Desde que tengo memoria siempre he recibido todo tipo de comentarios crueles por mis raíces, todos parasen saber de donde vengo, pero ninguno se atreve a contarme la historia completa, incluyendo a mi madre quien lo único que me ha contado de mi progenitor es que es alguien que se ve duro por fuera, pero que amaba como nadie.
De pequeño siempre quise saber mucho más que eso, ¿a qué olía? ¿Cómo era su rostro?, ¿me parezco a él? ¿Era bueno con la espada? ¿Cómo se enamoraron?, ¿estaban enamorados? ¿Cómo se conocieron? ¿Cómo se llama? ¿Qué está haciendo ahora? ¿Por qué nos abandonó?
Con el paso del tiempo varias de estas preguntas se fueron respondiendo solas gracias a los comentarios crueles de mis familiares. Según ellos, mi padre es alguien sin educación ni modales básicos, una bestia que no sirve para nada y un asesino que secuestro a mi madre, que la violo sin una pizca de remordimiento y que cuando lo capturaron escapo junto a otro metamorfo que era su seguidor.
Al principio creía estas palabras, puesto que era la única versión que conocía de los hechos. ¿Qué más debía hacer cuando mi madre no quería hablarme de mi padre? Recuerdo que cada vez que preguntaba por él ella me miraba de manera extraña, asustada, sin saber qué decir o hacia donde mirar y me respondía; "-Nadie lo entendía..." después de eso se encerraba en su habitación por el resto del día y con el paso del tiempo deje de preguntar para no revivir los hechos.
Aunque me parezca extraño que varias cosas no concuerden no quise seguir preguntando y preferí investigar por mi cuenta, pero nunca encontraba las respuestas que yo quería escuchar para sentirme satisfecho por esa razón escape de casa.
¿Fue una mala decisión? La verdad es que no lo sé, lo más probable es que así sea. Sin embargo, no quiero volver hasta conocer cuál es mi lugar y cuáles son mis raíces, lo necesito para sentirme pleno, y solo hay un ser que posiblemente responda a mis preguntas sin pensarlo... Mi padre, pueda que si hablara con él unos segundos pueda entenderme a mi mismo y quitar mis inseguridades.
No es muy bonito que te digan que eres el producto de una violación, aunque mi madre siempre lo niegue.
-¡Soldado Archival! -Mi superior me grita con ferocidad, me pongo recto y miro hacia el frente. -Tú al tener control de un elemento y poder curar con maná tienes prohibido luchar hasta que debemos una señal.
-¡Si señor!
-Si ya quedo todo claro... ¡Vayan a cumplir con su deber! ¡POR EL SOL DEL IMPERIO DE FERS!
-POR EL SOL DEL IMPERIO DE FERS. -Gritamos todos.
Todos empezamos a montar a caballo para dirigirnos hacia la frontera que es en donde se percibió movimientos extraños y un fuerte flujo de maná, pero según los superiores posiblemente sea un mago que deberemos enviar al monasterio.
Mientras cabalgo se me es imposible no pensar en mi madre, en realidad, siempre está en mi mente y me desanima no haberme despedido de ella. Al menos tengo que collar que me regalo, el cual si le das un poco de maná te muestra una fotografía que fue grabada, yo la tengo a ella junto a mis hermanos menores.
Madre, solo espero que te encuentres bien sin mí, el señor Orion te cuidara bien en mi ausencia.
[...]
He estado escondido entre las sombras desde hace un buen rato, aún no hay ninguna señal de algún metamorfo este utilizando su maná para fines de magia sin ser parte del monasterio y eso me tranquiliza. Sin embargo, hay algo que me parece extraño, aunque no sé el que.
-¡Archival! -Siento algo estrellando con la parte detrás de mi cabeza.
-¿Qué pasa? -Me toco aquella zona para verificar que no me haya dejado algún rasguño.
-Te he estado hablando, pero no respondes.
-Lo siento, estaba pensando en algo. -En realidad aún no me termino de acostumbrar al nombre que he escogido para colarme en este lugar. -¿Qué sucede?
