San Francisco está ubicado en la costa oeste de los Estados Unidos, en la punta de la península de San Francisco e incluye importantes tramos del océano Pacífico y la bahía de San Francisco dentro de sus fronteras. Varias islas como Alcatraz, isla Treasure, la vecina isla de Yerba Buena, y pequeñas partes de la isla de Alameda, la isla Roja y la isla Ángel forman parte de la ciudad.
Las fallas de San Andrés y Hayward son responsables de gran actividad sísmica, aunque ninguna de ellas pasa físicamente a través de la propia ciudad. Fue la falla de San Andrés la que resbaló y causó los terremotos de 1906 y 1989. Frecuentemente, ocurren terremotos menores, pero la amenaza de los terremotos mayores juega un papel fundamental en el desarrollo de la infraestructura de la ciudad. La ciudad ha actualizado constantemente sus códigos de construcción, por lo que se han requerido mayores modificaciones para los edificios más antiguos y estándares de ingeniería superiores para los de nueva construcción.
Sin embargo, aún hay miles de pequeños edificios que siguen siendo potencialmente vulnerables a daños provocados por movimientos sísmicos.
El clima de San Francisco es un poco fresco debido a las corrientes que vienen del pacífico, con inviernos frescos y muy húmedos, y veranos suaves y secos.
La combinación del agua fría del océano y el calor de la península de California crea en la metrópoli una característica niebla que puede cubrir la mitad occidental de la metrópoli durante todo el día en primavera y principios de verano.
Esta neblina, vista en fotos o videos, da la sensación de un profundo frío, cuando en realidad el verdadero clima es de un poco de calor seco.
La Interestatal 80 comienza en el acceso al puente de la Bahía y es el único enlace directo para los automóviles hacia la bahía del Este. La Ruta Federal 101 extiende la Interestatal 80 al sur a lo largo de la bahía de San Francisco hacia Silicon Valley
El puente Golden Gate es un icono mundial y está considerado como unas de las Obras arquitectónicas y de ingeniería más maravillosas del mundo moderno
San Francisco se encuentra, también, entre los diez mejores destinos de América del Norte para realizar convenciones y conferencias.
El turismo es la columna vertebral de la economía de San Francisco, es muy común encontrar la imagen de la ciudad en la música, el cine y la cultura popular, lo que ha hecho de la ciudad y sus monumentos reconocibles en todo el mundo.
El legado de la fiebre del oro de California convirtió a San Francisco en el principal centro bancario y financiero de la Costa Oeste a principios del siglo xx. La calle Montgomery en el Distrito Financiero, conocido como el «Wall Street del Oeste», es el hogar del Banco de la Reserva Federal de San Francisco, la sede corporativa de Wells Fargo y el sitio de la ahora extinta Bolsa de Valores de la Costa del Pacífico.
San Francisco se caracteriza por un alto nivel de vida. La gran riqueza y las oportunidades generadas por la revolución de Internet siguen atrayendo residentes y trabajadores cultos y de altos ingresos a San Francisco. Los barrios más humildes, en consecuencia, han experimentado un proceso de gentrificación y muchos de los negocios tradicionales de la ciudad y los distritos industriales han sido impulsados por la reconstrucción del Embarcadero, incluyendo los barrios de South Beach y Mission Bay. Los valores propietarios de la ciudad y los ingresos de los hogares han aumentado hasta llegar a codearse con los más altos del país, permitiendo a la ciudad apoyar una gran infraestructura de restaurantes y entretenimiento. Debido a que el costo de la vida en San Francisco es excepcionalmente alto, muchas familias de clase media ya no pueden permitirse el lujo de vivir dentro de la ciudad y se han ido.
Hacía una brisa fresca y un sol radiante que iluminaba como un resplandor todo el horizonte, al llegar al puerto, nos dirigimos a la oficina de embarque, confirmamos nuestros boletos y nos dieron la bienvenida, dejamos las maletas en esa zona de carga y luego nos dirigimos al final del muelle y caminamos por una amplia rampa que nos conducía a la entrada principal del barco, el crucero era extremadamente inmenso, estaba muy sorprendido al ver esa maravilla entre mis ojos.
Jennifer se colocó su grandioso sombrero blanco tejido y sus gafas de sol, parecía una artista de Hollywood, nos tomamos de la mano, mientras nos acercábamos cada vez más al interior del barco.
Estamos a punto de vivir una aventura inolvidable, en un crucero como ningún otro. Imagina atracciones acuáticas de película, tumbonas de categoría superior y una cubierta de piscinas, chapotees y descanses como y cuanto quieras. Eso, por no mencionar las diversas opciones gastronómicas y los locales nocturnos que llenan de acción y ambiente las horas de la madrugada.
Al llegar nos recibieron con cocteles tropicales, estar ahí, era como llegar a una ciudad dentro de un barco, amablemente se nos acercó un botone y nos preguntó:
- ¡Disculpe!. ¿Qué habitaciones tienen asignadas?, por favor permítame el pase.
-Muy bien, los llevo a su habitación, muy amable, nos respondió él botone.
Tomó los equipajes de mano y nos condujo a la habitación, pasamos por un pasillo muy lujoso, la verdad parecía un hotel cinco estrellas de New York.
Las puertas se abrían con tarjetas electrónicas, las habitaciones eran pequeñas, pero muy acogedoras.
-Muchas gracias, le dijo Jennifer al botones y le dio una propina.
La habitación tenía balcón con puerta corrediza y cortinas color beige con los bordes marrones oscuros. Alfombrada estaba la habitación, a excepción del balcón y el baño que eran de granito.
¡Si querías!, podías colocar un letrero en la puerta donde autorizabas a que te trajeran el desayuno a la habitación, en cambio, al voltear el letrero estaba en blanco, eso significaba que no requerías del servicio a la habitación.
