Capítulo 2 Solicitando mis Vacaciones

Era hora de tomarse unas vacaciones y de explorar nuevos paisajes exóticos, desde hace un tiempo mi amada y yo, queríamos hacer ese viaje. Lo primero que pasó por mi mente, eran unas costas, montañas, y me dije, porque no ir a Hawái, Aruba, el mar caribe, Cancún, Santa Marta, Cuba, Costa Rica, Puerto Rico.

Había tantos lugares por explorar, que la lista era muy larga y extensa. Al menos contaba con 30 días de permiso reglamentarios, por la antigüedad que tenía en la empresa.

Las vacaciones debían de solicitarla con 15 días de anticipación, según las normativas de la empresa.

La empresa te regalaba un bono de producción, el cual, lo podías solicitar por caja de ahorro, plata que te descontaban de tu salario con fines de ahorro.

Ya contaba con más de dos años de antigüedad en la empresa, era el momento de solicitar las vacaciones y que mejor con la compañía de mi bella y amada chica.

Me fui al departamento encargado, para solicitar las vacaciones de manera formal, al tocar el timbre, me responde un intercomunicador:

-¡Buenos días!, en que le podemos colaborar?, anuncia una voz femenina

-Es Pedro del departamento de fabricación de materiales y Procesos, es para solicitar mis vacaciones.

- ¡Por favor pase, ya le atiendo!, me respondió muy amable la mujer.

Era un pasillo largo dividido por cubículos cerrados en pared de drive Wall y ventanas oscuras, al llegar al final, giré a la derecha, había una recepción.

-¡Por favor tome asiento!, me indicó la muchacha.

-¡Me permite su carnet, por favor!.

De momento entregué mi carnet, la chica lo pasó por la lectora e inmediatamente la computadora se conectó con la base de datos y se trajo toda la información sobre mí, se podía observar la fecha de ingreso, las horas de trabajo, el departamento para el cual laboraba, y la antigüedad.

-Muy bien Pedro, acabo de procesar tu solicitud, en 3 días hábiles, te va a llegar un mensaje a tu celular con la aprobación de tus vacaciones, por favor debe estar atento, para que ese día firmes la solicitud.

-Perfecto señorita, muchas gracias, me despedí muy agradecido.

Faltaban 15 min para que sonara la campana que anunciaba el almuerzo.

Ring, sonó la campana, anunciando que debíamos ir al comedor, al llegar había personas haciendo una fila para calentar, del otro extremo del salón había otra fila donde había comida bife, era un self-service, te pesaban la comida y te cargaban el pago a tu carnet de trabajo, al final de mes te descontaban de la nómina, al momento de tu compra, te llegaba un mensaje de texto, con la información de tu compra.

Decidí, que era buen momento de comer un pollo en brasas, con Yuca frita y ensalada rusa.

Al parecer era el menú que más se vendía, porque quedaba muy poco, me dije: ¡Justo a tiempo! Y seguí con mi bandeja y el plato elegido.

El comedor estaba lleno, a pesar de que había personas calentando sus almuerzos, él área de calentadas, estaba separada del área del restaurante, por lo que albergaba gran cantidad de personas, el problema era que en muchos casos tocaba sentarse, con otros departamentos, donde muchas veces te sacaban conversas y no tenían ni la más remota idea de que hacían las otras áreas de la empresa, cada quien se limitaba a conocer su área.

En cambio, en México, nada se escapa, Pueblo chico, infierno grande. Todos se sabían la vida de todos.

En mi ciudad, cuando buscaban a alguien del pueblo, se mencionaba el nombre más la actividad a la que se dedicaba la familia, en mi caso sería algo así como: ¡Pedro el talabartero, el hijo de Juan!

Mi amigo de infancia, se llamaba Jesús, y lo llamaban Jesús el carnicero, hijo de José

Había veces, en que era un poco incómodo, porque cada quien, podía independizarse y decir que era Dr., abogado o ingeniero, pero de igual forma te iban a llamar: Jesús el carnicero, hijo de José o Pedro el talabartero, hijo de Juan.

Para el que había nacido en nuestras tierras, era un orgullo ancestral, que se transmitía de generación en generación y era eso, el árbol genealógico de la familia y se llevaba con el mayor de los orgullos, eso era reconocimiento en mi sociedad, una sociedad formada por valores y costumbres, que se transmitían de padre a hijos.

