Capítulo 8 Apostemos a nuestras mujeres en el juego de Mahjong

La despedida de soltero de Ron seguía su marcha, y como una esposa obediente, Cherry se sentó en silencio junto a él, con la cabeza gacha todo el tiempo. Aun cuando el hombre la ignoraba, ella no podía irse mientras él no se lo permitiera.

Por su parte, Adrian se inclinó hacia Melvin para preguntar con curiosidad: "Melvin, ¿cómo sabías que Cherry se caería? ¿O lo hizo a propósito? De cualquier forma, ¿cómo sabías que se te lanzaría encima intencionalmente?".

Al escucharlo, Melvin sonrió de manera encantadora. Luego, tomó un sorbo de vino antes de contestar: "Porque antes de bailar, le echó un vistazo rápido a la esquina de la mesa y su tobillo".

"¿En serio? ¡Qué astuta! Sinceramente se ve como una chica aburrida y tonta, nada que ver con una persona inteligente".

"Pues es mucho más lista que tú", afirmó Melvin.

"Espera, ¿quieres decir que solo está fingiendo? ¿Está haciendo que la gente piense que es estúpida y débil? ¿Por qué?". De pronto, Adrian sintió un genuino interés por Cherry.

Mientras que con una sonrisa enigmática, Melvin no dijo nada más.

En ese instante, Ron se acercó a Cherry, rodeándole los hombros con su brazo. Seguidamente, les dijo a sus amigos: "Si están cansados de cantar, ¿por qué no jugamos algo?".

Sorprendidos, los hombres intercambiaron miradas al tiempo que uno de ellos preguntaba: "¿Qué quieres jugar, Ron?".

"Juguemos a mahjong", respondió de inmediato. "Pero me parece de muy mal gusto apostar dinero. ¿Qué tal si ponemos a nuestras mujeres en juego esta vez?", añadió.

"¿Qué? ¿Las mujeres? ¿Pero cómo?". Aunque sonaba algo descabellado, los viciosos amigos de Ron parecían estar intrigados con la idea.

"Bueno, casi todos ustedes vinieron acompañados por una chica, ¿no? ¿Qué les parece que si pierden, su compañera se tiene que quitar una prenda de ropa? Entonces, el que logre que la mujer del otro se desnude primero, puede pasar la noche con ella. ¿Se atreven?

Mi prometida me acompaña esta noche, así que si quieren participar, avísenme", dijo Ron, pasando el brazo alrededor del cuello de Cherry para mostrarles a todos que ella era su chica.

"Suena interesante. Pero Ron, ¿cuáles son las reglas del juego en detalle? Está bien que apuestes a tu prometida, sin embargo, creo que nosotros tenemos que pensarlo detenidamente antes de regalar a nuestras gatitas". La boca del joven estaba llena de palabras sucias, obviamente dirigidas a Cherry. En vista de que Ron la tenía a ella y a Juicy, sabían que solo usaría a su prometida como su apuesta, no a su novia. Definitivamente no permitiría que otros hombres tocaran a Juicy.

Ante la pregunta, el hombre explicó: "Las reglas son muy simples. Es decir, si pierdo ante Dario en la primera ronda, mi prometida se quitará el vestido.

Luego, si vuelvo a perder en la segunda ronda, ante Eric, por ejemplo, se quitará el sujetador". Apenas dijo esto, la señaló, de modo que los ojos de los presentes se posaron simultáneamente en los jugosos pechos de la chica. Sus miradas lujuriosas mostraban lo ansiosos que estaban por ver su cuerpo después de quitarse su vestidito.

Si yo, desafortunadamente, pierdo en la tercera ronda, y resulta que es Toby el que me ganó, entonces ella se quitará las bragas, y como esa sería su última prenda, Toby tendrá el derecho de pasar la noche con ella. ¿Bien, qué dicen?".

"Suena bien para mí. ¡Hagámoslo!", exclamó Eric Moore con entusiasmo.

En cadena, los demás también fueron expresando su interés en participar en este emocionante y erótico juego.

Instantáneamente, el rostro de Cherry se puso pálido de miedo. Incluso se puso a temblar mientras las lágrimas llenaban sus ojos. Acto seguido, agarró suavemente el brazo de su prometido, suplicando en voz baja: "Ron, nuestra fiesta de compromiso se llevará a cabo dentro de tres días. No hagas esto, por favor.

No me gusta este tipo de juegos. Te lo ruego, no lo hagas".

"Cariño, no tengas miedo. Te prometo que no perderé", le respondió pellizcando ligeramente la mejilla de Cherry, con una mirada fría y despiadada.

A pesar de la tranquilidad de Ron, ella todavía se sentía muy ansiosa. Sabía que no importaba lo bueno que fuera en ese juego, perdería deliberadamente. Tal vez lo único que quería era humillarla por completo. A su vez, todos los que participaron lucían sonrisas obscenas, mientras la examinaban de arriba abajo como si ya pudieran ver a través de su ropa.

"¡Vamos! Empecemos con esto". La emoción se apoderó de la sala privada cuando el sonido de las fichas de mahjong resonó.

Agachando la cabeza ansiosamente, Cherry deseaba encontrar una manera de escapar de esta condena. Repentinamente, sintió que alguien la miraba intensamente, por lo que al alzar cabeza y darse cuenta de que era Melvin, no pudo evitar preguntarse qué pretendía hacer.

¿Por qué esa mirada le dio la sensación de que el hombre parecía haber encontrado una presa interesante?

Viéndola, Melvin levantó su copa en dirección de la joven como todo un caballero, manteniendo una sonrisa firme, reservada e imponente. Era como si pudiera ver a través de todo.

De hecho, era el tipo de sonrisa que la hacía sentir sumamente incómoda. Además, sabía que no podía provocar a un hombre tan peligroso como él.

Con esto en mente, Cherry volvió a bajar la cabeza rápidamente. Por alguna razón, el corazón se le aceleró y su espalda se había puesto un poco rígida. Podía sentir que el tipo frente a ella todavía la miraba con malas intenciones.

A decir verdad, no estaba particularmente nerviosa o asustada cuando Ron propuso el juego, ella solo estaba actuando. Pero ahora, la mirada y la encantadora sonrisa de este extraño la estremecieron.

Sin poder sacárselo de la cabeza, se sacudió ligeramente. Pues no era el momento adecuado para pensar en cosas tan complejas, lo que importaba en ese momento era encontrar una forma de escapar de esa difícil situación. De lo contrario, esa noche podría terminar muy mal para ella al convertirse en la aventura de cualquiera de esos hombres.