-El superior dijo que ya nos podíamos ir, no hay pelig...
Un fuerte estruendo se escucha y empiezo a sentir una fuerte presencia de maná, miro a mi compañero para saber si no soy el único que lo está sintiendo. Este no se mueve, solo tiene los ojos muy abiertos y traga su saliva con dificultad.
-¿Eso es fuego? -Pregunta mi compañera apuntando hacia unos árboles.
-Eso parece... -Le respondo sin saber que más hacer, ¿debería ir a saber qué está pasando?
-¿Será un niño? -Yo niego nervioso.
-Es imposible... -Recuerdo que mi madre me había explicado que los niños que nacen con una gran cantidad de control y de maná, manifiestan de manera involuntaria sus habilidades y al no saber controlarlos aún pueden resultar heridos o hasta muertos. Sin embargo, al ver el fuego este no se esparce por los demás árboles e incluso se está transformando en una bola de fuego que está envolviendo una pequeña parte del bosque. -Ve por ayuda, intentaré desviar el fuego.
-¡¿Estás loco?! Aún no sabes controlar lo suficientemente bien tu maná.
-Al menos lo intentaré, si hay compañeros nuestros encerrados morirán allí dentro. Solo desviaré el fuego para que escapen.
-Estás mal de la cabeza... -Susurra sin poder creérselo.
-Por esta vez confía en mí. -Nos quedamos mirando a los ojos y este termina rindiéndose. -Espero que sepas lo que estás a punto de hacer.
-Lo sé, confía en mí...
Mi compañero se terminó yendo inseguro y lo entiendo perfectamente, ya que en estos dos meses que he estado entrenando he demostrado que no tengo el suficiente conocimiento como para controlar mi maná. Sin embargo, aun así puede hacer cosas "fáciles" como desviar aquella bola de fuego que no deja de crecer.
Me acerco lentamente y bastante nervioso, no escucho gritos de ayuda o alguna señal de que mis compañeros de equipo se encuentren dentro o alrededores, y eso me parece bastante extraño. Me posiciono mejor en la copa de un árbol, él más cerca que tengo al fuego, cierro los ojos para concentrarme y empiezo a juntar maná en ambas manos para después pasarlo a mi espada y así poder crear una fuerte ráfaga de aire.
Cuando siento un picor en mis manos hago un movimiento brusco con mi espada, provocando que varios árboles se muevan y logro que la bola de fuego se haya esparcido por el bosque, eso es algo malo, pero al menos ya no hay una bola de fuego.
Me apresuro en moverme de lugar para que el posible bandido no me vea.
Busco rápidamente a mis compañeros, pero al ver todos los cuerpos tirados en el suelo me quedo atónito. ¿Qué más puedo hacer? Podría enfrentarme a los dos encapuchados que se encuentran mirando a su alrededor buscándome, pero uno de ellos tiene control de los elementos y al ver lo que puede hacer sé que no soy un rival para él.
Sería un suicidio.
Podría esperar a que se vayan, esa seria una buena opción si pudiera saber quienes se encuentran con vida y si sobrevivirán. Tampoco puedo quedarme sentado viendo, terminaría siendo un testigo y lo más probable es que me interrogue mi padrastro, y pelear para morir no es algo que llame mi atención en estos momentos.
-Creo que se ha ido... -Escucho a uno de los encapuchados, es una voz femenina, aunque su tono es agresivo.
-Aún no lo hace, puedo sentirlo. -Responde ahora una voz masculina, su tono es más tranquilo e incluso desinteresado. -Es mejor que volvamos a casa antes de que tu padre sea quien venga a buscarte.
-Creo que llegarían primero los militares antes que mi padre. -Se mofa la voz femenina.
-Puede que sea cierto, es tu padre quien da más miedo cuando se enfada. Vámonos. Ahora.
-No quiero irme, tengo que estar aquí en Fers al menos una semana. Solo te pido una. Por favor.