La familia es la que siempre está ahí apoyándote en las manos y en las buenas, no se trataba de que, si eras un mantenido o no, la familia siempre velaba por ti y por todos. Eso era el tesoro más sagrado que podías tener, ese era el deber ser.

En todo México, se mantenía esa costumbre, unos pueblos más que otros, y otros menos que otros, pero así era.

Todo el comercio era con base en una festividad, es decir, siempre había lago que celebrar, por ende, había algo que comprar y que ofrecer, regalar y compartir.

-La gente era o mejor dicho buey, muy creativa y muy dada a compartir y sobre todo a gastar, se podría decir, que éramos una sociedad consumista.

Podríamos decir, que el modelo económico, era muy parecido al de los EEUU, al punto tal que las deudas nunca te abandonaban, eran tus más fieles seguidoras.

¡En esta vida, nada es eterno¡, así decía mi padre antes de morir! Había que disfrutar el hoy, sin preocuparte por el mañana, pero los recuerdos te persiguen, te torturan, sin importar, sin son buenos o malos.

Uno no podía estar viviendo del pasado, porque la nostalgia te invade y terminas deprimiéndote, ni tampoco podías ser mal agradecido con la vida, qué contradicción, no ¡

Cuando se es adulto, cambian muchas cosas en ti, supuestamente evolucionamos, según la teoría de Darwin.

La teoría de la evolución es como se conoce a un corpus, es decir, un conjunto de conocimientos y evidencias científicas que explican un fenómeno: la evolución biológica. Esta explica que los seres vivos no aparecen de la nada y porque sí, sino que tienen un origen y que van cambiando poco a poco. En ocasiones, estos cambios provocan que de un mismo ser vivo, o ancestro, surjan otros dos distintos, dos especies. Estas dos especies son lo suficientemente distintas como para poder reconocerlas por separado y sin lugar a dudas. A los cambios paulatinos se les conoce como evolución, pues el ser vivo cambia hacia algo distinto.

La evolución está mediada por algo llamado generalmente "selección natural", aunque este término es muy vago. Un término más correcto es la presión selectiva.

Con este nombre se entiende un factor que "presiona" estos cambios en una dirección. Por ejemplo, la sequedad de un desierto presionará a todas las especies para tener una mayor resistencia a la deshidratación, mientras que los menos adaptados morirán y se perderán en la historia.

Esas son las enseñanzas que recuerdo de la escuela, que para algo sirvieron.

De algo si estaba seguro, que uno aprendía mucho de otras culturas, cuando uno viaja, pero sobre todo aprendías a valorar la tuya.

Era hora de planificar el viaje.

Era la hora de salida, me esperaba mi amada y bella pelirroja en las afueras de la empresa.

Entré al carro y le di un beso.

Hola amor, como te fue hoy?, me preguntó.

¡Muy bien amor, ya solicité mis vacaciones!, muy contento le respondí

En serio cariño, de eso te quería hablar también, me comentó.

Hay una agencia de viaje, que tiene unos planes para viajar en un crucero, deberíamos ir a que nos muestren y así elegir qué destinos nos conviene, te parece?, me consultó.

¡Perfecto amor, vamos!

Al llegar a la agencia de viajes, nos abrieron la puerta como mucha amabilidad, había pantallas de TV, donde anunciaban comerciales sobre diferentes destinos turísticos. Eran demasiados los comerciales que provocaba elegir todos los destinos.

Todo parecí mágico, no había nada imperfecto en esos comerciales, todos se veían felices disfrutando las estadías, no había peligro alguno.

Me causó mucha impresión, como pescaban en las costas de Hawái, hasta hacían competencias para medir sus actitudes, era como una especie de campeonatos deportivos, después pasaron una película donde había unos surfistas en busca de playa, arena, sol y aventuras.

El comercial de Hawái, presentaba hospedajes en chozas, cabañas, como también, había hoteles lujosos en medio de unas vista espectacular, se veía volar las gaviotas, por otro lado, pasaban las piscinas y los parques acuáticos.

La isla ofrecía turismo de aventura, ¡bueno, a eso venimos no!

            
            

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