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Estuvimos hablando por un largo tiempo, nos
pusimos al día sin pensarlo 2 veces, reímos demasiado, me dolía el estómago de
tanto reír por sus ocurrencias, nunca había reído de esa manera, todos los que
estaban ahí solo nos miraban como si estuviéramos locos de reír demasiado, pero
lo que no sabían era que los 2 habíamos encontrado nuevamente a nuestro amor, quien
lo diría que esa persona desconocida se convertiría en el amor de mi vida, nos
estábamos despidiendo afuera de aquel café bar, sin darme cuenta el me abrazo, sentí
la calidez de su cuerpo, podía escuchar aquella melodía de su corazón tan
hermosa que cerraba los ojos para deleitar de aquella melodía y guardarla en
mis memorias, cuando lo mire el me beso, fue un tierno beso, tan tímido y
sincero, no quería soltarlo pero cada vez se hacía más tarde y no tendría la
manera de como regresar a mi casa, estaba dispuesta a nunca soltarlo quedarme
para siempre en sus brazos.
Cuando me soltó note que algo se quitaba del
cuello era un collar con un corazón al reverso del corazón tenía su nombre
escrito "MAURICIO". Diciendo: -llévalo contigo así sentirás que estoy contigo
todo el tiempo y cuando me extrañes sostenlo con tanta fuerza y veras que poco
a poco te calmaras-. Sin aviso me dio un tierno beso y salí corriendo a mi casa,
iba corriendo, sonriendo, estaba tan feliz y dichosa por saber que él será
parte de mi vida en ahora en adelante, estaba en el baño desvistiéndome, cuando
me estaba quitando la blusa, su perfume salió a relucir, abracé la blusa
cerrando los ojos y reviviendo ese bello momento y volví a sonreír como una
tonta, comenzaba a sentirme tan feliz y dichosa.
Estaba saliendo del baño, comenzó a sonó el
teléfono, rápidamente conteste era él. – Hola mi amor-. Cuando escuché eso me
estremecí y sentí tan extraño, pero se sentía tan bien.
-Hola mi amor-. Le conteste tan felizmente.
-Hace un momento me estaba cambiando y note
que tu lápiz labial se quedó impregnado en mi playera-.
-Puedes creer que algo parecido me paso, pero
en mi caso tu perfume, déjame decirte que no tienes mal gusto, me encanto tu
perfume-. Estaba algo avergonzada pero feliz, hablamos por horas hasta que nos
quedamos dormidos.
Al día siguiente le conté todo a Santi, así
empezó aquella hermosa historia de amor inolvidable. Así pasaron 3 meses
salidas, llamadas nocturnas, la luna guarda mil secretos de los amantes nocturnos.
Caminaba hacia la salida de la universidad y
lo vi ahí sentado en una banca del jardín de la universidad, así que caminé
lento y le cubrí los ojos. -adivina quién soy-. Sin quitarle las manos de los
ojos. - ya se quién eres, ¿eres tú mi amorcito? -. Le quite las manos y
caminamos a la salida.
- ¿qué haces aquí amor? -. Le pregunte.
-Te dije que tenía unos asuntos pendientes
cerca de aquí y como los termine pronto vine a verte-. Me sorprendió, pero me
gusto de igual manera, era la primera vez que hacía eso. -deberías de hacerlo
más seguido-. Le comenté.
Me acompaño hasta mi casa, cuando me iba a
despedir, le di un beso en la mejilla y entre lo más rápido que pude, nunca nos
habíamos besado en público solo aquella vez, en nuestra primera cita, me asome
por la ventana y él estaba ahí sonrojado tocándose la mejilla, tardo unos
minutos cuando comenzó a caminar de repente salto de felicidad y yo moría de
amor por él.
De un momento a otro comencé a dudar de ser
lo suficiente para él, creció un miedo inexplicable, que comencé a cometer
errores, cada que teníamos una discusión le decía termináramos, pero al día
siguiente pedía perdón por lo sucedido, hasta que aprendí a no hacerlo porque
lo lastimaba demasiado, poco a poco fui madurando con él, nunca había tenido
una relación que durara más de un mes.
Pero mi pasado me atormentaba y no dejaba
avanzar, una noche le conté todos mis fantasmas y errores que había cometido,
esa noche creí que lo perdería, ya estaba perdidamente enamorada de él, poco a
poco asimilo todo eso y se quedó a mi lado.