La habitación estaba equipada con teléfono para room service, disponías de una nevera pequeña color negra tipo ejecutiva. En la pared estaba fijado el TV y debajo había una pantalla como la de una Tablet, para controlar el aire acondicionado, encender la música, subir o bajar el volumen del sonido. Si querías internet, tendría un costo adicional.
Al abrir la puerta corrediza que daba al balcón, estaba una pequeña mesita redonda con dos sillas blancas talladas con bordes de hojas y flores.
En las habitaciones había un material informativo, era como leer la prensa con todo el itinerario de eventos que ofrecía el barco.
Al leer la información en voz alta, nos percatamos que había actividades para 7 días seguidos sin parar, desde salas de conciertos, casinos, bares, pistas de patinaje y un sinfín de actividades que puedas imaginar.
A las 19 horas se presentaba una obra de teatro llamada: "Viaje a centro de la tierra"
Había parques infantiles, tiendas y toda clase de comercios como si fuera un centro comercial, ahí podías compras desde trajes de baño, relojes, toda clase de ropas. El área de belleza se encontraba en el primer piso y en los niveles más altos podía encontrar otras tiendas por departamento, nos acercamos a una cafetería de Starbucks y nos sentamos a compartir un café y una galleta de chispas de chocolate.
Parecía un sueño que un barco te ofreciera tantos servicios como si estuvieras en una ciudad rodante en medio de un vasto mar.
Al culminar los cafés, vimos que había un parque con vegetaciones reales, era como una réplica del Central Park de New York, al llegar sentías el contacto con la naturaleza, decidimos tomarnos unas selfis y grabar videos de tan hermoso parque.
Caminando nos topamos con salas de juegos, decidimos entrar y ver todas las mesas de juegos disponibles, desde ping-pong, hockey, hasta salas de ajedrez, dominós, damas chinas, al final de la sala había una puerta marrón de madera, al abrirla, se escuchó que decían:
- B-10, I-20, era una espectacular sala de bingo muy lujosa, decidimos que estaba bien probar un poco de suerte ahí, aunque el Hockey de mesa se veía muy interesante con sus atractivas luces.
Compramos nuestros cartones y nos sentamos a esperar en una esquina a ver la pantalla y el turno para la siguiente ronda, después del bingo, la siguiente atracción podría ser el casino, quedaba al lado cruzando el siguiente pasillo.
Llegada la hora del Bingo, el presentador anuncia la nueva ronda y la forma de jugar, esta vez en forma de cruz, informó.
Mi cartón iba muy bien al principio, pero mejor iba el de mi amada, que solo le faltaban 4 números para cantar bingo.
-O de oso O-62, y a lo lejos cantó bingo.
El presentador anunciaba, que no movieran las fichas de posición, hasta tanto verificar el cartón ganador. Se comprobó el cartón y no pasó la revisión.
El presentador hizo el anuncio, que aún se continuaba la forma en cruz, esta vez Jennifer se le acercaba más a completar la forma.
El próximo número fue La N-39 y posterior a eso la O-69, nada que llegaba a mi cartón.
G de gato anuncia el presentador G-35, nadie cantaba bingo aún, hasta que salió el siguiente número...
-Esta vez la B de barco, B-4, anunció el presentador y de pronto mis oídos quedaron tan sordos, que sentí que me había traspasado un zumbido hasta el otro extremo del oído, era el grito de Jennifer cantando Bingo, se levantó de la silla agitando el cartón como si había cobrado una herencia.
Felicitaciones a la Feliz Ganadora, se lleva 250 $ como premio, pase por la mesa a que recoja el premio, le indicó el presentador.
Habíamos iniciado con buen pie, pensé.
Felicité a la ganadora con un beso y fuerte abrazo levantándola y haciendo girar todo su cuerpo
El camarógrafo nos indicó que mostráramos el premio y sonriéramos a la cámara, al día siguiente saldría la noticia en primera plana tantos en medios impresos, como en digitales
¡Era momento de celebrar!.
Caminando nos tropezamos con un mesonero y le preguntamos:
-¿Sr. donde habrá una pista de baile?
- Muy amable nos contestó:
- En el casino hay uno, pero el piso de arriba estaba la discoteca, nos dijo
-Muchas gracias, le contesté
- ¿vamos directo a la discoteca amor?, me preguntó Jennifer.
- ¡Si!, subamos directo a la discoteca amor, así practicamos nuestras clases de baile, enseñémosle a esa gente como se baila, le dije.
- Gracias a las clases de baile, uno aprende algunos ritmos.
Para subir al siguiente nivel, había que tomar el elevador.
El ascensor abrió sus puertas y al salir de él, estabas en la discoteca.
De fondo se escuchaba la canción: "vivir la vida" de Mark Anthony, género salsa.
La tomé por la cintura y le di dos vueltas como a una bailarina de cuerdas, de esas que salen de una cajita de música y el siguiente paso fue tornarla nuevamente por la cintura y girar haciendo círculo, luego juntamos nuestras manos y nuestros brazos como si fuéramos a bailar flamenco haciendo movimientos de hombros, Parecíamos un acordeón que se abría y se cerraba, al final dio el giro maestro y se fue recogiendo haciendo giros en dirección a mí, elegantemente cruzó sus piernas con las mías finalizando la canción inclinando su cuerpo ligeramente hacia atrás.
Reímos y nos sentamos en el bar, aunque hacía fresco, si bailas salsa casino, obligatoriamente debes sudar.
Nos quedamos en la zona donde había muebles tipo Puff a beber nuestros cocteles tropicales. Podías comer y beber lo que quisieras, no había límites.