Capítulo 3 Haciendo las Maletas

La isla ofrecía turismo de aventura, ¡bueno, a eso venimos no!

Nos ofrecieron un paquete,

Uno de los comerciales comentaba:

¡Vive la experiencia de Aloja! Con un crucero a Hawái.

Solo la palabra "Hawái" evoca imágenes de olas turquesas que bañan las coloridas arenas, una diversidad histórica, que es tanto polinesia como estadounidense, y la cultura acogedora que aún puedes sintetizar, en una palabra: Aloja. Una vez que llegues, recorre la historia de Pearl Harbor en Oahu, donde puedes ver los barcos de guerra y el monumento sobre ese fatídico día de 1941. Viaja en crucero a Hawái y visita la Gran Isla para escalar los volcanes como el Monte Kilauea y apreciar las cascadas en las laderas de Mauna Kea. También puedes disfrutar del sol y el surf en las alejadas costas de Kauai y Maui.

Descubre la magia a bordo de un crucero a Hawái.

Hawái brinda una de los mejores paseos al aire libre del mundo. Los mejores cruceros a Hawái te permiten hacer excursiones a través del frondoso bosque Hana o disfrutar de la experiencia volcánica en la Gran Isla. Maravíllate con la lava de Kilauea o disfruta del café que crece en el suelo fertilizado durante millones de años por las erupciones.

Al final nos decidimos por Hawái, era lo que estábamos buscando.

Una vez comprado los boletos, nos llegaba un mensaje donde nos confirmaban la compra y nos invitaban a llenar una cuesta de satisfacción de atención al cliente.

-Como fueron atendidos?, ¿Le ofrecieron lo que usted buscaba?,

¿Cómo califica la atención recibida?, ¿nos recomendaría con familiares y amigos?

Llené la encuesta de satisfacción valorando con 5 estrellas, la máxima puntuación.

Salíamos en 17 días a bordo de un crucero mágico, el más grande que hayas podido imaginar con todos sus lujos y comodidades.

Al rato me llegó un mensaje al celular al abrir el mensaje: era del departamento de recursos humanos de la empresa

-Sr. Pedro, nos complace anunciarle, que su solicitud de vacaciones ha sido aprobada, por favor pase por las oficinas a firmar la planilla de solicitud.

Al día siguiente, pasé por la oficina a firmar la solicitud, al cabo de unos días, ya dispondría de los fondos y de los ahorros para el disfrute del viaje.

Al finalizar la jornada laboral, como siempre Jennifer venía por mí, pero eran ya pasadas la 17.30 y nada que llegaba, ¡comenzaba a preocuparme!, decidí esperar y no perder la paciencia, a veces se hacían trancas o había que tomar desvíos, eso se hacía muy frecuente en la vía hacia la casa de mis suegros, los padres de Jennifer.

Al rato, suena mi teléfono, al sacarlo del bolsillo, decía: Pelirroja Llamando.

- ¡Aló amor!, que pasó?, le pregunté en un tono muy preocupado.

- Es que tuve que devolverme a la oficina, porque se me habían quedado el celular y ya casi llegaba a tu trabajo, pero ya estoy cerca, llego en 15 min.

-Ok bella, aquí te espero, respondí dulcemente, más tranquilo al encauchar su voz.

Al rato llegó por mí, pero no venía sola, estaba acompañada. No era más que el peludo, con la lengua afuera y con cabeza asomada, al verme, me ladró dos veces, era Perry, ya recuperado, que venía a saludarme

¡Guao, qué sorpresa!, me alegra de verte bien amigo mío, en respuesta a su ladrido, lo abracé y él me pasó toda su lengua por el rostro, feliz de verme.

Te traje esta sorpresa, dijo Jennifer. Ya lo dimos de alta y necesita de su amigo Pedro, para que lo cuide y lo saque a pasear.

Qué gusto tenerte de vuelta my Friends, le contesté en inglés.

