Capítulo 7 Cherry besó al príncipe azul

El rostro de Cherry adquirió el color de la manzana al escuchar a Melvin. Después de todo, ella seguía estando encima de él, presionando su cuerpo contra el suyo. La postura en la que se encontraban era fácil de malinterpretar, lo que hizo que Cherry se sintiera avergonzada de inmediato. Se había abalanzado sobre él, e incluso le había dicho que se comportara. No obstante, era probable que a los ojos de los demás era ella quien debía comportarse.

Pudo comprobar esto cuando se sujetó rápidamente del hombro de Melvin para poder levantarse ya que algunas personas detrás de ella hicieron comentarios llenos desdén y sarcasmo. "¡Qué desvergonzada es!", gritó una mujer. "Está seduciendo públicamente a un hombre. ¿Acaso está tan ansiosa por demostrar lo buena que es en el sexo?".

"Solo mírate. ¡No mereces ser considerada decente aunque te vistas como tal, perra! Ni siquiera puedes compararte con nosotras", se burló otra mujer.

"¡Ja!", intervino una joven hermosa. "¡Qué descaro! Se puso ese vestido tan pequeño para seducir a Ron, y ahora quiere seducir a otro hombre. ¿En serio está tan sedienta de amor?". En realidad, estaban muy celosas de Cherry ya que la habían visto besar a Melvin.

Aunque este acababa de regresar del extranjero, algunas personas de la alta sociedad lo conocían. Además, la generación anterior de la familia Frost tenía más miembros.

El fallecido patriarca de los Frost tuvo siete hijos. Entre estos, el mayor era el abuelo de Ron, quien ahora tenía setenta años; y el más joven era el padre de Melvin, quien tenía poco más de cincuenta años. Por lo tanto, aunque Melvin era solo tres años mayor que Ron, era su tío.

Melvin y sus padres siempre habían estado en el extranjero para hacer prosperar su negocio y, aunque no se conocía los números exactos, era bien sabido que habían tenido un éxito increíble. Sin embargo, la familia de Melvin siempre prefería regresar a su tierra natal, por eso decidieron volver al país y hacer crecer su negocio a nivel nacional.

Debido a esto, algunas familias adineradas con hijas solteras empezaron a preguntar por él a través de diferentes medios, y la información que obtuvieron los dejó estupefactos.

Se podría hacer una película con los logros empresariales y las experiencias de Melvin; incluso ya era viable escribir una buena autobiografía a tan temprana edad. Se lo podía describir como el hombre perfecto: joven y prometedor, con activos de cientos de millones de dólares y un excepcional intelecto empresarial. Asimismo, su apariencia y temperamento eran admirables.

Sin embargo, lo más fascinante era que seguía soltero y jamás había tenido una relación. No era de extrañar que todas las mujeres solteras de la ciudad Lightbourne se sintieran atraídas por él; es más, Melvin era la razón principal por la que ellas se encontraban en la despedida de soltero de Ron.

Cuando Melvin apareció, todos se sorprendieron. Las mujeres de la sala se quedaron atónitas por su bello rostro, su fría y noble mirada y su elegancia. Además, tenía los modales de todo un aristócrata. No obstante, aunque era educado y caballeroso, su conducta nobiliaria y el aura que emanaba hacían que las demás personas guardaran su distancia, como si fuera un rey al que se le podía adorar pero no acercarse.

Podría decirse que la mayoría de las mujeres en el lugar se enamoraron de él apenas lo vieron, ya que no solo se ruborizaron, sino que también sus corazones empezaron a latir más rápido. Solo bastaba una mirada suya para sentir que la vida era perfecta. Se sentían tan afortunadas de haberlo conocido.

Sin embargo, la mayoría no tuvo el valor de acercarse a él por temor a que el resto las mirara con malos ojos y a hacer el ridículo frente a su príncipe azul. Por ello, todo lo que podían hacer era mirarlo secretamente de lejos; no podían evitar sonrojarse tímidamente con ese simple acto.

Sin embargo, una mujer descarada llamada Cherry Shaw besó a su príncipe azul, a quien ni siquiera habían podido dirigir palabra alguna.

Primero, ella se abalanzó sobre él y luego lo besó sin su consentimiento. ¡Qué mujer tan barata!

Además, y lo que era peor, su príncipe azul había tenido todo el tiempo una sonrisa de caballero, como si no se sintiera disgustado por ella.

Como resultado, ya que lo sucedido no se podía deshacer, todas estaban celosas de Cherry. Algunas incluso llegaron a considerar caer en los brazos de Melvin a propósito esperando que él se enamorara de ellas al instante.

Por su parte, Cherry tardó un largo rato en recuperar la compostura, aunque no pudo evitar ruborizarse una vez más al ver la refinada y elocuente sonrisa de Melvin.

"¿Se encuentra bien, señorita Shaw? ¿No se torció el tobillo?", preguntó este con preocupación y una melodiosa voz agradable al oído.

"No se preocupe... Estoy bien. Yo... yo solo... solo voy a descansar". La preocupación de aquel hombre hizo que el corazón de Cherry palpitara a una velocidad anormal. Nunca antes se había sentido tan nerviosa.

No obstante, su intuición le dijo que era un hombre peligroso, y no tan inofensivo y gentil como parecía. Además, probablemente se había dado cuenta de que su caída había sido intencional, y ella no sabía si él iba a ser capaz de revelarle la verdad a todos.

Es por ello que Cherry no se atrevió a mirarlo a los ojos, aunque sintió que su profunda y sombría mirada podía ver a través de todo. Quizás su farsa le parecía ridículo.

Su mirada la ponía sumamente nerviosa, por lo que rápidamente se dio la vuelta y miró a Ron, quien había estado en silencio todo este tiempo. "Ron, yo...", susurró. "Me torcí el tobillo. ¿Puedo irme a casa para descansar?".

Ron apartó la mirada de los grandes pechos de Juicy y levantó la cabeza. "Solo te torciste el tobillo", dijo con indiferencia. "No vas a morirte. Siéntate aquí y descansa".

Un matiz de fastidio e impaciencia invadió los ojos de Cherry, aunque desapareció de inmediato. Nadie lo notó, a excepción de Melvin; él sí logró capturar detalladamente cada emoción que atravesó sus ojos.

Para él, la chica se estaba volviendo cada vez más interesante. Estaba seguro de que ella no era el tipo de mujer que estaba dispuesta a sufrir, así que estaba ansioso por ver cómo se defendería a continuación.