Capítulo 9 El reencuentro con el hombre encantador

Una vez que obtuvo la respuesta que necesitaba, Michelle le dio las gracias a Nadia y se despidió con amabilidad. De camino al departamento de urgencias, no pudo evitar preguntarse si sería realmente más feliz si estuviera ocupada. Como no tenía tiempo para recordar el pasado, no debería sufrir de nuevo, ¿verdad?

Cuando llegó a su destino, no pudo ni siquiera sentarse, pues Nina la estaba esperando para comunicarle la noticia del día en el hospital: "Michelle, te cuento que nuestro departamento está estrenando un nuevo director. Dicen que es muy joven, el más joven que hayamos tenido nunca. Pero la historia no acaba ahí, lo mejor de todo viene ahora: ¡dicen que es irresistiblemente guapo, tan guapo que tiene el poder de encantar a todo el mundo!".

"¿Encantar a todo el mundo? ¿Me quieres decir que vamos a necesitar a un exorcista para quitarle ese espíritu maligno con poder de encantamiento que ha usurpado su ser?", sonrió Michelle sin poder evitarlo. Ella misma se había enterado hacía un momento, antes de bajar por el ascensor desde el décimo piso, y no esperaba que la noticia se esparciera tan rápido hasta el primero. No podía negar que Nina se las arreglaba para estar bien informada. Realmente estuvo a la altura de su reputación como la reina de los chismes.

"¡Michelle, vamos! ¿No puedes al menos mostrar algo de interés?", refunfuñó Nina frustrada.

"¡Mi único interés es trabajar duro para salvar la vida de mis pacientes!", respondió Michelle en voz alta y se puso firme, poniendo miradas patrióticas y magnánimas, con lo que logró el estallido de las risas de todos los que se encontraban en la habitación.

"Ejem". Se sintió el sonido de una tos incómoda que llamó la atención de todos los presentes. En ese momento, quienes se encontraban en el departamento finalmente notaron que alguien estaba parado en la puerta, probablemente desde hacía algún tiempo. Primero supusieron que era un paciente, pero claramente no lo era. Vestía una camisa blanca y pantalones negros. Tenía desabrochados los dos primeros botones de la camisa, lo que le aportaba una imagen fresca e informal. Cuando entró, todos respiraron profundamente al unísono.

Este hombre era... ¡demasiado guapo!

Sus ojos eran grandes y con una ligera inclinación hacia arriba, un rasgo que se volvía aún más prominente y seductor cuando sonreía. Ese rostro apuesto no lucía extraño en aquel hombre, al contrario, le aportaba una belleza delicada. Sus labios delgados y sexis también lograron llamar la atención de varias mujeres del departamento.

A diferencia de las demás, Michelle no pudo evitar fruncir el ceño cuando lo vio. ¿Acaso no era este el mismo joven que la había ayudado a atrapar al ladrón que le robó el bolso? ¿Por qué se encontraba en este sitio?

Como era de esperar, Nina, la mujer apasionada, tomó la iniciativa. Mucho antes de que el resto de las mujeres reaccionara, ella enderezó la espalda, empujó sus pechos talla 36D hacia adelante y, con un aire decidido y desafiante, corrió hacia él. "Hola, señor. ¿En qué puedo ayudarle?", preguntó dulcemente, en su intento por parecer una doctora amable y sexy.

En lugar de responder, el hombre aclaró la garganta y dijo: "Hola a todos. Mi nombre es George Chadwick".

"¿Usted... usted es George, nuestro nuevo director?". Myles fue el primero en reaccionar. Tiró de Nina hacia atrás y miró con discreción al hombre encantador que tenía delante. No había dudas de que George era muy atractivo. Incluso un heterosexual como él se podía sonrojar al intercambiar miradas con un hombre así, pues qué decir que aquella turba de mujeres lujuriosas.

Aún con la misma sonrisa educada, George respondió: "Sí, soy yo. Encantado de conocerlo", dijo con calma estas pocas palabras, pero fueron suficiente afirmación.

Myles estaba a punto de responderle el saludo, pero vio una ambulancia que se acercaba a toda velocidad, lo cual le recordó la llamada de urgencia que había recibido hacía solo un momento. "Dr. Chadwick, hace un instante me informaron por teléfono acerca de una explosión que tuvo lugar en una obra en construcción cerca de aquí. Ahora están trayendo a muchas de las víctimas para acá".

La sonrisa de George se desvaneció, lanzó una mirada a Michelle, que se encontraba parada a no mucha distancia de él, y dijo con seriedad: "Evidentemente no es la primera vez que se enfrentan a una situación como esta. Por favor, estén listos y asegúrense de realizar los primeros auxilios lo más rápido posible para que puedan salvar a la mayor cantidad de víctimas".

Todos retiraron la mirada, volvieron a sus posiciones y se dispusieron rápidamente a preparar las condiciones para recibir a los heridos.

Pronto llegó una ambulancia tras otra, lo que trajo un ajetreo repentino al departamento de urgencias. Sorpresivamente, apareció una enfermera y detuvo a Michelle: "Doctora, allí hay una embarazada con fuertes contracciones. Venga rápido, por favor".

"¿No dijo Myles que la explosión fue en una obra en construcción? ¿De dónde salió esa mujer?", preguntó Michelle con el ceño fruncido mientras corría detrás de la enfermera.