dónde has estado? ¿No te dije que buscaras a Bruce y lo trajeras de regreso? ¿A dónde fuiste? ¿Por qué no volviste a casa durante tantos días?".

"¡Me secuestraron, mamá!", le gritó ella.

La mujer al otro lado de la línea hizo una pausa por un segundo y luego se burló: "Ivanka, a mí no me puedes mentir. ¿Perdiste la cabeza? ¿Por qué te secuestraría el dueño de este número de teléfono?".

La joven se quedó sin palabras, no sabía desde cuál número estaba llamando.

La señora estalló furiosa: "No me interesa dónde estés, ¡ven a casa en este instante!".

"Mamá, ¿cómo está el abuelo?", preguntó Ivanka preocupada.

La señora se burló nuevamente: "¿Estás preocupada por tu abuelo? ¡Ya no está con nosotros! ¿Estás feliz ahora? ¡Tu abuelo ni siquiera pudo ver a Bruce por última vez! ¿Te alegra? Dime la verdad, lo hiciste a propósito, ¿no es cierto?".

Ivanka no podía evitar que el llanto la dominara: "Mamá, no fue mi culpa. Bruce no quería regresar a casa conmigo y...".

"¡Para! Todo esto es tu culpa, si no fuese por ti, mi familia no habría terminado así. ¡Solo traes mala suerte! ¡No debía dejar que Bruce se casara contigo!", harta de regañarla, colgó el teléfono furiosamente. La chica no pudo decir una palabra más y se quedó llorando en silencio.

Mientras tanto, en otra habitación, Liam la veía llorar a través de una pantalla con el ceño fruncido.

"¡Tim!", llamó en voz baja, sonando bastante molesto.

"¿Sí, señor?", preguntó Tim, que estaba justo detrás de él.

"Quiero que me traigas, en menos de una hora, toda la información que puedas encontrar sobre la familia Xu".

Ivanka permaneció encerrada en la habitación hasta muy tarde por la noche, se abrazó las rodillas porque sentía frío por todo su cuerpo. Parecía una niña indefensa con la mirada perdida: los recuerdos del pasado vinieron hacia ella como una marea que sube implacable y lo abarca todo.

Afuera, el cielo que se veía desde la ventana se opacaba cada vez más, dando paso a una oscuridad progresiva que fue apoderándose de la habitación poco a poco.

Recordó una época en la que aún eran niños. Bruce tenía mal genio, pero era muy paciente si se trataba de ella. Cuando estaban en secundaria, la perseguían muchos chicos debido a lo hermosa que era; tanto, que uno de ellos estaba obsesionado y la esperaba en la puerta de la escuela, lo que la avergonzaba muchísimo.

Ivanka rechazó al chico, pero este se molestó mucho e incluso la amenazó.

Tiempo después, siguió siendo acosada en el colegio sin ninguna razón: le escribían cualquier tipo de cosas en su mochila, incluso hubo momentos en los que encontraba serpientes en su cajón cuando lo abría.

Nadie estaba dispuesto a ayudarla o defenderla, y todo por culpa de ese niño obsesionado.

Fue algo un poco escandaloso en la escuela: el chico rechazado era el hijo del director, así que estaba acostumbrado a molestar a los demás sin que nadie se atreviera a decir algo en su contra. Como resultado, todos sus amigos y compañeros de clase se alejaron de ella.

Fue ese el primer momento en la vida de Ivanka que sintió la soledad. Bruce, que estaba en un internado, se enteró después de un tiempo. Un día, se escapó para ir a la escuela de ella, corrió hacia el aula del hijo del director y lo golpeó en el rostro.

Lo golpeó con tanta fuerza que nadie pudo separarlo, ni mucho menos detenerlo. Llegó al punto en el que tuvieron que intervenir los guardias de seguridad.

Debido a esto, el padre de Bruce lo castigó durante mucho tiempo cuando regresó a casa.

Ivanka escuchó todo fuera del estudio donde el padre de Bruce lo regañaba, las palabras que le dijo todavía estaban vivas en su memoria: "¿Tienes idea de lo que acabas de hacer? ¿Sabes lo humillantes que fueron tus acciones?".

"¡Lo sé!", Bruce levantó la cabeza con firmeza, pensaba que no había nada de malo en lo que había hecho. "Fui yo quien lo hizo, fui yo quien cayó en desgracia. Nada de esto tiene que ver ni contigo ni con la familia".

"Eres un miembro de la familia, mucha gente está esperando una razón para burlarse de ti, ¡y solo se te ocurre ir a meterte en problemas por alguien tan insignificante!", la ira del señor Xu le hacía espuma en la boca al golpear la mesa con el puño.

La respuesta de Bruce hizo que el corazón de Ivanka latiera con fuerza dentro de su pecho por primera vez en su vida.

"Él acosó a Ivanka, nadie tiene permitido hacerle daño".

Bruce, que tenía diecisiete años en ese momento, pronunció estas palabras como si nada; pero flotaron directamente al corazón de ella y permanecieron allí, pues desde ese instante en adelante, había estado perdidamente enamorada de él.

El joven salió del estudio poco después, tenía el rostro hinchado y lleno de moretones por la pelea, pero ella pensó que se veía más guapo y encantador que nunca.

Sintiéndose tan conmovida por sus recientes palabras y por haberla defendido, no pudo contenerse y lloró en silencio. Él le secó rápidamente las lágrimas y dijo con una sonrisa: "Niña tonta, ¿por qué lloras?". Ella extendió sus brazos envolviéndolo con fuerza, era el primer abrazo que se daban ambos, y contenía todos los sentimientos de una chica joven. Mientras enterraba la cabeza en su pecho, dijo: "Bruce, yo también te protegeré".

Entonces él respondió acariciándole el cabello: "Estoy feliz de que quieras hacerlo, pero no necesitas protegerme".

Antes, la apreciaba, pero ahora, le estaba pidiendo que muriera.

Después de todos estos años, ese chico que siempre la hacía reír y que era su apoyo en cualquier momento que estuviera triste, había desaparecido por completo. Se hizo cada vez más encantador y hermoso ante sus ojos, pero también se transformó en un hombre frío y despiadado. Era como si cada vez que la miraba pudiera matarla de ira.

Nunca olvidaría el día en que finalmente se casaron. Llevaba el último y más impresionante vestido hecho por un diseñador famoso mientras estaba de pie frente al sacerdote. Todos sus amigos y seres queridos estaban allí para presenciar su unión. Pero Bruce no estaba por ningún lado, lo esperó durante mucho tiempo con las flores en las manos.

Todos la miraban con lástima, sintiendo pena por ella, que permanecía con una sonrisa amarga en su rostro. Dos horas más tarde, llegó Bruce. Varios invitados ya se habían ido, pero Ivanka no se movió ni un centímetro con la mirada fija en el pasillo.

Sabía que el chico vendría a la boda.

Oliendo a alcohol, Bruce se le acercó con una sonrisa astuta: "¿Quieres casarte conmigo, verdad? ¡Pues, muy bien!". Sin más demora, el sacerdote dijo: "Damas y caballeros, estamos reunidos aquí en este día glorioso para presenciar la unión de Ivanka Su y Bruce Xu. Bruce Xu, ¿estás dispuesto a tomar a esta mujer como tu legítima esposa?".