Capítulo 9 VIII: ¡Noah!

April González:

-Buenas noches... - cuelgo de forma acelerada, tapo mis ojos tratando de tranquilizar mi corazón.

Por alguna razón su voz... la escucho más varonil que otros hombres. Además, logra que yo hable demás cosa que no es normal. Miro la hora, se me olvidó avisarle que no puede dejar a Noah en el asiento del copiloto. Pienso si enviarle un mensaje o no, pero decido no hacerlo ya que sabrá que los estaba observando.

Salgo del baño para seguir trabajando en recoger la tienda y dejarla presentable. Tengo que admitir que me gusta más este trabajo que estar escuchando bochinches todo el tiempo en la escuela y eso que fue mi primer día de trabajo. No quiero imaginarme como termine de loca en mayo.

-Me han dicho que caíste bien en el grupo. - me sorprende Joelian saliendo de la nada entre la raqueta de ropa logrando que se me caigan algunas blusas.

-Joelian, no soporto que hagan eso. - respondo tocando mi pecho para recoger la ropa. -¿Qué grupo? - cuestiono a lo que ella pone los ojos en blanco.

-Tu equipo de trabajo April. - responde como si fuera obvio lo que preguntaba.

-Son muy buenas personas, me hicieron sentir segura. - respondo con sinceridad a lo que escucho su risilla, giro mis ojos.

-No sabes cuanto he luchado para que alguien sea aceptado en ese grupo y tu en tal solo un día los tienes en tus manos. -expresa ayudándome en recoger la ropa. -¿Aceptaste el otro contrato? - cuestiona a lo que asiento.

-Si, no va contra mis principios, les demostraré que no soy como ellos piensan. -respondo sin mirarla.

-April... - me llama haciendo que mire sus ojos azules. -¿Me estás diciendo que no te atrae Nathan? - pregunta haciendo que me ponga tensa. -Estaban muy juntitos cuando me encamine hacia la oficina.

-No es lo que crees, ese hombre no es de mi tipo. - respondo enojada. -El único que ha tomado mi corazón es su hijo. Pero el señor Domenech lo único que me produce es asco por su forma de ser y que se acuesta con quien cruce su camino. - Joelian hace ese sonido característico cuando piensa algo alguien.

-De todos modos, creo que harían buena pareja, sería un balance hermoso. Él es extrovertido, tu introvertida. Él es guapo, tu normal...

-El mujeriego, yo leal... - la interrumpo para mirarla con desaprobación, niego varias veces. -Basta, me estas dando dolor de cabeza. - digo cansada de escucharla, siento como mi batería social está llegando a 0%.

-Está bien. -responde para seguir trabajando.

Al salir del trabajo llamo a mis padres, le menciono como fue mi día. Obviamente omitiendo lo del contrato y los enfermos que son las personas en ese lugar. Me bajo del auto centrándome en mi apartamento, odio entrar ahí y lo oscuro que es.

-Nunca habías sido tan unida a un niño, creí que te daban asco. - comenta mi madre por la otra línea.

-Dan asco, pero es bueno tenerlos unas horas. Logran hacerme recordar que no quiero hijos de lo asqueroso que son. - respondo a lo que escucho a mis padres resoplando.

-No digas esas cosas, April. - regaña mi padre a lo que giro mis ojos.

Nunca he deseado tener un hijo, es como traer a un ser inocente a este infierno de vida. Que las cosas siguen subiendo de precio, el calentamiento global nos va a matar y más la contaminación, prefiero adoptar un niño que yo tenerlo. Claramente mis padres no apoyan mi pensar, pero sé que tengo toda la razón del mundo.

-Ya llegué. - aviso para que se preparen para colgar.

-Te extrañamos mucho mi vida. - expresa mi madre a lo que hace que me sienta triste.

-Yo también los extraño, si tengo suficiente dinero voy a visitarlos en verano. - aseguro.

-Eso espero, que tengas una linda noche.

-Buenas noches. - y sin más cuelgo.

Nathan Domenech

Me muevo varias veces en mi cama, no logro conciliar el sueño pensando en el maldito contrato. Además, los abogados mencionaron que no hay forma de revocar, ya que esta firmado. Solo me toca hablar con Cabrera...

-No le voy a suplicar. - gruño sentándome, pasando mi mano por mi rostro dando un gran suspiro. -Odio no poder tocar mis presas. - me llega la imagen de la otra nueva maestra. -Tendré que conformarme con la maestra de historia.

Se que Camacho no es de entregar contratos, así que la mujer me mintió en la cara. ¿Pero que mas da? Dentro de unas semanas la tendré suplicando por tener relaciones solo conmigo. Respecto a April, solo tengo que ignorar su existencia. Lo bueno es que no me la encontraré mucho. Me tiro de espalda sobre la cama.