-No me hagas ojitos conmigo eso no funciona. Y es estúpido que quieras ir, no hay nada en Fers que te esté esperando e incluso, ni siquiera tienes papeles cuando te los pidas ¿qué harás?.
¿No tienen papeles? Eso es algo extraño, posiblemente sean demasiados pobres como para tener algún tipo de registro o podrían ser fugitivos. Sin embargo, nunca he escuchado de algún fugitivo con las habilidades de ellos.
-Solo quiero conocer a mi madre, verla aunque sea de lejos. ¿Qué tiene eso de malo?
Tenemos algo en común querida extraña, pero al menos tú sabes en donde se encuentra. ¿En dónde estará mi padre? Sé que no está en este imperio, pero es un fugitivo y es uno de los más peligrosos.
-Lo malo es que te pueden atrapar. Esto no es un juego, y no vas a ver a una familia cualquiera.
¿Familia cualquiera? Debe ser un aristócrata, lo más probable de bajo nivel como un barón.
-Solo será de lejos, lo prometo... Es solo que, siempre he querido verla.
-Kel...
-Tú tampoco has visto a tu madre, ni a tu padre. ¿No tienes curiosidad por ellos?
-No. Ahora vámonos.
El encapuchado más alto agarra al más bajo para después empezar a arrastrarlo por la fuerza, fácilmente podría atacarlos para aprovechar el hecho de que se encuentran desconcentrados discutiendo y no prestan atención a su alrededor. Sin embargo, no sé cuál de los dos es quien tiene las habilidades con el maná.
Lógicamente, tendría que ser el más alto, puede que este haya querido detener a la chica de que entrara y de paso protegerla de nosotros, pero puede que sea que la joven haya provocado el fuego para protegerse.
¡Por el amor de la diosa! ¿Qué mierda hago?
Escapar es lo más sensato, soy realista y no puedo enfrentarme a ellos teniendo en cuenta que mi nivel de experiencia no es mucha.
Me levanto de donde estoy con bastante cuidado para no llamar la atención o podría salir muy mal, pero al dar un paso siento que algo choca contra mí haciéndome caer con brusquedad. Miro hacia el frente y veo al metamorfo macho acercándose a mí con tranquilidad, no quiero estar cerca de ese tipo.
Rápidamente, me levanto para empezar a correr, pero siento algo extraño en el ambiente... ¿En qué momento desapareció la chica? ¿En dónde mierda se metió? No puedo verla por ningún lado.
-No me gustan los espías. -Dice el metamorfo macho. Empezando a juntar maná en sus manos, estas se envuelven en una llama de color azul.
-A mí los intrusos. -Le contesto en posición para pelear, ya no puedo escapar y la chica posiblemente se haya ido para estar a salvo, asi que no creo que deba preocuparme por ella.
El desconocido dispersa el fuego de sus manos, aquello me deja confundido y sin saber qué hacer, no puedo bajar la guardia. Siento movimientos rápidos detrás de mí, pero no soy capaz de darme vuelta por miedo a que el tipo me ataque. Sin embargo, empiezo a escuchar unos pasos corriendo hacia mí y me obligo a darme vuelta.
No me da tiempo a reaccionar de manera rápida, solo termino sintiendo un fuerte golpe que me hace estrellar hasta unos árboles.
-Mierda... -Siento como si me hubiera molido la espalda.
Enojado por mi estúpido descuido me levanto como puedo y provoco una fuerte ráfaga de aire, logro mandarla a volar hacia unos árboles para que se estrelle, pero para mi mala suerte eso no sucede del todo.
Fue capaz de apaciguar el golpe de manera elegante, pero no salió del todo ilesa.
-Tahiel... No te metas en esto. -Dice al levantarse y posicionarse para pelear.
[...]
Me duele la cabeza, lo último que recuerdo es que estaba peleando con la chica y que íbamos casi igualados, aunque hubo un momento en que logre tener la ventaja. Sin embargo, de la nada sentí un fuerte golpe en la nunca y caí desmayado.
Ahora mismo me sigo sintiendo mareado y desorientado.
