Siempre Estaré Ahí
img img Siempre Estaré Ahí img Capítulo 5 Una llamada inesperada
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Capítulo 10 Un Gerard diferente img
Capítulo 11 La expectativa de la familia Greenwood img
Capítulo 12 El verdadero rostro de la familia de Michelle img
Capítulo 13 En serio él regresó img
Capítulo 14 Volver a ver a Jared img
Capítulo 15 Una buena relación después del divorcio img
Capítulo 16 La abuela de Gerard img
Capítulo 17 La reacia Michelle img
Capítulo 18 Una mañana vergonzosa img
Capítulo 19 Un hombre encantador img
Capítulo 20 Un hombre excelente img
Capítulo 21 Transferencias de empleados img
Capítulo 22 Una persona inesperada img
Capítulo 23 Un miembro de la familia Greenwood img
Capítulo 24 Gerard estaba enfermo img
Capítulo 25 Una llamada inesperada de la familia Greenwood img
Capítulo 26 Frustrada img
Capítulo 27 Una derrota aplastante img
Capítulo 28 Bofetada img
Capítulo 29 El malvado plan de Lynn img
Capítulo 30 Una falsa preocupación img
Capítulo 31 El señor Dustin y sus pensamientos sucios img
Capítulo 32 De nuevo Gerard img
Capítulo 33 Inversión img
Capítulo 34 El último deseo de su madre img
Capítulo 35 La llamada de Rose img
Capítulo 36 A horas de salir del trabajo img
Capítulo 37 Mala suerte img
Capítulo 38 Encuentro img
Capítulo 39 ¡Somos familiares! img
Capítulo 40 Es mi pariente img
Capítulo 41 ¿La conoces img
Capítulo 42 Su prima img
Capítulo 43 La influencia de las celebridades img
Capítulo 44 Soborno img
Capítulo 45 Abuelos img
Capítulo 46 Abuela, soy yo img
Capítulo 47 La reunión img
Capítulo 48 Familia img
Capítulo 49 Las palabras de la abuela img
Capítulo 50 El pasado img
Capítulo 51 Recuerdos img
Capítulo 52 Divorcio img
Capítulo 53 Matrimonio de mutuo interés img
Capítulo 54 Devoción filial img
Capítulo 55 La llamada de George img
Capítulo 56 Discusión de tres hombres img
Capítulo 57 Mudarse img
Capítulo 58 La cena de la casa Greenwood img
Capítulo 59 Los secretos de los Greenwood img
Capítulo 60 La reacción alérgica de Cali img
Capítulo 61 No se han divorciado img
Capítulo 62 Tan íntimos después del divorcio img
Capítulo 63 Fuera de peligro img
Capítulo 64 Alergias alimenticias img
Capítulo 65 Reportero inoportuno img
Capítulo 66 Una entrevista exclusiva img
Capítulo 67 Como una desconocida img
Capítulo 68 Los pensamientos de Nina img
Capítulo 69 ¿Está enamorada img
Capítulo 70 Quizás ella lo había engañado img
Capítulo 71 Te envió la invitación a propósito img
Capítulo 72 Te compraré un coche img
Capítulo 73 Devuélvele el favor a la familia Greenwood img
Capítulo 74 Los recuerdos de Michelle img
Capítulo 75 Estética img
Capítulo 76 Ven a la cena img
Capítulo 77 Orquídea Mariposa img
Capítulo 78 El propósito de Nina img
Capítulo 79 El pequeño secreto del Mills Enterprise img
Capítulo 80 Puedo cuidarme img
Capítulo 81 Cena de caridad: Gordon fue ignorado img
Capítulo 82 Cena benéfica: Gracias a Nina img
Capítulo 83 Cena benéfica: Paula le hizo un favor img
Capítulo 84 Nunca te odié, Jared img
Capítulo 85 Los pensamientos de Jared img
Capítulo 86 El reencuentro de Jolie y George img
Capítulo 87 La aparición de Gerard img
Capítulo 88 Intimidad después del divorcio img
Capítulo 89 La belleza de la exesposa img
Capítulo 90 ¡Vete a la mierda! img
Capítulo 91 ¿Dónde están sus zapatos de cristal img
Capítulo 92 La legendaria señorita Lawson img
Capítulo 93 El impulso de Vivien img
Capítulo 94 Doloroso infortunio de amor img
Capítulo 95 Príncipe azul img
Capítulo 96 No iba a permitir que nadie intimidara a su mujer img
Capítulo 97 Earl y Dawn, un par de incompetentes img
Capítulo 98 Pregunta inesperada img
Capítulo 99 Engaño img
Capítulo 100 Un hombre indiferente img
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Capítulo 5 Una llamada inesperada

"Nada voy a hacer. Rebuscando en las heridas del pasado. No voy a perder. Yo no quiero ser un tipo de otro lado...". Michelle estaba casi profundamente dormida cuando sonó su teléfono. Adormilada, extendió la mano hacia la mesita de noche, buscando a tientas el celular. Era una llamada de un número desconocido, aunque el código de área era el mismo que el de ella. Después de un momento de duda, finalmente contestó la llamada:

"Hola, ¿quién es?".