-¿Por qué mierda le dieron el contrato solo a González? - cuestiono gruñendo para luego tratar de dormir.

A la mañana siguiente llevo a Noah a la escuela, para que Cabrera vea que no fui ayer por González. Noto como la maestra de historia se baja del auto de Camacho, dejando una nota en mi cabeza de visitarla en su oficina luego de dejar a Noah en su salón. Bajo la mochila de mi hijo y escucho como saluda con emoción a alguien.

-¡Mis González! -exclama varias veces para luego salir corriendo hacia ella.

-¡Noah! - exclamamos varias personas a la vez, ya que cruza la calle sin mirar.

Corro para atraparlo, pero solo siento como alguien me hala quedando frente a unos ojos color verdes olivo. Las bocinas se escuchan de fondo, bajo mi mirada encontrando a Noah ocultando su rostro en el cuello de April. Ambos tenemos la respiración agitada, solo nos miramos sin poder creer que lo logramos. Miro con enojo a mi hijo, iba a explotar, pero la maestra tutora se adelanta.

-Noah, no puedes cruzar corriendo y menos sin mirar tus alrededores. - lo regaña April a lo que mi hijo trata de no llorar. -Pudo haber un accidente, siempre piensa en las consecuencias. Tu padre y yo estuviéramos como locos si te pasaba algo.

-Perdón. - susurra Noah con voz quebrada.

-Se pide perdón cuando sabes que no lo volverás hacer. ¿Seguro que quieres disculparte? - cuestiona alejándolo de su cuello para ver sus ojos lloros, mi hijo asiente mientras limpia sus mocos para luego mirarme.

-Lo siento. - vuelve a disculparse, suelto un suspiro.

Noto que detrás de April se ven libros en el suelo por igual que su mochila y cartera. Solo actuamos por instinto, ya que por mi parte es igual dejando en el suelo con los libros por fuera la mochila de mi hijo. La maestra tutora tiene su mano sobre mi bíceps... otra vez nos tocan bocina haciendo que me dé cuenta de que estamos en el medio. Deposito mi mano en la espalda de April y hago que tomemos la orilla.

-¿Están bien? - cuestionan maestros que se nos acercan con preocupación.

Siento como April me pasa a Noah, dejándonos a ambos asombrados. Desde que dejo de ser un bebe no lo tomo de esta manera. Lo bajo de forma rápida haciéndose notar nuestra incomodidad, pero claramente lo tomo de la mano para que no haga otra cosa descabellada.

-Estamos bien. - respondo de forma neutral.

Noto como los maestros hombres miran detrás de nosotros, April esta recogiendo sus cosas. Tiene una blusa blanca transparente y por debajo una de tirilla ceñida en su cuerpo dejando ver claramente que es dotada del pecho. Me interpongo entre las miradas de ellos y Noah no se queda atrás.

-Todo está bien, pueden retirarse hacer sus responsabilidades. -presiono par que se largaran dándole una sonrisa no muy complaciente.

Hacen lo que digo dejando ver que sigo mandando aquí, me giro y por alguna estúpida razón ayudo a April recoger sus cosas. Sus manos empiezan a temblar al ver las mías acercarse, odio que sea tan insegura. Se muy bien cuando alguien tiembla por mi y cuando alguien tiembla por inseguridad.

-Gracias. - susurra sin mirarme, ocultando a esa April que me dice las verdades en la cara.

-Toma de la mano a Noah a lo que recojo su mochila. - asiente y hace caso a lo que diga.

Camino hacia donde deje todo, siento como los dos me siguen y observan. Veo en el baúl un abrigo, cuando me giro se lo tiro a April lo cual reacciona bastante rápido. Me mira sin entender, cierro el baúl y tomo de la mano a Noah.

-Hace frio adentro, con esa blusa te puedes congelar. - respondo caminando hacia la institución, abre la boca para quejarse, pero Noah me apoya.

-Uy si, yo voy con el mío y me muero del frio. - comenta haciendo que la mujer ponga los ojos en blanco.

-Esta bien, gracias. -vuelve a agradecer.

Al entrar suena el timbre, el equipo de April se encuentra al frente con Cabrera. Todos los presentes se nos quedan mirando atentos, creo que es por el hecho que los dos estamos tomando la mano de Noah. Observo como la maestra nueva de historia camina hacia donde se encuentra la escuela superior.

-¿Puedes llevarlo al salón? - cuestiono a April soltando la mano de Noah.

-Claro. - asegura.

Los dejo atrás, escucho como April le dice algo a Noah y siguen su camino por igual. Miro con seriedad a Cabrera para que vea que no me estoy interponiendo en su estúpido contrato. Pero me dejo una presa libre y voy por ella ahora...