-¿Iremos al imperio Fers? -Es la voz de la chica. Levanto un poco mi mirada hacia donde se encuentran, no tengo mucha fuerza, pero aquellas personas que me han derrotado están hablando de mi hogar, sería peligroso para mi madre y para todos.
-Ya hemos hablado sobre ese lugar... -Le responde una voz que no reconozco, debe ser el que me dio el golpe.
-¡Pero tú también quieres ir! -Se queja la joven.
-Siempre es la misma discusión contigo, ya sabes la respuesta.
-¿Nunca has pensado que nos estará esperando?
Me gustaría bastante bajar el volumen de sus voces para seguir pensando en mi miseria, tengo suficiente con mis problemas para escuchar las de unos fugitivos... ¿Fugitivos? ¿Ellos conocerán a mi padre? Siempre he escuchado de mi padrastro que entre delincuentes se conocen, aunque no puedo decirles muchos detalles, puesto que nunca lo he visto. Sin embargo, según mi madre es un hombre tosco y a la vez amable, tiene ojos marrones y una voz dominante.
-Kel, ya basta. Debemos irnos. -Habla esta vez una voz que si puedo reconocer.
Si pudiera mover un poco mis manos podría escapar, pero me ataron bastante bien y no tengo la experiencia suficiente para utilizar el maná sin moverme. También podría convertirme en lobo, pero mi resistencia no es la mejor en esa forma y me terminarán matando muy fácilmente.
-Entonces mátalos para poder irme de una buena vez. ¿Y tú qué me ves? -La joven metamorfa se acerca hasta a mí y me da una patada en la cara, por suerte no caigo al suelo, ya que me encuentro amarrado a un árbol. -Eso fue por haberme golpeado.
-Tú me golpeaste antes... -Le respondo escupiendo sangre sobre su zapato, eso no parece importarle o puede que no se haya dado cuenta.
-No recuerdo haberte preguntado, así que cierra la boca o te rebano el cuello.
-Kelira... -El macho se posiciona al lado de la joven, subo mi mirada de manera temerosa, ya que tiene un aura extraña y un aroma a sangre. -Solo quítenle las cosas y vayámonos, aún es un niño, posiblemente ni sea mayor de edad.
Su manera de hablar es bastante fría, directa y no muestra ningún sentimiento.
-Qué aburrido eres... -Le dice ¿enojada?
La metamorfa de nombre Kelira me empieza a revisar los bolsillos, pero al no encontrar nada de valor en ellos chasquea su lengua y me mira de manera intensa. Sus ojos son de color marrón, y hay algo en su mirada que hace que sienta pena por ella.
-No tienes nada, ¿acaso vienes de una familia pobre?
No le contesto nada, puesto que no tengo ni idea de que debería de responder y tampoco soy tan idiota para admitir que mi familia es una de las más importantes de este imperio, pero que no tengo nada porque me escape.
-¿Acaso eres ciega? Tiene algo en el cuello. -Le dice el metamorfo joven.
Mierda, se me había olvidado por completo sacarme el collar que mi madre me ha dado.
-¡Ya lo sabía! Déjame en paz, ustedes dos tienen algo contra mí. Veamos que tienes para nosotros... -Me muevo bruscamente para evitar que me lo quite e incluso le doy un cabezazo para que no sea capaz ni de tocarlo. -¡Bastardo! -Dice enojada tocándose la nariz, ya que comenzó a sangrar gracias al golpe. -Al parecer si tienes algo de valor...
Noto como junta con dificultad maná en su puño, eso no significa nada bueno para mí.
Esta pone una sonrisa en su rostro y su puño se estrella contra mi mandíbula con bastante potencia... Hace bastante tiempo que no sentía un dolor de este nivel, no me sorprendería que me lo haya rompido.
-Ahora sí. -Esta hija de puta agarra la cadena de mi collar y la arranca de manera brusca, provocando que esta se rompa. -Mierda... ¿Hmn? Se ve bastante caro. Apa, ¿es caro?