"Michelle, soy yo". En ese momento, ella sostuvo el teléfono en su oído, quedándose completamente sin palabras. La suave y familiar voz que sonó desde el otro extremo de la línea cayó sobre ella como un rayo y no acertó a decir nada, pues simplemente se quedó con la boca abierta.

Era él... el hombre a quien una vez amó, el mismo que le rompió el corazón y con quien había soñado cuando era joven. Hubo un tiempo en que pensó que podía ser mutuo y no estaba dispuesta a despertarse de la fantasía. Sin embargo, una noche fría y lluviosa, la realidad se encargó de darle una bofetada en la cara. Esa noche, él la alejó ferozmente, y ella, al ver que la miraba fríamente y con una expresión de apatía, se dio cuenta finalmente de que debía despertarse de su sueño.

"Michelle, ¿estás ahí? ¿Michelle...?", preguntó él ansiosamente.

La voz del hombre la sacó de su aturdimiento, y colgó inmediatamente. No podía fingir y actuar como si nada hubiera pasado. Para ella, era realmente imposible tratarlo como un amigo cualquiera y tener una conversación normal con él. Entonces, sintió algo en su cara y extendió la mano para tocar su mejilla. Estaba mojada. Las lágrimas parecían haber caído por su rostro en algún momento, sin que ella siquiera se percatase. Resultó que había estado viviendo en un sueño... del que nunca se había despertado.

Cuando sus padres fallecieron, la acogió la familia Greenwood, a la que no conocía de nada. Era una familia numerosa, despiadada y fría, y todos sus miembros eran egoístas y avariciosos. Si no hubieran sido sus tutores legales, estaba segura de que no se habrían preocupado por ella en absoluto.

Nunca se había sentido parte de aquella familia y siempre tuvo la sensación de no ser más que un fantasma, alguien invisible y prescindible. Cuando vivía con ellos, su único amigo era un chico que siempre le sonreía. Después de la muerte de sus padres, él fue la primera persona que se preocupó de verdad por ella. La curó cuando se cayó, interesándose por ella y consolándola para que dejara de llorar. Además, a menudo, cuando ella cometía errores, él asumía la culpa en su lugar, ayudándola así a evitar las reprimendas de los adultos. Una y otra vez la ayudó, echándole una mano para tratar de aliviar sus penas. Sin embargo, aquel amable chico de su pasado se había convertido ahora en una herida honda e incurable y cada vez que pensaba en él, se le encogía el corazón.

'¿Por qué? Jared, ¿por qué tuviste que volver? ¿Por qué?', se preguntó a sí misma.

Tal vez debido a aquella llamada, o quizá porque ya había dormido lo suficiente, Michelle pasó el resto de la noche dando vueltas en la cama.

A la mañana siguiente, cuando se vio en el espejo, no pudo evitar sonreír con amargura. Tenía unas enormes ojeras y su tez era bastante pálida. Entonces, fue a preparar una compresa fría, cerró los ojos y luego se la colocó encima. La noche anterior la había dejado exhausta, tanto física como mentalmente. Sin embargo, no quería ir a la oficina hecha un desastre, ya que su pasantía estaba a punto de terminar y si se relajaba a esas alturas, todo el esfuerzo que había realizado en los últimos años habría sido en vano.

Cuando decidió casarse con Gerard, como aún estaba en la universidad, su único requisito fue que él la dejara terminar sus estudios. Ahora que lo pensaba, esa condición resultó realmente ridícula, ya que terminaron divorciándose tan rápido que no tuvo tiempo de graduarse. Al cabo de un momento, con una sonrisa amarga en los labios, tiró la compresa a un lado.

Ya era demasiado tarde para el desayuno, por lo que se apresuró a bajar. Aunque divorciarse en su último día de vacaciones había sido todo un fastidio, no iba a llegar tarde el primer día de trabajo. De repente, el rostro de Nadia, su superior, apareció en su mente, por lo que no pudo evitar acelerar el paso.

Michelle todavía estaba bastante lejos de la carretera principal cuando vio cómo los taxis pasaban de largo uno tras otro. En ese momento, se detuvo, molesta, a mirar los altos tacones blancos que llevaba. ¡No podía correr con ellos! Entonces, levantó la muñeca para mirar su reloj de pulsera y fue consciente de que llegaría tarde, lo que hizo que la imagen del rostro de Nadia se volviese más vívida en su mente. No pudo evitar suspirar al recordar que a Nadia la apodaban "La Dictadora", ya que era muy estricta y severa. Parecía que no le quedaría de otra que aguantar el chaparrón.

De pronto, un coche gris plateado apareció de la nada y se detuvo en seco frente a ella. Un segundo después, se bajó la ventanilla, quedando a la vista el rostro frío de Gerard. "¡Entra!", dijo él, en un tono tan frío como la expresión que lucía en su rostro.

            
            

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