Nos fuimos al apartamento y le acomodamos el cuarto a Perry, me pareció que el cuarto le faltaba un toque canino, lo que había ahí, era ropa vieja y cajas arrimadas. Era momento de una limpieza y de un buen arreglo, pensé

Botamos recuerdos, papeles acumulados y una que otra ropa, había unas sandalias de cuero, de las que hacía el abuelo, también había uno bolso de cuero muy elegante, era muy difícil deshacerse del pasado.

-Si quieres te ayudo, se ofreció la pelirroja al verme que no movía un dedo y debido a mi profunda contradicción de lo que realmente era útil y lo que solo representaba mi pasado.

Lo que para algunos era basura, para otros era tesoros guardados.

Es más, el valor sentimental y el apego a algunas cosas que lo que en verdad uno utiliza.

Una vez finalizada la limpieza de la segunda habitación, nos quedaba ir organizando maletas para el viaje a Hawái, estábamos muy emocionados con partir cuanto antes.

De repente, me llega a la mente un problema por resolver, y es que ahora somos tres, Jennifer, Perry y Yo, ¿con quién dejaríamos a la mascota?

-amor y como hacemos Perry, no lo podemos llevar con nosotros... le hice el comentario

Ella, como siempre, tenía una solución para todo, aunque no la tenía, siempre respondía:

-No te preocupes amor, ya lo tenía resuelto, me contestó.

Había veces sí que pensaba en todo, pero había momentos que aparentaba que lo tenía cubierto, cuando en realidad, no era así, al final alguna respuesta positiva daba.

Al hacer la lista de lo que llevaríamos al viaje, nos dimos cuenta, que no había bloqueador solar, linternas, repelentes para insectos, medicamentos de primeros auxilios, chapaletas, esnórquel, trajes para buceo y esas cosas.

Bueno, nunca está de más una brújula, uno nunca sabe, dije

Esa brújula, la tenía cuando yo era Boy Scout, ahí le enseñan a uno a como sobrevivir en la naturaleza, a como subsistir en medio de la nada.

Recuerdo, que, a un campamento, a que fui una vez, habíamos ido a una costa mexicana, en donde el mar se cruzaba con un río, había unas cabañas, donde se acomodaron los jefes y a nosotros, nos tocó levantar carpas y tiendas de campaña.

Cada uno se le asignaba un cargo, a mí, me tocó en muchas ocasiones ser: "Aguador", a otros leñadores y así, cada quien debería contribuir en la comarca.

Me acuerdo muy claro de esa noche fría y mojada, llovía tanto, que todas las carpas se habían inundado y ni hablar las tiendas de campaña que fueron arrastradas por el viento y el barro.

A mí me tocó dormir esa noche con la carpa húmeda, a pesar de que había escurrido toda el agua, hacía mucho frío y lo único que tenía seco eran la cobija y mi cuerpo temblaba de tanta humedad y agua alrededor. Al final pensé, si hubiera sido mejor haber limpiado una tienda de campaña y volverla a levantar... pero todo se había mojado, ni los maderos servían para prender una fogata, fue un descuido, pensé yo.

Habías cosas que se pueden prevenir, como hay cosas que debes estar preparado y siempre listo para cuando suceden, pueda que no sucedan nunca, pero la probabilidad era muy clara al decirlo.

Volviendo a la lista, creímos conveniente, que deberíamos comprar brazaletes de ubicación GPS con celda solares, así como de radios con batería y carga de celdas, cantimploras y cuerdas.

Entre las cosas de primeros auxilios, es siempre importante, llevar vendas, alcohol, analgésicos para el dolor, pastillas para la diarrea, un termómetro, entre tantas cosas. Al menos eso anoté en la lista.

La lista de Jennifer por supuesto que era más larga, como de costumbre, era mujer, no le podía faltar nada.

Uno como hombre se adapta y aguanta, pero la mujer, en muchos casos no, prefiere la comodidad y no estará dispuesta a sacrificar su zona de confort, aunque cuando la mujer se enamora, se le olvida eso y te acompaña a los confines de la tierra, vallas a donde vayas, ahí estará tu fiel compañera.

            
            

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