-Déjame ver... -El metamorfo agarra mi collar, no puedo evitar mirarlo con odio y con ganas de patearle hasta la existencia aunque pueda acabar muerto antes de poder tocarle un pelo. -Hmn... Niño, ¿de qué familia vienes? -Subo mi mirada perdida y llena de dolor por el golpe, por primera vez puedo verle un poco la cara.
Es de piel morena, varias cicatrices por el rostro, pero tiene una bastante grande y notoria en el lado derecho. Sus ojos son de color café, y para mi sorpresa también son bastante expresivos, ya que puede sentir que están llenos de melancolía.
-Stewark... -Le respondo en un intento de no trabarme con mis palabras.
-¿Son muy ricos, Apa?
-He escuchado que sí... -El metamorfo se me queda viendo por varios segundos de manera extraña, como si estuviera buscando algo en mí. -No sabía que eran tan buenos con el control de maná... -Susurra extrañado. -¿Cuál es tu segunda familia? -No le respondo nada. -¿Un miembro de tu familia se casó con un metamorfo del norte? Ningún noble del sur tiene piel morena, eso era característico del norte y por lo que sé todos los títulos nobles que existían fueron despojados de sus títulos. ¿No estás mintiendo?
-¿Qué importa si lo hace o no? Al final, lo importante es... ¿Podremos comer por varios meses con ese collar, verdad? -Pregunta la joven emocionada, pero el metamorfo me sigue mirando con desconfianza.
-Podríamos, aunque dudo que podamos venderlo rápidamente... ¿Cómo te llamas niñito?
-Archival... -Le miento, dudo que un fugitivo este tan al tanto de los hijos de los nobles.
-Qué nombre tan feo, se nota que es un noble.
-Es irónico que seas tú quien lo diga. -Le dice el macho más joven.
-Cierra la boca. ¿Entonces qué haremos?
-Volver a casa. -Habla una voz que no reconozco, debe ser el macho que se encontraba en la cima del árbol. -Hay movimiento, para ser exactos vienen como veinte metamorfos de alto rango con cinco monjes.
Mierda, no puedo dejar que solo se vayan, podría hacer algo de tiempo para que sean capturados, aunque no se ven muy preocupados y eso no me tranquiliza en lo absoluto.
-Vámonos y no quiero peros. -Empiezan a caminar hacia la frontera, pero el macho que tiene mi collar lo lanza hacia mí y sigue su camino. Hubiera preferido que me dejaran inconsciente, al menos de esa manera no tendré vergüenza de ver a mis superiores.
-¡La chica! ¿Te llamas Kel, verdad? -Grito en un intento de que se detengan, funciona bastante bien, puesto que consigo la atención de todos. -Puedo ayudarte... -Le digo respirando con dificultad, puesto que puedo sentir la mirada asesina de los tres machos. -Dijiste que querías ver a tu madre, ¿verdad? Puedo ayudarte con eso. -En realidad podría, pero si mi madre me llega a encontrar estaré castigado por el resto de mi vida. -Soy un aristócrata, uno bastante importante, puedo darte una vida para que nadie sospeche...
-Niño será mejor que cierres tu boca. -Dice el macho que antes me había tirado mi collar.
-Tú no ganarías nada con eso. Idiota.
-Sí que lo haría, yo estoy buscando a alguien y tú podrías ayudarme.
-Estarán aquí en 10 minutos.
-Kelira vámonos... -Dice ya enojado el padre de la joven o al menos tengo entendido que es su padre por la manera en que lo llamo.
-¿A quién buscas? -Bien, ya tengo su atención...
-A mi padre... Soy un bastardo, y él era del norte... Ahora los del norte que pertenecían al ejército son fugitivos o están muertos, él sigue vivo y quiero encontrarlo.
-5 minutos...
-Mierda... -El macho más alto agarra a Kelira quien tiene toda su atención sobre mí, al parecer se encuentra pensando en mi propuesta, pero despierta de aquellos pensamientos por el movimiento brusco que hace su padre para que preste atención a su alrededor. -Debemos correr.
Todos empiezan a correr, pero es demasiado tarde...