Penumbra
img img Penumbra img Capítulo 4 El Frio de la Noche parte 4
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Capítulo 6 El frio de la noche parte 6 img
Capítulo 7 El alcohol no es el antídoto img
Capítulo 8 El alcohol no es el antídoto parte 2 img
Capítulo 9 El alcohol no es el antídoto parte 3 img
Capítulo 10 El alcohol no es el antídoto parte 4 img
Capítulo 11 Primer momento img
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Capítulo 4 El Frio de la Noche parte 4

Seguí caminando y me topé con una iglesia, ya bastante dañada y con ventanas rotas y la puerta a punto de caer, el campanario estaba derrumbado y la cruz colgaba de tal forma que se veía estar de cabeza, quise entrar allí y ver que había dentro de esa arruinada construcción. Una sotana en la entrada fue lo primero que logré ver, al observarla detalladamente, vi que estaba con unas gotas de lo que parecía ser sangre, eso me hizo sentir un escalofrío que recorrió mi cuerpo.

Ya en la iglesia absorbe muy desgastado las bancas de madera estaban echas aserrín por las termitas, y el piso casi roto por todos lados, un púlpito hecho pedazos como si alguien lo había destruido intencionalmente con un hacha, -¿Qué mente tan retorcida, entra a una iglesia y hace tal sacrilegio? -. Algún extremista tocado por el demonio, solo alguien así podía cometer cuya atrocidad.

Los ídolos estaban todos hechos más que polvo y la estatua del Jesucristo con la cruz, se hallaba en el piso sin su cabeza.

Vi a los ventanales y de ellos emanaba una luz, me pareció muy extraño, ya que afuera estaba todo envuelto en una oscuridad, no había sol en ese lugar y esa luz era la misma que proviene de un rayo de sol de mediodía, topándose con ese ventanal.

Un momento extraño, pero para todo lo que había pasado ya no me era tan relevante como con las sombras o ese lugar donde estaba, un sitio donde la normalidad no existía.

Caminando entre el suelo roto y en medio de salón, me topé con que al final del estrado había una puerta, me llamó la atención que esa puerta estaba en perfecto estado y hasta esa pintura blanca estaba limpia y muy bien conservada. Me dio curiosidad saber que se podría hallar detrás de esa puerta.

La duda me carcomía y me dispuse a averiguarlo. Me acerqué y puse mi mano en la manilla y logré escuchar los latidos de mi corazón, con tal nitidez que pareciera que estuviera mi oreja en mi pecho. Al darle la vuelta a la manilla y abrir así la puerta, me di cuenta que estaba cerrada y con una gran frustración encima le lancé una patada a la puerta y quise derribarla y la golpeé para que cediera, pero la puerta no se caía, ni rompía, -mi ilusión por qué esa puerta fuese la salida de ese maldito lugar, se vio desboronada por en un segundo-.

Me arrodillé recostado de la puerta y bajé la cabeza entre mis rodillas y me sentí tan frustrado, triste y enojado a la vez, todas esas emociones revueltas me hacían sentirme perdido y desorientado, sin esperanzas de lograr salir de allí.

Un inmenso dolor me abrumaba y no sabía qué hacer. Estando un momento arrodillado en el piso, supe que debía buscar la manera de abrir esa puerta, y alcé mi mirada en busca de alguna cosa que me ayudara a derribarla, las bancas echas solo polvo no me servían, no había candelabros en esa iglesia, realmente no había nada de hierro realmente, y me levanté, empecé a recorrer la iglesia en búsqueda de algo que sirviese como una especie de palanca, pero aún no encontraba nada.

Recordé las llaves que colgaban en la entrada del pueblo, y me fui en búsqueda de ellas, con la esperanza que alguna de ellas sirviera.

Me propuse a buscarla y salí de la iglesia y en camino a la entrada de ese pueblo, y me topé con que el parque que estaba al frente ya no estaba y en su lugar había un hospital psiquiátrico y estaba en ruinas, como habría llegado eso allí si antes había un parque, comprendí que en ese lugar no era real, ya que eso no es racional. Me invadió la curiosidad de saber que podía encontrar en ese lugar tan escalofriante, pero debía encontrar las llaves para la puerta que estaba en la iglesia y puse rumbo a la entrada con desespero y corrí para llegar aún más rápido, entre las calles desoladas y entre casas abandonadas, corrieron observado de reojo vi a una persona asomada en una de las ventanas y deje de correr y volteé a ver y en la ventana no había nada, juro a ver visto a un hombre mayor de poco cabello con una chaqueta marrón claro, de pie inmóvil viendo por esa ventana, -¿Acaso habría sido mi imaginación jugando una macabra broma? O ¿Realmente sí estuvo alguien allí y desapareció? -.

Decidí continuar y omitir eso y mientras caminaba seguía dándome vueltas en la cabeza esas preguntas, ya finalmente en la entrada del pueblo, allí estaban las llaves, bastante desgastadas y corroídas por el óxido. Ahora debían alcanzarlas ya que colgaban del arco de la entrada. Intente tumbarlas a piedras y eso fue inútil, no podía escalar el arco ya que no tenía por dónde agarrarse. Pensaba si allí se podría hallar alguna escalera o algo en donde subir y alcanzarlas, se hallaban más o menos a unos tres metros del suelo y observando a mi alrededor observe un barril cervecero de madera, y fui a buscarlo y al no tener casi contenido se me hizo muy fácil en rodarlo a debajo del arco, y me subí a él, era bastante viejo aquel barril, pero aún resistía mi peso, algo inestable. Estire mi brazo y logre tomar todas las llaves que estaba allí colgando, sentí que el barril se le estaba rompiendo la madera y al intentar bajar el barril se rompió y caí en una madera clavándose en mi pierna en la parte del músculo peroneo lateral corto, caí al piso sin poder caminar.

Con un inmenso dolor y con mi pierna desgarrada esperaba lo peor en ese momento, el barril solo tenía agua y se había derramado perdiéndose, una gran sed me invadía y el agua desperdiciada en la arena.

Sentía que otra vez se me desboronaba el mundo a pedazos en mis manos, estaba inválido ahora y debía llegar a la iglesia a probar si alguna de las llaves servía para la puerta, y no me quedaría de otra que llegar cojeando de una pierna, mi pierna derecha estaba dolorida y mi izquierda desgarrada, -exclamé-

            
            

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